jueves, 23 de enero de 2020

Xosé Gabriel Vázquez. "Animal de Realidades"


[… si nuestra definición más aceptada no se adapta o ya no sirve, habrá que procurar otra que sí lo haga, siendo este el propósito que aquí nos ocupa].

Estas son las palabras con las que el doctor en sociología y profesor de la Universidad de Coruña Xosé Gabriel Vázquez Fernández (Lugo, 1963) nos propone una revisión del concepto que nosotros mismos tenemos acerca de nuestra especie, en este primer ensayo que formará parte de una trilogía la cual viene trabajando desde hace más de un lustro.

Desde el punto de vista clásico, se ha considerado al ser humano como un “animal racional”, está visión aristotélica fue reforzada posteriormente por René Descartes, cuando la razón pasa a ser el eje central de nuestra definición. Esta es la visión monolítica que nos ha acompañado hasta nuestros días, ya que ninguna otra ha sido culturalmente asumida.

Si bien es cierto que somos genéticamente diverso,  en muchos casos la biología nos proporciona evidencias las cuales nos asemejan a otras especies, considerando además que en nuestro ADN reside la base de nuestro cerebro y en definitiva otras características escasas ente otras especies (sentimientos, pensamiento…) además de la observación entre otras especies de ciertos logros culturales [… eso sí, con todas las distancias fácilmente visibles y comparables, incluso algunas supongo que insalvables.] es por esto que llegamos a la conclusión de que el ser humano pierde el total monopolio de la definición de “animal racional”.

De lo que puede presumir nuestra especie es de ser a priori los únicos entes del universo que tienen y viven en diversas Realidades; siendo éstas la externa (como el resto de seres, en interacción con el entorno), la interna (nuestra propia cosmovisión, casi como un mundo a parte) y otra relacionada con el simbolismo, o más bien con el lenguaje humano y con cómo conformamos otra realidad. Todo esto con la intención última de poder demostrar la validez de los resultados tanto a nivel teórico como práctico.

[si haber asumido culturalmente el papel y la importancia de la razón durante los últimos siglos ha dado el resultado que sabemos y conocemos, que pase algo similar con nuestra capacidad de ideación puede dar lugar a una nueva etapa de nuestra historia, muy prometedora, por cierto.]

© Manuel Otero Rodríguez. 2020

martes, 21 de enero de 2020

MIKI LEAL. El jardín de las plantas


R.O.Proyectos, (Galería Rafael Ortiz, de Sevilla) en su espacio de Madrid, ha inaugurado la nueva exposición del artista Miki Leal (Sevilla 1974), El jardín de las plantas.

La muestra reúne, unas 20 obras de cerámica, y diecinueve pinturas sobre papel (acrílico y acuarela) ambos trabajos fechados entre 2019 y 2020.

Pensando en Balthus. 2019
Acrílico y acuarela sobre papel
51,7 x 67 cm
Ref.: ML-0393

 Cerámica y pintura

El hecho de haber coqueteado desde hace años con la cerámica hace que una línea de su actual trabajo (además del pictórico) enlace con la cerámica  tradicional de colores básicos, como con lujosa producción del Marqués de Pickman o la exuberancia del portugués Bordallo Pinheiro. Con referencia a artesanos y diseñadores industriales, también a la memoria ornamental, que remite tanto a nuestros espacios familiares y domésticos.


Ornamento, vanguardias, diseño, artes. Un diálogo continuo entre lo singular y la producción industrial y también, la memoria personal de Miki Leal hacia su tía-abuela Concha pintora de palmeras para la cerámica de La Cartuja.

El proyecto, “El jardín de las plantas” cuenta con la inestimable colaboración de Planthae, gabinete botánico de Madrid, que ha creado un marco muy especial para esta muestra.


Delicadas y ambiguas, íntimas y enigmáticas, sutiles y vulnerables, se pueden definir las obras de Miki Leal reunidas en esta exposición. Algunas son de dimensiones reducidas y otras de gran tamaño, contrastan texturas y cromatismos. Pero todas revelan un énfasis en la experimentación, en el proceso de creación, al tiempo que trasmiten una acentuada sensualidad que provoca el deseo de acercarse a ellas y tocarlas con la mirada.

Pinturas pensando en Helio Oiticica (1937-1980), conocido por su participación en el Movimiento neoconcreto de Río de Janeiro y uno de los artistas plásticos más innovadores del siglo XX; en Balthus, Euclides, Picasso, Malevich, Le Corbusier, entre otros.

Pensando en Helio Oiticica. 2019
Acrílico y acuarela sobre papel
31 x 26,5 cm
Ref.: ML-0401

Pensando en Cuba. 2019
Acrílico y acuarela sobre papel
39 x 29,5 cm
Ref.: ML-0402

En palabras del propio artista, “Mi pintura ha ido evolucionando en los últimos tiempos hacia un interés por los márgenes frete al movimiento central. Esos espacios silenciosos del cuadro, aparentemente sin final, me permiten una mirada curiosa sobre elementos tal vez anecdóticos pero de gran importancia para mí por su utilidad para la representación gráfica del paso del tiempo”.

Pensando en mí. 2019
Acrílico y acuarela sobre papel
50 x 37,5 cm, más marco
Ref.: ML-0400

La obra de Miki Leal, como pintura construye extraordinarias sensaciones sobre una sencilla realidad lo representativo, en el caso de estas cerámicas, se convierte en misterio más que evidencia, dejando al espectador la posibilidad de definir, según sus propios parámetros, los sencillos objetos que el artista le muestra.

Rosalía y Rafael Ortiz. En R.O. Proyectos. Exposición: Miki Leal. El jardín de las plantas.

Brillante exposición y montaje.

© Mariví Otero. 2020
Manuel Otero Rodríguez

Fuente: Miki Leal. “El jardín de las plantas”. Del 16 de enero al 4 de abril 2020. R.O. Proyectos. Calle Huertas, 61, bajo izda. 28014 Madrid. España. info@galeriarafaelortiz.com

lunes, 13 de enero de 2020

CEIJA STOJKA. Esto ha pasado


El Museo Reina Sofía continúa con su labor de dar visibilidad a aquellos artistas que, por una razón u otra razón se han visto obligados a reprimir su voz o no han sido considerados a lo largo de la historia por cuestiones de discriminación racial o de género.

Ceija Stojka (Kraubath, 1933 - Viena, 2013). Esto ha pasado. Primera exposición monográfica que se le dedica en España a esta artista austriaca, cuya obra representa un testimonio excepcional, tanto por su rareza como por su calidad artística, sobre el porrajmos, la persecución y genocidio de la comunidad romani en la Alemania nazi de la que fue víctima y que hasta fechas recientes no se ha conocido suficiente. Durante la Segunda Guerra Mundial, sobrevivió a tres campos de concentración Auschwitz-Birkenau, Ravensbrück y Bergen-Belsen. Stojka tenía 10 años cuando fue deportada. Pero no fue hasta cuarenta años más tarde, que se embarcó en una gran obra testimonial y poética, primero a través de la escritura y luego, poco después, a través del dibujo y la pintura.

Su trabajo sirvió para desvelar la persecución racial a los gitanos en los años treinta y cuarenta, y está en el origen del reconocimiento oficial por parte del gobierno austríaco de su genocidio. Además, fue un impulso para el asociacionismo reivindicativo de ese colectivo. En Austria, el 90% de la población romaní y sinti fue asesinada según señala Gerhard Baumgartner en el catálogo de la exposición de la exposición. En el resto de Europa, debido a que las comunidades gitanas estaban menos organizadas que las judías, es más difícil evaluar el número total de asesinados, aunque los expertos creen que se sitúan entre 220.000 y el medio millón.

Las obras de Stojka revelan su paso por los campos mencionados pero también recogen la vida feliz de su familia antes y después del nazismo. Realizó entre 1990 y 2012 más de mil dibujos y pinturas sin seguir un riguroso orden cronológico de sus vivencias.

La exposición ofrece un recorrido por el conjunto del corpus artístico de esta prolífica y autodidacta creadora organizado a través  de una serie de secciones temáticas que permiten reconstruir las distintas situaciones que afrontó.  Reúne alrededor de 140 obras y material documental (fotos, vídeos y publicaciones), comienza con los trabajos en los que Stojka retrata su vida de niña antes que comenzara el terror. Descendiente de una larga estirpe de comerciantes de caballos romaníes originarios de Hungría, los Lovara, pero que vivían en Austria desde hacía siglos, su familia se vio obligada a hacerse sedentaria por las leyes nazis que llegaron después de la anexión de Austria a Alemania (Anschluss) (1938-1939). La caravana tirada por caballos en la que vivían se convirtió en una cabaña de madera. Paula Aisemberg, Noelig Le Roux, Xavier Marchand son los comisarios de la muestra.

Antes y durante la caza

En las pinturas de esta primera sección se observa parte de la cultura romaní y una vida idílica  en armonía con la naturaleza como ocurre en Landleben (Vida campestre, 1993) Ceija celebra esta existencia nómada, basada en el clan. Aquí, su toque rápido y ligero crea un estilo que podría describirse como ingenuo; a veces la artista ha espesado la pintura con arena enfatizando su materialidad expresionista.

Tras el arresto de su padre, Stojka, junto a su madre y hermanos, se ocultó durante muchos meses en Viena y, finalmente, el 3 de marzo de 1943, fueron encerrados en la prisión Rossauer Lände. Las obras referidas a esta época retratan no sólo esta detención, sino todas las detenciones sufridas por la población romaní, que Ceija imagina, por ejemplo, en Wo sind unsere Rom? Laaerberg 1938 (¿Dónde están nuestros gitanos? Laaerberg 1938, 1995).

Los campos de exterminio

Stojka fue deportada a Auschwitz, donde fue registrada el 31 de marzo de 1943 y retenida en la sección B-II-e, conocida como el “campo familiar gitano”. En una parte de la muestra dedicada a los campos de exterminio, vemos ejemplos de la tremenda fuerza evocativa de la artista: Auschwitz 1944 (2009) habla de una niña parada de puntillas, sólo para descubrir las chimeneas a través de las ventanas colocadas deliberadamente demasiado alto.

En Z 6399 [G (itana) 6399. Número de inscripción tatuado en el brazo de Ceija Stojka], 1994, una sombra y moderna composición aparece el número tatuado que se le hizo a ella y a todos los deportados al llegar a Auschwitz. La Z significa Zigeuner, la palabra alemana para gitano; contaminados por estas horribles connotaciones nazis, los germanoparlantes de hoy en día usan las palabras Roma o Sinti en su lugar.


Ceija, su madre Sidi y su hermana Kathi fueron deportadas en mayo o junio de 1944 al campo de concentración de mujeres de Revensbrück poco antes de la terrible liquidación del “campo gitano” de Auschwitz (2 de agosto). En Ravensbrück siempre hay alguien vigilándote. Las vistas pueden ser las de las torres de los guardias. Un enorme ojo inyectado de sangre patrulla Ravensbrück 1944 (1994).

Como en otras partes de la obra de Ceija, las tiras y los rectángulos estructuran la composición: algo marcial, algo muy inflexible ha dejado su huella, incluso en los paisajes. Sobre ellos reinan figuras siniestras. La pequeña Ceija estaba asombrada por este ambiente de crueldad y perversidad. Junto a esas figuras, los cuerpos de los deportados son pincelados sin rasgos distintivos.

En Enero de 1945 Ceija y su madre fueron llevadas en camión y luego a pie al campo de concentración de Bergen-Belsen. En cuanto a sus hermanas, Kathi fue deportada al campo de trabajos forzados de Rechlin-Retzow y Mitzi a Büchenwald. Ceija subsistió en condiciones infrahumanas. Pero aun así, en la obra Bergen- Belsen 1945 (1996) incluso en medio de una escena verdaderamente apocalíptica, Ceija pinta un árbol lleno de vida. En este campo, Stojka sobrevivió entre cadáveres comiendo la savia de las ramas y plantas que encontraba. La rama se convirtió desde entonces en símbolo de esperanza para la artista que elige este motivo para firmar todas sus obras.

Asimismo, se aprecian como elementos constantes en sus cuadros, por un lado, los cuervos, que son las almas de los muertos pero cuyo sentido resulta ambivalente, ya que Stojka admira su capacidad de volar sobre las alambradas de los campos, pero no deja de remitirnos al mal augurio con el que se le asocia en muchas culturas. Por otro, el perro, de significado más univoco, es el brazo despiadado de los guardianes.

Regreso a la vida

Tras la liberación de los campos, Ceija y su madre tardaron más de tres meses en llegar a Viena. En la última parte de la exposición, su agotamiento y su lucha contra los elementos emergen en algunos de los paisajes. La composición y el movimiento de los arboles en varias pinturas recuerda a Viena y Auschwitz. Cielos rosados, naranjas y violetas recuerdan los paisajes de antes de la guerra, enfatizando hasta qué punto el pasado, el presente y futuro se mezclan.

 “Los girasoles son la flor de los romaníes”, escribió Ceija y aquí están estas plantas, omnipresentes una vez más en su obra junto a frutas, verduras y estatuas de la Virgen María en unos trabajos a los que denominaba “pinturas de luz”.

Su obra se encuentra en colecciones privadas y museos, y ha sido expuesta en diversos países europeos, Estados Unidos y en Argentina. Es la autora de cuatro libros traducidos a diversas lenguas, y de entrevistas y otros documentos visuales, entre los que destacan los de Karin Berger. Convertida en portavoz de las reivindicaciones a favor del conocimiento de la existencia del genocidio gitano, y de los derechos de su pueblo ha recibido diversas condecoraciones en su país natal.

© Mariví Otero. 2020
Manuel Otero Rodríguez

Fuente: Ceija Stojka. Esto ha pasado. Museo Reina Sofía. 21 de noviembre 2019- 23 de marzo de 2020. Documentación e imágenes y material multimedia: Gabinete de Prensa del Museo Reina Sofía.