jueves, 29 de mayo de 2025

Néstor reencontrado.

 

En el Museo Nacional Reina Sofía nos paseamos por diez salas que muestran las diferentes facetas que cultivó el artista y que recoge cerca de 200 obras: pinturas de estilos diversos, murales, arquitectura, escenografías teatrales de autores como Manuel de Falla o la Argentina. Libros, cuadernos, revistas, posters, postales y fotografías que se exponen en varias vitrinas.

Néstor Martín-Fernández de la Torre nació en las Palmas de Gran Canaria, 1887, pero pronto se desplazó a la península, primero a Madrid, donde inició su periodo de formación y después a Barcelona, donde vivió de 1907 a 1913, frecuentando los círculos modernistas. Bien recibido en la ciudad condal, expuso su obra en sala Parés, con grandes críticas de Eugenio D’Ors entre otros. En 1913 se trasladó de nuevo a Madrid donde conoció a Valle-Inclán, Lorca y a un joven Dalí que quedó prendado por la audacia proto surrealista de su obra. Viajó también a Londres, París y Bruselas y asumió los rasgos y preceptos prerrafaelistas, como Gustave Moreau o Franz Von Stuck.

Vivió en la capital francesa junto a su pareja el compositor Gustavo Durán, durante una década. Su traslado a esta ciudad cosmopolita propició su despegue internacional, especialmente tras su exposición en la Galería Charpentier en 1930.

Pintura retrato de Gustavo Durán 1931-34. Galería de retratos, Museo Néstor. Las Palmas De Gran Canaria.

Berceuse (a la manera de M. Ravel) para dormir a Federico cuando se vuelva pequeño: 27 de noviembre de 1925.
Isabel Villanueva, viola - Samuel Diz, guitarra.
Fonogramas cortesía de Poliédrica® y herederos de Gustavo Durán.

Seguidillas de la noche de San Juan: Playa de las Canteras, Isla de Gran Canaria, octubre de 1926. Texto de Lope de Vega.
Jonatan Alvarado, tenor - Samuel Diz, guitarra
Fonogramas cortesía de Poliédrica® y herederos de Gustavo Durán.

El fandango de Candil (bolero): 1927.
Antonia Mercé "La Argentina" palillos con acompañamiento de Orquesta (Odeón, 1935).
Digitalización de fonograma cortesía de Fundación Juan March.

En 1934 regresó a las Palmas tras su ruptura sentimental y a causa también de los problemas económicos derivados de la crisis mundial de 1929. Murió inesperadamente en 1938 a consecuencia de una neumonía. Tras su muerte fue cayendo en el olvido y se fue perdiendo su huella en el arte español debido, según el comisario de la muestra, Juan Vicente Aliaga, “a que el régimen franquista se apropió de su obra y la convirtió en un mero exponente del folklore canario”, y a causa también del declive que experimentó el simbolismo que el artista canario practicó en gran parte de su obra.

Asistimos al encuentro entre Juan Vicente Aliaga, comisario de la muestra, y Manuel Segade, director del Museo. Ambos nos descubrieron un artista realmente perdido, aunque una de las obras expuestas en la muestra, estuvo en una muestra colectiva realizada por mí hace años.

Manuel Segade, director museo. Juan Vicente Aliaga, comisario de la exposición.

Nuestro recorrido por la espléndida exposición: Néstor reencontrado. La gran antológica que recupera la figura del artista canario Néstor Martín-Fernández de la Torre.

En busca de su identidad como artista.

En esta primera fase de formación, retrata a su hermano su madre, así mismo y en el marco de una exposición colectiva organizada en el Círculo de Bellas Artes, tiene ocasión de presentar su obra Adagio (1903), donde comienza a indagar en el mundo simbolista. En esta obra aborda el mito de Leda y el cisne, con un claro componente sexual, donde Leda, tumbada desnuda junto a un estanque, acaricia el cuello del animal que encarnaba a Zeus. También se asoma el impresionismo con Calle Mayor de Madrid (1904).

Los años de Barcelona (1907-1913).

En estos años, se va perfilando su personal concepción de arte, marcado por un desbordante cromatismo, como en La hermana de las rosas (1908) y el Retrato de Enrique Granados (1909-1910) de ecos modernistas.

En esta sala también encontramos el polémico Epitalamio o las bodas del príncipe Néstor (1909), que se exhibió en Bruselas en 1910. Este lienzo de grandes dimensiones (210 x 231 cm) presenta dos figuras cogidas de la mano, a la izquierda un retrato del propio Néstor, y a la derecha, su propia versión travestida y feminizada.

En círculo decadente.

Néstor se mantiene alejado del naturalismo y el realismo, muy en boga en aquellos años, y ahonda en personajes ambiguos y refinados, seres etéreos y sensuales que se escapan de los cánones binarios de la época. En general, es un artista reconocido. Su arte se nutría de constantes guiños literarios e imaginarios, así como de una serie de figuras de físico andrógino como Estampa romántica (1910 -1913). Probablemente su mayor audacia en este campo fue la composición Los siete vicios (1913), de trasfondo homoerótico, que acompañaba un poema de Rubén Darío.

Poemas de los Elementos.

En 1913 inicia su más ambicioso proyecto, que desarrollo a lo largo de toda su vida sin llegar a concluir, debido a su inesperado fallecimiento en 1938. Obedece a un deseo quimérico: la construcción de una suerte de capilla, en el Palacio de los Elementos, donde presentar cuatro grandes murales dedicados a las cuatro estaciones y cuatro momentos del día: aurora, mediodía, crepúsculo y noche. Es una obra que se nutre del simbolismo cercano al proto surrealismo, los principios de la masonería, un erotismo exuberante y mayormente homoerótico y una exaltación de lo canario, centrado en la flora y lo marítimo.

Mar en Reposo, es el lienzo que cierra El poema del mar, muestra dos cuerpos masculinos desnudos, uno de los cuales, el de cabellos dorados es Gustavo Durán, un jovencísimo músico que fue pareja del artista durante una década, como una de las muestras más estacadas del amor entre dos hombres.

En el Poema de tierra, destacan tanto el simbolismo masónico como la representación de la sexualidad en cuerpos que concilian el género femenino y masculino.

Feminidades: entre la españolidad y el cosmopolitismo.

En obras como Mantillas (1915) o El Garrotín (1928) se pueden ver mujeres musculadas con una fuerza de carácter alejada de pasividad. En otras obras, en cambio, respeta el gusto hegemónico. Las distintas feminidades que Néstor plasmó en sus obras derivan de diversas aproximaciones estéticas: Señorita Acebal (1914) sigue la estela simbolista, Marquesa de Casa Maury (1931) esta próxima al art decó cosmopolita, mientras que Requiebro (1930) se identifica plenamente con el folklorismo español.

Néstor sorteó las corrientes de la época -impresionismo, realismo, naturalismo- para elegir un estilo propio, pero también era consciente de que necesitaba producir las obras producir las obras que el mercado demandaba para satisfacer sus necesidades económicas.

Mitologías sexualizadas: la serie de los sátiros.

Para un admirador del arte clásico como Néstor, la elección del sátiro de origen griego no es casual. Esta divinidad campestre, caracterizada por su cornamenta, patas de macho cabrío y cuerpo masculino, está asociada a deidades como Dionisos, Pan y Príapo.

Néstor llevó a cabo sus sátiros en distintas etapas de su trayectoria y sus representaciones abarcan desde la juventud hasta la madurez. Por otra parte, el sátiro de Néstor sigue mostrando interés por la simbología masónica.

El talento escenográfico.

El talento escenográfico de Néstor radicó en la fusión de vanguardia y tradición. La eficacia de esta combinación vuelve a repetirse en la producción Triana de los Ballets españoles de Antonio Mercé y música de Isaac Albéniz que en 1929 se presentó en la Ópera-Comique de París.

En julio de 1936, poco antes del estallido de la guerra civil, Alejando Casanova llevó a escena La sirena varada, una obra con un decorado enormemente innovador en la que Néstor incorporó elementos próximos al repertorio surrealista como son el ojo, la oreja, los labios o las alas.

Néstor muralista.

Entre 1925 y 1928, alcanzó uno de sus mayores logros con los murales del Teatro Pérez Galdós en Las Palmas, donde plasmó escenas barrocas con figuras clásicas como Apolo y las musas.

Néstor polifacético.

Durante su estancia en París (1925-1934), Néstor vivió una etapa especialmente activa, desempeñándose, entre otras cosas, como diseñador de telas para una tienda de Nueva York. Sus diseños fusionaban motivos abstractos, influenciados por el estilo de Sonia Delaunay, con elementos figurativos de inspiración surrealista.

En el ámbito arquitectónico destacan los dibujos realizados para el Albergue de la Cruz de Tejada y el Pueblo Canario que vieron la luz gracias a los proyectos de su hermano, Miguel Martín-Fernández de la Torre.

En torno de la canariedad: la promoción de la cultura popular.

Llegamos la última sala de la exposición, se centra en uno de los elementos más significativos de la obra de Néstor, su canariedad. Las islas están presentes desde su etapa de juventud y atraviesan como un eje su proyecto más ambicioso.

Néstor empezó a desplegar un gran número de actividades -escritos, conferencias, discursos, actos festivos, diseño de ropa- con las que promovió el conocimiento del canto y las danzas propias, la arquitectura popular, el deporte autóctono o las ropas y diseños vernáculos, sin caer en el folklorismo, movido a menudo por una concepción idealista y ensoñadora que también se refleja en sus Visiones de Gran Canaria (1928-1934).

Comisariada por el historiador Juan Vicente Aliaga, en estrecha colaboración con el Museo Néstor de Las Palmas de Gran Canaria y TEA Espacio de las Artes.

Mariví Otero

Manuel Otero Rodríguez

Fuente: Néstor reencontrado. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. 14 de mayo al 8 de septiembre de 2025. Edificio Sabatini, 1ª planta. Zona A. Documentación y fotografía: Gabinete de Prensa Museo Reina Sofía. Samuel Diz, gracias por tu aportación.

SOLANA, en la colección Alfredo Valverde

 

José Gutiérrez Solana
Retrato de Alfredo Velarde
sin fechar
Grafito sobre papel 
23 x 15.8 cm
Reproducción fotográfica de la obra: Joaquín Cortés

En la Galería Leandro Navarro vamos al encuentro de esta exposición que cuenta con cinco óleos sobre lienzo y cuatro obras sobre papel, fechadas c.1907 y c. 1937, además se exponen tres obras de Solana no pertenecientes a la colección Velarde.

Solana está fuera

 de su tiempo […]

Es lo que se llama un

 pintor que no está

 a la moda, y por eso

 Solana, que no es

 un pintor a la moda,

será un pintor que

nunca pase de moda”

Alfredo Velarde

Vista de la exposición Solana en la colección Alfredo Velarde. Foto: Esther Rodríguez Cámara.

De espléndida relevancia histórico-artística es esta muestra, recupera la colección de obras de un gran pintor como es José Gutiérrez Solana (Madrid, 1886-1945) que formó el crítico de arte chileno Alfredo Velarde Gómez (Valparaíso, 1998- Viña del Mar, 1983) durante sus años de estancia en España (1920-1937).

José Gutiérrez Solana
Máscaras en Segovia
c. 1927 
Óleo sobre lienzo
80 x 60 cm
Reproducción fotográfica de la obra: Joaquín Cortés

Alfredo Velarde, era amanta de la literatura, de la pintura y de todo tipo de arte, por lo que frecuentaba cafés y círculos sociales donde se reunían pintores y escritores de la época. Testimonios en prensa de aquel momento, dan fe de que fue un hombre muy respetado como crítico de arte y un gran amante de la obra de Solana, con quien mantuvo una gran amistad.

En la exposición hay una vitrina dedicada a dicha amistad, cartas que se intercambiaron de 1933 a 1943 y que Alfredo Velarde conservó en su archivo junto a fotografías, folletos de exposiciones y recortes de periódicos relacionados con Solana.

Vista de la vitrina con material de archivo de la exposición Solana en la colección Alfredo Velarde. Foto: Esther Rodríguez Cámara.

Escribe Manuel Sánchez-Camargo: “Ante Solana pintor fracasan los métodos con los que se intenta apresar al artista para clasificarle y analizarle. Está solitario en la pintura, como lo estuvieron los que, precediéndole, encaminaron sus pasos por senderos recién descubiertos. Solana es un número impar. Lo mismo que en su vida no dialoga ni cambia ideas, en su pintura tampoco sigue un proceso con antecedentes o consecuencias. Sus cuadros se producen por causas inmediatas y, desde luego, extrañas a los propósitos que a los demás les impulsan. En todos los estudios que se hagan sobre cualquier pintor podemos encontrar otro hombre que, en el tiempo, le acompaña delante o detrás, en el horizonte hacia el cual dirige sus pasos. En solana sería mentir sí, al intentar hablar acerca de su pintura, le buscásemos la influencia, el prólogo o la compañía. No existe”. Manuel Sánchez-Camargo. Solana. Vida y pintura. Taurus Ediciones. Primera edición. Madrid 1945. Segunda edición Madrid-1962. Deposito Legal: M. 3771.1962. En la pág. 194 encuentro la obra “Bodegón del acueducto, 1928”, precioso bodegón que hoy se puede ver en esta exposición pertenece a la colección Alfredo Velarde.

José Gutiérrez Solana
Bodegón del acueducto
1928 
Óleo sobre lienzo
90 x 63.5 cm
Reproducción fotográfica de la obra: Joaquín Cortés

Otra de las obras de la colección “Adoración nocturna, c. 1917” una de las representaciones más intensas dentro de la temática religiosa que Solana abordó frecuentemente.

José Gutiérrez Solana
Adoración nocturna
c. 1917 
Óleo sobre lienzo encolado a tabla 
68.5 x 56.5 cm
Reproducción fotográfica de la obra: Joaquín Cortés

La exposición tiene un catálogo, que se puede ver en la página Web de la Galería, con textos de María José Salazar y Juan Manuel Bonet.

En él podrán encontrar muchos datos sobre cada una de las obras y acerca de las biografías de José Gutiérrez Solana y Alfredo Velarde y la relación de amistad entre ellos.

Mariví Otero

Manuel Otero Rodríguez

Fuente: Solana. En la colección Alfredo Velarde. Galería Leandro Navarro. Madrid. Del 8 de mayo al 4 de julio 2025. Documentación y fotografía: Esther Rodriguez

 

 

 

 

 

 

 

 

FRONTERAS Y TERRITORIOS. Sonia Navarro

 

SONIA NAVARRO. Sala Alcalá 31.

Esta tarde en la Sala Alcalá 31 fuimos al encuentro de la exposición "Fronteras y territorios" de la artista multidisciplinar especializada en arte textil SONIA NAVARRO (Puerto Lumbreras. 1975). Comisarias de la muestra: María Corral y Lorena Martínez de Corral.

SONIA NAVARRO. Sala Alcalá 31.

La exposición se constituye como una trama que une los diferentes patrones de trabajo de la artista. Entre ellos, se encuentra la utilización de un medio como la costura, que se ha transformado en su distintivo más característico. De esta forma, las telas, los patrones, las costuras y el hilo conforman un lenguaje identificable a lo largo de toda su carrera.

Tirar del hilo, 2012. Madera de roble y acrílico. Obra en la pared: Hilo bordado sobre algodón. 
Colección DKV - DKV Seguros.

Una muestra que profundiza en la trayectoria demás de 30 años de la artista murciana, que incluye una selección de medio centenar de obras de diversas técnicas como el textil, ámbito en el que más se ha especializado a lo largo de su carrera, además de escultura, pintura, collage, fotografía e instalaciones.

“Alcalá”, 2014. Fotografía, costura y fieltro.

En las obras expuestas se puede apreciar un discurso que aúna tradición y contemporaneidad, en el que Sonia Navarro presta igual atención a cuestiones formales y a contenido narrativo. Cada una de las obras crea un profundo diálogo con el espectador.

La vida inquieta, 2025. Fieltro, algodón, yute y caucho. Cortesía de la artista.

"A través de diferentes medios como la escultura, la instalación, la fotografía o el dibujo, realizo piezas que cuestionan y confronta poder y sus instituciones; especialmente aquellos que han contribuido al establecimiento de una jerarquía entre géneros, relacionando a las mujeres con el trabajo doméstico y la imposibilidad de movilidad. Reflexiono sobre la constante lucha de las mujeres contra las convenciones establecidas".

SONIA NAVARRO. Sala Alcalá 31.

Espléndida exposición animo a pasear por ella.

Documentación y fotografía: Prensa Alcalá 31.

© Mariví Otero 2025

Manuel Otero Rodríguez

La mirada reflexiva de RICARD TERRÉ

 

Santa Marta de Ribarteme (Pontevedra)
Fecha de la toma, año 1962. Copia de autor, año 1988

En la Real Academia de Bellas Artes, visitamos la sala 54 del Museo (sala de fotografía, 3ª planta) para encontrarnos con la pequeña pero espléndida exposición del fotógrafo "La mirada reflexiva de RICARD TERRÉ."

"Con mi fotografía sólo pretende mostrar lo que hay de transcendente en el ser humano. No busca reflejar hechos ni formas individuales de sentir. Lo que busco es el espíritu del hombre, esa esencia fundamentalmente que permanece en el tiempo y que está en todos los lugares" Ricard Terré.

Matamá (Vigo, Pontevedra)
Fecha de la toma, año 1985. Copia año 1988

Comisario de la exposición: Publio López Mondéjar (Académico. Sección de Artes e la imagen).

Nos paseamos por la muestra que acoge un conjunto de quince obras de RICARD TERRÉ -trece de ellas donadas por Laura Terré y las otras dos por el Ministerio de Cultura que forman parte de los fondos la Corporación. Hay material bibliográfico y hemerográfico procedente de la colección Pedro Molero/ Marisa Llorente. Esta muestra la podemos disfrutar, es la octava de la colección Maestros de la fotografía en la Academia de Bellas Artes de San Fernando y está acompañada con la edición de su correspondiente catálogo, gracias a la aportación de Adolfo.

Isabel Clemente. Semana Santa. Sant Boi de Llobregat. 
Toma, año 1958. Copia de autor, año 1990.

Ricard Terré (Sant Bo de Llobregat, Barcelona, 1928-Vigo, 2009) es un verso suelto entre los miembros de su generación. Aunque inició pronto su cercanía con el grupo Afal y sus fotógrafos más destacados, se distingue de ellos en su delicada voluntad de descifrar la realidad, de perpetrar en sus ámbitos más penumbrosos. Mediante un limitado catálogo de temas -la muerte, el ritmo, la religión, su obra tiende a la intemporalidad.

Caldas de Reis, Pontevedra
Fecha de la toma, año 1963. Copia de autor, año 1986.

La suya es una fotografía sensible y despojada, atenta siempre a lo inmanente, a lo que está llamado a perdurar.

Vigo (Pontevedra)
Fecha de la toma, año 1964. Copia año 1988

La muestra se puede visitar hasta el 19 de octubre de 2025.

Documentación y fotografía: Comunicación Rabasf, Marina Arroyo.

© Mariví Otero 2025

Manuel Otero Rodríguez

Escenas y paisajes en la pintura valenciana. Siglos XIX-XX. Fundación Bancaja

 

Exposición 'Escenas y paisajes en la pintura valenciana. Siglos XIX-XX.

En la Fundación Bancaja gran exposición "Escenas y paisajes en la pintura valenciana. Siglos XIX-XX". Una muestra antológica que visualiza la deriva costumbrista de la pintura de género valenciana, planteando una nueva mirada sobre la transcendencia y evolución de esta corriente artística en la plástica de la época. Comisario de la muestra Francisco Javier Pérez Rojas.

La exposición reúne a más de 50 artistas valencianos que entre 1850 y 1940, renovaron los cánones académicos en la representación pictórica de escenas costumbristas y paisajes durante ese periodo.

Exposición 'Escenas y paisajes en la pintura valenciana. Siglos XIX-XX.

Alguno de los artistas referenciados por orden alfabético: Agrasot, Aguar, Almar, Andreu, Barreira, Benavent, Benedito, Benlliure, Benlliure Gil, [...]

El recorrido por la muestra aborda temas como el costumbrismo rural con escenas de labradores y huertanos; la modernidad de la cartelería festiva; La Arcadia feliz de la huerta y su visión galante y hedonista; el mar y la Albufera de Valencia; la mujer valenciana; y la religiosidad popular.

Luis Dubón. 'Labradora valenciana', 1917. Museo de la ciudad. Ayuntamiento de Valencia.

En el recorrido apreciamos la persistencia que desde mediados del XIX tiene la imagen del mundo rural en la plástica valenciana, así como la figura del campesino como sujeto depositario de una identidad en vía de disolución ante el avance uniformador de la sociedad moderna.

Exposición 'Escenas y paisajes en la pintura valenciana. Siglos XIX-XX.

La exposición está integrada por más de un centenar de obras, muchas inéditas procedentes de 37 colecciones instituciones y particulares. Incluye también un audiovisual con imágenes de la Batalla de las Flores de 1905, procedentes de los fondos de Filmoteca Valenciana (Institut Valencià de Cultura). Junto al audiovisual se muestran algunas fotografías de esa misma festividad cedidas por la Biblioteca Valenciana Digital (Bivaldi).

Exposición 'Escenas y paisajes en la pintura valenciana. Siglos XIX-XX.

Documentación y fotografía: Gabinete de Prensa Fundación Bancaja.

© Mariví Otero 2025

Manuel Otero Rodríguez

EN UN LUGAR DE LA MEMORIA. Museo Nacional del Prado

 

Benetússer. Rembrandt. Judit en el banquete de Holofernes. Proyecto “ En un lugar de… la memoria”. Museo Nacional del Prado.

Las obras del Museo Nacional del Prado tomaron las calles de Paiporta y su entorno, el pasado día Internacional de los Museos. En una iniciativa conjunta con los ayuntamientos y la colaboración de la Fundación Amigos del Museo Nacional del Prado, impulsa el proyecto "En un lugar de ...", que convierte calles y plazas de 12 localidades de Valencia y un municipio de Castilla-La Mancha en un espacio de arte al aire libre.

Catarroja Rubens. Lucha de san Jorge y el dragón. Proyecto “ En un lugar de… la memoria”. Museo Nacional del Prado.

Esta iniciativa, que tiene lugar central en Paiporta y se extiende a Alaquàs, Albal, Aldaia, Algemesí, Benetússer, Catarroja, Chiva, Massanassa, Quart de Poblet, Torrent y Utiel, lleva reproducciones de grandes obras maestras del Prado a escenarios urbanos cotidianos, como símbolo de recuperación emocional y de la comunidad. En este sentido, otra obra, se ha instalado en la localidad de Letur, perteneciente a Castilla- La mancha, también castigado por la Dana del pasado mes de octubre.

Quart de Poblet Veronese. Venus y Adonis. Proyecto “ En un lugar de… la memoria”. Museo Nacional del Prado.

Las reproducciones, en tamaño real y con sus marcos y cartelas explicativas, han sido reproducidas por ITRES Artes gráficas  y su instalación realizada por ART i Clar, empresas locales de Paiporta, lo que refuerza la apuesta por enraizar la iniciativa.

Documentación, fotografía: Área de comunicación y Asuntos Corporativos Museo del Prado.

© Mariví Otero 2025

Manuel Otero Rodríguez

jueves, 15 de mayo de 2025

MARIA BAIGUR. Las cosas nunca son lo que parecen. Cuando veas un centauro, cree en lo que ves

 

Cuando veas un centauro/Fe, 2025. Fotografía 96 x 66. Maria Baigur.

La fotógrafa Maria Baigur (1981), como escribió José de Saramago en el epígrafe de su libro de cuentos -Casi un objeto (1978). Recuperado por Maria Baigur como título de su exposición: "Las cosas nunca son lo que parecen. Cuando veas un centauro, cree en lo que ves".

De nuevo caminamos virtualmente por la Galería de Arte Anita Schwartz (Brasil). Al encuentro de la exposición de María Baigur que expone en la misma por primera vez.  Personajes de la mitología griega, los centauros son seres fantásticos, a veces monstruosos, marcados por una extraña familiaridad.

Sus cuerpos son una especie de hibrido formado por la cabeza, brazos y espalda de un humano, y el tronco y patas de un caballo.

Las fotografías de Baigur también son hibridas. En más de 10 años de producción, la artista ha ido construyendo un cuerpo de obra que tiene como elemento central el interés por la fotografía.

Cuando veas un centauro - 1, 2025. Papel para fotografía y bellas artes 350g. 96 x 132 cm. díptico.

No se trata exactamente de una fotografía tradicional, que parece ajustarse a una técnica de construcción de una visión mecánica del mundo, sino más bien de una práctica que se encamina cada vez más hacia una forma de pensar que involucra el proceso fotográfico, el tiempo y la mirada.

El resultado son obras que se presentan como una especie de híbrido entre fotografía, objeto, vídeo, instalación o performance.

Cuando veas un centauro - 2, 2025. Papel para fotografía y bellas artes 350g. 96 x 132 cm. díptico.

Fernanda Lopes (curadora). Nos presenta la parte más reciente e inédita de la investigación de la artista. En total son cinco obras en las que los gestos con hilos conductores. Es como si, al citar la mitología griega y la figura del centauro, María Baigur llamara nuestra atención sobre la mitología de la fotografía misma. Inicialmente, esta es una historia marcada por una serie de logros técnicos. Los papeles sobrantes en los que imprimieron fotografías (de la propia artista y de otros autores) ya se desechan, sino que apilan y se enmarcan, Al mismo tiempo que Baigur nos permite ver lo que antes es desconocido (estos retales), también le da un carácter escultórico y único a este material, ya que no hay dos retales iguales.

40 horas. Fotografía. 80 x 60 centímetros.

Completa la exposición un conjunto de obras (dos dípticos y una fotografía que hacen eco del título de esta exposición. Aquí se coloca una especie de ilusión/ imaginación fotográfica.

Maria Baigur. Foto: Vicente de Mello.

Documentación y fotografía enviadas por la Galería. La exposición se puede visitar hasta finales de mayo 2025.

© Mariví Otero 2025

Manuel Otero Rodríguez

MUTACIONES. Casa Museo Lope de Vega

 

Delhy Tejero. Las brujas con Delhy Tejero, 1930. Lápiz y acuarela sobre cartulina azul. Legado Delhy Tejero.

Visitamos la Casa Museo Lope de Vega ubicada en la calle Cervantes,11, donde se ha presentado la octava edición de Mutaciones, proyecto que reinterpreta en clave contemporánea este espacio histórico y sus colecciones para acercar al público nuevas formas creativas. Con el título "Tragicomedia" comisariada por Rafael Barber Cortell. Obras de artistas: Delhy Tejero (1904-1968), Sahatsa Jauregui (1984), Mónica Mays (1954), Sofía Montenegro (1954) y Lucia Bayón (1994).

El recorrido lo hago acompañada de Alba Driettale que me mostro la ubicación de las obras (gracias Alba) más tarde tenía un gran visita guiada.

Comienzo con los trabajos de Delhy Tejero a través de tres obras, un lienzo y dos dibujos, protagonizadas por representaciones de niños y lo que ella denomina "brujas buenas", que convierten lugares cotidianos en espirituales y a la inversa.

Delhy Tejero. Casa Museo Lope de Vega. Foto David Serrano.

Sahatsa Jauregui explora cómo la disposición y manipulación de objetos del día a día pueden generar nuevas a lianzas semánticas y desdibujar los límites entre lo íntimo y lo público.

Sahatsa Jáuregi. Casa Museo Lope de Vega. Foto David Serrano.

Las esculturas de Lucía Bayón, repartidas por las habitaciones del museo y la de Mónica Mays se entienden como un diálogo de materiales que se transforman.

Lucía Bayón. Casa Museo Lope de Vega. Foto David Serrano.

Mónica Mays. Casa Museo Lope de Vega. Foto David Serrano.

Se sabe que en la casa original de Lope de Vega había tres espejos, y por ello la artista Sofía Montenegro basa su obra en la utilización de este elemento y en sus reflejos sobre el visitante, que generan un ambiente misterioso en el que se desdibuja la realidad y la ficción.

Sofía Montenegro. Casa Museo Lope de Vega. Foto David Serrano.

Estas instalaciones se pueden visitar incluidas en la visita a la Casa Museo Lope de Vega, hasta el 13 de julio 2025.

Documentación y fotografía: Medios de Comunicación, Comunidad de Madrid.

© Mariví Otero 2025

Manuel Otero Rodríguez