lunes, 7 de julio de 2025

PAOLO VERONESE. El genio veneciano que deslumbró a Europa

 

Imagen de las salas de exposición Paolo Veronese. Foto © Museo Nacional del Prado. 

En el Museo Nacional del Prado visitamos, la primera gran exposición monográfica dedicada en España a Paolo Veronese, uno de los maestros más brillantes y admirados del Renacimiento Veneciano.

Comisariada por Miguel Falomir, director del Museo del Prado, y Enrico Maria dal Pozzolo, profesor de la Università degli Studi di Verona.

Como todos los grandes artistas, Veronese transcendió su tiempo. La belleza y elegancia de sus composiciones sedujo durante siglos a coleccionistas y artistas, de Felipe IV y Luis XIV a Rubens, Velázquez, Delacroix o Cézanne. Estos y otros temas se plasman en la exposición a través de más de un centenar de obras procedentes de prestigiosas instituciones internacionales como el Louvre, Metropolitan Museum, National Gallery de Londres, la Galleria degli Uffizi o el Kunsthistorisches Museum de Viena, que dialogan con piezas fundamentales del Prado.

Imagen de las salas de exposición Paolo Veronese. Foto © Museo Nacional del Prado.

Caminamos por la exposición PAOLO VERONESE (1528-1588) a través de seis secciones cronológicas y temáticas.

De Verona a Venecia. Atiende a la formación en su Verona natal, ciudad de rico pasado romano donde la tradición local convivía con aportes venecianos (sobre todo Tiziano) y de artistas centro italianos como Rafael y Parmigianino. Partiendo de ellos Veronese elaboró pronto un estilo propio caracterizado por la elegancia formal y compositiva y un colorido contrastado que le facilitaron su triunfal irrupción en Venecia en 1551.

La Sagrada Familia, conocida como La Perla Rafael Óleo sobre tabla, 147,4 × 116 cm h. 1518 Madrid, Museo Nacional del Prado.

Maestoso teatro. Arquitectura y escenografía. Aborda su modo de entender el espacio y narrar historias, aunando la tradición veneciana y las nociones teatrales y arquitectónicas de Palladio y Daniele Barbaro, y lo confronta con la visión alternativa encarnada por Tintoretto y las ideas escenográficas de Serlio. Se presta particular atención a las célebres Cenas, suntuosas manifestaciones del refinamiento y la cultura material de los patricios venecianos.

La cena en casa de Simón Paolo Veronese Óleo sobre lienzo, 315 × 451 cm h. 1556-60 Turín, Musei Reali di Torino, Galleria Sabauda.

Proceso creativo. Invención y repetición. Ahonda en la inteligencia pictórica de Veronese y el modo como dirigió uno de los obradores más fecundos y de mayor calidad de la época. Ello fue posible gracias a un férreo control del proceso creativo y a una sabia distribución de funciones dentro del taller en la que el dibujo resultó fundamental.

La disputa con los doctores en el templo Paolo Veronese Óleo sobre lienzo, 236 x 430 cm Hacia 1560 Madrid, Museo Nacional del Prado.

Alegoría y mitología. Muestra su excelencia de dos terrenos particularmente queridos por las elites: La alegoría y la fábula mitológica, donde se reveló como el único artista capaz de compartir con Tiziano, lo que le permitió heredar su poderosa clientela, dentro y fuera de Venecia.

Marte y Venus unidos por Amor Paolo Veronese Óleo sobre lienzo, 205,7 × 161 cm década de 1570 Nueva York, The Metropolitan Museum of Art, John Stewart Kennedy Fund, 1910 (10.189).

El último Veronese. Aborda su década final, cuando asistimos a un cambio notable en su pintura, con composiciones inestables de colorido más sombrío y un uso dirigido y a menudo simbólico de la luz, en las que el paisaje cobra nuevo protagonismo. Esta mutación, que anuncia las grandes conquistas pictóricas del Barroco, responde a factores diversos; unos estéticos, como el impacto de la obra coetánea de Tintoretto y Jacopo Bassano; otros “ambientales”, como el clima religioso tras el Concilio de Tentro.

Venus y Adonis Paolo Veronese Óleo sobre lienzo, 162 x 191 cm Hacia 1580 Madrid, Museo Nacional del Prado.

 La exposición concluye con una sección dedicada a su legado: “Haeredes Pauli” y los admiradores de Veronese. De un lado tenemos a sus familiares, que durante una década prolongaron de forma estéril sus modelos bajo la denominación “Heredes Pauli”; del otro, a aquellos artistas con verdadero ingenio que asumieron y propagaron su legado. La exposición se centra en los inmediatamente posteriores: El Greco, los Carracci y Pedro Pablo Rubens, pero su condición de “pintor de pintores” se prolongó hasta el siglo XX e incluye a artistas tan dispares como Velázquez, Tiépolo, Delacroix o Cezanne. La exposición finaliza recordando su lugar de privilegio en el coleccionismo europeo, razón última de su sobresaliente representación en las colecciones del Museo del Prado.

Imagen de las salas de exposición Paolo Veronese. Foto © Museo Nacional del Prado. 

Con “Paolo Veronese”. El Prado cierra un ambicioso programa de investigaciones, restauraciones y exposiciones, iniciado hace más de dos décadas, dedicado a la pintura veneciana del Renacimiento veneciano, piedra fundamental de la antigua colección real y del actual Museo del Prado.

Mariví Otero

Manuel Otero Rodríguez

Fuente: PAOLO VERONESE. Museo Nacional del Prado. Del 27 de mayo al 21 de septiembre 2025. Documentación y fotografía: Área de Comunicación Museo Nacional del Prado.

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