En el
Museo Nacional del Prado visitamos, la primera gran exposición monográfica
dedicada en España a Paolo Veronese, uno de los maestros más brillantes y
admirados del Renacimiento Veneciano.
Comisariada
por Miguel Falomir, director del Museo del Prado, y Enrico Maria dal Pozzolo,
profesor de la Università degli Studi di Verona.
Como
todos los grandes artistas, Veronese transcendió su tiempo. La belleza y
elegancia de sus composiciones sedujo durante siglos a coleccionistas y
artistas, de Felipe IV y Luis XIV a Rubens, Velázquez, Delacroix o Cézanne.
Estos y otros temas se plasman en la exposición a través de más de un centenar
de obras procedentes de prestigiosas instituciones internacionales como el
Louvre, Metropolitan Museum, National Gallery de Londres, la Galleria degli
Uffizi o el Kunsthistorisches Museum de Viena, que dialogan con piezas
fundamentales del Prado.
Caminamos
por la exposición PAOLO VERONESE (1528-1588) a través de seis secciones
cronológicas y temáticas.
De
Verona a Venecia. Atiende a la formación en su
Verona natal, ciudad de rico pasado romano donde la tradición local convivía
con aportes venecianos (sobre todo Tiziano) y de artistas centro italianos como
Rafael y Parmigianino. Partiendo de ellos Veronese elaboró pronto un estilo
propio caracterizado por la elegancia formal y compositiva y un colorido
contrastado que le facilitaron su triunfal irrupción en Venecia en 1551.
Maestoso
teatro. Arquitectura y escenografía.
Aborda su modo de entender el espacio y narrar historias, aunando la tradición
veneciana y las nociones teatrales y arquitectónicas de Palladio y Daniele
Barbaro, y lo confronta con la visión alternativa encarnada por Tintoretto y
las ideas escenográficas de Serlio. Se presta particular atención a las célebres Cenas, suntuosas manifestaciones del refinamiento y la cultura material
de los patricios venecianos.
Proceso creativo. Invención y repetición. Ahonda en la inteligencia pictórica de Veronese y el modo como dirigió uno de los obradores más fecundos y de mayor calidad de la época. Ello fue posible gracias a un férreo control del proceso creativo y a una sabia distribución de funciones dentro del taller en la que el dibujo resultó fundamental.
Alegoría
y mitología. Muestra su excelencia de dos terrenos
particularmente queridos por las elites: La alegoría y la fábula mitológica,
donde se reveló como el único artista capaz de compartir con Tiziano, lo que le
permitió heredar su poderosa clientela, dentro y fuera de Venecia.
El
último Veronese. Aborda su década final, cuando asistimos a un
cambio notable en su pintura, con composiciones inestables de colorido más
sombrío y un uso dirigido y a menudo simbólico de la luz, en las que el paisaje
cobra nuevo protagonismo. Esta mutación, que anuncia las grandes conquistas
pictóricas del Barroco, responde a factores diversos; unos estéticos, como el
impacto de la obra coetánea de Tintoretto y Jacopo Bassano; otros
“ambientales”, como el clima religioso tras el Concilio de Tentro.
La exposición concluye con una sección
dedicada a su legado: “Haeredes Pauli” y los admiradores de Veronese. De
un lado tenemos a sus familiares, que durante una década prolongaron de forma
estéril sus modelos bajo la denominación “Heredes Pauli”; del otro, a aquellos
artistas con verdadero ingenio que asumieron y propagaron su legado. La
exposición se centra en los inmediatamente posteriores: El Greco, los Carracci
y Pedro Pablo Rubens, pero su condición de “pintor de pintores” se prolongó
hasta el siglo XX e incluye a artistas tan dispares como Velázquez, Tiépolo,
Delacroix o Cezanne. La exposición finaliza recordando su lugar de privilegio
en el coleccionismo europeo, razón última de su sobresaliente representación en
las colecciones del Museo del Prado.
Con
“Paolo Veronese”. El Prado cierra un ambicioso programa de investigaciones,
restauraciones y exposiciones, iniciado hace más de dos décadas, dedicado a la
pintura veneciana del Renacimiento veneciano, piedra fundamental de la antigua
colección real y del actual Museo del Prado.
Mariví
Otero
Manuel
Otero Rodríguez
Fuente: PAOLO VERONESE. Museo Nacional del Prado. Del 27 de mayo al 21 de septiembre 2025. Documentación y fotografía: Área de Comunicación Museo Nacional del Prado.
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