jueves, 12 de diciembre de 2019

GOYA. Dibujos. Solo la voluntad me sobra

Autorretrato. Francisco de Goya
Pincel y aguada de tinta de hollín sobre papel verjurado, 233 x 144 mm. 1796
Nueva York, The Metropolitan Museum of Art, Harris Brisbane Dick Fund, 1935

El 19 de noviembre de 1819 el nuevo museo abría sus puertas al público aún como museo real y con fondos procedentes de las ricas colecciones de pintura y de escultura reunidas por los reyes de España durante más de trescientos años. Cuando Goya vivía aún en Madrid, tres pinturas suyas colgaban ya en la sala que daba acceso a la galería central, los dos retratos ecuestres de Carlos IV y María Luisa de Parma y El Garrochista. Con el tiempo, el Museo del Prado iba a reunir, además, la mejor colección de las obras de Goya, cerca de ciento cincuenta pinturas, quinientos dibujos, sus series de estampas y una documentación única como es la valiosa correspondencia con su amigo Martín Zapater.

Esta gran muestra, que se ha inaugurado el día en el que el Museo Nacional del Prado celebra sus doscientos años, es el resultado de los trabajos realizados para elaborar un nuevo Catálogo razonado de los dibujos de Goya, fruto del convenio de colaboración que en el año 2014 firmaron la Fundación Botín y el Museo del Prado.

Otra en la misma noche. Cuaderno C, hoja 39
Francisco de Goya Pincel y aguada de tinta de hollín, sobre papel verjurado, 205 x 142 mm
1808-14 Madrid, Museo Nacional del Prado

La exposición reúne por primera vez, en una ocasión única e irrepetible, más de trescientos de los dibujos de Goya, procedentes de las propias colecciones del Prado y de colecciones públicas y privadas de todo el mundo, ofreciendo un recorrido cronológico por su obra, con presencia de dibujos de toda su producción, desde el Cuaderno italiano a los álbumes de Burdeos. Además, aporta una visión moderna de las ideas que el artista abordó de forma recurrente durante su vida, y pone de manifiesto la pervivencia y actualidad de su pensamiento.

Ligereza y atrevimiento de Juanito Apiñani en la de Madrid. Francisco de Goya
Sanguina. Papel Verjurado ahuesado con filigrana. 1814-1816
Madrid, Museo Nacional del Prado

Al recorrer cronológicamente la obra de Goya por la exposición, se observan temas e ideas recurrentes durante su carrera, algunas tan avanzadas como la defensa de la mujer.

Del retrato al maltrato a la mujer: las temáticas de Goya.

Retratos

A este género artístico dedicó gran parte de su actividad, lo que le reportó prestigio y dinero. Si algo caracteriza sus retratos es la profundidad emocional, además del obligatorio parecido físico y el decoro, entendido como la educación de la imagen proyectada a la condición social y profesional. Sus rostros no solo muestran la fisonomía del retratado, sino que revelan su más íntima personalidad. Rembrandt y Velázquez fueron, como menciona la biografía del artista escrita por su hijo Javier, sus maestros.

Joven bailando al son de una guitarra. Cuaderno de Sanlúcar [A], e. Francisco de Goya
Pincel y aguadas de tinta de hollín sobre papel verjurado, 172 x 101 mm. 1794-95
Madrid, Museo Nacional del Prado
Multitud

Un buen ejemplo de esta inmersión en el pensamiento contemporáneo es la aparición recurrente de la multitud, de  la muchedumbre, y que en su caso adquiere un matiz claramente negativo. También el artículo de la Encyclopédie de Denis Diderot y Jean D’Alembert la juzgará desfavorablemente por carecer de razonamiento, ser ignorante e ir en contra de lo humano. En numerosos dibujos Goya introduce grupos de personas que contemplan o participan en escenas violentas o ridículas de forma acrítica. Generalmente quienes forman parte de estas multitudes están privados de rostro, o si tienen, es la viva expresión de la estulticia. El que puedan estar manipulados no les justifica, pues su irracionalidad les hace cómplices, como dice la Encyclopédie, de la maldad. No son tanto víctimas sino verdugos. De este modo la multitud se convierte en una masa informe, en un populacho que en sí mismo constituye el objeto de censura.

Gran Disparate. Cuaderno de Burdeos I o cuaderno G, 9. Francisco de Goya
Lápiz, papel verjurado, agrisado, con filigrana. 1824-28
Madrid, Museo Nacional del Prado
Violencia contra la mujer

En este contexto de la violencia merece un lugar destacado la ejercida por el hombre sobre la mujer. La importancia de la mujer en la obra de Goya es tal que ha merecido incluso exposiciones monográficas. Por ejemplo, siempre  se ha destacado que en los “Desastres de la guerra” los personajes femeninos sean los únicos que merecen una valoración positiva, bien por tratarse de víctimas inocentes, al igual que los niños y los viejos, bien por mantener actitudes dignas y valerosas en defensa de su integridad y la de los suyos. Sin embargo, aunque se ha reconocido en numerosas ocasiones que buena parte de las mujeres que aparecen en las obras de la época de los Caprichos están relacionadas con la prostitución, en el análisis que se ha hecho de estas obras no se ha tratado el tema de la violencia contra la mujer. Entendida la prostitución en este sentido, los bellos dibujos de prostitutas de los Cuadernos A y B, así como de las composiciones de los Caprichos, deben ser interpretados como imágenes de dolor y abuso, cuando no de violación. La reiteración de escenas de este asunto revela claramente la sensibilidad de Goya hacia la injusticia, y más concretamente hacia el sufrimiento y los desasosiegos  que genera en las mujeres la práctica de la prostitución. Pero el artista también cuestiona el matrimonio, tantas veces desigual, como ya pusieron de manifiesto los ilustrados, y que en ocasiones se convierte en “una cárcel llena de penalidades”, como el mismo Goya se encargó de mostrar. La modernidad de este, tantas veces subrayada, radica en la novedad de sus planteamientos al margen del encargo, donde da rienda libre a sus pensamientos, pero también en su capacidad para ver de manera crítica aquellos comportamientos masculinos que merecen ser reprobados, como hiciera la revolucionaria Olympe de Gouges en su Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana de 1789, y que tristemente siguen estando presentes en nuestros días.

Las camas de la muerte. Dibujo preparatorio para el Desastre de la guerra 62. Francisco de Goya
Lápiz rojo sobre papel verjurado, 148 x 206 mm
1812-14 Madrid, Museo Nacional del Prado
Vejez

La vejez es el último de los grandes temas abordados por Goya. La presencia de ancianos desfavorecidos será frecuente en los dibujos y estampas que el artista elaboró, y su significado irá ganando en transcendencia, hasta convertirse en verdaderas reflexiones sobre el destino del hombre. Precisamente la exposición finaliza con su dibujo Aún aprendo, emblema de la capacidad de progreso y resistencia frente a la adversidad. El espíritu emprendedor de este periodo aparece elocuentemente representado en el dibujo.

Aun aprendo. Cuaderno de Burdeos I o Cuaderno G, 54. Francisco de Goya
Lápiz negro, Lápiz litográfico, papel verjurado, agrisado, con filigrana. h. 1826
Madrid, Museo Nacional del Prado

“Me he vuelto viejo con muchas arrugas, que no me conocerías sino por lo romo y por los ojos hundidos… lo que es cierto que ya voy notando mucho los 41”.

Carta de Goya a Martín Zapater de 28 de noviembre de 1787

Agradézcame usted mucho estas malas letras, porque ni vista, ni pulso, ni pluma, ni tintero, todo me falta, y solo la voluntad me sobra”.

Carta de Goya a Joaquín María Ferrer de 20 de diciembre de 1825.

Comisariada por: José Manuel Matilla, Jefe de Conservación de Dibujos y Estampas del Museo Nacional del Prado, y Manuela Mena, hasta enero de 2019 Jefe de Conservación de la pintura del siglo XVIII y Goya del Museo Nacional del Prado. Espléndido trabajo.


© Mariví Otero. 2019.
Manuel Otero Rodríguez

Fuente: Goya. Dibujos. Solo la voluntad me sobra. Museo Nacional del Prado. Área de Comunicación: documentación y grafica. Del 20 de noviembre 2019 al 16 de febrero de 2020.

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