viernes, 2 de octubre de 2020

NACHO CRIADO. Desde el Minimalismo, la disciplina “conceptual” y más.

Nacho Criado

La Galería Álvaro Alcázar inaugura la temporada con una exposición muy esperada de NACHO CRIADO (Mengíbar, Jaén, 1943 – Madrid, 2010). Medalla de Oro de Bellas Artes 2008 y Premio Nacional de Artes Plásticas 2009.

Escribe Álvaro Alcázar, “Considero que es fundamental recuperar las figuras importantes del arte, revalorizarlas y darles la importancia que merecen”. El tiempo le ha devuelto un artista tan especial como NACHO CRIADO, con el que Carmen Gamarra (su madre) trabajó décadas. Ya ninguno de los dos está entre nosotros, pero sí, su magnífico trabajo, Carmen Gamarra como una gran galerista y nuestro artista con sus obras minimalistas, “conceptual” y más, como escribe Álvaro Alcázar “siempre tenía las obras en la cabeza, solo había que sacarlas, era una artistazo, un genio”. Muestra en colaboración con Gonzalo (hijo de Nacho Criado) y Lidija, sin ellos no hubiese sido posible hacer la exposición.

Vista de sala. Exposición: Nacho Criado. Galería Álvaro Alcázar.

La obra de NACHO CRIADO se despliega por el gran espacio de la galería unas diez obras, de diferentes épocas. El discurso de CRIADO se va forjando, en primer lugar, en el minimalismo imperante durante la segunda mitad de la década de 1960, para contestar sus principios básicos en piezas como las que componen Homenajes a Rothko de 1970-1994. El empleo de materiales pobres manifiesta un vínculo con el arte povera que propulsó una reacción contra la modernidad desde el uso de materiales de desecho, mientras que sus prácticas, centradas en el proceso, lo conectan directamente con otra figura de autoridad del arte moderno, Marcel Duchamp, así como otras menciones y referencias (Bruno Taut, Matthias Grünewald, Samuel Beckett).

HOMENAJE A ROTHKO II. 1970 - 1999. Técnica mixta, acrílico y cartón. 107 x 77 cm.
HOMENAJE A ROTHKO I. 1970 - 1999. Técnica mixta, acrílico y cartón. 107 x 77 cm.

La obra de CRIADO deriva entre polos muy distintos, pero no puede disociarse en general de las estrategias del arte conceptual en un sentido amplio, su interés se dirigió al uso de las herramientas y elementos a su alcance como materia de indagación, como pensamiento y como lenguaje. En ese sentido, prácticas como la performance, el Land art o el Body art, no fueron para CRIADO etiquetas de identidad sino instrumentos de investigación.

HERIDA ALPINA, 1996, Hierro, cristal y mármol, 113,5 x 350 x 170 cm.

NACHO CRIADO reactiva y reactualiza, como nuevo agente colaborador, las ideas de ellos, que permanecen dentro de la historia del pensamiento, no como obras de arte sino como proceso. Todos estos elementos de partida convergen en una pieza madura, Desprendimiento de la cúpula, 1996 (hierro, espejo y cristal, 140 x 140 x 260).

Desprendimiento de la cúpula, 1996 (hierro, espejo y cristal, 140 x 140 x 260).

Por último, antes de traspasar el pórtico de la presente muestra quisiera recordar, aunque sólo fuera para uso de recién llegados, que en ella cristaliza y pocas veces de un modo más literal una trayectoria artística bien reconocida en nuestro panorama. Como sospecharán, me refiero a aquél que, reclamándose a las astucias duchampianas, se impregna de la sensibilidad que destilaban los “nuevos comportamientos”, desde el Minimalismo y la disciplina “conceptual”, a la que, no obstante, sería irrisorio el reducirlos. 


© Mariví Otero. 2020
Manuel Otero Rodríguez

Fuente: Nacho Criado. Galería Álvaro Alcázar. Catálogo en PDF: AAVV. Documentación y fotografías, prensa de la Galería: Lucía González Sainz de los Terreros. Hasta el 14 de octubre de 2020. 

Marchan Fiz, S.: Piezas de agua y cristal: Entre las transparencias y la metáfora. 1991.

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