viernes, 3 de noviembre de 2023

DEL LAPICERO AL BURIL. El dibujo para grabar en tiempos de Goya.

Imagen de la sala de la exposición Del Lapicero a Buril. Foto © Museo Nacional del Prado.

En el Museo Nacional del Prado, visitamos esta muestra. Comisariada por José Manuel Matilla, Jefe de Conservación de Dibujos y Estampas, y Ana Hernández Pugh, responsable del catálogo razonado de los dibujos Manuel Salvador Carmona. En la exposición se exhiben obras de varios autores, el eje central de la muestra gira en torno a dos figuras fundamentales en el desarrollo del arte del grabado, Manuel Salvador Carmona (1734-1820), el artista que mejor dominó la técnica académica del buril en España, y Francisco de Goya (1746-1828), cuya genialidad y particular entendimiento del aguafuerte abrió nuevos caminos a la creación artística.

5a. Retrato de François Boucher Dibujo de contorno para grabar Manuel Salvador Carmona Lápiz negro y rojo 1759-61 Madrid, Museo Nacional del Prado 5b. Retrato de François Boucher Estampa Manuel Salvador Carmona Aguafuerte y buril 1761 Madrid, Museo Nacional del Prado

En la segunda mitad del siglo XVIII España se liberó de la dependencia que había tenido del extranjero en el ámbito del grabado. La formación de dibujantes y grabadores cualificados, encabezados por Manuel Salvador Carmona, permitió acompañar con estampas los importantes proyectos culturales y científicos promovidos por el pensamiento ilustrado, cuyo epílogo será la publicación de los Caprichos de Francisco de Goya en 1799.  Si las estampas de esa época son bien conocidas, no lo son tanto los dibujos para grabar que les sirvieron de punto de partida. Su carácter utilitario los ha relegado a un según plano en la historia del arte. Y, sin embargo, de sus cualidades depende absolutamente la calidad del grabado; sin un buen dibujo es imposible obtener una buena estampa.

En “Del lapicero al buril” -dos de los instrumentos más utilizados por dibujantes y grabadores- nos muestran los distintos usos que tuvieron los dibujos en el proceso de creación del grabado, desde los que realizaban los artistas que inventaban las imágenes hasta los elaborados por los propios grabadores en sus talleres. La variedad de técnicas utilizadas, así como su adecuación a los temas que representan, sirven también para ofrecer un recorrido sobre el dibujo español en tiempos de Goya.

Imagen de la sala de la exposición Del Lapicero a Buril. Foto © Museo Nacional del Prado.

La exposición presenta unos 80 dibujos y estampas, está dividida en cuatro apartados:

El dibujo y la imagen del grabado

Manuel Salvador Carmona es el grabador a buril más importante de la España del siglo XVIII. Maestro de una generación de artistas en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, siempre concedió un relevante papel a la práctica del dibujo, indispensable para ser un buen grabador. Sus retratos y autorretratos son prueba elocuente de esa idea y reveladores de su trayectoria profesional y personal. De los años en que permaneció pensionado en París, siempre con -con buril o con lapicero en la mano- Dibujante infatigable, retrató a toda su familia con la técnica francesa “los tres lápices” -negro, rojo y blanco de clarión-. Precisamente, el retrato de su esposa, Ana María Mengs, pudo servir de modelo para ser incluido en una estampa con su autorretrato, que nunca llegó a grabar y de la que solo se conocen sus dibujos preparatorios.

Felipe de Borgoña personificando la Orden del Toisón Dibujo de contorno para grabar Manuel Salvador Carmona Lápiz rojo y negro. Cuadriculado 1778 Madrid, Biblioteca Nacional de España

Del dibujo a la estampa

En este apartado nos encontramos con “El Quijote de la Academia”. La edición del Quijote de la Real Academia Española (1780) es el mejor ejemplo del proceso de elaboración de un libro ilustrado en España del siglo XVIII. La Academia puso especial cuidado en la elección de los paisajes que debían ser ilustrados y en rigurosa supervisión de los dibujos. De este proyecto se han conservado numerosos diseños, tanto preliminares como definitivos.

Apalean unos yangüeses a Don Quijote y Sancho Dibujo para grabar José del Castillo Pincel y aguada de tinta de hollín 1774 Barcelona, Biblioteca de Catalunya

La técnica de los dibujos para grabar

En los dibujos para grabar se aprecia el uso de la mayor parte de materiales y técnicas de dibujo disponibles en el siglo XVIII. Estas podían ser secas -lápiz negro y rojo- o acuosas -diferentes tintas aplicadas con pluma y pincel-. Los dibujantes recurrían a unas u otras en función de numerosas variables: si el dibujo era grabado por ellos mismos o por otro grabador, o según el asunto de la estampa y el procedimiento técnico que fuera emplearse en el grabado de la lámina. Los dibujos a lápiz o con pincel fino, con predominio de contornos y sombreados de líneas paralelas, se adecuaban fácilmente al lenguaje lineal del grabado a buril. En cambio. La pluma, complementada con aguadas, se identifica mejor con los trazos más libres del grabado al aguafuerte y al aguatinta. Los dibujos más valorados por los grabadores eran aquellos que suministraban mayor información, tanto de las figuras como de las luces, y solían estar elaborado con pluma, pincel y aguadas.

Sueño. Bruja maestra dando lecciones a su discipula del primer vuelo Dibujo para grabar con huella de transferencia Francisco de Goya Pluma, tinta ferrogálica y trazos de lápiz negro 1796-97 Madrid, Museo Nacional del Prado

Ruinas de la iglesia del Carmen Dibujo para grabar Fernando Brambila Lápiz negro y aguada de tinta grisácea y rosa 1808 Madrid, Museo Nacional del Prado 

Copiar, reproducir e interpretar

El dibujo era un paso intermedio para reproducir a través del grabado un modelo existente, ya fuera una pintura o cualquier otro objeto artístico, la propia naturaleza -desde el paisaje a sus especímenes botánicos- o la vida de los habitantes del reino -su actividad cotidiana o los acontecimientos dignos de ser inmortalizados-. La adecuada copia y traducción del modelo por el dibujante, en color o blanco y negro, es básica para que luego el grabador pueda interpretarlo de nuevo en un lenguaje esencialmente lineal. La fidelidad al original constituye el factor clave de este proceso y solo mediante un dibujo en las formas y los colores o los tonos estén definidos con exactitud, podrá el experto grabador traducir aquel al lenguaje propio del medio gráfico, como los adornos y la letra, debían estar correctamente definidos en el dibujo.

En este último apartado, destacamos: Cuadricular y copiar; El color del dibujo; Hacer Bien o hacer mal; La dificultad de copiar y reproducir.

Ciudadana de Bilbao Dibujo preliminar Luis Paret y Alcázar Lápiz negro y rojo h. 1778 Madrid, Museo Nacional del Prado

La familia de Felipe IV Dibujo para grabar Francisco de Goya Lápiz rojo y negro 1785-92 Madrid, Colección particular

Esta exposición se convierte en una ocasión única para dar a conocer algunas de las obras que el Museo del Prado ha adquirido en los últimos años al hilo de este proyecto. De pequeño formato, pero de múltiples matices y memoria de enseñanzas.

© Mariví Otero 2023
Manuel Otero Rodríguez

Fuente: DEL LAPICERO AL BURIL. El dibujo para grabar en tiempos de Goya. Museo Nacional del Prado. Del 16 de octubre 2023 al 14 de enero de 2024. Área de comunicación del Museo: Documentación y fotografía.

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