Victor
Vasarely (Pécs, 1906- París 1997) es una de las figuras más
destacadas del arte abstracto geométrico. Sus experimentos con estructuras especialmente ambiguas y ópticamente
dinámicas y sus efectos en la percepción visual irrumpieron en el panorama
artístico de mediados de la década de 1960 con la etiqueta de Op Art, dando
origen a una tendencia efímera pero de extraordinaria popularidad.
El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza presenta
esta exposición monográfica, organizada con fondos del Museo Vasarely de
Budapest, del Museo Victor Vasarely de Pécs, de la Fundación Vasarely de
Aix-en-Provence y otros destacados préstamos de colecciones privadas. El
comisario de la muestra es Márton Orosz, conservador del Museo de Bellas Artes
de Budapest y director del Museo Vasarely, la exposición ofrece una visión global de la
vida y obra del artista húngaro, quien realizó lo mejor de su producción en
Francia.
Caminar
entre las obras es fácil y ameno, la exposición está organizada en ocho
secciones siguiendo un orden cronológico.
Estructuras vega
El
primer espacio está dedicado, a esta serie una de las más conocidas
emblemáticas, realizadas en la cumbre de su carrera y cuyo nombre deriva de la
estrella que más brilla en las noches estivales del hemisferio norte.
Estos cuadros se basan
en distorsiones cóncavo-convexas de una retícula, en una compleja combinación
del cubo y la esfera que remite simbólicamente al movimiento de dos direcciones de la luz que emana de estrellas, al
funcionamiento de las galaxias que han nacido por condensación y de un universo
que se expande.
Periodo gráfico
Dotado de una
extraordinaria capacidad para el dibujo, de 1929 a 1930 Vasarely estudia en la
escuela Mühely de Budapest, dirigida por Sándor Bortnyik, pintor y diseñador
gráfico conectado con la Bauhaus de Weimar. Wasarely
se interesa por los problemas formales del arte geométrico y adopta como
maestros espirituales a Piet Mondrian,
Theo van Doesburg, Kazimir Málevich, El Lissitzky y Lászlo Moholy-Nagy.
Este primer periodo se prolonga hasta 1939, sus imágenes todavía no son
abstractas.
Estudios precinéticos y Naissances
Con motivo de una
exposición en la Galería Denise René
de París en 1951, Vasarely se plantea por primera vez trasladar sus composiciones
espaciales a una escala monumental. Utilizando métodos de la fotografía, amplia
sus dibujos a pluma y los coloca en series que cubren paredes enteras. A partir
de estos trabajos, el artista crea la serie Naissances
(Nacimientos), que consiste en superponer los negativos de los dibujos para
crear inquietantes y aleatorias configuraciones. En sus Ouvres profondes cinétiques (Obras profundas cinéticas) emplea el
mismo método con planchas de vidrio, acrílico
o plástico transparente.
Belle-Isle / Cristal/ Denfert
Vasarely en 1947, pasa el verano
en Belle Île, isla situada frente a la costa de Bretaña, donde descubre la
geometría interna de la naturaleza. A partir de apuntes, que ponen de manifiesto
una viva imaginación, pinta evocadores cuadros a base de colores muy
unificados. En esos mismos años inicia el periodo Crystal, que se inspira en la estricta geometría de las casa de piedra de Gordes, población medieval
del sur de Francia cuyas formas intentan trasladar al lienzo con ayuda de la axonometría.
Periodo Blanco y Negro (Arte cinético)
Inspirándose en la
composición suprematista Blanco y Negro de Kazimir Malévich (1915), que encarnaba la armonía de la
espiritualidad y que se ha interpretado muchas veces como –punto final- un
cuadro que rota sobre su eje hasta parecer un rombo, sería el punto de partida
de sus obras cinéticas.
Sistemas universales a partir de un
alfabeto plástico
Musée des Arts
Décoratifs de París en 1963, Vasaraly presenta los resultados de
sus estudios sobre la Unidad plástica.
Este concepto se basa en la interacción de forma y color. El artista
consideraba las formas-color como células o moléculas a partir de las cuales se
construyó el universo: “la unidad de forma-color […] es a la plasticidad lo que
la onda-partícula es a la naturaleza”, declaró.
Algoritmos y permutaciones
En
1953, Vasarely consideró la necesidad de que sus obras se
multiplicaran y tuvieran una amplia difusión.
En el Manifiesto amarillo de 1955 resumió sus
ideas sobre las posibilidades de recreación, multiplicación y expansión.
Gracias a su multiplicabilidad y permutabilidad, un conjunto básico de
elementos podía transformarse, mediante un algoritmo, en un número infinito de
composiciones distintas. Las programaciones con que se registraría ese proceso
partirían de que los colores, los tonos y las formas que constituían cada
imagen pudieran representarse numéricamente e, incluso, guardarse en una
computadora para recuperarlos cuando se deseara. Aunque nunca había trabajado
con la informática, de sus principios se deriva la posibilidad de crear
imágenes con esa tecnología.
Vasarely a principios de la década de 1960, propuso el
empleo de un lenguaje visual universal que denominó Folclore planetario. Colores y formas dispuestos regularmente y
numerados al estilo de los productos industriales. Como el mismo señaló, las
obras de arte no pertenecían solo a los museos y galerías, sino que necesarias
en todos los segmentos de la vida urbana. Su visión, que se basaba en las ideas
de Le Corbusier y Fernand Léger y
proclamaba una síntesis de las diferentes disciplinas artísticas, consistía en
los componentes básicos de las ciudades del futuro fueran obras plásticas
monumentales, producidas en serie. La primera de sus integraciones
arquitectónicas se llevó a cabo en Venezuela en 1954, en el campus de la
Universidad Central de Caracas. Vinieron después instalaciones plásticas
monumentales en edificios de Bonn, Essen, París y Grenoble.
Múltiples
Una
parte importante de la filosofía de Vasarely está relacionada con su
negativa a distinguir entre obra de arte original y reproducción. Convencido de
que las obras cobraban una nueva vida cuando se multiplicaban, consideraba los Múltiples –objetos basados en el mismo
prototipo y producidos en un proceso de
fabricación que el artista supervisaba hasta el más mínimo detalle-.
A Vasarely le gustaba
especialmente la serigrafía; sus estampas, firmadas y numeradas, se podían
adquirir en el mercado, al igual que los Múltiples,
integrados por láminas coloreadas a mano o reproducidas industrialmente y
montadas en soportes de madera o metal.
Espléndida
exposición, pero o quitan obra o amplían el espacio.
© Mariví Otero 2018
Asistente:
Manuel Otero Rodríguez
Fuente: Victor
Vasarely. El nacimiento del Op Art. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Madrid. Del 7 de junio al 9 de
septiembre de 2018. Oficina de Prensa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario