miércoles, 6 de septiembre de 2017

AGÓN! La competición en la antigua Grecia

Niké alada con las ropas agitadas por el viento. Estatua de mármol, c. 100. a. C. Halicarnaso. © The Trustees of the British Museum

Niké, la diosa de la victoria que conecta el mundo de los mortales con el mundo de los dioses, da la bienvenida a la exposición, que invita a descubrir la idea de competición que dominaba todos los aspectos de la vida de la antigua Grecia: desde la guerra, el deporte y los juegos infantiles hasta la creación artística, pasando por la vida cotidiana y el momento de la muerte. Los griegos aspiraban a alcanzar la excelencia mediante el equilibrio entre el cuerpo y el espíritu, por un lado, mediante el deporte y, por el otro, a través de la filosofía, las artes y las ciencias.

En Agón! La competición en la antigua Grecia se exponen por primera vez un gran número de obras maestras de la colección del British Museum, que con más de 100.000 objetos tienen uno de los fondos de antigüedades más grandes y completas del mundo clásico.

El comisario de la muestra Peter Higgs, especialista en escultura y arquitectura de la antigua Grecia en el British Museum, nos presenta una amplia selección, formada por 172 piezas antiguas del museo británico, comprende desde una decena de estatuas de grandes dimensiones hasta pequeñas figuras, sellos exquisitamente grabados hasta monedas. Todas unidas por primera vez. Es la primera vez que muchas de estas obras salen del British Museum para su exhibición en la muestra, un numeroso grupo de las cuales lo hacen directamente desde las salas de exposición del museo británico.


Es el caso de la parte final de la exposición, que ahonda en el tema de la muerte a través de las esculturas del Mausoleo de Halicarnaso, la tumba del rey Mausolo, una de las siete maravillas del mundo antiguo. El British Museum nunca antes había cedido en préstamo estas célebres y emblemáticas esculturas, que además han sido restauradas para la ocasión.

Bloque de un friso con una batalla entre griegos y amazones. Relieve de mármol. c. 350 a. C. Hallado en Mausoleo de Halicarnaso, actual Turquía © The Trustees of the British Museum

La exposición se divide en siete ámbitos que recorren los aspectos de la vida de los griegos donde la competición es fundamental:

Niké, la diosa de la victoria. […] Niké solía relacionarse con Atenea, la diosa de la guerra y la sabiduría, y con Zeus, el patriarca de la familia olímpica. Siendo la personificación de la victoria, se sienta como jueza junto a Zeus para determinar quiénes son los vencedores, tanto en la batalla como en los deportes. Fue una de las divinidades griegas más atareadas, puesto que entregaba coronas, diademas, palmas o trofeos directamente a los ganadores.

Atletas célebres entrenando Ánfora de cerámica de figuras rojas c. 520-500 a. C. Realizada en Atenas. De Vulci, Italia © The Trustees of the British Museum

El juego en la infancia […] En las palabras de Platón se expresa el convencimiento de que, si bien es necesario estimular el juego en los niños, también lo es inculcarles una estructura rigurosa. Desde temprana edad, los ciudadanos  aprendían  a seguir las normas y los criterios marcados por el poder establecido […]

En la mayoría de las ciudades estado griegas, las niñas y las mujeres recibían  educación en sus casas, en general por parte de sus maridos, hermanos o padres. Fuera del hogar solo recibían clases de música y danza. En cambio, en Esparta, las mujeres tenían acceso a una educación pública.


Competiciones deportivas […] Los Juegos Panhelénicos celebrados en Olimpia, Delfos, Istmia y Nemea estaban abiertos a los atletas de todo el mundo griego. La competición deportiva más famosa  era la celebrada cada cuatro años en Olimpia. Su primera edición fue en el año 776 a.C. y se continuó celebrando durante más de mil años. Todas estas contiendas deportivas en honor de los dioses, de quienes se esperaba recibir la excelencia atlética.

Los ganadores de los principales juegos se convertían en auténticos héroes, y los atletas profesionales podían vivir de lo que ganaban en las numerosas competiciones de menor importancia. En Olimpia, en cambio, el premio era una simple corona de ramas de olivo, pero esa victoria proporcionaba fama de por vida. La tradición de los Juegos Olímpicos fue retomada en la era moderna en 1896.

Lanzador de disco Estatua de mármol . Versión romana (c. 120-140 d. C.) de un original griego perdido (c. 425-400 a. C.) . Supuestamente procedente de la Villa Adriana de Tívoli © The Trustees of the British Museum

Las competiciones teatrales y musicales. Las competiciones en las artes escénicas eran parte integrante de los festivales religiosos celebrados en honor de Dionisio, el dios del teatro y del vino. Patrocinadas por benefactores, constituían  una fuente de diversión para las masas. En todas las festividades panhelénicas, no solo en las de Olimpia, se organizaban certámenes abiertos a ciudadanos varones de todo el mundo griego […]

El teatro y la poesía  ofrecían un resquicio para ahondar en importantes temas sociales y religioso, y para criticar abiertamente la política y a los políticos. Muchos de los dramaturgos griegos más famosos participaron y ganaron estas competiciones, Esquilo, Eurípides, Sófocles y Aristófanes. Tan perdurables son sus grandes obras que siguen interpretándose en nuestros días.

Ifigenia, tragedia premiada pintada en un vaso Crátera de volutas de cerámica de figuras rojas c. 360-350 a. C. Realizada en Apulia, sur de Italia Hallada en Basilicata, Italia © The Trustees of the British Museum

La Guerra: el enfrentamiento supremo. El conflicto entre las ciudades estado y los reinos rivales era una constante en la antigua Grecia. La mayoría de las guerras eran litigios por el territorio y los recursos naturales, o sencillamente reflejaban las ambiciosas políticas de determinados reyes y gobernantes.

En el siglo VIII a. C. existían ya cientos de ciudades estado y cada una de ellas estaba rodeada de sus tierras de cultivo, un bien escaso en la accidentada geografía continental griega y en las áridas islas. Con el tiempo se fueron gestando profundas rivalidades entre las distintas comunidades y el recurso a la violencia era habitual en las disputas por el territorio. Los ejércitos procedían de las clases propietarias, tanto de las ciudades como de las zonas rurales. Con tan solo siete años, los niños empezaban la formación militar, mientras que los hombres podían ser llamados a las armas hasta bien entrados los cincuenta. En este ámbito, los espartanos eran reconocidos por su estricto régimen de rigurosa instrucción y ejercicio.

En todas las formas de arte aparecen escenas de guerra, desde la escultura y la cerámica hasta la pintura sobre tabla y la forja. Y la inspiración procedía tanto de batallas legendarias como reales, muy especialmente de las guerras de Troya y las médicas.

Guerrero griego listo para luchar Estatuilla de bronca c. 350-300 a. C. Hallada en Corfú © The Trustees of the British Museum

Héroes y mitos. A los antiguos griegos les encantaba contar historias. Imaginaban su pasado como una época de héroes legendarios, aventuras épicas y criaturas fantásticas. Los relatos solían girar en torno a las acciones de los dioses olímpicos y sus aventuras con sus hijos e hijas semidioses.

En las narraciones aparecían también héroes míticos que luchaban contra todo tipo de adversidades compitiendo contra sus rivales. Los dos héroes griegos más célebres fueron Aquiles y Heracles (Hércules para los romanos), ambos semidioses con un progenitor inmortal y el otro mortal. Sus vidas estuvieron repletas de crisis personales, luchas contra otros héroes y agrias rivalidades […]

La guerra de Troya es unos de los hechos más importantes que recogen los mitos griegos y fue un tema muy popular en el arte griego y romano. Es un relato elaborado a partir de las historias narradas por varios autores antiguos, en particular a partir de la Ilíada de Homero. Las historias que contaba Homero eran antiguas, heredadas de una tradición anterior de narrativa oral. La Ilíada empieza cuando ya han transcurrido diez años de cruenta guerra. Se trata, en definitiva de una narración épica que versa sobre los dioses, que participan en un complejo juego en el que héroes y mortales son sus peones. Trata también sobre el amor y la codicia de dos familias reales: los arqueos griegos y los troyanos.

En las excavaciones realizadas en Troya (actualmente en Turquía), los arqueólogos han localizado los restos de una importante ciudad amurallada. Al parecer, hacia el año 1180 a.C. se produjo un ataque real a esta ciudad que causó una gran destrucción y que podría ser el origen del relato de la guerra de Troya.

Heracles. Primer trabajo: el león de Nemea Estatuilla de bronce c. 400-350 a. C. Realizada en el sur de Italia © The Trustees of the British Museum

Rivalidad social en la vida cotidiana y en la muerte. […] Los antiguos griegos prestaban mucha atención a todo lo relacionado con la muerte. Daban mucha importancia a los preparativos funerarios, los entierros y la vida en el más allá. Los funerales podían ser la ocasión perfecta para grandes despliegues de comida y bebida, y su duración y magnitud dependían de la riqueza y el estatus de la persona fallecida.

Habitualmente, los cementerios estaban situados en el camino principal que conducía a la ciudad para garantizar máxima visibilidad y relevancia. En el caso de los miembros de la élite, sus restos podían depositarse en una cámara de piedra, con un elemento indicativo de la tumba, o en otro monumento funerario. Los pobres, en cambio, a menudo recibían sepultura directamente bajo tierra o, a veces, dentro de vasijas de arcilla.

En ocasiones, las ceremonias y los monumentos funerarios eran tan ostentosos que terminaron restringiéndose por ley. No obstante, los que estaban por encima de la ley, como los gobernantes y monarcas, utilizaron sus costosas tumbas como expresiones conmemorativas.


Cierra la exposición: La tumba del Rey Mausolo (r.377-353 a.C.) en Halicarnaso.

La gigantesca tumba construida para el rey Mausolo de Caria fue el mayor símbolo funerario de estatus. Mausolo era sátrapa, es decir, gobernador del imperio persa y administraba una importante provincia cuya capital era Halicarnaso. Fue un poderoso actor político y económico en el Mediterráneo.

Mausolo era un gran admirador de la cultura griega. Por todos sus dominios fundó nuevas ciudades basadas en el trazado de las ciudades griegas, y planificó la construcción de su propia tumba de modo que dominase Halicarnaso y fuese visible desde la lejanía en el mar. Tenía una altura de 45 metros y estaba decorada con estatuas muy elaboradas y frisos tallados. Según cuentas los escritores de la Antigüedad, no reparo en gastos: los arquitectos y escultores se contaban entre los más famosos artesanos de Grecia.

La tumba de Mausolo se encuentra en la lista de las siete maravillas del mundo antiguo y ha dado lugar al término de mausoleo para hacer referencia a una gran tumba monumental.


Esta espléndida exposición, es la segunda de una serie de cuatro proyectos conjuntos entre la Obra Social “La Caixa” y el British Museum. Esta cooperación es fruto de la voluntad de ambas instituciones de promover el conocimiento a partir de la organización de grandes proyectos expositivos presentados conjuntamente a partir de las colecciones británicas.


© Mariví Otero 2017
Asistente: Manuel Otero Rodríguez

Fuente: Agón! La competición en la antigua Grecia. Concepto y producción: Obra Social “La Caixa” con la colaboración del British Museum. Del 14 de julio al 15 de octubre de 2017. Lugar: CaixaForum Madrid. Departamento de Prensa.

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