viernes, 20 de octubre de 2017

CASTELAO GRAFISTA. Pinturas, dibujos, estampas

Moza con cabuxa, 1914
Óleo sobre lienzo, 117 x 190 cm
Colección Recreo Cultural da Estrada

Mucho se habla del Arte universal; más todo Arte tiene su patria, todo Arte es fruto de alguna tierra.
                                                     Castelao. Arte e galleguismo, 1919

Castelao grafista muestra su evolución en este campo, tanto estilística como teórica. Una selección muy estricta de obras, aproximadamente doscientas, permite mostrar su progresivo compromiso ético, social y político, pero también sus recursos plásticos y como culmina la definición de su lenguaje en el encuentro entre el texto y el dibujo: desde las colaboraciones en la revista Vida Gallega a las ilustraciones en las que el texto adquiere un protagonismo ascendente que sintetiza en colaboraciones que, bajo el título  genérico de Cousas da vida, pueden ser vistas como propuestas humorísticas pero también como reflexiones de fondo social. La progresiva politización de Castelao se ve reflejada en los carteles y las colaboraciones de los años 30 y, de un modo muy especial, en las estampas de guerra (Galicia mártir, 1937; Atila en Galicia, 1937; Milicianos, 1938), realizada en plena época de madurez y compromiso político.


Matáronlle un fillo, 1937                                                            
Aguada sobre papel, 31 x 22 cm
Museo de Pontevedra

Eiquí queda un fusil!, 1938
Aguada y tinta negra sobre papel, 37 x 26,5 cm
Museo de Pontevedra

Alfonso Daniel Rodríguez Castelao, (Rianxo, A Coruña, 1886-1950, Buenos Aires), medico, caricaturista, dibujante, ilustrador, columnista, escritor, pintor, escenógrafo, ensayista, historiador, etnógrafo, teórico, político. Castelao compagina durante años, el dibujo con la pintura. A mediados de la década de 1910, la pintura cede terreno a las colaboraciones gráficas que se convierte en una firme expresión plástica y con las que obtienen un notorio reconocimiento público.

Castelao

Castelao artista, es autodidacta. Posee una innegable facilidad para dibujar, para sintetizar rasgos, para captar escenas, para condensar. Se percibe en las caricaturas, con frecuencia rápidas y certeras, de resolución muy definida y estable. Especial interés, como grupo, tienen las autocaricaturas, que actúan como verdadero espejo: las primeras nos muestran quién quiere ser, las últimas acompañan al personaje público […]

Autocaricatura, ca. 1912
Lápiz sobre papel, 16 x 11,5 cm
Colección Teresa Rodríguez Castelao

Castelao, por tanto, parte de una gran facilidad para sintetizar con la línea, pero tiene que definir su ambicioso proyecto plástico a base de aprendizajes. Desde sus inicios repite algunas constantes en sus pinturas: el tratamiento de amplios paisajes como fondo; la disposición de las figuras claramente en primer plano, con frecuencia de perfil, o de frente, avanzando hacia el espectador, como personajes dispuestos a iniciar un relato, a actuar frente al público […]

Si valoramos este tipo de recursos, vemos que son propios del pintor de historias y del escenógrafo. Incluso los cuadros de ciegos, empezando por los que decoraron el Gran Hotel Balneario de Mondariz, enlazan bien con la pintura de artista hacia los que Castelao siente devoción, como Brueghel el Viejo o Cranach, pero también con la tradición de la literatura oral, de los relatos de ciegos y lazarillos, de las piezas teatrales populares, de los entremeses […]

Regreso do indiano, 1916
Óleo sobre lienzo, 200 x 415 x 5 cm
Colección de Arte Afundación

Castelao demuestra conocer la historia de la pintura, pero su mirada va directa a su intención. Sus pinturas, dibujos e ilustraciones trazan un retrato de la realidad gallega, pero su ánimo no es costumbrista: mira y juzga, su visión es poco complaciente, crítica, con frecuencia dolorida. “Con este medio centenar de dibujos intenté desasosegar a todos los licenciados de la Universidad (amas de cría del caciquismo), a todos los hombres que vivían del favor oficial… Las intenciones eran nobles y el pesimismo aparente. Cierto que la tristeza de estos dibujos quema como el rayo de sol que atraviesa una lupa; pero yo no quise cantar el regocijo de nuestras fiestas, ni el hartazgo de la bodas, sino las tremendas angustias diarias del vivir labriego y marinero”, escribe en el prólogo al álbum Nós (Nosotros), publicada en 1931.

Os cans de España oubean o mesmo que os cans de Francia, ca. 1930-31
Tinta y acuarela sobre papel, 31 x 21 cm
Colección Galería Montenegro, Vigo

Castelao tiene claro lo que quiere expresar, y analiza lo que ve filtrándolo desde la óptica de su proyecto, que es artístico pero también –y esencialmente- signo de identidad. En el Diario de 1921 es duro en su juicio con los dadaístas, y sincero con Picasso y el cubismo, pero se percibe su interés ante la pintura aplicada a la escenografía. Los decorados de los Ballets Rusos, con la figura justamente valorada de Serge Diaghilev, le permiten entrar mejor en ese mundo, de la misma manera que en los decorados de Os vellos non deben namorarse (Los viejos no deben enamorarse) se perciben afinidades con recursos de pintores como Robert y Sonia Delaunay, que vivieron unos meses en Vigo y tuvieron una presencia notable en el ambiente artístico español, Castelao conoce las telas y diseños de Sonia Delaunay, y el ejemplar del Tour Eiffel, con poemas de Vicente Huidobro y portada de Roberto Delaunay, que conserva su amigo Vicente Risco, director de la revista Nós, guardado en la Fundación Vicente Risco, de Allariz.

Soportales, ca. 1924
Tinta sobre papel, 34 x 23,5 cm
Colección de Arte Afundación

Inquieto y curioso como pocos, Castelao cree necesario establecer las bases de un nuevo arte gallego: “Mucho se habla de Arte universal, pero todo Arte tiene su patria, todo Arte es fruto de alguna tierra”, escribe en Arte e Galeguismo (Arte y Galleguismo), en 1919. No duda en impulsar encuentros y exposiciones de arte, instituciones y museos, nuevas política de apoyo y promoción; trasmite en intenta contagiar su emoción cuando ve resultados que entran en ese proyecto. Defiende la necesidad de crear un lenguaje artístico propio, que se identifique como gallego, y promueve que se trasmita a través de medios entonces populares en Europa como el grabado. Colabora con escritores amigos, ilustrándoles las portadas e interiores de libros y revistas, tanto con imágenes como con soluciones gráficas, y anima a que otros artistas sigan ese camino, movido sin duda por la convicción de que, para que triunfe, el proyecto de identidad debe de ser colectivo. Quizá sin proponérselo, Castelao pasa a ser un claro referente de su generación y de las siguientes, lo que –según defendía Jorge Luis Borges- le convierte en clásico.

Galicia duerme. Problema: ¿Debe despertarse?, 1914
Acuarela sobre papel, 32 x 20 cm
Museo de Arte Contemporáneo Carlos Maside, Sad

Castelao grafista señala la peculiar relación entre pintura e ilustración en la obra de Castelao: empieza llevando imágenes desde la primera a la segunda (una aguadas y tintas previas le sirven de inspiración para realizar las cubiertas de El hidalgo don Tirso de Guimaraes de Luis Antón del Olmet, D’o Ermo de Nouiega Varela, Os Evanxeos da risa ansoluta de Antón Vilar Ponte, De terra asoballada o Vento mareiro de Ramón Cabanillas) y, cuando en 1945 quiere pintar su testamento pictórico, lleva a la tela una estampa de guerra de 1937 A derradeira leición do mestre.

Din que non hai rías mais bonitas que as nosas, 1922-24
Tinta sobre papel, 34,6 x 23,8 cm
Colección de Arte ABANCA


Si me tocase á min a lotería compraba pan, 1922-24
Tinta sobre papel, 34,8 x 23,6 cm
Colección de Arte ABANCA

La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Fundación MAPFRE y la Fundación Gonzalo Torrente Ballester organizan la exposición Castelao grafista. Pinturas, dibujos, estampas. Comisariada por Miguel Fernández-Cid.

© Mariví Otero 2017
Asistente: Manuel Otero Rodríguez

Fuente: Castelao grafista. Pinturas, dibujos, estampas. Exposición en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Calle Alcalá, 13. Madrid. Del 29 de septiembre al 26  de noviembre de 2017. Dossier de prensa y Anexo de Miguel Fernández-Cid. Comunicación de Mapfre y de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

viernes, 13 de octubre de 2017

El espíritu de la pintura. CAI GUO-QIANG, en el Prado

Cai Guo-Qiang durante el proceso de creación con pólvora en el Salón de Reinos, Madrid, 2017.© Museo Nacional del Prado

Cai Guo-Qiang (Quanzou, provincia de Fujian, China 1957) ha comenzado, en el Salón de Reinos, la producción de un conjunto de obras inéditas que formarán parte de la exposición “El espíritu de la pintura. Cai Guo-Qiang en el Prado”, un proyecto patrocinado por Acciona.

Cai Guo-Qiang, conocido internacionalmente por sus pinturas de pólvora y eventos de pirotecnia al aire libre, ha convertido el Salón de Reinos en su estudio para reproducir un grupo de obras inspiradas en la memoria de este espacio palaciego y en diálogo con los maestros antiguos del Prado. Esta residencia artística culminará el próximo 23 de octubre al atardecer con la creación de la obra  El espíritu de la pintura, una pintura de escala monumental, aproximadamente 18 metros de largo.

Ignición con pólvora de la pintura Day and Night in Toledo en el Salón de Reinos, Madrid, 2017.© Museo Nacional del Prado

Tanto esta obra como las demás igualmente creadas con ignición de pólvora y destinadas para el Prado, formarán parte de la exposición “El espíritu de la pintura. Cai Guo-Qiang en el Prado”, que se abrirá al público el 25 de octubre en la Sala C del edificio Jerónimos. Una muestra que tiene su origen en el prolongado diálogo del artista con el arte y el espíritu del Greco y el estudio, durante los dos últimos años, de la colección del Prado, que le ha permitido ampliar su campo de referencia a artistas como Tiziano, Velázquez, Rubens y Goya, en el que tratará de difundir los límites entre Oriente y Occidente convergiendo en el tiempo en una exploración espiritual de la pintura.

Cai Guo-Qiang y los voluntarios colocando las plantillas para la creación con pólvora de la pintura, Day and Night in Toledo, Madrid, 2017. © Museo Nacional del Prado

Documental

La excepcionalidad de esta muestra está acompañada por la mirada de Isabel Coixet, una de las directoras cinematográfica  españolas más internacionales, que hará un relato de su proceso creativo y la producción que llevará  a cabo el artista, cuya versión resumida se proyectara en el sala D del edificio de Jerónimos.

El rodaje cuenta con localizaciones en Nueva York, donde reside Cai tiene su estudio, en Long Island, en Madrid durante su residencia en el Salón de Reinos, en Valencia y en Toledo. 

Este documental, que cuenta con la colaboración de Movistar +, está rodado en 4k y trasladará al espectador a su proceso creativo.

Con este proyecto Cai pretende reivindicar las cualidades que definen el espíritu  de la pintura: la sensibilidad del artista, sus aptitudes artesanales y la sensación de aventura que supone trabajar un lienzo en blanco. Por ello, ampliando su personal espíritu pictórico  y pensando en vías de progreso para el arte contemporáneo, los temas y las obras creadas para esta exposición compondrán una progresión rítmica que reflejará  la fórmula compositiva china en diferentes secciones expositivas: Introducción o Inicio  ascendente (qi), Continuación o Desarrollo (cheng), Giro o Transformación (zhuan), y Unificación o Conclusión (he).

Para la creación de sus nuevas pinturas Cai Guo-Qiang utiliza por primera vez pólvora local procedente de Valencia.

Cai Guo-Qiang y los voluntarios durante el proceso de creación con pólvora de la pintura Day and Night in Toledo en el Salón de Reinos, Madrid, 2017.© Museo Nacional

Cai Guo-Qiang contemplando su obra Day and Night in Toledo, Madrid, 2017.© Museo Nacional del Prado

Cai Gou-Quiang

Estudió escenografía en la Academia de Teatro de Shanghai, y desde entonces su obra ha abordado múltiples disciplinas artísticas como el dibujo, la instalación, el vídeo y la performance. Durante su estancia en Japón, entre 1986 y 1995, exploró las propiedades de la pólvora en sus dibujos, una técnica que le permitió desarrollar sus originales proyectos pictóricos de explosión.

Cai ha recibido el León de Oro en la 48 Bienal de Venecia en 1999, el veinte Premio de Cultura Asiática Fukuoka en 2009, el Premio de la Fundación Barnett and Annalee Newman en 2015, así como el Premio Bonnefanten de Arte Contemporáneo (BACA) de 2016, en 2012, fue uno de los cinco galardonados en el prestigioso premio Imperial, que reconoce la trayectoria en las artes, en categorías no recogidas en el Premio Nobel. Además, también fue uno de los cinco artistas que recibieron la primera Medalla de las Artes del Departamento de Estados Unidos por su destacado compromiso con el intercambio cultural internacional. Cai fue también director de efectos especiales en las Ceremonias de Inauguración y Clausura de las Olimpiadas de Verano de Pekín en 2008.

Sus últimas exposiciones individuales incluyen Allí y de vuelta en el Museo de Arte de Yokohama (2015) y Mis historias de pintura en el Bonnefantenmuseum Maastrich (2016). El 15 de junio de 2015, Cai realizó su proyecto de explosión  más reciente, Sky Ladder, en la costa de la isla de Huiyu, Quanzhou, China. Sus últimas exposiciones individuales incluyen Cai Guo-Qiang: luciérnagas y Octubre en el Museo Pushkin de Bellas Artes de Moscú (septiembre de 2017) y El espíritu de la pintura. Cai Gou-Qiang en el Prado, en el Museo Nacional del Prado, Madrid, se inaugura el 24 de octubre 2017.

Actualmente vive y trabaja en Nueva York.


© Mariví Otero 2017
Manuel Otero Rodríguez

Fuente: El espíritu de la pintura. Cai Guo-Qiang en el Prado. Exposición del 24 de Octubre de 2017 al 4 de marzo de 2018. Área de comunicación y prensa del Museo Nacional del Prado, Madrid.

viernes, 6 de octubre de 2017

ZULOAGA EN EL PARÍS DE LA BELLE ÉPOQUE. 1889-1914.

Ignacio Zuloaga
Celestina (The Procures), 1906
Oil on canvas
151,5 x 180,5 cm
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid
Inv. DO00001
Photo: Archivo Fotográfico Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
© Ignacio Zuloaga, VEGAP, Madrid, 2017

Ignacio Zuloaga nace en 1870, en Éibar (Guipuzcoa), en el seno de una familia de profunda tradición artística. Su abuelo Eusebio era un importante armero y su padre, Placido Zuloaga, un artesano del damasquinado de fama internacional. Zuloaga llega a Madrid, donde entre 1885 y 1886 realiza copias de las pinturas de los maestros de la pintura española en sus frecuentes visitas al Museo del Prado. En 1887 decide presentar obra a la Exposición Nacional de Bellas Artes y en 1889 viaja a Roma para completar su formación artística. No obstante, desilusionado por la experiencia académica, a los pocos meses decide poner rumbo hacia París, por aquel entonces capital mundial del arte moderno.

Belle Époque, expresión francesa, hoy comúnmente aceptada que designa el período comprendido entre 1870 y 1914, momento del estallido  de la Primera Guerra Mundial. En el mundo del arte describe un periodo marcado por la destrucción de la tradición artística y la sucesión de novedades desde el optimismo con el que se percibe el mundo moderno en constante desarrollo, y que se refleja en la búsqueda continua de nuevas estéticas  y formas de vivir.

Fue a la luz de este París brillante y dinámico, centro del gusto artístico y literario, en el que Zuloaga brilló con una luz propia y reconocible, en un camino paralelo y comparable al de muchos de los mejores artistas del momento con los que compartió, entre otros aspectos, un gusto por lo elemental y lo autentico y un interés por la temática de lo español. Unos años que tendrán su punto final en 1914.

Ignacio Zuloaga
Parisienses (en St. Cloud) [Parisians (in St. Cloud)], 1900
Oil on canvas
185 x 115 cm
San Telmo Museoa. Donostia Kultura, San Sebastián
Inv. P‑000126
Photo: © San Telmo Museoa. Donostia
© Ignacio Zuloaga, VEGAP, Madrid, 2017

Estamos en presencia de una etapa clave de la modernidad, en la que se establece una frontera que dará lugar a la consolidación de un nuevo escenario: lo que entendemos como el mundo contemporáneo. El recorrido de la exposición se divide en las siguientes secciones: Ignacio Zuloaga: sus primeros años, El París de Zuloaga, Zuloaga y sus grandes amigos: Émile Bernard y Auguste Rodin, Zuloaga retratista, La mirada a España y Vuelta a las raíces.

Para poder contar esta historia la muestra incluye más de 90 obras, de Zuloaga y de otros artistas como Pablo Picasso, Henri de Toulouse-Lautrec, Giovanni Boldini, Jacques-Emile Blanche, Auguste Rodin o Émile Bernard, que se presentan en diálogo y muestran las relaciones del pintor de Éibar en el París de la Belle Époque así como la influencia que su paso por la capital francesa deja en su trabajo. También se muestran varias de las obras de la colección que reunió el propio Zuloaga en la que destacan autores como el Greco, Zurbarán o Goya.

Pablo Picasso
La Célestine (La femme à la taie) [The Procures (The one-eyed woman)], 1904
Oil on canvas
74,5 x 58,5 cm
Musée national Picasso‑Paris. Donación de Fredrik Roos, 1989
Inv. MP1989‑5
Photo : © RMN-Grand Palais (musée national Picasso-Paris) / Mathieu Rabeau
© Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2017

Sus primeros años

[…] En 1882 viaja a Andalucía, donde volverá en 1895 para una estancia más prolongada. Encuentra, en Alcalá de Guadaira, una realidad muy diferente a la parisina, una sociedad, costumbres y valores que los viajeros románticos consideraron exóticos y que los escritores y pintores españoles describieron en sus narraciones y cuadros. Zuloaga no es ajeno a esta tradición, y la representa en obras polémicas como “Víspera de la corrida”, rechazada por el comité español para participar en la Exposición Universal de París de 1900, en la que Sorolla, por el contrario, cosecha un grandes éxitos.

Ignacio Zuloaga
Víspera de la corrida [The Eve of the Bullfight], 1898
Oil on canvas
222 x 302 cm
Musées royaux des Beaux‑Arts de Belgique, Bruselas
Inv. 353
Photo: Musées royaux des Beaux‑Arts de Belgique, Bruselas
© Ignacio Zuloaga, VEGAP, Madrid, 2017

El París de Zuloaga

En París asiste a la Academia de la Pallette donde además de Gervex, también corrigen Eugène Carrière –uno de sus futuros testigos de boda- y Pierre Puvis de Chavannes. Entra en contacto con Louis Anquetin, Henri Toulouse-Lautrec, Jacques-Émile Blanche, Maxime Dethomas, su futuro cuñado, Maurice Barrès y conoce Paul Gauguin, el artista más reconocido del grupo de Pont-Aven, en la Bretaña francesa. Por mediación de Paco Durrio expone dos pinturas en la Barc de Boutteville en 1891 junto a los simbolistas y nabis: Maurice Denis, Édouard Vuillard, Paul Sérusier, Pierre Bonnard, Toulouse-Lautrec y Émile Bernard […]

Jacques‑Émile Blanche
Portrait of Marcel Proust, 1892
Oil on canvas
73,5 x 60,5 cm
Musée d’Orsay, París
Inv. RF 1989‑4
Photo: © RMN-Grand Palais (musée d'Orsay) / Hervé Lewandowski
© Jacques‑Émile Blanche, VEGAP, Madrid, 2017

Émile Bernard y Auguste Rodin

A Zuloaga le une una profunda amistad con el pintor Émile Bernard y el escultor Auguste Rodin. Con Émile Bernard  se encuentra por primera vez en Sevilla, en 1897. A pesar de haber expuesto juntos en Le Barc de Bouteville años antes no se conocían personalmente. A partir de este momento inician una gran amistad que se afianza a través de la visión que ambos comparten del arte  y su común admiración por los “antiguos maestros”. Rodin y Zuloaga mostraron obra de forma conjunta en varias exposiciones: Dusseldorf en 1904, Barcelona en 1907, Frankfurt en 1908 y en Roma en 1911. A lo largo de todos esos años, ambos artistas forjaron una amistad que podemos reconstruir a través de la relación epistolar que mantuvieron hasta la muerte del escultor francés en 1917. Viajaron juntos a España e intercambiaron obra en más de una ocasión.

Émile Bernard
Paysage avec deux petites bretonnes et vache [Landscape with two britanny girls and a cow], 1892
Oil on cardboard on board
114,3 x 81,3 cm
Private collection
Photo: Private collection
© Émile Bernard, VEGAP, Madrid, 2017

Auguste Rodin
L’Avarice et la Luxure [Avarice and Lust], 1887
Bronce
21 x 52 x 42 cm
Museo Ignacio Zuloaga. Castillo de Pedraza, Segovia
Photo: Fernando Maquieira

Zuloaga retratista

El siglo XIX, es sin duda el siglo del retrato. En capitales como París o Londres conoció un gran desarrollo ya que se convirtió en un modo de afirmación social de la nueva clase en alza, la burguesía, que transformó el género y la relación con los artistas.

[…] Giovanni Boldini, Antonio de La Gandara, Jhon Singer Sargent o Jacques-Emile Blanche son algunos de los representantes de esta nueva generación de artistas, junto a ellos también se encuentra Ignacio Zuloaga, que forma parte, de manera natural. De la elite intelectual de la capital y que tiene un papel destacado en este ambiente que se conoce como París de la Belle Époque. Y es que la nueva clientela adinerada busca a los más celebres pintores para ser inmortalizados, como es el caso de la Condesa Anna de Noailles, retratada no solo por Zuloaga, también por Auguste Rodin o Jacques-Émile Blanche, obras todas ellas presentes en la exposición.

Ignacio Zuloaga
Portrait of Countess Anna de Noailles, 1913
Oil on canvas
152 x 195,5 cm
Museo de Bellas Artes de Bilbao
Inv. 82/50
Photo: © Bilboko Arte Ederren Museoa-Museo de Bellas Artes de Bilbao
© Ignacio Zuloaga, VEGAP, Madrid, 2017

La Mirada a España. Zuloaga coleccionista

Con tan sólo veinte años, Ignacio Zuloaga invirtió cincuenta francos en la compra de una pintura atribuida a El Greco. A partir de este momento comenzó a reunir una colección de obras dedicando especial atención a los pintores españoles que más admiraba: El Greco, Zurbarán, Velázquez o Goya. Hacia 1908 en ella se contaban hasta 12 obras atribuidas a El Greco, entre las que destacan La Anunciación y San Francisco, que podemos contemplar en la exposición , así como Visión del Apocalipsis, comprada en Córdoba en 1905 y hoy perteneciente al Metropolitan Museum of Art. Testimonio de su admiración por Goya son, entre otros los tres cuadritos que representan escenas de los Desastres que adquiere en la subasta de la colección de Iván Shchukin, por otra parte amigo suyo, y de los que en la muestra se muestran dos. Zurbarán y Velázquez fueron otros de sus grandes maestros.

Francisco Zurbarán
Saint Úrsula, 1635
Oil on canvas
179 x 99,5 cm
Private collection
(Work belonging to the collection of Ignacio Zuloaga)
Photo: Private collection

Vuelta a las raíces

La obra de Zuloaga ha sido tradicionalmente relacionada con el tópico de la España negra que tiene su génesis en la severidad de la pintura del Siglo de Oro y en el gusto velazqueño por los mendigos y los enanos. Esta visión es recogida por gran parte de los intelectuales de la generación del 98, que ven en la pintura de Zuloaga uno de sus mayores representantes.

La obra de Zuloaga excede con mucho los limites que la historiografía del arte ha establecido y es necesario entenderla en el contexto del París cosmopolita en el que vive.

Ignacio Zuloaga
El enano Gregorio el botero [Dwarf Gregorio], 1907
Oil on canvas
187 x 154 cm
The State Hermitage Museum, San Petersburgo
Inv. ГЭ‑7723
Photo: © The State Hermitage Museum, 2017 (Vladimir Terebenin, Svetlana Suetova)
© Ignacio Zuloaga, VEGAP, Madrid, 2017

Pablo Burillo y Leyre Bozal, los comisarios de la muestra,  han querido dar una nueva visión del pintor, cuya obra, que en gran parte se desarrolla en el París de cambio de siglo, se muestra en perfecta sintonía con el mundo moderno en el que se inscribe, tanto temática como formalmente. Pues la pintura de este artista, a medio camino entre la cultura francesa y la española, excede con mucho los limites que la historiografía tradicional del arte establecido: una obra convencionalmente ligada a la generación del 98 y por tanto la conocida por la España negra… La exposición pretende mostrar como la producción artística de Ignacio Zuloaga combina un profundo sentido de la tradición con una visión plenamente moderna, especialmente ligada al París de la Belle Époque y al simbolismo que aprende en aquellos años.

La exposición cuenta con excepcionales préstamos de más de 40 destacadas instituciones y colecciones privadas nacionales e internacionales, entre las que destacan: Fundación Zuloaga, Madrid; Galleria Internazionale d’Arte Moderna di Ca’ Pesaro, Venecia; Galleria degli Uffizi, Florencia; Galleria Nazionale d’Arte Moderna e Contemporanea, Roma; Museum of Fine Arts, Boston; Musée d’Orsay, París; Musée national Picasso, París; Musée Rodin; París; Museées royaux des Beaux-Arts de Belgique, Bruselas; Musée Toulouse-Lautrec, Albi; Museo Bellas Artes de Bilbao; Museo Ignacio Zuloaga, Castillo de Pedraza, Segovia; Museo Centro de Arte Reina Sofía, Madrid; Museu Picasso, Barcelona; National Gallery of Art, Washington D.C.; Petit Palais Musée des Beaux-Arts de la Ville de París; The Hispanic Society of America, Nueva York; The State Hermitage Museum, San Petersburgo o The State Pushkin Museum of Fine Arts, Moscú.

Ignacio Zuloaga
Portrait of Maurice Barrès, 1913
Oil on canvas
203 x 240 cm
Musée d’Orsay, París
Inv. JdeP 789
Photo: © RMN-Grand Palais (musée d'Orsay) / Stéphane Maréchalle
© Ignacio Zuloaga, VEGAP, Madrid, 2017


© Mariví Otero 2017
Asistente: Manuel Otero Rodríguez

Fuente: “Zuloaga en el París de la Belle Époque. 1889-1914” Exposición en Madrid. Sala Fundación MAPFRE Recoletos. Del 28 de septiembre de 2017 al 7 de Enero de 2018. Departamento de Prensa. Alejandra Fernández Martínez.