Artistas abstractos-geométricos.
Luis
Caruncho Amat (La Coruña, 1929 – Madrid, 2016) fue el primer director del Centro Cultural Conde Duque, donde llevó una magnifica actividad como gestor
cultural durante doce años. Realizando más de cien exposiciones y otras actividades,
algo que marcó significativamente la consolidación de este centro.
Pero además de su intensa labor como gestor
cultural, Caruncho fue reconocido
pintor, escultor y grabador, artista multidisciplinar vinculado a la
abstracción geométrica y es a su labor artística a la que el Centro Cultural Conde Duque rinde homenaje con esta
muestra, que reúne 48 obras, pintura, escultura y estampación, del 26 de junio,
hasta el 13 de octubre.
Luis Caruncho con su hija Belén junto a una de sus esculturas.
Un paseo en compañía de sus obras
Miguel Fernández-Cid define la muestra “como un
leve pero intenso paseo en compañía de las obras de Caruncho”. “La selección de las mismas –señala- quiere mostrar sus
momentos fuertes, el eje de una trayectoria que se bifurca y multiplica en cada
momento, pero que también vuelve sobre sí para crecer; vida y obra descubren a
un artista intenso y generoso, sin duda uno de los grandes”.
Exposición Luis Caruncho.
Nuestro paseo por la exposición ubicada en la sala 1 del Centro Conde Duque, visualmente
esta espléndida, como la hubiese diseñado el propio Caruncho (felicito a Miguel Fernández- Cid, Alicia Navarro y
Tatjana Ribic, viuda de Caruncho).
Luis Caruncho con su mujer Tatjana Ribic.
La obra pictórica de Luis Caruncho considerada
globalmente, ofrece diversas facetas estimativas. Hay que considerarla desde
sus inicios como una incorporación al caracterizado expresionismo alemán, como
lo prueban las primeras pinturas autorretrato y paisaje de la Torre de Hércules
(bella obra de 1948).
Torre de Hércules. 1948.
La
línea constructiva de Caruncho, pues se inició de hecho
con amplias perspectivas de humanización. Las mismas formas liberadas de la
rigidez analítica al igual que los desarrollos cromáticos, en la misma
dirección antidogmática de su peculiaridad expresiva, quebraron un poco las
cadenas que aprisionaban al constructivismo inicial con evidente peligro de
deshumanización. Y por ende, evocado a un callejón sin salida. La mayor parte
de los pintores españoles y europeos –excepción hecha de los que evolucionaron
a tiempo- quedaron subsumidos en la nota dominante de los análisis matemáticos
(constructivismo proyectivo) que, en cierta medida desarrolló Luis
Caruncho. Esto es, la construcción como proyecto humanizable –vehículo
de comunicación que América sustrajo, en cierta medida, de Pollock y su escuela
del Pacífico- que es en definitiva la base que acredita y aún manifiesta un
tema pictórico.
Por eso la tensión más
vigilante de sus estructuras reside en los tonos de las masas coloristas que
son aplicados. Esto es, dentro de la denomínate azul-blanco, el conocimiento
muy exacto del espectro y sus posibilidades cromáticas.
Los azules de Luis Caruncho.
El
nacimiento del constructivismo en el año 1920 o de sus hijos cubistas
–estructuralismo y espacialismo, con esa carga intelectual que le insufló Lucio
Fontana en su manifiesto de Buenos Aires de 1943- se inicia a modo de
catacumba. En España lo realizaron Sempere,
Nestor Basterrechea, Palazuelo y Jesús
de la Sota, entre otros, pero casi al tiempo o inmediatamente después, a
raíz de su entrada oficial al mundo artístico, se registra la incorporación de Luis
Caruncho.
Exposición Luis Caruncho.
El
constructivismo, como todos los estilos no figurativos, no tuvo al principio
muchos seguidores en España. Caruncho, oriundo de Galicia, en
donde tienen preferencia por
temperamento y entorno, los módulos expresionistas, esto es, la
situación transitiva por cauces imaginativos de la realidad, tiene en Caruncho,
con José María de Labra naturalmente, una cabal dimensión abstracta.
Pero
por curiosa paradoja, el manifiesto de los hermanos Gabo y Pevner que
redactaron en el año 1920 no llevó inicialmente el nombre de constructivismo,
sino el de realismo. Fue dos años más tarde, o algo así, cuando Gabo precisó el
alcance del manifiesto con estas palabras: “mi
arte es conocido con el nombre de constructivismo”.
Esto quiere decir en la
nueva línea del arte, o dentro de ella, se difundían los términos
realismo-constructivismo como una simbiosis de la realización geométrica, o de
la propia realización representativa, que no figurativa.
Homenaje a Mondrian. 1974.
Óleo sobre tabla y lienzo. Colección particular.
Homenaje a Kandinsky. 1975.
Óleo sobre tabla y lienzo. Espacio de Arte a Coruña.
Luis
Caruncho es siempre una victoria de la pintura frente
a cualquier otra solicitación tendenciosa. Muy concretamente, y en su caso, es
una victoria de la pintura sobre la organización geométrica. Porque, cualquiera
podría pensarlo a la vista de obra, por ahí anda comprometida la geometría.
Pero no, o por lo menos,
no en el sentido que se podría entender fácilmente. No es que él haya ido a la
geometría: es que la geometría ha venido hasta él y que él –como un amante
desdeñoso- lo soporta al lado suyo pero sin concederle ninguna beligerancia.
Desarrollo geométrico dentro de un cubo, 1986.
Técnica mixta sobre tabla y lienzo. Colección particular, Madrid.
Es decir, Caruncho usa caracteres geométricos pero –si esto es posible
entenderlo- quitándoselo a la geometría, traicionando, con toda deliberación a
la ortodoxia geométrica para suplantarla con algo que su fuero interno no tiene
que ver con la geometría sino con la pintura (preciosas texturas trabajadas con
óleo o acrílico).
Exposición Luis Caruncho.
Efectivamente,
ese descreído de los caracteres geométricos los usa, sin embargo, al servicio
de otro idioma pictórico. Y no importa ya que no use “pintura” en el sentido
más pedestre y literal de la palabra. Las formas de que se vale, si no son
pintura, están usadas en función pictórica. Son formas con sus “gruesos
perfiles” como ciertos caracteres escriturarios. Y, a través de ellos con luces
y con sombras fundamentalmente pictóricas. Sus formas son forma-color. Por eso,
lo que él es, más que un descreído de la geometría, es un gran pintor.
En torno al cuadrado. Campo de luz nº18. "E pur si muove", 2013.
Técnica mixta, laca proyectada y óleo sobre tabla. Colección particular. Madrid.
Al
final del recorrido de la exposición descubrimos sus preferencias –descubre
pronto a Klee, Kandinsky, Arp, Picasso (cubista) y Miró; luego a Mondrian,
Malevitch y el constructivismo ruso-, comprobamos sin mayor esfuerzo que poco
en él es fruto del azar. Muy al contrario como se puede apreciar en esta muestra
homenaje con obras de los años cuarenta hasta la segunda mitad del año dos mil, los
hallazgos casuales son mínimos frente a
un proceso coherente y concienzudo, de lento ejercicio técnico y mental. Un
estudioso y depurado pensador plástico, que acumula en sí mismo las vertientes
de la práctica artística, la crítica de arte y la actividad del escritor.
Exposición Luis Caruncho.
© Mariví Otero 2019
Manuel Otero Rodríguez
Bibliografia:
Mon F.:“Caruncho”. Artistas españoles contemporáneos. Servicio de publicaciones
del Ministerio de Educación 1979. I.S.B.N.84-369-0707-8. España.
Nota de prensa y documentación
gráfica: Alicia Navarro. navarroga@madrid.es
Conocí a Luis Caruncho como Director del Centro Cultural Conde Duque le sucedió en el cago Álvaro Martinez-Novillo que también fue un gran director.
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