viernes, 12 de enero de 2018

FORTUNY (1838-1874). Una vieja historia con el Museo del Prado.

Los hijos del pintor en el salón japonés
Mariano Fortuny
Óleo sobre lienzo, 44 x 93 cm
1874
Madrid, Museo Nacional del Prado

Mariano Fortuny, nacido en Reus en 1838 y fallecido en Roma en 1874, fue el artista español del siglo XIX con mayor proyección internacional. Su temprano descubrimiento de la luz el color en los amplios espacios del norte de África impulsó su pintura hacia la captación, libre de convenciones académicas, del natural. Por otra parte, su estudio de los maestros antiguos en Roma y en el Museo del Prado le permitió comprender en profundidad lo esencial de la pintura. El virtuosismo de la técnica, que conseguía reproducir con intensidad visual nueva las calidades materiales, el color y el brillo de objetos y figuras. Le granjeó el triunfo internacional a partir de 1869. Sus estancias en Granada (1870-72) y en Portoci, cerca de Nápoles (1874), le llevaron a nuevos hallazgos en la representación de las figuras al aire libre y a asimilar con una originalidad propia diversas influencias, entre ellas la del arte japonés, en las diferentes técnicas que cultivó.

Cecilia de Madrazo
Mariano Fortuny
Acuarela sobre papel, 520 x 380 mm
1874
Londres, The British Museum, © The Trustees of the British Museum

Fortuny (1838-1874) es la primera exposición antológica que el Museo del Prado dedica al artista. Comisariada por Javier Barón, Jefe de Conservación de pintura del siglo XIX, se estructura en un recorrido articulado de forma cronológica por las aportaciones de Fortuny como pintor, acuarelista, dibujante y grabador. Junto a ellas se exhiben ejemplos de la extraordinaria colección de antigüedades que atesoraba en su atalier

Reúne 170 obras, una treintena de ellas de la excelente colección del Prado y el resto de grandes colecciones y museo de todo el mundo, 67 de estas no habían sido expuestas nunca fuera de las paredes que tradicionalmente los albergan: Metropolitan e Hispanic Society de Nueva York, Hermitage de San Petersburgo, Museo de Orsay de París, Museo Británico de Londres. Biblioteca Nacional de España, Biblioteca Nacional de Francia, The Art Institute de Chicago, National Gallery of Art de Washington y sobre todo Museo Fortuny de Venecia, que aporta el mayor número de obras, 30.

Pórtico de la iglesia de San Ginés de Madrid
Mariano Fortuny
Óleo sobre lienzo, 60 x 96,5 cm
1868
Nueva York, The Hispanic Society of America

Secciones de la exposición

La formación en Roma (1858-61). Hijo y nieto de artesanos y huérfano desde joven, Fortuny desarrolló en el ámbito de su primera formación una habilidad artística especial. Tras el inicio de su aprendizaje como pintor en la escuela municipal de Reus, sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona desde 1853 le formaron académicamente. Su estancia en Roma, pensionado por la Diputación de Barcelona, le puso en contacto a partir de 1858 con el gran arte del Renacimiento y el Barroco. En la Ciudad Eterna acudió a la Academia Gigi, donde realizó del natural estudios de desnudo que manifiestan su fina captación de las anatomías, a veces con una expresividad especial, fruto de su dominio tanto del lápiz como de la pluma. Su calidad como acuarelista es ya visible… La Odalisca refleja su conocimiento del desnudo, impregnado de sensualidad, con un tratamiento mucho más libre y realista que el de sus trabajos en Barcelona.

África y el descubrimiento de la pintura (1860-1862). La Diputación de Barcelona encargó a Fortuny que viajara a Marruecos con el fin de recopilar información gráfica para elaborar después cuadros que representaran las gestas más destacadas de la guerra hispano-marroquí, en la que participaron tropas de voluntarios catalanes. En Marruecos a partir de febrero de 1860, además de seguir la campaña, que le llevó a presenciar, y luego a pintar, La batalla de Wad-Ras, el pintor se sintió atraído por las costumbres y los tipos árabes. Volvió en 1862 y tomó numerosos apuntes con el fin de representar para la Diputación La batalla de Tetuán, cuadro  de grandes dimensiones que no llegó a terminar […]

Fantasía árabe
Mariano Fortuny
Óleo sobre tela, 52 x 67 cm
1867
The Walters Art Museum, Baltimore, Maryland, 37.191

Entre España e Italia (1863-68). Tras pasar unos meses en Barcelona, el artista volvió a Roma donde continuó trabajando en motivos árabes y realizó también óleos y acuarelas que representaban tipos populares que veía  en los alrededores de la ciudad. En esas obras desarrolló un estilo realista, estimulado por el trabajo de algunos artistas de la escuela de Nápoles, los que había visitado en 1863. Abordó ocasionalmente el retrato, en el que desarrolló su gusto por los matices de color, y recibió el encargo de pintar uno de los techos de la residencia parisina de la reina María Cristina de Borbón, que resolvió con originalidad. Esta pintura se muestra por vez primera restituida a su posición originaria, como el techo, lo que permite su cabal comprensión. En una de sus estancias en Madrid, donde se caso en 1867 con Cecilia de Madrazo, hija de Federico de Madrazo, pintó una de sus obras más interesantes de esos años, Fantasía sobre Fausto […]

La elección de la modelo
Mariano Fortuny
Óleo sobre tabla, 50 x 80 cm
Hacia 1868-1874
Washington, National Gallery of Art, Washington, Corcoran Collection (William A. Clark Collection), 2015

Los grabados. Fortuny mostró una extraordinaria habilidad en las técnicas gráficas. De forma ocasional comenzó con la litografía en 1857 siguió, en la década de 1860,  una extraordinaria serie de aguafuertes que constituyó una de las cimas de su arte. En ellos abordó motivos árabes, otros de género y también de inspiración clasicista, con intensidad expresiva que sacaba partido de los diferentes recursos de la técnica, que había estudiado en las obras de Ribera, Rembrandt y Goya. Tras su primer viaje a África el artista se dio cuenta de que el aguafuerte era especialmente adecuado para sugerir los ambientes misteriosos que le atraían. Ese conjunto de grabados ofrece la mejor y más veraz versión del orientalismo en Europa.

Los maestros antiguos y el Prado (1866-68). Aunque Fortuny comenzó su estudio riguroso de la pintura antigua en Italia, donde copió a algunos maestros del Renacimiento y el Barroco, incluido Velázquez, fue en el Museo del Prado donde se aproximó a ellos de manera más asidua, a través de numerosas copias. Estimó especialmente a los artistas de las escuelas veneciana y flamenca, además de la española, de los que admiraba la calidad del color y la libertad de la pincelada. Entre ellos, El Greco, pintor poco apreciado entonces, le interesó hasta adquirir una obra suya. Junto a él Ribera y Velázquez  fueron objeto de algunas copias al óleo y a la acuarela que muestran su dominio de la anatomía, de las calidades táctiles y del color. El maestro más apreciado por Fortuny fue Goya, de quién realizo el mayor número de copias.

La familia de Carlos IV, fragmento (copia de Goya)
Mariano Fortuny
Óleo sobre lienzo
Hacia 1867
Venecia, Fondazione Musei Civici di Venezia, Museo Fortuny

El triunfo internacional (1868-70). A través de su relación con el marchante Adolphe Goupil, Fortuny obtuvo un éxito internacional que tuvo su muestra más visible en La vicaría, cuadro de costumbres ambientado en la época de Goya. Junto a esa obra el artista abordó una amplia serie de composiciones de  la pintó para su principal coleccionista, William H. Stewart. En estas obras  Fortuny recreó un mundo de belleza en interiores arquitectónicos ricamente ornamentados en los que la pintura aparecía a través de distintos homenajes a otros artistas. Su dedicación al dibujo le proporcionó, a través de apuntes del natural realizados en cuadernos, un material útil para sus cuadros y acuarelas.

La vicaría
Mariano Fortuny
Óleo sobre tabla, 60 x 93,5 cm
Hacia 1868-1870
Barcelona, Museu Nacional d´Art de Catalunya

Granada (1870-72).  Tras su triunfo internacional, una estancia de más de dos años en Granada proporcionó a Fortuny la tranquilidad que deseaba, lejos de París, en un ambiente de gran belleza que le inspiró un conjunto excepcional de cuadros. La mayor novedad deriva de sus trabajos del natural ante objetos, figuras (Viejo desnudo al sol), jardines y paisajes tanto al óleo como a la acuarela, la tinta y el lápiz. Obras como La Carrera del Darro, nunca vista fuera del British Museum, revelan su capacidad para la captación del ambiente con un color nuevo y fresco. Evoca un mundo maravilloso y ensimismado que el pintor pudo crear en la que consideró la época más feliz de su vida.

Pasatiempos de hijosdalgos
Mariano Fortuny
Óleo sobre lienzo
Hacia 1870- 1871
Moscú, The Pushkin State Museum of Fine Arts

El atelier. Fortuny coleccionistas, actividad comenzada con anterioridad a pequeña escala, se desarrolló entrada la década de 1860, y especialmente tras su contacto con anticuarios, conocedores y coleccionistas. En su estancia en Andalucía  obtuvo, guiado por un seguro instinto, obras de arte hispanomusulmán de gran calidad. Se sintió atraído por toda clase de objetos, especialmente armas, cerámicas, textil, marfiles, muebles y cristales. Entre la variedad de estilos representados destaca el arte islámico, verdadero núcleo de su colección, había también excelentes muestras de artes decorativas italianas y españolas, así como telas, biombos y grabados japoneses. La presentación del conjunto en su estudio de Roma junto a su propias obras, muestra un ámbito de belleza en el que las calidades. Colores y brillos de los objetos fueron motivo de inspiración directa para el propio trabajo del artista, como se puede ver en esta sección.

Cofre Fortuny
Marfil, madera, bronce, 15,7 x 29,5 x 19,7 cm
Taller hispanomusulmán, s. XI
Turín, Palazzo Madama - Museo Civico di Arte Antica

Los últimos años (1873-74)

Durante los dos últimos años de su vida Fortuny abordó temas árabes que había tratado en años anteriores de manera más sintética, a través de un colorido más intenso y una pincelada más libre. Por otra parte se fijo con interés en algunos motivos de la vida cotidiana, como muestra en Carnaval de Roma, de 1873, así como, sobre todo en los meses que pasó en Portici, cerca de Nápoles, en escenas de su intimidad familiar, en las que representó a su esposa y a sus hijos, periodo de gran intensidad creativa, su trabajo al aire libre, junto al mar. Al tiempo desarrolló otras orientaciones, como la inspirada por la estética  de Extremo Oriente, en óleos y acuarelas de carácter íntimo, como Los hijos del pintor en el salón japonés. Su inesperada y temprana muerte, que produjo una conmoción en Roma, suscitó un verdadero culto al artista.

Desnudo en la playa de Portici
Mariano Fortuny
Óleo sobre tabla, 13 x 19 cm
1874
Madrid, Museo Nacional del Prado

Dentro de la línea de actuación iniciada hace ya varios años en la revisión de los grandes maestros de la pintura española del siglo XIX, el Museo del Prado presenta la gran exposición antológica Fortuny (1838-1874), patrocinada por la Fundación AXA y con la colaboración especial del Museo Fortuny de Venecia y el Museu Nacional d’Art de Catalunya.


© Mariví Otero 2018
Asistente: Manuel Otero Rodríguez

Fuentes: Fortuny (1838-1874). Museo Nacional del Prado. Área de Comunicación. Exposición del 21 de noviembre de 2017 al 18 de marzo de 2018. Madrid.

jueves, 4 de enero de 2018

VALDÉS. Una visión personal


Fundación Bancaja presenta la exposición antológica  Valdés. Una visión personal que ofrece una selección de cerca de 150 obras que recorren la trayectoria artística en solitario de Manolo Valdés desde principios de los 80 hasta sus creaciones más actuales, descubriendo al público una parte importante de obra inédita. La selección de obras, procede de colecciones particulares y de los fondos artísticos de la Fundación Bancaja, muestra por primera vez de forma conjunta todas las disciplinas en las que el artista se ha expresado a lo largo de estos más de 35 años, desde la pintura y escultura hasta el grabado o la las artes decorativas.


La muestra parte de un repaso a sus primeras obras matéricas para a continuación avanzar hacia otras miradas temáticas, especialmente de los últimos diez años, como retratos, bodegones, (las cartas de baraja, los helados, las hojas de los arboles, los periódicos, etc.), variaciones sobre Matisse, máscaras africanas o la critica a la propia historia del arte.


Revisa también su escultura, se pueden ver obras de la última década, menos conocida en España y que ha sido presentada en el Botanical Garden de Nueva York, en la Plaza Vendome y recientemente en Valencia y Singapur. La exposición evoluciona hacia su escultura más reciente (máscaras, retratos o iconos de nuestra como la imagen de Mickey Mouse).


Manolo Valdés

Manolo Valdés nace en Valencia en marzo de 1942. En 1957 comienza sus estudios de Bellas Artes en la Escuela de San Carlos de Valencia, que abandona dos años después para iniciar su carrera profesional. En 1964 forma, junto a Juan Antonio Toledo y Rafael Solbes, el Equipo Crónica que perduraría hasta 1981, emprendiendo en ese momento su trayectoria en solitario. Es artista de la Galería Marlborough desde 1989. Actualmente vive y trabaja en Nueva York.

Entre sus mucho reconocimientos ha recibido la Medalla Nacional de Bellas Artes de España (1985) y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (1998). En 1999 representó a España en la Bienal de Venecia y, en 2007, fue nombrado Officier de L’Ordre National du Mérite en Francia.


Una trayectoria ligada a la historia del arte

Tras la disolución en 1981 de Equipo Crónica, una de las manifestaciones pop más importantes de España en la época franquista basada en la reutilización de muchos elementos de la propia historia del arte, Valdés empieza en solitario sus revisiones artísticas con un acento más profundo en el soporte, en la utilización del collage y del papel con un aspecto constructivo y a la vez inmaterial. Durante toda su trayectoria, establece un diálogo entre el arte clásico y las vanguardias. Confronta las obras, las hace dialogar y crea finalmente su propio lenguaje hecho de referencias visuales, pero también con una morfología propia basada en la textura que viene dada por el empleo de unos determinados materiales y la forma de combinarlos. Por encima de la figuración o de la abstracción, de las referencias informalismo o la estética pop, lo que determina y cualifica la obra de Valdés en su estructura compositiva y su sintaxis a la hora de construir imágenes.


Manolo Valdés realiza una obra de gran formato en la que las luces y colores expresan un sentimiento de tactilidad por el tratamiento dado a los materiales. La mirada de Valdés entresaca unos fragmentos de otros cuadros y los transforma en sustancias autónomas. Es una obra que invita a una mirada comprometida y que se exige una reflexión sobre la historia del arte desde ella misma, con sus propios elementos narrativos, forma y color, fuerza e imaginación.


Valdés trabaja la materia en la pintura, donde va convirtiéndose en relieve, que al final pide llegar a ser escultura. Busca en el espacio de tres dimensiones un terreno donde explorar nuevas posibilidades de su repertorio pictórico habitual. En sus trabajos escultóricos refleja una profunda reflexión sobre la materia y el espacio.

Su escultura reciente se ha materializado en obras fundamentales en bronce, pero también en piezas únicas en madera, hierro o cerámica así como ediciones en las que combina alabastro, madera y metal. A partir del año 2000 añade el aluminio como material a su trabajo.

La evolución en la escultura de Manolo Valdés se puede definir en diferentes etapas vinculadas a obras paradigmáticas: en primer lugar sus versiones de Las Meninas o la Reina Mariana; a continuación los bodegones en mármol o alabastro, en madera, las bibliotecas y las vasijas griegas; después, las figuras, las cabezas, las figuras a caballo y las máscaras; y, por último, su escultura en espacios públicos, que comenzó en 1999, y que se pueden ver en ciudades de España, Europa, EE.UU. Rusia, China etc. Valdés ha utilizado siempre para  sus esculturas públicas materiales propios de exterior, como el bronce, el hierro y el aluminio, que ha seguido utilizando con la incorporación de la policromía en sus obras más recientes.


Comisariada por el catedrático de Historia del Arte Kosme de Barañano.

Con motivo de la exposición se ha editado un catálogo que, junto a la producción de las obras presentadas en la muestra, presenta un texto de investigación de Kosme de Barañano, que analiza la esencia y la trayectoria del trabajo del Valdés, considerado el más internacional de los artistas contemporáneos españoles.


© Mariví Otero 2018
Manuel Otero Rodríguez

Fuentes: Valdés. Una visión personal. Gabinete de Prensa, Ana Ramírez Polo de Fundación Bancaja. Centro Cultural Bancaixa, del 6 de octubre de 2017 al 25 de Marzo de 2018. Valencia.