viernes, 12 de febrero de 2016

DADA, el espíritu burlón

Este año es el centenario de la fundación del movimiento DADA (1916-1925).

En diciembre de 2005 viaje a París, sí siempre es un placer esta hermosa ciudad en esta ocasión, me esperaba un gran evento,  la gran muestra dedicada a DADA en el Centre Georges Pompidou. Del 5 October 2005 – 9 January 2006.



Tal como se expuso en el Centro Georges Pompidou –viajo a la National Gallery of Art de Washington y al Moma de Nueva York.


El dadaísmo tiene una bien ganada reputación de no adaptarse a las “exposiciones”, pues sus mayores logros son literarios –los museos y las galerías tienen en común con la televisión la aversión por la letra impresa- o humanos es decir, acciones irrepetibles, más o menos provocadoras pero irrepetibles en sustancia. Para contrarrestar esa difícil “responsabilidad”, el Pompidou optó por situar en los laterales del espacio reservado a los elementos que se representaban menos a ser convertidos en materia de espectáculo, a saber, las ediciones a un lado y las músicas y proclamas orales en el otro. El enorme centro, lo ocupaba una multitud de pequeñas células cuya coherencia pudo venir dada por estar dedicada a un autor, a un tema, a una ciudad o a un actor preciso. Y de una célula a otra se va siguiendo el orden que uno mismo inventa, ya sea el de la asociación de ideas, la proximidad o la mera comodidad deambularía. En total se presentan  a la curiosidad  del público 1576 documentos y en conjunto, sin ser exhaustivo, sí trasmitía la sensación de proponer de todo lo mejor: Las marionetas o las cabezas de madera de Sphie Taeuber, los delirios tipográficos de Picabia, las frases y autorretratos de Tzara. Las obras de referencia de Duchamp o Ernst, los collages de Haeartfield y Hausmann, los amarillos de Hannh Höch la exposición en las galerías Dalmau, una máscara de Marcel Janco, los combates de boxeo de Arthur Cravan, la pintura cósmica  de Jean Crotti empeñada en romper “el hielo que nos ata a la materia” los terribles dibujos y pinturas de Dix y Grosz y, sobre todo, ese saber dejar al azar la posibilidad de reunir paraguas y mesas de dirección.







No pude hacer fotografías, compré el catálogo  cuyo  contenido documental es magnífico,  será difícil volver a ver otra muestra tan completa y esplendida dedica a DADA. Los comisarios de la exposición fueron: Laurent Le Bon. Centre Pompidou, París; Leah Dickerman. National Gallery of Art, Washington; Anne Umland. The Musseum of Modern Art. New York.

DADA (1916-1925) Zürich


Dada es un producto de la tensión dialéctica entre el ímpetu reductivo y un ímpetu creativo de la creación artística. Nace de la oposición al expresionismo que con su culto sentimental  de la subjetividad y su lenguaje formal de los sentimientos no rompe con la estética tradicional como quieren los artistas del Dada. El movimiento Dada tuvo su espectacular punto de partida en Zürich en 1916, donde se enfrentan a la ideología académica-dogmática de la pequeña burguesía suiza emigrados intelectuales de los más diversos orígenes, marcados por el destino de la Primera Guerra Mundial. Estos  se expresan en la veladas dadaístas del Cabaret Voltaire, iniciadas el 1.2.1916 por el escritor Hugo Ball junto con su amiga Emmy Hennings, los pintores Arp, Richter y Janco y los poetas Huelsenbeck y Tzara. El origen de la denominación “Dada" suscita varias interpretaciones. Huelsenbeck informa que al buscar con Ball en un diccionario alemán-francés un nombre artístico para la cantante francesa Madame Le Roy, invitada al Cabaret Voltaire, casualmente encontró este concepto: “Dada en rumano significa sí, sí; en francés, caballo de madera. Para los alemanes expresa la ingenuidad boba y un íntimo apego al cochecito de niño”. En su labor cabaretística los artistas intentan averiguar a partir de la multiplicidad de sus intereses e ideas artísticas la diversidad de formación de la realidad. Arp explica este deseo de la siguiente manera:
“Dada, como la naturaleza, no tiene sentido. Dada está a favor de la naturaleza y en contra del arte. Dada es directo como la naturaleza e intenta colocar a cada cosa en su sitio. Dada es moralista como la naturaleza. Dada está a favor del sentido ilimitado y de los medios limitados. La vida es para el dadaísta el sentido del arte. El arte puede entender mal los medios y emplear medios infinitos en lugar de medios limitados. Entonces sólo se aparenta vida y naturaleza, en lugar de crear vida. La pintura académica describe y da ilusiones en lugar de vida y naturaleza. La pintura académica finge la naturaleza y la vida”


A pesar de todo los insultos lanzados por los dadaístas contra los movimientos artísticos anteriores, su desarrollo pictórico  -en el caso de Arp la proximidad al expresionismo del “Blue Reiter”, en el de Riechter y el de Picabia, que 1918 se adhiere al dadaísmo de Zürich, su polémica con el cubismo- no hubiera podido darse sin la técnica de aquellas corrientes estéticas. En las publicaciones de los dadaístas se elogia a Klee, Macke y Feininger, puesto que sus abstracciones configurativas dejan entrever la rítmica relación de tensión y armonía. Richter y el danés Viking Eggeling intentan realizar juntos una combinación de pintura y música, transportando con los medios de un juego de líneas cubistas-figurativo orquestalmente graduadas el principio musical del contrapunto al cuadro. 


El dadaísmo de Zürich encuentra su punto culminante y a la vez su final en el manifiesto del 9.4.1919 que se convierte en un extraordinario espectáculo total del arte y con ello en la base del arte de acción. La declamación de las poesías simultáneas de Tzara en un baile de máscaras al ritmo de música dodecafónica termina con una provocación al público –que recuerda a Handke con su “insulto al publico” 1966- mediante la que pretende que se manifieste la agresividad del espectador, y que éste sea consciente de su postura agresiva. Abandonando Zürich, los artistas del Cabaret Voltaire llevan el Dada a metrópolis como Nueva York, París o Berlín, convirtiéndole así en un movimiento antiartístico  internacional que encuentra su máxima expresión en la persona de Marcel Duchamp.


 Así avanza la historia.                   

Bibliografía: DADA. Centre Pompidou, París. 5 du october 2005 au 9 janvier 2006. Catalogue.

© Mariví Otero 2016
Asistente: Manuel Otero Rodríguez

viernes, 5 de febrero de 2016

IGNACIO CARBÓ: Microarquitecturas

Ha sido un placer disfrutar del montaje de esta exposición del arquitecto y artista valenciano Ignacio Carbó (1975). Deambule entre la veintena de obras que componen la muestra, bocetos y las microarquitecturas realizadas en madera de diferentes clases, hierro, acero inoxidable, nylon y laca, haciendo fotografías, descubrí que no son exactamente esculturas porque implican la intención de anular el concepto de escultura como disciplina tradicionalmente definida por unos procedimientos, finalidades y materias. Aún más, se niega la escultura como forma cerrada que interrumpe la continuidad del espacio y lo define en relación a sí misma, como vacío respecto a la plenitud.


Tras más de diez años de estudio propio creando y construyendo obras de arquitectura, entre las que destacan el Museo de Cerámica L’Alcora  o la Escuela Infantil Soler i Gades en Castellón así como numerosas viviendas unifamiliares, en 2014 puso en macha el proyecto myarchitect centrado en la creación de microarquitecturas.

¿Pero qué son las microarquitecturas de Ignacio Carbó? son piezas frágiles pero de gran potencia creativa, concebidas desde el lenguaje y la poética de la arquitectura pero con dimensiones y materiales íntimos que enfatizan el diálogo con los “paisajes interiores” en los que se insertan. A partir de los nuevos paradigmas arquitectónicos  que se inspiran en procesos naturales y biológicos para generar espacios extraordinarios y responsables, las microarquitecturas de Carbó se generan manual y digitalmente y se confeccionan y finalizan artesanalmente, fusionando lo mejor de dos mundos, a menudo distantes, que entran así en fructífero diálogo.
Microarquitectura XVI 
madera de iroko y acero inoxidable.
85 x 18 x 20 cm.

Hace tiempo que la idea de Duchamp de que “todo aquello de lo que el artista se apropia es obra de arte” dejó de seducir a incautos autores, conscientes de que el proceso no termina ahí. Ignacio Carbó se apropia de objetos correspondientes a disciplinas cuyo motivo es el hombre en sus diversas manifestaciones. La antropología, la etnología o la sociología influyen en unas prácticas que se extienden desde la experiencia colectiva a la personal, en un recorrido que concluye tanto el registro de lo cotidiano como la reflexión sobre los medios y fines del arte.

Sus microarquitecturas son ciudades objeto situados a medio camino entre la arquitectura y las artes plásticas, pensadas desde el ámbito de lo pequeño y el susurro, cuyo deseo es sugerir y favorecer encuentros y sensaciones que nos permitan viajar a otros mundos.

Microarquitectura IX
Madera de roble, mdf, nylon y hierro.
29,5 x 21 x 18 cm

Un artista como Carbó, es un intelectual que lleva a cabo una investigación científica  en el campo del conocimiento estético y los objetos que hace no tienen valor en sí sino como instrumentos y demostraciones de la investigación. Se excluye que sea ciencia la que opera en el ámbito del pensamiento abstracto y no implica operaciones técnicas. Así como no puede existir una distinción entre pensamiento y experimentación, tampoco puede darse una jerarquía de las disciplinas, ya que están todas animadas por la voluntad de alcanzar verdades objetivas, incontrovertibles y no susceptibles de interpretaciones unilaterales o personales.


Ignacio Carbó, con este proyecto pretende revalorizar el oficio de arquitecto como creador, como hacedor de espacios y dinamizador de relaciones especiales, fusionando en su obra la poesía ligada a la creación artesanal e involucrada con la sostenibilidad junto a las nuevas tecnologías paramétricas de fabricación digital que están transformando la arquitectura más contemporánea.

 R.O. Proyectos. Calle Huertas, 61, bajo, Izdª. Barrio de las Letras, Madrid. Se puede ver hasta el 30 de Abril de 2016. Galería Rafael Ortiz en Sevilla www.galeriarafaelortiz.com

© Mariví Otero 2016
Asistente: Manuel Otero Rodríguez
Fotos: Mariví Otero