lunes, 17 de enero de 2022

Alain Arias-Misson e Ignacio Gómez de Liaño: PALABRAS FLOTANTES

Alain Arias-Misson (PALABRAS FLOTANTES)

El arte es en muchos momentos el bálsamo remediador de bastantes de nuestros males. Remedia, conforta y ayuda de modo admirable. Por eso viene ahora a nuestra información y comenzamos el año así, visitando la Galería José de la Mano donde nos encontramos con esta espléndida exposición que recoge, PALABRAS FLOTANTES. Frágiles, abandonadas, esparcidas o divididas. Alain Arias-Misson (Bruselas, 1936) e Ignacio Gómez de Liaño (Madrid, 1946) las han cuidado, mimado y destruido durante su vida. Lo han hecho para construir su obra, tanto poética como sus ensayos o novelas. Los dos han cultivado géneros comunes, y para ello los dos adivinaron y se contaron mutuamente qué hacer con ellas.

Alain Arias-Misson (PALABRAS FLOTANTES)

En los años 60, en un mundo después de una guerra mundial que devastó la cultura del planeta, todo era joven, no hubo en aquel tiempo mayor tesoro ni riqueza que la juventud: vivir con ansiedad; vivir como poetas; como experimentados experimentadores. Ser jóvenes acababa con la banalidad y extinguía la tradición; ser jóvenes, cultos y hermosos.

Vivir poetas.

Velocidad y política, Paul Virilio:

“La velocidad es la vejez del mundo […]. Llevados por su violencia no vamos a ninguna parte, sólo nos contentamos con partir y abandonar lo vivo en provecho del vacío de la rapidez. […]. Todos somos los soldados desconocidos de la dictadura del movimiento… Al parecer lo habíamos olvidado, pero al lado de la riqueza y de su acumulación está la velocidad y su aceleración, sin las cuales centralización y capitalización habrían sido imposibles.”

El mundo era una guerra, la juventud preparaba el mayo del 68, los filósofos eran escuchados, los Panteras Negras ponían un espejo delante de la hipocresía democrática estadounidense, en las universidades europeas entraban también los hijos de los obreros, los obreros reclamaban en todo el mundo, las mujeres reclamaban, la liberación era algo más que una quimera, la libertad era una posibilidad.

Una órbita del poder temía a la otra, entre esos intersticios se colaba el pensamiento, la poesía y el arte salieron a las calles a escribir y pintar.

Alain Arias-Misson (PALABRAS FLOTANTES)

Alain había decidido vivir en Europa, lejos de la guerra, huyó para no alistarse como soldado norteamericano y llegó a su segunda patria. Bélgica. Allí en Bruselas en 1967 hizo su primer poema público VIETNAM, experimentó y tras una brece estancia en su país vino España; primero Barcelona, donde conoció y compartió poesía con Joan Brossa, y luego marcho a Madrid, la ciudad dormida, donde las palabras no podían tocar el suelo: Palabras flotantes.

Allí encuentra a Ignacio Gómez de Liaño e inician la conversación más larga de la historia, hacen en 1970 un primer poema de Alain juntos: A MADRID. Un años más tarde, en 1971, ponen en marcha en la Galería Seiquer (mi recuerdo a la querida Fefa Seiquer) las sesiones de Pic Poemas, donde junto a amigos artistas se dedican a deshilachar las fronteras entre literatura y arte.

En 1966 se funda la Cooperativa de producción Artística y Artesana, lo hacen Ignacio, Manolo Quejido, Fernando López-Vera, Francisco Salazar y Herminio Molero, a los que enseguida se unen: Alain, Lugán, Eusebio Sempere, Julian Gil, Enrique Quejido, Elena Asins, Julio Plaza o Lily Greeham. La intención era crear el primer sindicato de artistas y artesanos en España; pensaron que el arte y la poesía necesitaba una estructura económica y patrimonial, artistas y poetas necesitaban poder acceder a las ayudas del estado para que su trabajo no fuera siempre una actividad económicamente paupérrima. Sus estatutos, es decir su manifiesto, estaba basado en teorías filosóficas de Shopenhauer, Maiskovsky o Adorno. Con tales miembros ese sindicato no llegó muy lejos.

Galería José de la Mano.

Son de estos momentos varias obras fundamentales en la producción de ambos. A MADRID es el primer momento creativo conjunto, partiendo de una idea de Alain, es una obra suya, en la que Ignacio participa, colabora y promueve. Conscientes de que estaban en un punto cardinal de su producción artística, graban en una cinta magnetofónica la conversación en la que ultiman los detalles de cómo ha de ser la acción poética, la cinta magnética se perdió, pero no así la transcripción que de ella hicieron.

El poema consiste en que siete personas pasean por las calles de Madrid portando cada una de las letras de la frase; combinándolas creaban palabras que puestas en lugares adecuados componían los versos del poema. Así, se creó la palabra DADA en la puerta del Café Gijón, en el paseo de Recoletos; la palabra Mar delante del entonces llamado Ministerio de Marina; ARMA ante el edificio del Congreso; MARIA, en las cercanías de la plaza de Cibeles. La calle no es solo el espacio donde sucede un hecho literario, la calle es público, página y lector. Manolo Quejido le dio un soporte perdurable a este poema, lo fotografió, tomó las fotografías que hoy son el recurso visual que nos permite entender qué y cómo fue aquel primer poema público en España.

A MADRID. Alain Arias-Misson e Ignacio Gómez de Liaño.

A MADRID. Alain Arias-Misson e Ignacio Gómez de Liaño.

El carácter de la poesía pública de Ignacio contiene elementos muy distintos a la de Alain, frente a la posición más política y literaria de Alain el verso de Ignacio es más íntimo, místico y narrativo.

Aramis López comisario de la exposición, nos ha guiado por todo este periodo creativo de la escena artística española de los años sesenta y setenta, de la que recuerdo las escenas de DADA.

Galería José de la Mano.

© Mariví Otero. 2022
Manuel Otero Rodríguez

Fuente: Alain Arias-Misson e Ignacio Gómez de Liaño: Palabras Flotantes. Galería José de la Mano. 18 diciembre 2021 al 5 febrero 2022. Documentación y fotografías: Alberto Manrique.