Moza con cabuxa, 1914
Óleo sobre
lienzo, 117 x 190 cm
Colección Recreo Cultural
da Estrada
Mucho se habla del Arte universal; más
todo Arte tiene su patria, todo Arte es fruto de alguna tierra.
Castelao. Arte e galleguismo, 1919
Castelao grafista muestra su evolución en
este campo, tanto estilística como teórica. Una selección muy estricta de obras,
aproximadamente doscientas, permite mostrar su progresivo compromiso ético,
social y político, pero también sus recursos plásticos y como culmina la
definición de su lenguaje en el encuentro entre el texto y el dibujo: desde las
colaboraciones en la revista Vida Gallega
a las ilustraciones en las que el texto adquiere un protagonismo ascendente que
sintetiza en colaboraciones que, bajo el título
genérico de Cousas da vida,
pueden ser vistas como propuestas humorísticas pero también como reflexiones de
fondo social. La progresiva politización de Castelao se ve reflejada en los
carteles y las colaboraciones de los años 30 y, de un modo muy especial, en las
estampas de guerra (Galicia mártir, 1937; Atila en Galicia, 1937; Milicianos,
1938), realizada en plena época de madurez y compromiso político.
Matáronlle un fillo, 1937
Aguada
sobre papel, 31 x 22 cm
Museo de
Pontevedra
Eiquí queda un fusil!, 1938
Aguada y
tinta negra sobre papel, 37 x 26,5 cm
Museo de
Pontevedra
Alfonso Daniel Rodríguez Castelao, (Rianxo, A
Coruña, 1886-1950, Buenos Aires), medico, caricaturista,
dibujante, ilustrador, columnista, escritor, pintor, escenógrafo, ensayista,
historiador, etnógrafo, teórico, político. Castelao compagina durante años, el
dibujo con la pintura. A mediados de la década de 1910, la pintura cede terreno
a las colaboraciones gráficas que se convierte en una firme expresión plástica
y con las que obtienen un notorio reconocimiento público.
Castelao
Castelao artista, es
autodidacta. Posee una innegable facilidad para dibujar, para sintetizar
rasgos, para captar escenas, para condensar. Se percibe en las caricaturas, con
frecuencia rápidas y certeras, de resolución muy definida y estable. Especial
interés, como grupo, tienen las autocaricaturas, que actúan como verdadero
espejo: las primeras nos muestran quién quiere ser, las últimas acompañan al
personaje público […]
Autocaricatura, ca. 1912
Lápiz
sobre papel, 16 x 11,5 cm
Colección
Teresa Rodríguez Castelao
Castelao, por tanto, parte de una gran facilidad
para sintetizar con la línea, pero tiene que definir su ambicioso proyecto
plástico a base de aprendizajes. Desde sus inicios repite algunas constantes en
sus pinturas: el tratamiento de amplios paisajes como fondo; la disposición de
las figuras claramente en primer plano, con frecuencia de perfil, o de frente,
avanzando hacia el espectador, como personajes dispuestos a iniciar un relato,
a actuar frente al público […]
Si valoramos este tipo de recursos, vemos que
son propios del pintor de historias y del escenógrafo. Incluso los cuadros de
ciegos, empezando por los que decoraron el Gran Hotel Balneario de Mondariz,
enlazan bien con la pintura de artista hacia los que Castelao siente devoción, como Brueghel el Viejo o Cranach, pero
también con la tradición de la literatura oral, de los relatos de ciegos y
lazarillos, de las piezas teatrales populares, de los entremeses […]
Regreso do indiano, 1916
Óleo sobre
lienzo, 200 x 415 x 5 cm
Colección de Arte
Afundación
Castelao demuestra conocer la
historia de la pintura, pero su mirada va directa a su intención. Sus pinturas,
dibujos e ilustraciones trazan un retrato de la realidad gallega, pero su ánimo
no es costumbrista: mira y juzga, su visión es poco complaciente, crítica, con
frecuencia dolorida. “Con este medio centenar de dibujos intenté desasosegar a
todos los licenciados de la Universidad (amas de cría del caciquismo), a todos
los hombres que vivían del favor oficial… Las intenciones eran nobles y el
pesimismo aparente. Cierto que la tristeza de estos dibujos quema como el rayo
de sol que atraviesa una lupa; pero yo no quise cantar el regocijo de nuestras
fiestas, ni el hartazgo de la bodas, sino las tremendas angustias diarias del
vivir labriego y marinero”, escribe en el prólogo al álbum Nós (Nosotros),
publicada en 1931.
Os cans de España oubean o mesmo que
os cans de Francia,
ca. 1930-31
Tinta y
acuarela sobre papel, 31 x 21 cm
Colección
Galería Montenegro, Vigo
Castelao tiene claro lo que
quiere expresar, y analiza lo que ve filtrándolo desde la óptica de su
proyecto, que es artístico pero también –y esencialmente- signo de identidad.
En el Diario de 1921 es duro en su juicio con los dadaístas, y sincero con
Picasso y el cubismo, pero se percibe su interés ante la pintura aplicada a la
escenografía. Los decorados de los Ballets Rusos, con la figura justamente
valorada de Serge Diaghilev, le permiten entrar mejor en ese mundo, de la misma
manera que en los decorados de Os vellos non deben namorarse (Los viejos no
deben enamorarse) se perciben afinidades con recursos de pintores como Robert y
Sonia Delaunay, que vivieron unos meses en Vigo y tuvieron una presencia
notable en el ambiente artístico español, Castelao
conoce las telas y diseños de Sonia Delaunay, y el ejemplar del Tour
Eiffel, con poemas de Vicente Huidobro y portada de Roberto Delaunay, que
conserva su amigo Vicente Risco, director de la revista Nós, guardado en la
Fundación Vicente Risco, de Allariz.
Soportales, ca. 1924
Tinta
sobre papel, 34 x 23,5 cm
Colección
de Arte Afundación
Inquieto y curioso como
pocos, Castelao cree necesario
establecer las bases de un nuevo arte gallego: “Mucho se habla de Arte
universal, pero todo Arte tiene su patria, todo Arte es fruto de alguna
tierra”, escribe en Arte e Galeguismo (Arte y Galleguismo), en 1919. No duda en
impulsar encuentros y exposiciones de arte, instituciones y museos, nuevas
política de apoyo y promoción; trasmite en intenta contagiar su emoción cuando
ve resultados que entran en ese proyecto. Defiende la necesidad de crear un
lenguaje artístico propio, que se identifique como gallego, y promueve que se
trasmita a través de medios entonces populares en Europa como el grabado.
Colabora con escritores amigos, ilustrándoles las portadas e interiores de
libros y revistas, tanto con imágenes como con soluciones gráficas, y anima a
que otros artistas sigan ese camino, movido sin duda por la convicción de que,
para que triunfe, el proyecto de identidad debe de ser colectivo. Quizá sin
proponérselo, Castelao pasa a ser un
claro referente de su generación y de las siguientes, lo que –según defendía
Jorge Luis Borges- le convierte en clásico.
Galicia duerme. Problema: ¿Debe
despertarse?,
1914
Acuarela
sobre papel, 32 x 20 cm
Museo de
Arte Contemporáneo Carlos Maside, Sad
Castelao
grafista señala la peculiar relación entre pintura e
ilustración en la obra de Castelao: empieza llevando imágenes
desde la primera a la segunda (una aguadas y tintas previas le sirven de
inspiración para realizar las cubiertas de El
hidalgo don Tirso de Guimaraes de Luis
Antón del Olmet, D’o Ermo de Nouiega
Varela, Os Evanxeos da risa ansoluta
de Antón Vilar Ponte, De terra asoballada
o Vento mareiro de Ramón Cabanillas) y,
cuando en 1945 quiere pintar su testamento pictórico, lleva a la tela una
estampa de guerra de 1937 A derradeira
leición do mestre.
Din que non hai rías mais bonitas que
as nosas,
1922-24
Tinta
sobre papel, 34,6 x 23,8 cm
Colección
de Arte ABANCA
Si me tocase á min a lotería compraba
pan,
1922-24
Tinta
sobre papel, 34,8 x 23,6 cm
Colección
de Arte ABANCA
La
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Fundación MAPFRE y la Fundación
Gonzalo Torrente Ballester organizan la exposición Castelao grafista. Pinturas,
dibujos, estampas. Comisariada
por Miguel Fernández-Cid.
© Mariví Otero 2017
Asistente:
Manuel Otero Rodríguez
Fuente: Castelao
grafista. Pinturas, dibujos, estampas. Exposición en la Real Academia
de Bellas Artes de San Fernando. Calle Alcalá, 13. Madrid. Del 29 de septiembre
al 26 de noviembre de 2017. Dossier de
prensa y Anexo de Miguel Fernández-Cid. Comunicación de Mapfre y de la Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando.
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