sábado, 21 de enero de 2017

METAPINTURA. Un viaje a la idea del arte


Con esta exposición Metapintura. Un viaje a la idea del arte. EL Museo del Prado continúa con la tradición que comenzó  en 2010 con Rubens y que continuó con Belleza encerrada en 2013 o Las Furias en 2014. “Son muestras nutridas  con las colecciones del propio museo a las que se agregan obras de otras instituciones y que suponen una reflexión del Prado sobre sí mismo” destaca Javier Portús, comisario de la exposición y Jefe de Conservación de Pintura Española (hasta 1700) del museo. Pero al contrario que las anteriores, Metapintura es una muestra “doblemente introspectiva” porque no solo invita al espectador a visitar las obras ya conocidas en otro contexto, “sino también  por el tema que recoge: las ocasiones en las que los pintores se miran al espejo. Y de esa mirada salen autorretratos pero también obras que reflejan problemas artísticos. Nos hablan de los usos de las imágenes, del sistema de las artes, es decir, de los artistas y de su público, sus clientes, los críticos” […]



magen de la exposición “Metapintura. Un viaje a la idea del arte”. Foto © Museo Nacional del Prado 

A través de una selección de 137 piezas, entre pinturas, dibujos, escultura, estampas, libros, medallas y piezas de artes decorativas, de las cuales 22 han sido prestadas por 18 museos y coleccionistas diferentes como la Fundación Casa de Alba, la National Gallery de Londres, el Museo de Bellas Artes de Sevilla, el Banco de España o el Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

La exposición hace un recorrido por diferentes temas que acercan al visitante a las múltiples formas que, desde finales de la Edad Media y hasta los inicios de la Contemporánea, adoptó la convivencia con las imágenes y en las que expresó el concepto de “arte”. Con obras de Tiziano, El Greco, Durero, Rubens, Velázquez, Zurbarán, Murillo, entre otros.

Autorretrato. Tiziano. Óleo sobre lienzo, 95 x 71 cm. h. 1562. Madrid, Museo Nacional del Prado.

El viaje que propone esta exposición es progresivo. Se inicia con los relatos y leyendas de la mitología y la religión a través de los cuales se trató de explicar el impulso artístico, y culmina en 1819, con la creación del Museo del Prado, que significo para España la plena asunción de que la pintura  o la escultura eran meterías intelectuales, que debían  ser protegidas por el Estado, y muy capaces de estimular el orgullo colectivo.

La muestra se divide en etapas. Quince etapas que hablan de la relación entre el arte, el artista y la sociedad, y cada una de las cuales aborda un asunto específico: los poderes atribuidos a la imagen religiosa, el papel desempeñado por el cuadro dentro del cuadro, el intento de los artistas por romper el espacio pictórico y prorrogarlo hacia el del espectador, los orígenes y el funcionamiento de la idea de tradición artística, los retratos y autorretratos de artistas, los lugares de la creación o del coleccionismo artístico, el origen del concepto moderno de la historia del arte, la subjetividad que irrumpe en los autorretratos desde la Ilustración o la importancia que el debate artístico moderno tuvieron los conceptos de amor, muerte y fama.

Huyendo de la crítica. Pere Borrell y del Caso. Óleo sobre lienzo, 76 x 63 cm. 1874. Madrid, Colección Banco de España.

Además, en esta exposición el Museo del Prado rinde homenaje a Cervantes en el IV centenario de su fallecimiento ya que reserva un espacio al Quijote, como hito universal de la literatura autorreferencial, poniéndolo en relación  con Las meninas. Así como la obra de Cervantes es una novela sobre la novela, la de Velázquez es una pintura sobre la pintura, en la que el autor no solo representa lo pintado, sino que aborda varias cuestiones importantes  sobre la posibilidad del arte de la pintura y el papel del pintor.

Las meninas permanece en la sala 12 del edificio Villanueva, donde se expone habitualmente, pero está represente en la exposición a través de una reproducción actual de un fragmento del grafoscopio de Laurent frente a primeras ediciones de las dos partes del Quijote, para recordar al visitante que dos de las obras maestras del Siglo de Oro en España son puntos de referencia para la historia de metaficción.

Arte infinito
Las Hilanderas sí, han dejado su sitio habitual.

En las Hilanderas, Palas y Arecne discuten ante un tapiz con el Rapto de Europa de Tiziano, lo que supone incorporar al contenido del cuadro una cita “histórico-artística”.

Cuando Rubens estuvo en Madrid, con más de cincuenta años, copió la obra de Tiziano en un acto de homenaje y competencia. En esa época la fábula de la mortal Aracne compitiendo con la diosa Palas se interpretaba como prueba de que la pintura era un arte liberal, y que como tal podía progresar infinitamente. A esa competencia entre Tiziano y Rubens, y entre Palas y Aracne, se incorpora Velázquez a través de su obra, que también es un homenaje y una emulación.

A su vez, Carducho en su estampa firma esa capacidad infinita del arte, y Valdés Leal en su vánitas parece burlarse de tanto optimismo.

Las hilanderas o La fábula de Aracne. Diego Velázquez. Óleo sobre lienzo, 167 x 252 cm. 1655-60. Madrid, Museo Nacional del Prado.

Hacia un nuevo artista: entorno afectivo y subjetividad

Durante el siglo XVIII, los “rostros” del arte” se diversificaron considerablemente en España. Aparecen con una frecuencia creciente retratos de los artistas y a sus clientes, pero también de sus amigos y a sus familiares, de manera que podemos reconocer, mucho mejor que en cualquier época anterior, el entorno efectivo de los pintores.

Se aprecia en esta sección en el caso de Paret, o en el de Goya, muy aficionado a plasmar la palabra “amigo” en sus retratos. Los mismos artistas, cuando se representan, lo hacen de una forma más variada que anteriormente, introduciendo en ocasiones elementos que nos hablan de su mundo más  personal, y que son consecuencia de un intenso ejercicio introspectivo.

Algunas de estas obras, en las que el “yo” invade la esfera del arte, anuncian la llegada de una nueva era en la relación entre los artistas y su arte.

Gaspar Melchor de Jovellanos. Francisco de Goya. Óleo sobre lienzo, 205 x 133 cm. 1798. Madrid, Museo Nacional del Prado.

El final de este viaje

En los años en los que Goya creaba algunas de las obras de la sección anterior, se inauguró el Museo del Prado. Fue en 1819, y el hecho se relaciona con el impulso que se dio tras la Revolución Francesa a la creación de estas instituciones.

Este museo, ubicado en uno de los hitos arquitectónicos de la ciudad, suponía la definitiva entronación del “arte” como materia altamente merecedora del interés público, y capaz de excitar el orgullo colectivo.

En su fachada, unos medallones con artistas españoles incorporaban definitivamente a este tipo de profesionales en el parnaso nacional. Con carácter de “templo de las artes”, su acceso público y su vocación pedagógica, y el museo marcará un ates y un después en la relación entre la sociedad y el arte.


Metapintura. Un viaje a la idea del arte, está libre de los corsés cronológicos y de escuelas nacionales. Es un recorrido que empieza con el pintor reivindicando su figura de autor.

© Mariví Otero 2017
Asistente: Manuel Otero Rodríguez

Bibliografía: Metapintura. Un viaje a la idea del arte. Comisario: Javier Portús. Exposición en el Museo Nacional del Prado. Del 15 noviembre 2016 al 19 febrero 2017. Nota de prensa y  material grafico. Folleto de mano de la exposición.

viernes, 13 de enero de 2017

EQUIPO CRÓNICA: Crónica de la realidad


La Fundación Bancaja, con la colaboración de la Obra Social “la Caixa” ha presentado la exposición Equipo Crónica. Se trata de la antológica, más completa que se ha realizado hasta la fecha sobre el Equipo Crónica, con más de 165 obras procedentes de diversas colecciones públicas y privadas que hemos podido ver en el Centro Cultural Bancaja de Valencia, en nuestras vacaciones navideñas. Siempre es un placer el encuentro con las espléndidas obras del Equipo Crónica.

La muestra reúne obras realizadas desde el origen  de Equipo Crónica con el movimiento  de Estampa Popular de Valencia a finales de 1964, hasta los últimos  trabajos en el cambio de década de los 70 a los 80.

El año 1964 fue fecundo en la formación de grupos. Muchos de ellos, en torno a la estética de la corriente denominada Crónica de la Realidad que dio nombre a un equipo, pero no exclusiva suya. Uno de ellos, el Equipo Crónica, contaba con los pintores Juan Antonio Toledo (1940-1995), Rafael Solbes (Valencia,1940-1981) y Manolo Valdés (Valencia,1942). El primero de ellos dejo el grupo, que iba presentado por  Tomás Llorens, también ligado a Estampa Popular de Valencia.

foto: Francisco J. Alberola. Rafael Sorbes y Manolo Valdés. 
EQUIPO CRÓNICA 1971.
Estudio en C/ En Blanch, 3 Valencia.

El Equipo Crónica constituido por los pintores Rafael Solbes (1940-1981) y Manolo Valdés (1942) ha constituido una de las propuestas artísticas más originales, brillantes y sorprendentes de la pintura española de la segunda mitad del siglo XX.

El Equipo se formó en Valencia en el mes de Octubre de 1964 y desapareció con la muerte de Rafael Solbes en Noviembre de 1981. Durante esos diecisiete años, que coinciden con la última década de la dictadura de Franco y el periodo conocido como la transición política a la democracia en España, el Equipo Crónica pintó varios centenares de cuadros agrupados en varias series temáticas, publicó un centenar de serigrafías  y editó una treintena de series múltiples tridimensionales, que expuso en más de sesenta exposiciones individuales en las principales ciudades de Italia, Francia, Alemania y por todo España.

Estas cantidades, fechas y lugares describen o diseccionan una sólida y ascendente trayectoria profesional, pero el Equipo Crónica no es conocido ni reconocido por esas cifras, sino más bien por sus cuadros en los que se transforman y combinan las más famosas obras de arte de los más famosos pintores, -El Greco, Velázquez, Goya, Picasso- en conglomerados visuales que una vez tiran más al cartel, otras a collage, otras a rompecabezas, siempre a pintura. Con sus cuadros, certeros, irónicos, exactos, tan característicos por ser combinaciones de los cuadros de otros artistas, describieron los acontecimientos, las ideas, las ilusiones y las obsesiones de una época y fustigaron arraigadas convenciones visuales sobre lo que es y lo que no es el arte de la pintura […]


La estructura de la exposición, organizada por Fundación Bancaja con la colaboración de la Obra Social de “la Caixa”, reproduce la articulación serial decidida por los artistas.

La primera serie, La recuperación (1967-68)

Contrapusieron imágenes de los medios de comunicación de masa con otras procedentes de la pintura española de los siglos XVII y XVIII, de El Greco, Velázquez, Goya, entre otros, utilizando su carga icónica para satirizar acontecimientos y aspectos de la actualidad política y social española del momento. Esta reacción al entorno formó parte de la metodología del Equipo. Son los años en los que el Ministerio de Información y Turismo, con Manuel Fraga al frente, ideó una serie de campañas con el objetivo de ofrecer una imagen pacifica  de la dictadura franquista y de atraer el turismo internacional, los años del “Spain is different”. Guernica 69 (1969) ironiza con el proyecto del gobierno español de recuperar el cuadro de Picasso, custodiado en el MoMA. Autopsia de un oficio (1970) una reflexión sobre el oficio de pintar concentrado, de nuevo, en otro ejemplo paradigmático de la pintura española. Las Meninas de Velázquez.


Serie Policía y cultura (1971) trata de la ambigüedad de las vanguardias artísticas  ante las realidades de la represión política. La pintura, entendida como un mundo aparte, regido por sus propias reglas, es el tema de la Serie negra (1972) que se inspira en el cine negro.

En los Encuentros de Pamplona (1972), un episodio mítico del arte español contemporáneo impulsado por el compositor Luis de Pablo y patrocinado por la familia Huarte. En ese año el Equipo fue invitado a participar en este festival cultural y decidió aprovechar la ocasión para denunciar la situación de libertad vigilada del momento. Creo para ello 100 múltiples de cartón piedra –El espectador de espectadores- caracterizados como agentes de la brigada político-social. La acción terminó en fracaso, convertida por los asistentes en un happening del que las autoridades fingieron no darse por enteradas.

Tanto Retratos, bodegones y paisajes (1972-73) como una pequeña sucesión de series cortas que resumimos aquí bajo el titulo A vuelta con la pintura (1973-74) desarrollan esa reflexión.

El cartel se presentó en la Bienal de París de 1973. Planteaba la indefinición de los límites entre arte político y panfleto yuxtaponiendo imágenes de carteles de la Guerra Civil y del arte de las vanguardias históricas. El paredón conmemora las últimas ejecuciones del franquismo realizadas el 27 de septiembre de 1975. A su vez  La trama (1976) es un ejercicio de pintura de historia, que recrea ficticiamente la biografía  oficial del dictador recientemente fallecido.

La partida de billar (1977) esta serie expuesta en Barcelona en 1978, supone la resolución de la crisis en la que el Equipo entró en 1973, reforzando su original personalidad artística e ignorando el apartamiento de los escenarios artísticos europeos en boga. Recoge la iconografía decadente de un antiguo salón de billar valenciano, enfatizando los aspectos narrativos y las cualidades pictóricas, atraídos  a partir de imágenes  tomadas por ellos mismos y por su amigo el fotógrafo  Francisco Alberola, la serie contiene, junto con la serie Negra, algunos de los puntos más altos de la producción del Equipo.

Úlitmas series (1977-1981)

Durante los cuatro últimos años de actividad del Equipo, Solbes y Valdés trabajaron diversas series como el Paisaje urbano (1978-79) se centra en la vida de la ciudad, mientras Los viajes (1979-80) propone una nueva reflexión entre ver y hacer  pintura. La inmersión en la pintura viene impulsada por el sentimiento de desencanto que los primeros años de la Transición producen en la izquierda cultural española y que se explicita en Crónica de la transición (1980-81) reflejaron el episodio de la llegada del Guernica a España como alegoría del compromiso político de Picasso. Mientras, en la inacabada Lo público y lo privado volvieron a indagar en la idiosincrasia de la pintura. La muerte de Solbes en noviembre de 1981, puso punto final en la trayectoria del Equipo Crónica y con ello a uno de los episodios más significativos del arte español del siglo XX.


Comisarios: Tomás Llorens Serra y Boye Llorens Peters.  Junto a la exposición se ha editado un catálogo con textos de Michèle Dalmace, Valeriano Bozal y Tomás Llorens -quien elaboro los textos que en su día sirvieron como base teórica al Equipo. Los  historiadores Bozal y Llorens compartieron aquellos años con el Equipo Crónica, sus textos revisan la relación vivida.

© Mariví Otero 2017
Asistente: Manuel Otero Rodríguez

Bibliografía: Marín Vidal,R. Equipo Crónica: Pintura, Cultura, Sociedad. Edición Institució Alfons el Magnànim. Diputación de Valencia, 2002.
Equipo Crónica. Exposición. Fundación Bancaja en colaboración con la Obra Social “la Caixa”. Ana Ramírez Polo. Comunicación. Del 22 de septiembre 2016 al 8 de Enero 2017. Valencia.