Los hijos del pintor en el salón japonés
Mariano Fortuny
Óleo sobre lienzo, 44 x 93 cm
1874
Madrid, Museo Nacional del Prado
Mariano Fortuny
Óleo sobre lienzo, 44 x 93 cm
1874
Madrid, Museo Nacional del Prado
Mariano Fortuny, nacido en Reus en 1838
y fallecido en Roma en 1874, fue el artista español del siglo XIX con mayor
proyección internacional. Su temprano descubrimiento de la luz el color en los
amplios espacios del norte de África impulsó su pintura hacia la captación,
libre de convenciones académicas, del natural. Por otra parte, su estudio de
los maestros antiguos en Roma y en el Museo
del Prado le permitió comprender en profundidad lo esencial de la pintura.
El virtuosismo de la técnica, que conseguía reproducir con intensidad visual
nueva las calidades materiales, el color y el brillo de objetos y figuras. Le
granjeó el triunfo internacional a partir de 1869. Sus estancias en Granada
(1870-72) y en Portoci, cerca de Nápoles (1874), le llevaron a nuevos hallazgos
en la representación de las figuras al aire libre y a asimilar con una
originalidad propia diversas influencias, entre ellas la del arte japonés, en
las diferentes técnicas que cultivó.
Cecilia de Madrazo
Mariano Fortuny
Acuarela sobre papel, 520 x 380 mm
1874
Londres, The British Museum, © The Trustees of the British Museum
Fortuny
(1838-1874) es la primera exposición antológica que el
Museo del Prado dedica al artista. Comisariada por Javier Barón, Jefe de
Conservación de pintura del siglo XIX, se estructura en un recorrido articulado
de forma cronológica por las aportaciones de Fortuny como pintor,
acuarelista, dibujante y grabador. Junto a ellas se exhiben ejemplos de la
extraordinaria colección de antigüedades que atesoraba en su atalier.
Reúne 170 obras, una
treintena de ellas de la excelente colección del Prado y el resto de grandes colecciones y museo de todo el mundo,
67 de estas no habían sido expuestas nunca fuera de las paredes que
tradicionalmente los albergan: Metropolitan e Hispanic Society de Nueva York,
Hermitage de San Petersburgo, Museo de Orsay de París, Museo Británico de
Londres. Biblioteca Nacional de España, Biblioteca Nacional de Francia, The Art
Institute de Chicago, National Gallery of Art de Washington y sobre todo Museo Fortuny de Venecia, que aporta el
mayor número de obras, 30.
Pórtico de la iglesia de San Ginés de Madrid
Mariano Fortuny
Óleo sobre lienzo, 60 x 96,5 cm
1868
Nueva York, The Hispanic Society of America
Secciones de la exposición
La formación en Roma (1858-61). Hijo
y nieto de artesanos y huérfano desde joven, Fortuny desarrolló en el ámbito de
su primera formación una habilidad artística especial. Tras el inicio de su
aprendizaje como pintor en la escuela municipal de Reus, sus estudios en la
Escuela de Bellas Artes de Barcelona desde 1853 le formaron académicamente. Su
estancia en Roma, pensionado por la Diputación de Barcelona, le puso en
contacto a partir de 1858 con el gran arte del Renacimiento y el Barroco. En la
Ciudad Eterna acudió a la Academia Gigi, donde realizó del natural estudios de
desnudo que manifiestan su fina captación de las anatomías, a veces con una
expresividad especial, fruto de su dominio tanto del lápiz como de la pluma. Su
calidad como acuarelista es ya visible… La Odalisca refleja su conocimiento del
desnudo, impregnado de sensualidad, con un tratamiento mucho más libre y
realista que el de sus trabajos en Barcelona.
África y el descubrimiento de la pintura
(1860-1862). La Diputación de Barcelona encargó a Fortuny que viajara a
Marruecos con el fin de recopilar información gráfica para elaborar después
cuadros que representaran las gestas más destacadas de la guerra
hispano-marroquí, en la que participaron tropas de voluntarios catalanes. En
Marruecos a partir de febrero de 1860, además de seguir la campaña, que le
llevó a presenciar, y luego a pintar, La
batalla de Wad-Ras, el pintor se sintió atraído por las costumbres y los
tipos árabes. Volvió en 1862 y tomó numerosos apuntes con el fin de representar
para la Diputación La batalla de Tetuán,
cuadro de grandes dimensiones que no
llegó a terminar […]
Fantasía árabe
Mariano Fortuny
Óleo sobre tela, 52 x 67 cm
1867
The Walters Art Museum, Baltimore, Maryland, 37.191
Entre España e Italia
(1863-68). Tras pasar unos meses en Barcelona, el artista volvió a Roma donde
continuó trabajando en motivos árabes y realizó también óleos y acuarelas que
representaban tipos populares que veía
en los alrededores de la ciudad. En esas obras desarrolló un estilo
realista, estimulado por el trabajo de algunos artistas de la escuela de
Nápoles, los que había visitado en 1863. Abordó ocasionalmente el retrato, en
el que desarrolló su gusto por los matices de color, y recibió el encargo de
pintar uno de los techos de la residencia parisina de la reina María Cristina
de Borbón, que resolvió con originalidad. Esta pintura se muestra por vez
primera restituida a su posición originaria, como el techo, lo que permite su
cabal comprensión. En una de sus estancias en Madrid, donde se caso en 1867 con
Cecilia de Madrazo, hija de Federico de Madrazo, pintó una de sus obras más
interesantes de esos años, Fantasía sobre
Fausto […]
La elección de la modelo
Mariano Fortuny
Óleo sobre tabla, 50 x 80 cm
Hacia 1868-1874
Washington, National Gallery of Art, Washington, Corcoran Collection (William A. Clark Collection), 2015
Los grabados. Fortuny mostró una
extraordinaria habilidad en las técnicas gráficas. De forma ocasional comenzó
con la litografía en 1857 siguió, en la década de 1860, una extraordinaria serie de aguafuertes que
constituyó una de las cimas de su arte. En ellos abordó motivos árabes, otros
de género y también de inspiración clasicista, con intensidad expresiva que
sacaba partido de los diferentes recursos de la técnica, que había estudiado en
las obras de Ribera, Rembrandt y Goya. Tras su primer viaje a África el artista
se dio cuenta de que el aguafuerte era especialmente adecuado para sugerir los
ambientes misteriosos que le atraían. Ese conjunto de grabados ofrece la mejor
y más veraz versión del orientalismo en Europa.
Los maestros antiguos y
el Prado (1866-68). Aunque Fortuny comenzó su estudio riguroso de la pintura antigua en
Italia, donde copió a algunos maestros del Renacimiento y el Barroco, incluido
Velázquez, fue en el Museo del Prado donde se aproximó a ellos de manera más
asidua, a través de numerosas copias. Estimó especialmente a los artistas de
las escuelas veneciana y flamenca, además de la española, de los que admiraba
la calidad del color y la libertad de la pincelada. Entre ellos, El Greco,
pintor poco apreciado entonces, le interesó hasta adquirir una obra suya. Junto
a él Ribera y Velázquez fueron objeto de
algunas copias al óleo y a la acuarela que muestran su dominio de la anatomía,
de las calidades táctiles y del color. El maestro más apreciado por Fortuny
fue Goya, de quién realizo el mayor número de copias.
La familia de Carlos IV, fragmento (copia de Goya)
Mariano Fortuny
Óleo sobre lienzo
Hacia 1867
Venecia, Fondazione Musei Civici di Venezia, Museo Fortuny
El triunfo internacional
(1868-70). A través de su relación con el marchante Adolphe Goupil, Fortuny
obtuvo un éxito internacional que tuvo su muestra más visible en La vicaría, cuadro de costumbres
ambientado en la época de Goya. Junto a esa obra el artista abordó una amplia
serie de composiciones de la pintó para
su principal coleccionista, William H. Stewart. En estas obras Fortuny recreó un mundo de belleza
en interiores arquitectónicos ricamente ornamentados en los que la pintura
aparecía a través de distintos homenajes a otros artistas. Su dedicación al
dibujo le proporcionó, a través de apuntes del natural realizados en cuadernos,
un material útil para sus cuadros y acuarelas.
La vicaría
Mariano Fortuny
Óleo sobre tabla, 60 x 93,5 cm
Hacia 1868-1870
Barcelona, Museu Nacional d´Art de Catalunya
Granada (1870-72). Tras su triunfo internacional, una estancia
de más de dos años en Granada proporcionó a Fortuny la tranquilidad
que deseaba, lejos de París, en un ambiente de gran belleza que le inspiró un
conjunto excepcional de cuadros. La mayor novedad deriva de sus trabajos del
natural ante objetos, figuras (Viejo
desnudo al sol), jardines y paisajes tanto al óleo como a la acuarela, la
tinta y el lápiz. Obras como La Carrera
del Darro, nunca vista fuera del British Museum, revelan su capacidad para
la captación del ambiente con un color nuevo y fresco. Evoca un mundo
maravilloso y ensimismado que el pintor pudo crear en la que consideró la época
más feliz de su vida.
Pasatiempos de hijosdalgos
Mariano Fortuny
Óleo sobre lienzo
Hacia 1870- 1871
Moscú, The Pushkin State Museum of Fine Arts
El atelier. Fortuny coleccionistas,
actividad comenzada con anterioridad a pequeña escala, se desarrolló entrada la
década de 1860, y especialmente tras su contacto con anticuarios, conocedores y
coleccionistas. En su estancia en Andalucía
obtuvo, guiado por un seguro instinto, obras de arte hispanomusulmán de
gran calidad. Se sintió atraído por toda clase de objetos, especialmente armas,
cerámicas, textil, marfiles, muebles y cristales. Entre la variedad de estilos
representados destaca el arte islámico, verdadero núcleo de su colección, había
también excelentes muestras de artes decorativas italianas y españolas, así como
telas, biombos y grabados japoneses. La presentación del conjunto en su estudio
de Roma junto a su propias obras, muestra un ámbito de belleza en el que las
calidades. Colores y brillos de los objetos fueron motivo de inspiración
directa para el propio trabajo del artista, como se puede ver en esta sección.
Cofre Fortuny
Marfil, madera, bronce, 15,7 x 29,5 x 19,7 cm
Taller hispanomusulmán, s. XI
Turín, Palazzo Madama - Museo Civico di Arte Antica
Los últimos años (1873-74)
Durante los dos últimos
años de su vida Fortuny abordó temas árabes que había tratado en años
anteriores de manera más sintética, a través de un colorido más intenso y una
pincelada más libre. Por otra parte se fijo con interés en algunos motivos de
la vida cotidiana, como muestra en Carnaval
de Roma, de 1873, así como, sobre todo en los meses que pasó en Portici,
cerca de Nápoles, en escenas de su intimidad familiar, en las que representó a
su esposa y a sus hijos, periodo de gran intensidad creativa, su trabajo al
aire libre, junto al mar. Al tiempo desarrolló otras orientaciones, como la
inspirada por la estética de Extremo
Oriente, en óleos y acuarelas de carácter íntimo, como Los hijos del pintor en el salón japonés. Su inesperada y temprana
muerte, que produjo una conmoción en Roma, suscitó un verdadero culto al
artista.
Desnudo en la playa de Portici
Mariano Fortuny
Óleo sobre tabla, 13 x 19 cm
1874
Madrid, Museo Nacional del Prado
Dentro
de la línea de actuación iniciada hace ya varios años en la revisión de los
grandes maestros de la pintura española del siglo XIX, el Museo del Prado presenta la gran exposición antológica Fortuny
(1838-1874), patrocinada por
la Fundación AXA y con la
colaboración especial del Museo Fortuny
de Venecia y el Museu Nacional d’Art de Catalunya.
© Mariví Otero 2018
Asistente:
Manuel Otero Rodríguez
Fuentes:
Fortuny
(1838-1874). Museo Nacional del
Prado. Área de Comunicación. Exposición del 21 de noviembre de 2017 al 18
de marzo de 2018. Madrid.
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