En el
Museo Nacional Reina Sofía una vez más paseamos por la exposición de Eva
Lootz (Viena, 1940), reconocida artista experimental fundamental en el
panorama artístico español recorre cinco décadas de pensamiento y
experimentación sobre la materia, el lenguaje y los temas que le preocupan: el
medio ambiente, el feminismo y la intervención humana en la naturaleza, entre
otros.
“Diría
que el hilo más obvio que atraviesa mi trabajo es el que rodea la pérdida, la
desaparición, la huella, el desparrame, el derrame, la presencia de lo negado,
el ser agujereado, y la imposible congruencia, la brecha entre el lenguaje y lo
visible” (Eva Lootz, 2007).
La
exposición Hacer como quien dice: ¿y esto qué es?, comisariada
por Fernando López, recoge más de un centenar de obras cuyo eje es la donación
que hizo Eva Lootz en 2023 al Museo Nacional Reina Sofía. Están presentes una
selección de las 36 obras donadas y otras, procedentes de préstamos, algunas de
ellas no vistas hasta la fecha o que se han reconstruido específicamente para
la ocasión.
El
recorrido no cronológico, pero sí panorámico, lo hacemos a lo largo de 13
salas, a través de una obra diversa y multimedia: pinturas, esculturas,
instalaciones, vídeos, series fotográficas y obras sonoras representativas de
su trayectoria, con una atención especial a sus dibujos que constituyen una
suerte de escritura paralela que acompaña sus investigaciones y funcionan por
momentos, como un verdadero diario. En conjunto la muestra nos permite
comprender la coherencia y actualidad de un trabajo que no ha dejado de indagar
en los huecos materiales que se abre entre lo visible y lo decible.
Comenzamos
la exposición en una sala heterogénea donde conviven piezas realizadas en
distintas décadas y elementos que tendrán presencia en todas sus etapas. Eva
Lootz llega a España desde su Viena natal en los años sesenta. Con una primera
formación orientada hacia la realización audiovisual, no tardo en convertirse
en una artista plástica, comienza a experimentar con diferentes materiales, con
la posibilidad de ser arrugados o plegados, de cambiar de estado con el color.
En los
años 70, en la que se aleja del lenguaje y busca reflejar la literalidad de los
materiales. Coincide con la evolución del arte procesual o antiforma en Estados
Unidos y Europa en el que el proceso de creación tiene tanta importancia o más
que el resultado final.
Así
trabaja con la lana, el fieltro, el mercurio, la parafina o el cobre. Describe
Eva Lootz: “Supongo que lo que en el fondo quería por aquel entonces era
derretir el mundo a la vez cocinarlo de nuevo. De hecho, no tardé mucho en
derretir plomo y en ocuparme del mercurio. Eso me llevó a su vez a interesar
por la arqueometalurgia y la minería, por ese peculiar teatro que la extracción
de minerales y piedras despliega en el paisaje”.
Continuamos
a la segunda sala, estamos frente a la instalación: A Farewell to Isaac
Newton, Un adiós a Isaac Newton (1994/2016). Consiste en una habitación
blanca con el suelo cubierto por arena de mármol atravesando una pasarela que
invita a un viaje solitario. Con ella, la artista se pregunta cómo aprender a
ver de nuevo en un mundo donde la sobreexposición a imágenes nos introduce en
una nueva ceguera. Explica Eva Lootz, “Es
un escenario sin actores, un paisaje desplegado en el interior de una sala. Un lugar
para un paseo solitario. Un apunte para meteorología, que envuelve al
espectador por todas partes, a punto de producirle la ceguera que produce la
nieve”.
Seguimos
el recorrido por las salas: “Agua, ríos, minería de datos y esculturas
digitales”. Ríos 2 (2006/07) dibujos no expuestos hasta ahora. Eva Lootz lo
describe: “Todo lo relacionado con el agua se caracteriza siempre por un
altísimo grado de ambigüedad. Tal vez por eso las mujeres tenemos que ver con
el agua”.
En
2005, empieza a desarrollar su trabajo relacionado con los ríos, el proyecto “Hidrografías”.
En el curso de este trabajo incorpora procedimientos digitales a partir de
datos históricos que permiten la creación de esculturas basadas en archivos 3D.
A partir de consultas bibliográficas extrae datos y con ellos y la ayuda de un
informático, genera un archivo 3D que, gracias a las actuales máquinas de corte
de control numérico, plasma en mármol de Macael.
Pequeño
teatro de derivas (1994-1998), son 24 fotografías en blanco
y negro con escenas teatrales o liricas, con las que reivindica el error y la
prótesis de forma poética, de forma que dejando entrar al error propicia la
creación de un cuerpo nuevo a través de una prótesis que completa el cuerpo
anterior. Mostrada por primera vez en su totalidad.
“La
agonía de las lenguas” (2020) tiene que ver con las lenguas
que se están perdiendo, concretamente en territorios sujetos a la pervivencia
de dinámicas coloniales. Hoy en día, solo en América Latina existen 773 lenguas
en peligro de extinción. Eva Lootz en esta sala propone concienciar sobre este
hecho, en la que una audición nombra cada una de estas lenguas. Al mismo tiempo
una gran lengua negra de betún se extiende por el suelo rodeada de lenguas de
cobre, bronce, plomo, estaño, fieltro, parafina o lana, entre otros materiales,
expuestos en la pared.
“Los
momentos negativos y la devolución de la materia” en
los años 80, Eva Lootz se interesa por la extracción de los minerales y las
materias primas, con sus repercusiones en el paisaje y en la sociedad.
Su
preocupación por la historia y el papel de las mujeres se puede ver también en
la penúltima sala con las obras El fondo indiferenciado de la conciencia
(2018-19), Camisa de invierno (1993) o Endless task, tarea infinita (1990), en
las que 10 manos de bronce sujetan un embudo de metal por el que cae cisco
carbón. Con ellas, Eva Lootz expresa las preguntas que le surgen en torno a las
mujeres, la subjetividad o la femeneidad.
Llegamos
al final de esta espléndida muestra, se cierra con “12 meses”, 14
carpetas de dibujos realizados durante los 12 meses del año 2015 en láminas de
papel milimetrado con los que compone un mural no expuesto hasta ahora. “Los
dibujos son más bien un campo de exploración independiente, el reflejo más
directo de lo que pasa por mi mente y a menudo, sin proponérmelo, funcionan
también como diario”, asegura Eva Lootz.
Mariví Otero
Manuel
Otero Rodríguez
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