viernes, 17 de mayo de 2019

ÓPERA / Pasión, poder y política


Se trata de la primera exposición que explora a gran escala este tema, y su presentación en CaixaForum Madrid supone su estreno en España tras su exhibición en Londres en 2017 y 2018. La muestra fue concebida y exhibida por el Victoria and Albert Museum (V&A) de Londres, museo referente en los campos del arte, el diseño y el espectáculo, en colaboración con la Royal Opera House. La comisaria de la muestra es Kate Bailey, comisaria de exposiciones senior y productora en el Departamento de Teatro y Artes Escénicas de V&A, con el asesoramiento de Kasper Holten, director de ópera de la Royal Opera House.

El género operístico nace a finales del siglo XVI, y no tardará en trascender la restringida audiencia cortesana inicial para llegar al gran público de la mano de Claudio Montiverdi. Desde las primeras óperas barrocas, que combinan una amplia comedia con elementos trágicos, hasta las composiciones más contemporáneas, este género ha experimentado una rica transformación.

El negocio de la ópera. En 1705, el arquitecto y promotor John Vanbrugh inauguró su teatro en Haymarkel, con la intención de convertirlo en un teatro para la ópera con éxito comercial. Delegó su gerencia en varios promotores, como Aeron Hill (1685-1750), que dirigió la temporada de 1710-1711. En Haymarket también se celebraban bailes de máscaras, cuyos beneficios servían para sufragar las óperas, pues esta forma de arte resultaba costosa debido a sus artistas estrella y a sus elaborados decorados.

Los castrati causan furor. Un castrato es un cantante sometido a una intervención antes de la pubertad para  preservar la pureza y el timbre agudo de su voz. A partir del siglo XVII, los castrati tuvieron preferencia para interpretar a los protagonistas masculinos de las óperas de estilo italiano. Nicolini, Senesino y Farinelli eran los favoritos del público británico, equivalentes a estrellas pop de hoy en día: sus seguidoras femeninas lucían insignias con sus retratos en miniatura. La prensa ridiculizaba a los castrati, ya que se rumoreaba que eran unos amantes insaciables de dudosa moral.

Temor y amor ante lo extranjero. El joven pero dotado Händel inició su andadura en Londres con Rinaldo, la primera ópera cantada en italiano que se interpretó en la ciudad. Aquella producción a la italiana, con aclamados castrati y cantantes estrella, fue muy bien acogida: sus deslumbrantes efectos escenográficos, como el uso de fuego, agua y aves reales, hicieron las delicias del público. No obstante, en paralelo a su éxito, Rinaldo también suscitó contundentes críticas por parte de la prensa británica, recelosa de este género foráneo: consideraban la ópera europea una amenaza para el teatro británico tradicional. Frente a tales reacciones por parte de los medios de comunicación, los miembros adinerados de la sociedad londinense acogieron la obra con los brazos abiertos. La visionaria pareja formada por Händel y el empresario Aaron Hill había logrado convertir la ópera en el entretenimiento popular del momento. El legado de su hazaña sería la construcción en Covent Garden del primer teatro lírico de Londres.


A partir de ocho estrenos europeos de ocho compositores en ocho ciudades, la muestra examina los momentos clave de los 400 años de historia de la ópera, desde sus raíces en la Italia renacentista hasta su forma actual. De este modo, revela cómo la ópera sume múltiples formas de arte para crear una obra de arte multisensorial, y descubre cómo los factores sociales, políticos, culturales y económicos interactúan con grandes momentos en la historia de la ópera. La aproximación se realiza desde tres perspectivas complementarias: la vertiente emocional y pasional de las obras; la perspectiva social, con luchas de clase y poder, y los aspectos directamente relacionados con los argumentos y las propuestas creativas de las óperas.

Más de 300 objetos y una experiencia sonora

Ópera. Pasión, poder y política presenta un total de 302 objetos extraordinarios, procedentes en su mayoría del Victoria and Albert Museum, junto a préstamos  internacionales de más de 30 instituciones que incluyen una selección de instrumentos de música antigua, pinturas, dibujos y bocetos, grabados, planos arquitectónicos de ciudades, bustos de compositores y cantantes, elementos escenográficos originales, vestuario, libretos, fotografías y partituras manuscritas.

Gracias a la colaboración de la empresa Snnheiser, la exposición se ha podido plantear como una experiencia sonora inmersa, en la que la música de las óperas guiará el recorrido personal de cada visitante ¡un placer! Utilizando tecnología pionera, a través de los auriculares que se entregan en la muestra, al de la música cambiara dinámicamente a medida que vas entrando en los diferentes ámbitos, creando una experiencia de sonido individual y totalmente envolvente.


Ocho ciudades y un epílogo

La ópera ha sido el reflejo de momentos históricos de cambio y revolución. A lo largo del tiempo, distintas ciudades han acogido e impulsado obras en las que la política confluye con la música, el diseño y la producción. Los estrenos de estas óperas sirven de hilo narrativo para recorrer la vida urbana en Europa durante los últimos cuatro siglos, y para entender el propio entorno de cada una de las obras. Estas son las ocho ciudades y momentos históricos que repasa esta muestra:

Venecia. L’incoronazione di Poppea. Claudio Montiverdi. 1642.

La coronación de Poppea de Montiverdi inicia el recorrido en la rica y renacentista Venecia de 1642. La partitura del  manuscrito superviviente de L’incoronazione di Poppea de Monteverdi –una ópera que explora el escándalo y la ambición, estrenada en el carnaval de Venecia en la temporada 1642- representa la transición de la ópera del entretenimiento privado de la corte al ámbito público.

Frederick de Wit. Vista de Venecia. Grabado sobre papel, Ámsterdam, c. 1690 © Victoria and Albert Museum, London.

Londres. Rinaldo. Georg Friedrich Hämdel. 1711.

El estreno de Rinaldo sirve para imaginar el Londres de 1711. Fue una de las primeras óperas en italiano que se estrenó con éxito en Londres, cuando la ciudad surgió como centro de comercio global. Una puesta en escena dramática y transitable por el público recreará el elaborado decorado de un teatro barroco. Las Tensiones del momento entre la nueva ópera de inspiración europea y el teatro tradicional quedan plasmadas en un grabado  de Hogarth que representa a las multitudes que asisten a la ópera mientras las obras de Shakespeare se van. La moda para los castrati se muestra a través de obras y trajes originales de la época.

Canesú, vestuario de teatro. Brocado de oropel en tonos crema y plateado, Italia, c. 1750

Viena. Le nozze di Figaro. Wolfgang Amadeus Mozart. 1786.

La música de la Ilustración está representada por la ópera cómica. La nozze di Figaro, que se estrenó en 1786 en Viena, centro por excelencia de este movimiento intelectual. Sus personajes se extrajeron de la vida cotidiana, y los cantantes vistieron trajes contemporáneos en el escenario. Además de mostrar una elaborada selección de indumentaria de la época, el papel del compositor se examinará a través de la figura de Mozart, y un piano que este tocó en una visita a Praga y está en la exposición.


Milán. Nabucco. Giuseppe Verdi. 1842.

Con Nabucco se llega al Risorgimento italiano en el Milán de 1842. La importancia creciente del coro se explora a través del Coro de los esclavos hebreos (Va, pensiero), que se convirtió en un himno nacional no oficial para Italia. Los eventos del Risorgimento llevaron a la unificación del país, (espectacular).

Raffaello Romanell, Busto de Giuseppe Verdi Bronce sobre mármol, c. 1890 © Victoria and Albert Museum, Londres.


París. Tannhäuser. Richard Wagner.1861

En la década de 1860, la ópera gozó de un alto estatus en París, una ciudad que experimenta enormes transformaciones en aquella época. El estreno en 1861 de Tannhäuser, de Richard Wagner –que había revisado especialmente la obra para las representaciones en la ciudad-, polarizó a la audiencia, pero la visión del compositor resultó una inspiración para distintos escritores y artistas, como muestran las obras de Manet, Vuillard o Gervex, “arte total”.

Escena y boceto de Tanhäusser. 1863. Del artista Henri-Fatin Latour (1836-1904)

Barcelona. Pepita Jiménez. Isaac Albéniz. 1896.

Pepita Jimenéz introduce a los visitantes en la Barcelona modernista. Su estreno supuso no solo un paso adelante en la concepción de una ópera nacional española, sino también la apuesta por una renovación estética de carácter europeísta en los tiempos del verismo italiano y del wagnerismo. En paralelo, en Barcelona, el Modernismo propiciaba un arte nuevo en un momento de profundas transformaciones urbanas, a la vez que en Madrid surgían las mejores joyas del género chico en la zarzuela. Las obras de Ramón Casas, así como los carteles que hacen referencia al definitivo momento que vivió la ciudad con la Exposición Universal de 1888, se exponen junto a la pintura original de la ópera, que se estrenó posteriormente en Praga.

(Para la presentación en los centros de CaixaForum, la muestra se ha ampliado con la inclusión de este ámbito, que ha sido posible gracias a los generosos préstamos del Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) y del Círculo del Liceo).

Isaac Albéniz tocando el piano junto a Paul Dukas, Déodat de Séverac, Rosina Jordana, Laura Albéniz, Clara Sansoni y un desconocido Fotografía gelatinoargéntica sobre vidrio, c. 1870 © Biblioteca de Catalunya.


Dresde. Salomé, Richard Strauss. 1905.

Esta explosiva ópera modernista de Strauss se estrenó en 1905 en Dresde, una ciudad progresista emblema del expresionismo artístico. Se examinará la recepción de la ópera –que provocó un escándalo en su momento por su pretendida locura e indecencia- y las cambiantes percepciones de las mujeres sobre la historia reflejada. La exposición incluye muchas representaciones de Salomé, desde las ilustraciones de Aubrey Berdsley hasta los diseños de vestuario de Salvador Dalí y Versace.

Salvador Dalí, Diseño de vestuario para el Verdugo Tinta sobre papel, 1949 Royal Opera House Collections, Londres © Salvador Dalí, Fundació Gala-Salvador Dalí, VEGAP, Barcelona, 2019.


Georges de Feure, Loie Fuller en su nueva creación, ‘Salomé’ Litografía en color, c. 1895 © Victoria and Albert Museum, Londres.


San Petersburgo. Lady Macbeth del distrito de Mtsensk. Dimitri Shostakóvich. 1934.

La última ópera explorada en detalle es Lady Macbeth de Shostakóvich, que se estrenó en Leningrado en 1934. Inicialmente abrazada por el público como expresión de la nueva ópera soviética, fue prohibida posteriormente por la censura de Stalin. Shostakóvich no escribió más óperas. Se exhibe material de vanguardia y propaganda, junto a partituras y libretos originales de algunas de las producciones de la ópera.

Gustav Klutsis. Politburó TsKVKP (Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética) Litografía en color sobre papel, 1935 © Victoria and Albert Museum, Londres.

Epílogo

La exposición finaliza con imágenes de estrenos de los siglos XX y XXI, que muestran como la ópera ha ido desplazándose  de Europa a todo el mundo, y cómo sigue adoptando nuevas formas. Se incluyen las óperas Peter Grimes de Benjamin Britten, Einstein on the Beach de Philip Glass, Le Grand Macabre de György Ligeti o Mittwoch aus Licht de Karlheinz Stockhausen.

Philip Glass Ensemble interpretando “Spaceship” durante el ensayo general de Einstein on the Beach, compuesta por Philip Glass y dirigida por Robert Wilson en el Dorothy Chandler Pavilion, Los Ángeles, 2003. © Lawrence K. Ho/Los Angeles Times/Gettyimages.

Ópera. Pasión, poder y política sumerge al visitante en este “arte total, una gran experiencia en la que convergen la música, la literatura, la danza y las artes visuales, y que además siempre ha sido un reflejo de la sociedad del momento.

© Mariví Otero. 2019.
Manuel Otero Rodríguez

Fuente: ÓPERA. Pasión, poder y política. CaixaForum Madrid. De 26 de abril al 11 de agosto de 2019. Dosier de prensa y documentación grafica  La Caixa.

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