jueves, 24 de junio de 2021

IDA APPLEBROOG. Marginalias

La exposición Marginalias, se puede ver en el Museo Reina Sofía, es la mayor y más exhaustiva retrospectiva dedicada a la artista americana Ida Applebroog (Nueva York, 1929) hasta la fecha, abarcando más de cinco décadas de su dilatada trayectoria. Las doscientas obras y ocho instalaciones que se presentan abordan de forma crítica cuestiones que le han preocupado a lo largo de su vida, como la indefinición de los límites entre lo privado y lo público, las violencias que subyacen tras las relaciones patriarcales normalizadas, el creciente proceso de medicalización de las sociedades avanzadas o la insensibilidad del dolor ajeno que asume el discurso mediático, entre otras.

Su posicionamiento como pionera del feminismo, su propuesta del objeto como elemento performativo y la variedad de su producción son los pilares de su práctica que comenzó como estudiante en el Art Institute de Chicago, ciudad a la que llegó en 1956 desde su Nueva York natal, donde estuvo matriculada en el New York State Institute of Applied and Sciences.

Tras un intenso y enriquecedor periodo de doce años en Chicago, que Applebroog recuerda como la etapa más enriquecedora y feliz de su vida y que le dejará huella en su querencia por la figuración y la temática del cuerpo, se estableció en San Diego, California, con su marido y sus cuatro hijos. Fueron años difíciles que precipitaron una depresión profunda, y en última instancia una crisis nerviosa que la llevó en 1969 a ingresar en el Mercy Hospital de San Diego.

En 1974 regresó a Nueva York y se asoció al colectivo feminista Heresies -en 1992 también se integra en la Women’s Action Coalition (WAC)- participando de forma activa en esta organización junto con, por ejemplo, Mimi Shapiro, Judy Chicago o Lucy Lippard, con quienes ya había tomado contacto durante su etapa anterior en Chicago. En este contexto sus obras adoptan un enfoque explícitamente feminista y desarrolla una crítica a la sociedad patriarcal como un síntoma más de una sociedad enferma y sometida.

Según indica Soledad Liaño comisaria de la exposición. Por otro lado, la centralidad de lo performativo se hace visible, por ejemplo, en todos los teatrillos que desarrolla la artista entre 1975 y 1977, en los que teniendo como uno de sus grandes referentes a Samuel Becket, presenta una serie de patrones que se repetirán en trabajos posteriores: el pergamino como soporte; el uso de un dibujo simplificado cercano al cómic; el motivo del talón; o la repetición mecánica de escenas, que remiten a las conversaciones sociales que atrapan a los personajes, con estos escenarios pone de relieve la dimensión  de ficción de las personas.

Vista en conjunto, y como explica Soledad Liaño “La práctica artística de Ida Applebroog es sobre todo un medio para interactuar con la realidad y hacernos participes de una representación maquiavélicamente orquestada de la vida. Nos cede sin embargo la responsabilidad y voluntad de decir qué rol queremos desempeñar en ella. La versatilidad plástica de su trayectoria se debe a la resistencia de la artista a ser considerada en clichés de discursos hegemónicos y unívocos. La obra de Applebroog ofrece enfoques mucho más amplios y coyunturales que retratan la máquina social en toda su complejidad”.

Crisis existencial y definición artística

Cuan Applebroog fue ingresada en el Mercy Hospital durante dos meses a finales de 1969 los médicos la animaron a canaliza su dolencia dibujando. Ese periodo de convalecencia le permitió redefinir su identidad y, por otro, empezar a cimentar su nuevo lenguaje artístico. Las formas biomorfas que se repiten en Mercy Hospital Drawings (Dibujos del Mercy Hospital), 1969 dejan intuir la obsesión de la artista por hallar en su cuerpo, explicaciones y respuestas a su crisis existencial.

La exposición Marginalias toma precisamente como punto de partida una selección de estos dibujos y la instalación Monalisa (Vagina House) [Monalisa (Casa de la vagina), 2006.2009] donde la artista revisa y reinterpreta también otros dibujos que realizó de su vagina en los meses siguientes a su paso por aquella institución. La reivindicación feminista de transformar lo íntimo, lo doméstico, en político. Dichos dibujos permanecieron olvidados en el desván de la casa de Applebroog en Nueva York hasta que fueron recuperados en un inventario de su obra llevado a cabo casi cuatro décadas después.

La importancia de lo escénico

La siguiente instalación de la exposición, Galileo Chrology (Cronología de Galileo, 1975) evidencia como lo escénico va cobrando vigencia en la obra de Applebroog al incorporar ya una serie de patrones que frecuentará en trabajos posteriores, concretamente, el uso del telón y del pergamino como soporte manipulable que permite la creación del volumen y sombras propias del aparato teatral, así como dibujo simplificado cercano al cómic derivado de su formación en diseño gráfico.

Estos teatrillos de pergamino derivaron en escenarios de mayor escala que pronto alcanzaron el tamaño de las ventanas reales. El espectador podrá escudriñar aquí escenas privadas, domésticos, como en Trinity Towers (1982) que muestra el drama solitario de los primeros casos de VIH en Estados Unidos desencadenante de cientos de suicidios causados por la incertidumbre y la desprotección social.

Además, los stagings (teatrillos) fueron también la base para los Performance Books (Libros performance 1977-1982), una referencia y manifiesto consustancial al trabajo de la artista que se hace eco de la vitalidad de esta práctica muy en boga en los años 70.

Una sociedad enferma y disfuncional

Los dibujos y lienzos que conforman, la instalación Variations on Emetic Fields (Variaciones de Campos eméticos, 1990) exhiben, sin escatimar, sarcasmo y humor, el desalentador paisaje de la banalidad social.

La investigación médica es asimismo el punto de partida de la instalación Everything is Fine (Todo está bien, 1990-1993), que la artista desarrolló en respuesta a un artículo publicado en el Nueva York sobre los experimentos y abusos a los que fueron sometidos unos monos de las selvas africanas y de Filipinas que sirvieron de cobayas en la investigación de distintos virus, entre ellos el VIH y el Ébola. Como en otras piezas, la artista elude en su formalización todo juicio de valor o posicionamiento, dando aquí todo el protagonismo a los simios.

Sin abandonar esta línea temática, se presenta la instalación Catastrophes (Catástrofes), un importante conjunto de dibujos a tinta realizados por Ida Applebroog a lo largo de 2012 lleno de desasosegantes imágenes que confirman su turbación ante la medicación de la sociedad, Cual sala de espera de un hospital corriente se distribuyen un conjunto de sillas que invitan a contemplar el discurrir de los extraños sucesos que acontecen en la sala.

Angry Birds of America (Aves enfadadas de América) esta instalación es un proyecto iniciado en 2016 que responde al interés de Applebroog por la ornitología, a su permanente cuestionamiento en torno a la investigación científica, e incluso a la situación política de la era Trump. En los últimos cinco años la artista ha dibujado, pintado, modelado pájaros de diversas especies inspirados en el libro de láminas Birds of America realizadas en el siglo XIX por el naturalista estadounidense John James Audubon. 

La artista tiene muy presente que los admirables estudios ornitológicos de aquella época se llevaron a cabo con ejemplares muertos de un disparo para reflejar en sus propios dibujos la violencia implícita en este legado. Y esta reflexión sobre la violencia es precisamente la que da la clave para una lectura más compleja de esta serie. El desaliento y la furia que se desprende de los pájaros muertos o enfadados de Applebroog -expresa Soledad Liaño- refleja un contexto radicalmente distinto al de la floreciente democracia que vivió Audobon cuando acometió su obra.

La exposición se cierra con una última instalación, White Birds.

Ida Applebroog se sirve de una amplia gama de medios y materiales, dibujos, acuarelas, pinturas, esculturas, libros de artista, instalaciones, para llevar a cabo sus obras sin renunciar al humor y la ironía, indagando con crudeza en los vicios atemporales de nuestra sociedad. Obras en las que lo teatral y lo performativo juegan un papel fundamental y reclaman un espectador activo que se implique en su interpretación a partir de su propia vivencia.

© Mariví Otero. 2021.
Manuel Otero Rodríguez.

Fuente: Ida Applebroog. Marginalias. Museo Reina Sofía. 2 de junio- 27 de septiembre de 2021. Documentación y fotografías: Gabinete de Prensa Museo Reina Sofía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario