Seguramente Luciano Fabro (Turín, 1936-Milán, 2007), hubiese disfrutado contemplando su obra, en este Palacio de Velázquez, situado el Parque del Retiro de Madrid. Fue construido
entre los años 1881 y 1883, con motivo de la celebración de la Exposición
Nacional de Minería. El arquitecto Ricardo Velázquez Bosco (Burgos,
1843-Madrid, 1923) de quién toma el nombre el palacio, dirigió el proyecto
entre los que participaron Alberto del Palacio (Sara (Lapurdi), 1856-Las
Arenas, 1939) arquitecto e ingeniero y Daniel Zuloaga, (Madrid, 1852-Segovia,
1921) ceramista. En la actualidad se encuentra dedicado a sala de exposiciones
temporales del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Una
vez hechas las presentaciones del lugar, veamos la exposición de Luciano Fabro, la entrada resulta espectacular.
Esta
exposición, la primera de carácter antológico que se le dedica tras su fallecimiento, reúne más de cincuenta
trabajos que nos muestran la audacia, solidez y complejidad de la obra de Luciano
Fabro. Una obra que es fundamental para
comprender los nuevos caminos que ha explorado la escultura contemporánea.
En la Italia de la
segunda mitad del siglo XX, emergió una generación de artistas italianos
inmersos en la búsqueda de alguna legitimación más allá del gesto pictórico encontraron la proclama
sociopolítica. El espíritu militante de los futuristas resurgió de nuevo en
estos artistas que se consideraban revolucionarios culturales en lucha contra
las estructuras sociales anquilosadas, el sistema económico y el arte
establecido. Fueron agrupados en
numerosas exposiciones bajo la denominación
de arte povera, donde se
incluía a Luciano Fabro.
El
escritor Umberto Eco difundió lo que él mismo describió como la obra de arte abierta, tan ambigua,
incierta y fragmentada como la propia vida. El joven crítico Germano Celant,
quien a partir de 1967 intentó agrupar a las fuerzas artísticas
anti-institucionales y culturalmente críticas bajo el nombre de arte povera, también formó parte del
círculo creado en torno al Grupo 63 de Umberto Eco.
El
término de arte povera derivaba del teatro povero de Jerzy Grotowski y sus
referencias al uso de materiales pobres,
como tierra, carbón, palos, periódicos, fieltro, cemento, puede inducir a
error, no sólo porque estos artistas también
utilizaron oro, mármol, seda y cristal
de Murano, sino porque desmantelaron la jerarquía de materiales, dieron la
espalda al consumismo y se interesaron
por la fuerza de la naturaleza sin renunciar a la modernidad industrial.
Propiamente
hablando, jamás existió un grupo de arte povera como tal. ¿Significa esto que
el término es el producto de una mediación estratégica e imprecisa de un solo
crítico y que pronto cobró vida propia
en la escena artística? Es cierto que Luciano Fabro, Mario Merz,
Pistoletto, Kounellis, Giovanni Anselmo, Giuseppe Penone y Gilberto Zorio, no
se inscribieron en el grupo, pero todos ellos usaron el arte como punto de
partida desde el que abordar la vida y que todos cargaron su material con asociaciones con la historia
cultural y la mitología italoeuropeas, reflejando el presente a través del
pasado, […]
La exposición reúne
trabajos fundamentales para la comprensión de la singularidad de Luciano
Fabro, grupos de obras emblemáticas, iniciadas en 1968, con las que
explora el contorno cartográfico de la
célebre bota de su país, a través de su asociación con una gran diversidad de
materiales y creación de metáforas de la
situación cultural y política de Italia, desde finales de los 60 hasta
principios del siglo XXI.
Manifestaba Fabro: cuando tengo una idea, la pruebo sobre una
Italia. Estas ideas van desde la Italia fascista, hasta la Italia de pelo,
pasando por la Italia del dolor o la Italia de oro.
Entre
los artistas de su generación, Luciano Frabro es tal vez el que ha vinculado con mayor
énfasis la emergencia de lo nuevo con la expresión del tiempo cronológico,
consciente de las posibilidades que las ruinas del pasado han propiciado sin cesar
a los artistas en una Italia que jamás dejo de inspirar nuevas
perspectivas creativas de la revelación
de los tesoros de su cultura.
Series emblemáticas como
la conformada por sus Italias, o sus Piedi, metamorfosis de la relación entre el objeto
y arquitectura, pedestal y escultura, son mostradas junto a sus primeros
ejercicios de reflexión sobre
transparencia, como Impronta o Mezzo Specchiato e
Mezzo Transparente y Tutto Transparente; su escultura yacente Lo Spirato (1972); los Attaccapanni de Napoli (1976-1977);
Prometeo (1986) una de las piezas centrales de la exposición, es la centrada
en la catástrofe de Chernóbil; y 10 esculturas de finales de los 80
llamadas Computer, que dan paso a la
última etapa creativa de Luciano Fabro.
Fabro va más allá de los géneros artísticos
porque en su obra la pintura, la arquitectura, la escultura el dibujo…, van a
convertir y a definir nuevas posibilidades para la obra de arte, asegura
João Fernandes, comisario de la muestra, que ha contado con la colaboración de
Silvia Fabro, hija del artista.
Bibliografía:
Ruhrberg, K.: Arte del siglo XX. Edición de Ingo F.Walther. Taschen. Köln,
2001.
Museo Nacional Centro
de Arte Reina Sofía. Luciano Fabro. Palacio de Velázquez, Parque del Retiro.
Madrid. Del 27 de Noviembre 2014 al 12 de Abril de 2015. Hoja de mano.
Fotos: Mariví Otero y Manuel Otero Rodríguez.
Mariví Otero
Mariví Otero
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