martes, 28 de junio de 2016

“VIVIAN MAIER, Street Photografher”: a quien algunos llaman la Mary Poppins de la fotografía.

Self-Portrait, Undated
© Vivian Maier/Maloof Collection, Courtesy Howard Greenberg Gallery, New York

Vivian Maier (Nueva York, 1926 – Chicago, 2009) ejerció como niñera durante más de cuatro décadas. En su tiempo libre creó una realidad paralela y secreta en la que hizo miles de fotografías, grabó sonidos urbanos y rodó en Súper 8 y 16 mm. Las tres cosas las hizo con una maestría y una modernidad absolutamente impropia de una fotógrafa amateur. Logró abrir una fascinante ventana a la vida cotidiana en los espacios públicos. Acumulo más de 2.000 rollos de película sin revelar, 5.000 fotografías impresas y más de 120.000 negativos que, aparte de ella, prácticamente nadie más contempló durante su vida. La novela de la vida  de Vivian Maier está llena de páginas en blanco. Vivian Maier se llevó su secreto a la tumba pero dejó más pistas que nadie sobre su identidad escondida. Dejó varias cámaras Rolleiflex que había usado para tomar sus fotografías; dejó sobre todo cajas de cartón y maletas llenas de recortes de periódicos y de periódicos enteros, sobre todo ejemplares que tuvieron en la primera página titulares de crímenes, o que contuvieran noticias  de violaciones, de raptos, de asesinatos estrambóticos, de desgracias horrendas. Dejó recuerdos variados y contradictorios en las familias para las que había trabajado, en Nueva York y sobre todo Chicago. Se conformaba con salarios bajos, pero en cada casa en la que servía reclamaba el derecho a poner un candado en la puerta de su habitación.

Según ha explicado la comisaria Anne Morin, la fotografía de Maier ha de entenderse a partir de su biografía, que probablemente conformó su personalidad y los pasos que dio en su vida. La autora era hija de un ciudadano  eslovaco y una mujer francesa que emigraron a Estados Unidos en busca de un futuro mejor y que finalmente rompieron su matrimonio, lo que llevó a su madre a refugiarse en casa de una amiga fotógrafa francesa, de la que Maier posiblemente aprendió. Finalmente en 1948 comenzó a tomar fotografías con una  cámara  sencilla de su madre hasta que adquirió una réflex y comenzó a adquirir u –mayor nivel técnico”.

Armenian woman fighting on East 86th Street, September, 1956. New York, NY
© Vivian Maier/Maloof Collection, Courtesy Howard Greenberg Gallery, New York

En 2007, un historiador aficionado de 27 años, John Maloof, compro más bien por azar unas cajas de negativos que encontró en uno de esos mercadillos que son el recuelo y el muladar de las vidas anónimas, los almacenes a los que va parar lo que ya no es de nadie y que no quiere nadie, las bibliotecas y las colecciones de los muertos, sus fotos familiares sus documentos de identidad y sus cartas de amor.

El joven John Maloof, compró el archivo porque costaba menos de trescientos dólares y porque al mirar por encima los rollos de película pudo descubrir imágenes callejeras y cotidianas de Chicago. Poco a poco fue cobrando conciencia del tesoro que había encontrado. Aquella mujer de la que no sabía nada y de la que no encontraba rastros en Google no había parado nunca de caminar por ahí haciendo fotos. Vivian Maier era el resumen de toda la fotografía americana del siglo XX y al mismo tiempo tenía una manera de mirar afiladamente suya, una sinuosa originalidad que escapaba de cualquier tentativa de clasificación.

San Francisco, CA, 1955
© Vivian Maier/Maloof Collection, Courtesy Howard Greenberg Gallery, New York

Chicago, November 1977
© Vivian Maier/Maloof Collection, Courtesy Howard Greenberg Gallery, New York

El impacto que Vivian Maier ha generado en el mundo de la fotografía  ha llevado su trabajo a las mejores galerías  del mundo y a verse publicada en multitud de libros. Incluso en propio John Maloof, descubridor de su obra, dirigió en 2013 la película Finding Vivian Maier, que fue nominada a los Oscar en 2014 al mejor largometraje documental.

El secreto de Vivian Maier es doble, porque no se sabe qué la impulsaba a tomar fotos sin cesar ni cuál fue su formación, pero tampoco se sabe por qué eligió mantener secreta una afición que la importaba tanto y para la que tenia tanto talento.

Esta exposición hace por primera vez en Madrid, un recorrido global por la obra de Vivian Maier, abordando de forma temática sus principales interesas mostrando la calidad de su mirada y la utiliza con la que hizo suyo el lenguaje visual de su época.

La muestra se divide en seis secciones: Infancia, Retratos, Formalismos, Escenas de calle, Autorretratos y Fotografías a color. Incluye un total de 120 fotografías realizadas entre 1950 y 1981, de las cuales cien imágines en blanco y negro cubren el periodo de 1950 a 1970 y otras veinte a color de 1965 a 1981. Además de nueve películas en Súper 8 realizadas entre 1965 y 1973, que captan magistralmente el ambiente urbano de Nueva York y Chicago de la segunda mitad del siglo XX.


Porque todas las cenas están cocinadas, todos los platos y tazas lavados; los niños han sido enviados a la escuela y se han abierto camino en el mundo. Nada queda de todo ello. Todo se ha desvanecido. Ni las biografías ni los libros de Historia lo mencionan. Y las novelas, sin proponérselo, mienten.”
                                       Virginia Woolf. Una habitación propia.

© Mariví Otero 2016
Asistente: Manuel Otero Rodríguez

Fuente: La Fundación Canal y FHoto España presentan “Vivian Maier, Street Photographer”. Gabinete de Prensa. Exposición del 9 de Junio – 16 de Agosto 2016. Madrid.

1 comentario:

  1. Seguiré este blog para buscar inspiración...
    Me lo recomendó mi hermana Teresa.

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