viernes, 7 de octubre de 2016

TXOMIN BADIOLA. Otro Family Plot


Seguramente, elegido por Txomin Badiola (Bilbao, 1957) su exposición antológica ha querido que fuese mostrada en este bellísimo Palacio de Velázquez, situado en el Parque del Retiro de Madrid. Fue construido entre los años 1881 y 1883, con motivo de la celebración de la Exposición Nacional de Minería. El arquitecto Ricardo Velázquez Bosco (Burgos, 1843-1923, Madrid) de quien toma el nombre el palacio, dirigió el proyecto entre los que participaron Alberto del Palacio (Sara, Lapurdi, 1856-1939, Las Arenas) arquitecto e ingeniero y Daniel Zuloaga, (Madrid, 1852-1921, Segovia) ceramista. En la actualidad se encuentra dedicado a sala de exposiciones temporales del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

Sí, ha sido elegido por Badiola, ya que la exposición –específicamente es concebida para el espacio del Palacio de Velázquez- pone de manifiesto el binomio entre construcción y deconstrucción crítica que caracteriza todo el trabajo del artista vasco, además de la evocación a referencias históricas y culturales que han marcado la trayectoria artística de Badiola.

Palacio de Velázquez.

Bajo el título Otro Family Plot, la muestra es el resultado de un proceso continuado de diálogo y colaboración de Badiola tanto, con artistas de su entorno como el comisario de la exposición João Fernandes. Ana Laura Aláez, Angel Bados, Joan Mikel Euba, Pello Irazu, Asier Mendizabal, Itziar Okariz y Sergio Prego, han seleccionado diez obras de Badiola cada uno, y han realizado grabaciones de los encuentros en que estos razonan su elección. Para ello, en lugar de ser el propio Badiola el entrevistador, los interlocutores han sido otros artistas más jóvenes, manteniendo así una posición descentralizada en este proceso. El resultado de este singular sistema colectivo  de discusión ha dado lugar a la estructura que define el dispositivo expositivo en sus relaciones materiales, especiales, temporales y textuales.


Desde los años ochenta ha trabajado en diversos proyectos.

 […] Evidentemente, Badiola tiene un cierto interés por la dirección  minimal, pero no es, de ningún modo, devoto del tipo de filosofía racionalista que es la clave del trabajo de estos últimos. Toma de ellos el sentido de imagen vacía, de la presencia fenomenológica, pero no le interesa su forma de interpretar el mundo como “una cosa detrás de otra”. Badiola se inclina hacia “la discontinuidad, la diferencia, el distanciamiento”, y advierte contra la retórica falsa, contra “cualquier puesta en escena”, y contra una neo-figuración que simplemente llegue a un cuando con el mundo en vez de proponer un medio de acceso a él.

Tras su apasionada defensa de Oteiza en el catálogo de La Caixa, Badiola podría aparecer como un discípulo del escultor vasco, pero tal lectura es excesivamente simple. El propio Badiola ha dejado perfectamente claro que probablemente esté más interesado en el hombre que en la obra. Destaca que Oteiza trató de hacer un balance de la vanguardia de hoy, como proyecto, tendría poca validez. Lo que Oteiza le proporciona es una visión vitalista del arte, una fe que el arte sigue teniendo la capacidad de renovar “la naturaleza estancada que amenaza la cultura”. ¡Badiola está, en efecto dispuesto a quemar etapas! Su obra se ha vuelto más compleja en la forma  de abordar los aspectos temáticos, públicos y simbólicos. El cuidado y la claridad son, a mi parecer, sus rasgos metodológicos más comprometidos, y éste no es un logro insignificante, en una época en que es obvio faltan en la sociedad misma. Sus propias palabras apuntan a esta complejidad cada vez más fecunda: “Intento debatir un estado hibrido en el cual la escultura no se justifica en la belleza, en la manufactura o el estilo, pero tampoco en una demostración de un enunciado conceptual, un subproducto metalingüístico, se trataría de un estado en el cual la escultura se manifieste desde su funcionamiento íntimo, desde su estructura, y lo que esto pueda significar o implicar en cuanto a consideraciones más amplias, extra-artísticas incluso” […]

Uno y cuatro Rusos, 1988. Construcción en acero. 
Asociación de Colección de arte Contemporáneo - Museo Patio Herreríano.

La muestra, que se presenta ahora en el Palacio de Velázquez, está estructurada en ocho grandes áreas que resumen las cuestiones fundamentales del devenir del artista a lo largo de 35 años: “He realizado diferentes tipos de retrospectivas, me pareció que este era el momento adecuado para que todas las cuestiones vivenciales que de algún modo dan sentido a mi propio trabajo  se pusieran en un primer plano” afirma el artista.

Alrededor de unas 60 obras entre fotográficas, dibujos, piezas escultóricas e instalaciones multimedia, que abarcan desde los años ochenta hasta la actualidad. La presentación no es estrictamente cronológica  ni exclusivamente temática –presenta obras de diferentes épocas- sino que responde a problemáticas que han buscado respuestas de manera acumulativa a lo largo del tiempo, como refleja su estructuración en distintas secciones. Si bien, como apunta el propio artista “los límites entre las secciones son muy permeables: hay piezas que dependiendo del aspecto en el que te fijes podrían estar en varias secciones a la vez” 

Coffee Table Piece, 1990. Construcción en acero pintado y mesa de Isarnu Noguchi.
Colección Carmen Riera del Centro de Arte Contemporáneo - Ayuntamiento de málaga.


A lo largo de la exposición  se advierte algún tipo de evolución, de progreso, no deja de estar permanentemente contrapunteada por una especie de flashbacks y flashforwards, de manera que avanzan cosas que se van a tratar luego o se vuelve sobre aspectos que ya se habían tratado.

                                                          

© Mariví Otero 2016
Asistente: Manuel Otero Rodríguez
Fotos: Mariví Otero

Bibliografía: Power, K. Badiola: el perfil de una mirada.VIII Salón de los 16. 1988. Museo Español de Arte Contemporáneo. Madrid.
Txomin Badiola. Otro Family Plot. Palacio de Velázquez. Madrid. Del 22 de septiembre de 2016- 26 de Febrero de 2017. Gabinete de Prensa. Museo Reina Sofía. Madrid.

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