Burguillos 1990 / Furukawa 2004
La
exposición con la que R.O. Proyectos,
Madrid / Galería Rafael Ortiz, Sevilla inaugura la temporada, FURUKAWA/BURGUILLOS,
reúne a dos artistas de una misma generación, pero muy distantes en
formación y contextos.
¿Por qué esta
exposición? ¿Qué tienen en común? Rafael Ortiz responde: es una decisión marcada por los sentimientos. Cuando Guido H. Maus
(Maus Contemporary, Birminghan, Alabama) nos mostró su trabajo, primero en
Marbella y posteriormente en Madrid, nos pareció que sería magnífico que las
obras de ambos, silenciosas, misteriosas y hasta enigmáticas ¡se conocieran!
Yoshishige Furukawa (Fukuoka-shi, Japón,
1921- 2008, Sagamihara-shi, Kanagawa-ken, Japón). Se graduó en Bellas Artes en
la Universidad de Tokio (1939-1943). En la Segunda Guerra Mundial, sus obras
fueron destruidas en ataques aéreos que incendiaron la casa de sus padres, él
estaba en Nagasaki recién graduado se alistó en la marina. Más tarde se
estableció como artista en Japón, haciendo una pintura ligada a la vanguardia
europea, Cézanne, Matisse, Klee, Léger o Rouault.
Yoshishige Furukawa
uncovering the windows of his 1972 exhibition at Westbeth Gallery, New York
(image courtesy of the artist’s estate and Beta Pictoris Gallery/Maus
Contemporary)
En
1963 visitó Nueva York y se quedó. Conoce a Isamu Noguchi y Jasper Jhons, viviendo en el YMCA, el Chelsea Hotel y el
Westbeth Artists Housing. Su investigación en la pintura abstracta americana,
dio un cambio radical a su obra, atrás quedó la vanguardia europea.
El resultado
de las obras que podríamos llamar pinturas, son el tema Black Rubber Sheet, una exposición individual de sus obras en la Galería
Beta, Pictoris / Maus Contemporary.
Utilizando principalmente lienzo, caucho, ojales
metálicos, materiales de costura (a menudo grapas) y el bastidor, Furukawa llevó la pintura abstracta
adelante, la pintura y el yeso se reducen a manchas planas. Costuras y grapado
de láminas de lienzo, junto con hileras de caucho negro, creó formas visuales
geométricamente y cromáticamente simplificadas y planos de imagen que se
volvieron palpablemente tensos.
Furukawa. 1972
Demasiado
formalmente enclaustrado para encajar con el expresionismo abstracto (que él
llamo “American Action Painting”), demasiado áspero para el Minimalismo y
demasiado agitado para Post-Minimalismo,
las duras “pinturas” de Furukawa mantienen una independencia
distinta mientras que también se adaptan en el canon occidental. Durante su
vida disfrutó de un éxito institucional más amplio en Japón que en Estados
Unidos, realizando exposiciones individuales en varios museos de su país natal,
donde se recoge parte de su trabajo.
R.O. Proyectos, muestra su serie “Láminas
de caucho negro”, en la que el artista utiliza materiales industriales como
caucho, lienzo, láminas de goma y ojales para crear obras con líneas de borde
duro y componentes geométricos, pero también frisos suaves de tela y arrugas
naturales.
Furukawa. 1972
Estas
obras tienen afinidades con el movimiento japonés “Mono-ha” de finales de los 60 y principios de los 70, que fue
ampliamente ignorado en Estados Unidos hasta la exposición de Blum & 2012 Requiem for Sun: The Art of
Mono-ha. Los artistas de Mono-ha
trataron de elevar objetos naturales e industriales (madera, aceite, alambre,
papel japonés, cuero, bombillas, piedra, algodón, etc.) como una forma de crear
arte (en el sentido tradicional) para permitir el reordenamiento y la
interdependencia de los materiales hablan por sí mismos.
De
hecho, mientras trabajaba en la serie “Black Rubber Seet” durante sus primeros
años en Nueva York. Furukawa fue influenciado tanto por la arenosa atmósfera urbana
como por su pasado reciente. Con sus capas de caucho, gesso, metal y aceite,
los lienzos a gran escala recuerdan igualmente la naturaleza flexible de la
piel humana y los materiales mecanizados de la América industrializada.
Incontables y extrañamente antropomórficas, existen en un espacio entre la
escultura y la pintura, un área que Furukawa ha explorado hábilmente
durante la mayor parte de su vida.
Furukawa. 1976
En
1997, Furukawa dijo: “Cuando estoy caminando, puedo ver una ventana,
un camino, un sitio de construcción, gente trabajadora, un árbol, o el cielo, y
trato de incorporar los sentimientos de estas cosas físicas visuales en mi
trabajo”. En esta declaración podemos ver el compromiso de un artista desde
cero, de las cosas a su alrededor, establecerse como artista cuyas primeras
obras (y hogar) se redujeron a cenizas. Todas las piezas en la hoja de goma negra –cosido y
estirado, forjado juntos de los materiales en la mano- muestran como logró eso,
construir, destruir y hacer el trabajo nuevo.
El trabajo de Furukawa
fue objeto de dos importantes retrospectivas en el Museo de Arte de la
Perfectura de Fukuoka en 1992 y 2015. Su obra forma parte de importantes
colecciones como Museo Nacional de Arte
Moderno de Tokio, Museo de Arte de Osaka, Museo Nacional de Arte Moderno de
Kyoto, Museo de Fukuoka, Museo de Arte Moderno de Saitama, o Riverside Art
Museum de California entre otros. Ha sido expuesto en múltiples ocasiones en
Estados Unidos y Japón a lo largo de su carrera, incluyendo una importante
muestra en el Museo Albright-Knox en Buffalo, Nueva York en 1991. Recibió
numerosos reconocimientos entre ellos ganador del premio de la Fundación
Pollock-Krasner.
Furukawa. 1965
En
la exposición se pueden ver obras de 1965 a 2004.
La obra de Yoshishige
Furukawa está representada, en los museos americanos, japoneses y sí,
falta España, espero que el Museo Reina
Sofía se anime a incluirlo en alguna de las colecciones, es un espléndido
artista.
Jaime Burguillos (Sevilla, 1930-2003,
Sevilla) Se formó primero en la Escuela de Artes y Oficios de Sevilla y, más
tarde, en la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, en la
que coincide con Carmen Laffón, Joaquín Meana, Jesús Soto y Luis Gordillo,
entre otros.
Burguillos en el balcón de su estudio. Foto Archivo de Galería Rafael Ortiz.
Jaime
Burguillos comenzó a trabajar dentro del realismo
social a finales de los años cincuenta del siglo pasado para instalarse a
principios de los sesenta en una abstracción sutil y muy personal que no
abandonará a lo largo de toda su carrera.
En 1963 se traslada a Madrid donde permaneció veinte años, desvinculándose
en cierta manera del mundo cultural sevillano. En esta etapa trabajó con la
gran Galerista Juana Mordó hasta la muerte de ésta. Ese fue un momento
fundamental en su carrera pues paso a
pertenecer a una galería que en esa época aglutinaba a los artistas más
relevantes del arte contemporáneo.
Burguillos. 1963
“Cuando entra en
contacto con aquel grupo, en el que están Lucio Muñoz, Zóbel, Gerardo Rueda o
Saura, va decantándose, ya a finales de los 60, hacia esa especie de mosaico
colorista que se le conoce hoy, esa pintura vibrante a base de pequeñas
pinceladas, en la que color se convierte en leit motiv de su trabajo, tan
poético”, afirma José Antonio Chacón, director del Centro Andaluz de Arte
Contemporáneo en las páginas de Diario de Sevilla.
Burguillos. 1979
Burguillos,
es
colorista que experimenta las posibilidades de una misma gama cromática,
obteniendo unos cuadros llenos de sobriedad y elegancia. Su obra forma parte de
importantes colecciones, como las del Museo de Arte Abstracto de Cuenca, el
Centro Nacional de Arte Reina Sofía, el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo,
el Banco de España y las fundaciones Juan March y La Caixa.
En
la exposición se incluyen obras de 1963 a 1995.
Burguillos / Furukawa
© Mariví Otero 2020
Asistente:
Manuel Otero Rodríguez
Fuente: R.O. Proyectos y
Galería Rafael Ortiz. FURUKAWA/BURGUILLOS. Prensa R.O. Proyectos. Calle
Huertas, 61, bajo izda. 28014 Madrid.