jueves, 5 de diciembre de 2019

JÖRG IMMENDORFF. La tarea del pintor

Exposición organizada por el Haus der Kunst de Múnich con la colaboración del Museo Reina Sofía, comisario de la misma Ulrich wilmes, presenta la trayectoria completa de Jörg Immendorff (Bleckede, Alemania, 1945Düsseldorf, Alemania, 2007), uno de los artistas alemanes más destacados a nivel internacional fundamental para entender la época histórica en la que vivió. La antológica abarca desde las obras que concibió en los setenta, y a principios de los ochenta tratando de redefinir el papel del artista en la sociedad y de acercar el arte a la gente, hasta las pinturas codificadas de su último periodo creativo. De este modo, la muestra comprende más de cuatro décadas de una obra que ha experimentado procesos de cambio esenciales.

Es la primera retrospectiva, que se lleva a cabo desde su muerte, ocurrida en 2007, incluye alrededor de 100 obras entre pinturas y esculturas, de todas las fases creativas del artista y algunos lienzos de hasta siete metros de ancho. La muestra no sigue una cronología  estricta, sino que ordena los temas cruciales y los puntos clave del desarrollo artístico de Immendorff en capítulos temáticos. La biografía de Jörg Immendorff es como un relato inscrito en sus obras, ya que creaba sus cuadros, dibujos, grabados y esculturas en o para, un contexto histórico específico.

Arte crítico y espontáneo  

La muestra arranca con las primeras obras del artista de los años sesenta. En esa época, Immendorff estudiaba en la Academia de Arte de Düsseldorf, donde estableció un estrecho vínculo con Joseph Beuys (1921-1986) basado en el aprecio mutuo.

En este preciso contexto, y como reacción a la guerra de Vietnam, pintó unas imágenes de unos bebés “regordetes” y “mofletudos” y se los dedicó a “todos los amores del mundo”. De este modo apelaba al innato instinto pacífico de la humanidad y a una inocencia infantil que se revelaba en el diletantismo radical de las llamadas “acciones LIDL” (palabra inventada por Immendorff, que a él le recordaba el sonido del sonajero de un bebé. El término se refiere al arte provocador que se muestra crítico con las instituciones).
En las dos siguientes salas se observa el cambio experimentado en la obra y estilo de vida de Immendorff que, tras ser expulsado de la Academia de Düsseldorf en 1969 a causa de sus actividades subversivas, pasó a ser un agitador político como profesor de arte y su compromiso político como miembro de la sección maoísta del Partido Comunista de Alemania – una escisión del KPD- eran tan importantes como su actividad artística. Así,  Die Meinungssäule (La Columna de opinión, 1971) o Besprechung eines transparents (Debate sobre una pancarta, 1972) hacen referencia al método de la vida cotidiana en la escuela, en el que Immendorff concibió junto con los alumnos una clase orientada a proyectos.

En la década de los setenta, el lenguaje visual de su pintura era también una expresión de su compromiso socio-político. Las vistas urbanas de Frankfurt Main (Fráncfort del Meno, 1973) o Köln (Colonía, 1973) presentan manifestaciones contra la guerra de Vietnam y están firmados con el eslogan “Todo por la victoria del pueblo vietnamita en lucha”.

Hacia una nueva identidad

En los primeros años ochenta, Immendorff se preocupó específicamente por la división de Alemania. En la siguiente sala, el cuadro Naht (Sutura, 1981) encarna emblemáticamente la cicatriz que recorría la frontera que separaba ambos estados alemanes durante la Guerra Fría. Sin embargo, ya más entrada la década, sorprende que el proceso de reunificación culminado con la apertura del Muro de Berlín en 1989 no encontrara ninguna expresión concreta en sus obras de la época.


Poco antes, en 1976, Immendorff participó en la Bienal de Venecia mediante la presentación de folletos que atacaban la “privación de la libertad personal” en la RDA y que hacían un llamamiento a la cooperación artística internacional como medio para superarla. En 1978 Immendorff comenzó la destacada serie Café Deutschland, en la que declaraba su posición crítica con respecto a la política alemana de posguerra ejemplificada en una obra en la que aparece la esvástica entre las garras del águila de la Alemania Federal. Concluidas en 1982, las diecinueve pinturas que conforman la serie escenifican en configuraciones cambiantes el elenco contemporáneo de  los dos Estados alemanes.

Al superar el conflicto entre ciertos rasgos de su práctica artística, Immendorff tomó definitivamente la decisión de dejar atrás su triple vida de activista político, profesor y pintor, y dedicarse exclusivamente  al arte. Selbstbildnis (Autorretato, 1980) ejemplifica este proceso de despliegue de la identidad artística.

Autorretato, 1980, Jörg Immendorff.

Con el grupo de obras Café de Flore (1987-1992) Immendorff había finalmente hecho realidad su inconfundible autodeterminación artística, que se distingue por una marcada fuerza expresiva y por la multiplicidad de capas narrativas. El parisino Café de Flore era conocido en los años 60 por ser el punto de reunión de Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir. En las piezas de Immendorff aparecen representados otros colegas artistas, comisarios de exposiciones, escritores, galeristas y coleccionistas, y en el centro de dichas piezas, el artista desempeña varios roles. Las configuraciones de los cuadros que integran este conjunto recaen en las grandes figuras que las vanguardias del siglo XX, en particular en Marcel Duchamp, así como en los expresionistas y surrealistas.

Nuevas referencias

A partir de los noventa, Immendorff, pasó a ocupar un papel destacado en la escena del arte contemporáneo internacional, mostró un gran interés por algunas famosas figuras marginadas de la literatura, como el personaje romántico de Tom Rakewell, de William Hogarth, o el Peer Gynt creado por Henrik Ibsen, hacia los que sentía una gran afinidad. Peer Gynt es una figura que se pasa toda la vida huyendo de la realidad y refugiándose en un mundo creado por él. Para Immendorff, Peer Gynt es un buscador como él.

En el cuadro de gran tamaño Gyntiana (1992-93), el tema principal –como él mismo señaló- “mucho más allá de la historia de Peer Gynt” Immendorff escogió el Café de Flore como su emplazamiento y se retrató vestido de geisha. Además, situó allí un repertorio de destacados autores de la literatura mundial, como Arthur Rimbaud, Bertolt Brecht o Ibsen, destacando que se identificaba con todos ellos.


En la obra de Immendorff, las mujeres suelen desempeñar un rol secundario. Gertrude Stein (1874-1946) es una excepción. Esta escritora estadounidense, editora y coleccionista de arte. Es una de las pocas figuras femeninas que se pueden identificar en su obra. Basada en una fotografía de Man Ray, Stein aparece en la obra Gertrude + Republik (1998).

Poco después de que le diagnosticaran en 1997 una devastadora esclerosis lateral amiotrófica (ELA), el estado físico Immendorff empezó a empeorar. A partir de entonces, el dominio menguante lo llevó a emplear medios formales que otorgan a los cuadros el carácter de collages sin renunciar por ello al concepto de pintura.

La última parte de la exposición muestra otras referencias temáticas como el “mono pintor”, inspirado en la obra del artista francés Jean-Baptiste Siméon Chardin (1699-1779). Para Immendorff, el mono es un imitador, que aunque puede pintar, no es creativo y va adquiriendo significados cambiantes en sus trabajos, tanto en pintura como en escultura.

También se pueden ver algunas de sus últimas obras, muchas de ellas sin título, en las que por su enfermedad Immendorff se vio obligado a adaptar su trabajo a su discapacidad física. Con una asombrosa energía, creó métodos para generar imágenes que le permitían delegar cada vez más la ejecución de sus ideas visuales en sus ayudantes.

En la biografía del artista Immendorff se imbrican experiencias reales que en sus obras se convierten en objetos de una interpretación de su visión del mundo. Los cuadros se erigen así en portadores de señales, difunden informes y propagan consignas; a fin de cuentas son cuadros vivientes con espacios teatrales en los que se desplaza a actores y público entre el escenario y la platea.


© Mariví Otero. 2019.
Manuel Otero Rodríguez

Fuente: Jörg Immendorff. La tarea del pintor. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. 29 de octubre de 2019- 13 de abril de 2020. Documentación, imágenes y material multimedia: Gabinete de Prensa Museo Reina Sofía. Concha Iglesias Otheo de Tejada.

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