La Galería José de la Mano, presenta
la exposición titulada LUGÁN antes de
LUGÁN está integrada por un total de
catorce obras sobre papel, datadas entre los años 1958 y 1966, que pertenecen a
la etapa inicial de la producción del artista LUGÁN= Luis García Núñez (Madrid, 1929). En ellas se puede ver cómo
todavía firmaba con su nombre, LUGÁN es
el acrónimo que adopto como nombre artístico a partir de 1967. A esta etapa la Galería José de la Mano ya le dedicó
una exposición en el año 2015, en la que se expusieron las seis piezas
interactivas que LUGÁN presentó en
el Pabellón español de la Bienal de São Paulo de 1973.
LUGÁN, es uno de los
artistas más singulares del panorama artístico español de la segunda mitad del
siglo XX. Su trabajo es conocido por sus obras de naturaleza electrónica,
conformadas por dispositivos que integran lo audiovisual, cinético y lo táctil,
que supusieron toda una novedad entre las creaciones de la época. La unión
entre arte y tecnología es el rasgo más simbólico de su trayectoria, que ha
estado profundamente marcada por su experiencia pionera en el Centro de Cálculo
de la Universidad de Madrid y su trabajo como técnico electrónico en Telefónica.
En una entrevista a Ignacio Gómez de Liaño por
Juan Bosco, le pregunta:
¿Y LUGÁN?
LUGÁN era un constructor de artificios que
contaban con algún componente eléctrico y tenían aspecto de esculturas.
Utilizaba de modo creativo la tecnología. Había en él un gusto por lo arcaico
–como en los científicos de Julio Verne- o
bien por una tecnología dadaísta. Hizo una mano metálica que al tocarla parecía
tener la misma temperatura que tu mano: eran juegos dadaístas, pero hecho a
partir de la tecnología. No sé exactamente qué hizo LUGÁN en el Centro de
Cálculo, pero era un verdadero animador, por sus hallazgos y su ingenio.
LUGÁN (Luis Garcia Nunez), Sin titulo, 1962
Luis García Núñez en la década de los
cincuenta decidió matricularse en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid.
Además de asistir a estas clases acudió con asiduidad al Círculo de Bellas
Artes y al Casón del Buen Retiro para realizar dibujos al natural. Su primera
exposición individual la realiza en la Sala Abril de Madrid. Poco después
ampliaría su trayectoria expositiva como miembro del grupo Castillo 63 que fundó con sus amigos y compañeros de
profesión Elena Asins, Julio Plaza,
Onésimo Anciones, Miguel Pinto, Manuel Prior y Víctor Ventura.
LUGÁN (Luis Garcia Nunez), Sin titulo, 1959
No obstante, cada uno conservaba su estilo y mantenía su propia línea
independiente. Participaron en exposiciones en distintos puntos del país con
muestras itinerantes como la titulada Festivales
de España. El grupo no duró demasiado y se disolvió a mediados de 1966. Ese
mismo años, en el mes de julio coincidiría con Elene Asins, Julio Plaza e Ignacio Gómez de Liaño en un viaje a La
Haya para ver una exposición retrospectiva de Piet Mondrian.
LUGÁN
antes de LUGÁN
En la década de los
cincuenta la pintura de Luis García Núñez, como puede verse en las obras de
estos años expuestas en la Galería José
de la Mano, el uso de una paleta de colores vivos y la creación de unas
geometrías en las que se aprecia una clara influencia cubista, fruto de su
admiración por la obra de los maestros Pablo
Picasso y Juan Gris en sus primeros años de formación.
En cambio a comienzos de los años sesenta el artista se sintió más
atraído por unas geometrías reducidas a su mínima expresión, que forman sutiles
juegos de líneas, y por un cromatismo intencionadamente austero, en donde el
gris es el gran protagonista. No obstante, como contrapunto introdujo en muchas
de ellas pequeñas notas de color intenso que le permitían iluminar la totalidad
de la obra. La inspiración para emplear este recurso la tomó de la música
dodecafónica y de la pintura del maestro Piet
Mondrian, famoso por sus Composiciones
protagonizadas por combinaciones de geometrías rectangulares de colores
primarios: rojo, azul y amarillo.
LUGÁN (Luis Garcia Nunez), Sin titulo, 1958
Los últimos trabajos firmados como Luis
García Núñez ya anunciaban algunos matices que marcarán su posterior
producción de piezas tecnológicas, como la aleatoriedad o la fabricación de su
propio instrumental de trabajo. Por ejemplo, para lograr el efecto de las
veladuras y los degradados de algunas de las piezas expuestas, el artista, en
vez de utilizar aerógrafo, hacía uso de una bomba manual de fumigar plantas.
Con ello, conseguía un acabado mucho más regular.
LUGÁN (Luis Garcia Nunez), Sin titulo, 1965-66.
La investigación de LUGÁN se
muestra tan rigurosa como vivaz. Nada es improvisado y todo se ensaya. Para LUGÁN la autentica función del arte es
la ampliación del conocimiento humano sobre la realidad a través de una gama de
sensaciones simultáneas (sonido, texturas, temperaturas, color, luz, espacio y
volúmenes). Pero nada queda confiado al azar, pues todo se rige y controla
ordenadamente por impulsos rítmicos, secuencias estables.
LUGÁN (Luis Garcia Nunez), Sin titulo, 1965
De
la primera producción son estas catorce espléndidas obras, que por primera vez
se ven en público.
Con motivo de este
proyecto y de la exposición que inauguro el pasado día 17 el Museo Reina Sofía sobre Ignacio Gómez de Liaño, bajo el título Abandonar la
escritura, La Galería José de la
Mano ha editado una serigrafía, de 50 ejemplares, con un poema visual de Gómez de Liaño dedicado a LUGÁN, creado originalmente en 1973.
©
Mariví Otero. 2019.
Manuel
Otero Rodríguez
Fuente: LUGÁN antes de LUGÁN. Galería
José de la Mano. Madrid. De 4 diciembre al 1 de febrero 2020. Documentación y
fotografía: Alberto Manrique. VV.AA. Exposición: Modelos estructuras formas.
España 1957-79. Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. 2005.
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