Mágica e impresionante la artista Belkis Ayón (La Habana, 1967-1999), acabamos de pasearnos por la primera exposición retrospectiva en España y Europa en el Museo Reina Sofía, que reúne unas 80 obras producidas entre 1986 y 1999, que profundizan en la corta pero intensa trayectoria de la artista, y que incluyen una selección de aproximadamente cincuenta colografías. Ésta es una técnica de grabado poco usual, basada en matrices construidas a modo de collages, que Ayón desarrolló hasta generar un lenguaje artístico único caracterizado por una gran riqueza de matices y texturas difíciles de obtener por cualquier otro medio.
La muestra aborda la trayectoria de la artista desde sus primeras experiencias con el mito Abakuá, como imaginario que la acompaña desde la presentación de su tesis en la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro en 1988, hasta las series de marcado carácter escenográfico y obras de gran formato que presentan multitud de personajes y transitan en un complejo universo visual y simbólico que sincretiza la mitología y el ritual Abakuá, con los principales elementos iconográficos de la religión católica. Entre medias se verá la transición de sus grabados al blanco y negro en los años 90 como vehículo de expresión más adecuado para expresar el drama existencial que trasluce su obra y en los que aborda los temas acuciantes de esa época: la censura, la violencia, la intolerancia, la exclusión, las desigualdades, los mecanismos de control o las estructuras de poder. Ayón alcanzó su madurez como artista en un momento de profunda crisis en Cuba provocada por la caída del telón de acero y el colapso del socialismo en Europa.
Sus
primeras obras sobre el tema Abakuá datan de 1985, cuando la artista aún
cursaba tercero de grabado en la Academia de San Alejandro de La Habana. La mayoría
de las obras de este periodo fueron realizadas en color y siguen formatos y
técnicas que respondían a las demandas académicas -litografía, xilografía,
linóleo y colografía-. Se trata de composiciones geométricas que, con gran
economía de medíos, traducen visualmente las lecturas de la artista sobre el
tema Abakuá.
Las
primeras colografías
Ayón en 1988 realiza por primera vez colografías de gran formato ensamblando hasta nueve secciones impresas y las presenta en la exposición Propuesta a los veinte años celebrada en la galería de La Habana. La técnica de la colografía, también conocida como calagrafía (del griego colla -goma- y graphein- dibujar, escribir), es una técnica por método aditivo que consiste en pegar, a la manera del collage, muy diversos materiales a una plancha, generalmente de cartón, que debidamente entintada y presionada posteriormente en el tórculo da como resultado una gama casi infinita de formas texturas. Dichas piezas eran toda una novedad en Cuba, dadas las dimensiones y el uso de los planos de color, estos últimos próximos a la estética Pop del cartel cubano y a la obra gráfica de Umberto Peña y de Rafael Zarza realizada en los años 60 y 70. Pero, sobre todo, la singularidad del contenido y el enfoque con que era tratado anunciaban ya a una artista que transgredía los mitos para adaptarlos a su tiempo y circunstancias.
La
obra La cena (1988-1991) resume como ninguna otra, tres momentos clave
que vertebran la trayectoria artística de Ayón. El primero, la lección
de la temática Abakuá durante su etapa de estudiante y la consiguiente
articulación de un lenguaje de mediación para conectarse con su propio contexto
en términos éticos, estéticos e ideológicos. La segunda, resulta de la lección
de la colografía como herramienta técnica que acrecentaba las posibilidades
expresivas. El tercero tiene que ver con el abandono del color en favor del blanco
y negro con sus casi infinitas degradaciones de grises, que trasmitían de
manera más adecuada el drama existencial de sus personajes, en cuyo reflejo se
vislumbra el suyo propio. La cena amplia la lectura que fusiona el mito Abakuá
y sus protagonistas con otras religiones y sistemas simbólicos tales como
el cristianismo primitivo y su versión institucional que comparten códigos de
representación incuestionables.
La
década de los 90
1993
fue uno de los años más productivos e intensos de la trayectoria de Ayón.
Es en este momento cuando la artista transciende las connotaciones locales de
la religión Abakuá -y del “legado afrocubano”- acercándose a una
espiritualidad más universal. Es también el momento en el que Belkis se
inserta definitivamente en el grupo de artistas cubanos que emergía de la
profunda crisis del “Período Espacial¨.
En
noviembre de 1995 Belkis presentó en la iglesia de St. Barbara de la
ciudad alemana de Breinig un conjunto de sus obras titulado Sostenme en el
dolor realizadas en su mayor parte en ese año 1993 del que hablamos. La
artista sustituyó las escenas tradiciones del vía crucis católico de la
iglesia, ubicadas en la nave central del templo, por catorce de sus obras de
temática Abakuá. A cada pieza añadió un segundo título referente a pasajes
bíblicos, dando al mito africano original una nueva lectura. El conjunto tomó
el título de Vía crucis, según consta en la anotación de la artista
encontrada en el reverso de un cartel de la muestra. Belkis creó así una
nueva narrativa reemplazando al Cristo bíblico por su alter ego Sikán.
La
serie de grabado que Belkis Ayón realiza a partir de 1997 constituye la
última producción de una carrea truncada trágicamente por el suicidio de la
artista en 1999. En este periodo trabajó intensamente tratando de renovar
cuestiones formales y temáticas de su obra, Con el título Desasosiego/Restlessness
(Couturier Gallery, Los Ángeles, marzo, 1998) su última exposición en solitario
reunió una serie de colografías en forma de tondos, en las que se eludía el
habitual repertorio Abakuá, dando paso a imágenes auto referenciales
asociadas a experiencias personales.
Comisariada
por Cristina Vives. Museo Reina Sofía en colaboración con Belkis Ayón Estate.
Fuente: Belkis Ayón. Colografías. Museo Reina Sofía. 16 de noviembre de 2021 al 18 de abril de 2022. Documentación y fotografía, Gabinete de Prensa del Museo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario