“CALMA, quiero adentrarme donde nadie ha llegado. Calma. Tras de ti, lenguaje amadísimo”. Esto lo dijo un joven francés no muy alegre, de ademanes sobrios y mente brillante, que dedicaría toda su vida a realizar esa consigna. Se llamaba André Breton, y en esa aventura por el reino del inconsciente fue acompañado por un grupo de hombres y mujeres que se expresaban tanto por medio de la poesía, la pintura, el cine y el ensayo como por su particular modo de vivir aglutinados en el movimiento surrealista. Paras estos visionarios e intérpretes de signos “el artista no tiene más remedio que ser revolucionario o no ser artista, pues sin cesar debe lanzarse a lo desconocido, y este riesgo indefinidamente renovado impide ocuparse de empleos tan seguros como los de rentista o padre de familia”. Por supuesto, fueron rechazados por las minorías biempensantes y poderosas, lo que no impidió que sus experiencias llagaran a influir en nuestra cultura hasta convertirse en parte de ella.
Este
año se cumple el centenario de la Fundación oficial del Movimiento en torno a
Breton que le dio un programa, el “Primer Manifiesto Surrealista”, publicado en
1924.
Visitamos la exposición que presenta la Fundación MAPRE, que se inscribe en el marco de la celebración internacional del surrealismo, organizada con motivo del centenario de la publicación en París del Manifiesto del surrealismo de André Breton, en 1924. A través de más de doscientas obras, algunos de los aspectos claves del surrealismo.
Como señala Estrella de Diego, comisaria de la exposición, se puede hablar de la existencia de un surrealismo “canónico”, el vinculado a uno de los -más extraordinarios escritores francese- André Breton, y cuyo inicio oficial se cuenta tras la publicación del mencionado Manifiesto; y también de -otros surrealismos-, como los nacidos en la periferia de París -epicentro de la vanguardia durante los años veinte y treinta del siglo pasado-, en España y países de la América Latina, que pueden ser estudiados como caso particulares en cuanto a la recepción del movimiento, y que, además cuenta con rasgos propios; o el de los artistas belgas, que fueron de los primeros en enfrentarse a las ideas de Breton y su primacía.
La exposición se divide en tres grandes bloques temáticos. El primero de ellos presenta la tesis de la muestra a través del estudio de diversas lecturas del surrealismo, determinadas por la cercanía o lejanía de los postulados de André Breton. A partir de aquí, a lo largo del recorrido se propone una reflexión sobre los grandes temas y estrategias que preocuparon al grupo: el sueño, el deseo, el automatismo psíquico, las relaciones con la naturaleza, la nueva visión de la ciudad, el cosmos y la alquimia. Son estos algunos de los ingredientes de este movimiento, en origen literario, que extendió internacionalmente a casi todos los campos de las artes: la fotografía, el cine, la pintura.
España,
América Latina
En los años veinte y treinta del siglo XX, España se encontraba culturalmente al margen de centros de la vanguardia artística europea como París. Sin embargo, y pese a ello, fue cuna de algunos de lis más representativos nombres del surrealismo: Salvador Dalí, Luis Buñuel, Óscar Domínguez o Joan Miró.
Otros artistas españoles que conocieron el movimiento a través de las revistas del grupo o de testimonios de allegados a Breton y su círculo no han sido reconocidos como se merecen. Es el caso de Nicolás de Lekuona, José Alemany, Maud Bonneaud, Ángel Planells, Joan Massanet, Delhy Tejero o Amparo Segarra entre otras.
Un caso similar al de España es el de gran parte de América Latina donde, más allá de México, países como Argentina o Brasil, en muchos casos centros de acogida de artistas, escapaban de la Guerra Civil y la posterior dictadura española, o del nazismo, propusieron interesantes lecturas “surrealizantes”. Así, los nombres de Raquel Forner, María Martins, Horacio Coppola. Antonio Berni, Lino Enea Spilimbergo o Greta Stern, nos hablan desde una periferia en la que los ecos del surrealismo tuvieron una gran repercusión.
Mujeres
surrealistas
En
1985, la historiadora de arte norteamericana Whitney Chadwick publicaba el
primer libro sobre mujeres surrealistas. Había pasado muchos años desde el
nacimiento del surrealismo y, a pesar de que fueron numerosas las artistas adscritas
al grupo, Breton, en su manifiesto de 1924 las describe como “bellas y sin
nombre”, se limitó a otorgarlas el papel de médiums -de lo inconsciente en
estado puro, de guías-, un rol en apariencia, privilegio, que ha terminado
siendo un mero vehículo de exclusiones. Las mujeres más alejadas de París,
epicentro del surrealismo, han sido, por otra parte, las últimas en ser
incorporadas a la cartografía del movimiento. Sin embargo, fueron muchas, la
mayoría completamente relegadas por el propio movimiento, que poco a poco van
logrando ocupar el lugar que merecen: Gala -que tomó el apellido de su
compañero, Salvador Dalí, Remedios Varo, Maruja Mallo, Leonora Carrington,
Grete Stern, Jane Graverol, María Martins, Amparo Segarra, Toyen, Rita
Kernn-Larsen, Ithell Colquhoun y otras tantas que en la exposición se han
incluido, y que la visitante ira descubriendo.
Se
incluye el trabajo de treinta y cinco creadoras, en un intento de devolverles
al lugar que les corresponde por derecho propio en la evolución del grupo
surrealista. Para llamar la atención sobre este hecho, cada una de las
secciones del recorrido comienza con la obra de una mujer, de modo que, cien
años después, cada una de ellas adopta su papel de guía o médium que les había
otorgado Breton, pero ya no será u papel retorico sino real.
La
exposición se ha reinterpretado en los Musées Royaux des Beaux- Arts de
Belgique, de Bruselas (del 21 de febrero al 21 de julio de 2024) y en el Centro
Pompidou, de París (del 4 de septiembre de 2024 al 13 de enero de 2025). Tras
su presentación en Madrid, viajará a la Hamburger Kunsthalle, Hamburgo (del 13
de junio al 12 de octubre de 2025) y en el Philadelphia Museum of Art,
Filadelfia (de noviembre de 2025 a febrero de 2026).
Mariví
Otero
Manuel
Otero Rodríguez
Fuente: 1924. Otros surrealismos. Fundación MAPFRE Madrid. Del 6 de febrero al 11 de mayo 2025. Documentación y fotografía: Comunicación Fundación MAPFRE, Alejandra Fernández Martínez.
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