No
fui a la inauguración pero sí al día siguiente, me recibe Leandro Navarro, hablamos de la obra de Manolo Millares, ambos
lo conocimos, yo al final de su corta vida, triste para mí ese mismo año perdí
a mi padre, con la misma edad.
Voy,
a disfrutar de un gran artista, en estas salas se puede ver la obra en
intimidad ya que las exposiciones están muy bien montadas ¡que es muy
importante! Lo digo como galerista. Fotografio prácticamente toda la
exposición, pinturas sobre papel, técnica mixta sobre arpillera, tinta china
sobre papel. Me gusta el texto del catálogo
“La elegancia de un rebelde”, escrito por Manuel Vicent. Realmente eso pensé yo cuando lo conocí,
fascinante y rebelde como su obra.
Ya
en casa reviso mi biblioteca, encuentro varios muy buenos catálogos de Millares
y rescato un texto de suyo:
Pienso
si fuera capaz de eliminar la obstrucción (aquel mármol hasta ahora una losa
del oculto secreto) invocando a Sir Arthur Evans o al Minotauro en el laberinto
de Dédalo. Entonces yo diría, no antes: ¿y si me cierran la mirada?, ¿la hora
del suicidio? Tal vez. Tengo aquí los ojos desmesurados de Van Gogh con su
postrer disparo: “en este mundo siempre habrá miseria”.
"Sin Título" 1968
¿Soy
una hormiga, un hombre, una oruga? El sol perdióse sin ponerse detrás de
Guadarrama y lo sé por esa referencia que viene calándome los huesos que de lo
otro nada, ni soy yo o si soy yo cabeza, pelo, brazo, pataslargas, viscoso
acordeón rojo sobre la hoja de una encina. ¿O es, fuera de mi posibilidad más
íntima, una concatenación de bicho aparcado en la memoria del gran monstruo
urbano? ¿Cuánto tiempo pone una hora en correr por mi sangre caliente sin que
me diga y rediga todos los números largos del infinito?
Bellísimo,
espero haber elegido bien.
© Mariví Otero 2012
Bibliografia:
M. Millares “Memoria de una excavación urbana”. Ed. Gustavo Gili, 1971.
Barcelona
Hasta
el 15 de Noviembre 2012
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