Ayer por la noche se cayó un cuadro de la pared de mi casa,
sí, claro, me asusté, veo que es un cartel que me dedicó el escultor colombiano
Edgar Negret, el marco se rompió. Recordé
el encuentro con Negret. Fue en 1992,
acudí con la Galería del Louvre-Hispahan II, de Madrid, de la que era
directora, a la primera Feria Iberoamericana de Arte FIA’92,
en Caracas. Allí estaba el maestro como artista invitado y representado
por la Galería Luís Pérez de Colombia, paseando por la feria me paré en el
stand de la Galería Luis Pérez, y sentado estaba Negret. Era un hombre muy
elegante, pausado, buen conversador, de vastísima cultura, le comenté que siempre
he sido gran admiradora de su trabajo y, muy graciosamente, debió de pensar, a
esta galerista debo de regalarle algo… ¡te puedo dedicar un cartel! sí, claro,
lo enmarcaré. El cartel viajó en mi
maleta, lo enmarqué y lleva conmigo veintidós años.
La FIA’92 fue
un éxito, se celebró en el Centro de Convenciones del Hotel Caracas Hilton, iba
a hacerse cada dos años, pero se hizo anual, de hecho, volvimos a participar en
la FIA’93. Mereció la pena.
Las galerías españolas que asistimos:
En 1992: Galería 4.17, Madrid. Galería del Louvre-Ispahan
II, Madrid. Galería Sen, Madrid.
Trasteando por Google, he comprobado que la FIA sigue, este año se celebra en
septiembre, tiempos difíciles, ya lo eran cuando yo participé, pero las gentes
del mundo del arte somos muy atrevidas.
Lugares que me
gustaron de Caracas.
El Ateneo de Caracas. En
1931 surge el Ateneo de Caracas como Institución pionera en la transformación
cultural venezolana.
Esta Institución ha generado un espacio para la
creatividad, donde la reflexión sobre el acontecer humano y sus diversas
manifestaciones han aportado elementos esclarecedores de su identidad, desde
donde ha surgido el arte como materialización de sus más genuinas expresiones.
El Ateneo ha establecido especial énfasis en la promoción
de las artes plásticas; la Galería Los Espacios Cálidos le ha ofrecido un
ámbito, un centro abierto a la plástica contemporánea y a todos sus lenguajes
expresivos: imagen plástica, fotografía, teatro, poesía… Es un centro de
convergencia y confrontación, un lugar de reflexión y discusión sobre las artes
visuales coetáneas, en donde el artista y el espectador pueden interaccionar
dialécticamente a través del acto creador.
Participé en conferencias y mesas redondas que organizó la
feria. En esa época la presidenta era María Teresa Castillo, mujer muy culta.
Galería de Arte Nacional
Museo de Bellas Artes: Universal y de todos los tiempos
MACCSI: Una colección excepcional. Directora-Fundadora del Museo Sofía Imber. Desde su fundación en 1973, el MACCSI se fijó como objetivo institucional formar una Colección de obras maestras de grandes artistas contemporáneos nacionales e internacionales, fijando en principio sus límites cronológicos en el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Edgar
Negret, Popayán 1920-2012 Bogotá
Acudo a mi biblioteca, tengo varios catálogos y elijo el
dedicado a una gran exposición realizada en el Museo Español de Arte
Contemporáneo Madrid (MEAC), febrero-marzo 1983. Exposición que visité en
varias ocasiones, era una gozada, ya que el antiguo MEAC tenía unos grandes
jardines que se inundaron de espléndidas esculturas.
En esa etapa el director del MEAC era un gran amigo mío
Álvaro Martínez-Novillo, que escribe la introducción a esta exposición:
Una de las primeras exposiciones realizadas por el entonces
recién creado Museo Nacional de Arte Contemporáneo, fue la del escultor
colombiano Edgar Negret, la cual tuvo lugar en los locales del edificio de la
Biblioteca Nacional en 1953. En aquel momento, Negret fue ya saludado como un
firme valor de la plástica latinoamericana, en la cual se percibía el impacto
de la escultura europea y la influencia más concreta de la obra del catalán
Antonio Gaudí.
Han pasado treinta años y el escultor regresa consagrado y reconocido universalmente y, sin embargo, en plena madurez creadora. Su escultura, entre sus definitivos valores, tiene, a nuestro parecer, el gran interés de haber roto con el mundo pintoresco y falsamente folklórico en el que quieren siempre ahogar la creatividad del mundo americano. Creemos que para el público español, Negret supondrá una verdadera revelación y un hito en la investigación escultórica.
Edgar Negret, ahora
[…] A su vuelta a Colombia Negret siente la necesidad de
depurar sus medios de trabajo. El alejamiento de Nueva York, símbolo de su obra
reciente, y el regreso a su patria sitúan el punto decisivo en su evolución.
Aquí redescubre la permanencia de la función manual en la que se había
iniciado. Y ello le conduce a desprenderse de todos los sofisticados aparatos,
máquinas y útiles de trabajo que había llevado consigo.
Por supuesto no estamos hablando de una espectacular
conversión al primitivismo, ni tampoco del artista que ha sido tentado por el
tópico folklórico del telurismo. Edgar Negret sigue fiel a su proceso
evolutivo, a sus condicionamientos constructivos del espacio. Lo que cambia son
los medios de acceso al mismo. Y se siente atraído por la posibilidad de
alcanzarlo a través de una elaboración más personal, próxima, en tanto que tal
ejecución pasa por sus manos sin interferencia de máquina alguna. Por eso sus
módulos, que siguen siendo un acabado perfecto, emanan ahora una peculiar
emoción que contrasta con la aparente intencionalidad del conjunto, pero que,
si lo observamos más atentamente, también se percibe afectado por estos
“escalones” que han precedido a su creación y que transmite la obra propuesta. Y el resultado impone su presencia vital con
la misma estremecedora belleza que puede ofrecernos la Naturaleza en una rosa o
un caballo. Negret ha encontrado verdaderamente el don del creador: ser capaz
de hacer una escultura que tiene todos los atributos de una nueva especie. José Ayllon, Madrid, 1983.
[…] Mi comentario en este catálogo no iba a ser éste, pero no me es posible otro. Hubiera preferido reflexión sobre una sensación nueva dentro de la escultura contemporánea, que me parece experimentar en la obra de madurez creadora de Negret. De situación y tratamientos en la lucha del escultor con el espacio. Y me parece sentir que aquí en Negret cesa esta lucha, que el espacio cede al escultor agorámaco, que produce un amoroso entendimiento y complaciente entrega del espacio al escultor, como identificación corporal conclusiva, lo que significa que, para la mítica especial del escultor, su acción formalizadora se define, su acción formalizadora se define, concentra y sacraliza, en operaciones de simbolización como pura y especial acción de revestimiento. Ya el escultor aquí diseña, corta, mide, pliega, cose y atornilla siempre la lámina, la lámina siempre dócil de metal. Posa el espacio mismo. El cuerpo que el escultor aquí toca y viste de color y aluminio es el espacio. El espacio se deja vestir por Negret. Creo que nunca ha sucedido esto a un escultor […] Jorge Oteiza. Alzuza. Navarra, agosto, 80.
Mi testimonio y recuerdo al gran Maestro colombiano, Edgar Negret.
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