Este
año es el centenario de la fundación del movimiento DADA (1916-1925).
En
diciembre de 2005 viaje a París, sí siempre es un placer esta hermosa ciudad en
esta ocasión, me esperaba un gran evento, la gran muestra dedicada a DADA
en el Centre Georges Pompidou. Del 5 October 2005 – 9 January 2006.
Tal
como se expuso en el Centro Georges Pompidou –viajo a la National Gallery of
Art de Washington y al Moma de Nueva York.
El dadaísmo tiene una
bien ganada reputación de no adaptarse a las “exposiciones”, pues sus mayores
logros son literarios –los museos y las galerías tienen en común con la
televisión la aversión por la letra impresa- o humanos es decir, acciones
irrepetibles, más o menos provocadoras pero irrepetibles en sustancia. Para contrarrestar
esa difícil “responsabilidad”, el Pompidou optó por situar en los laterales del
espacio reservado a los elementos que se representaban menos a ser convertidos
en materia de espectáculo, a saber, las ediciones a un lado y las músicas y
proclamas orales en el otro. El enorme centro, lo ocupaba una multitud de
pequeñas células cuya coherencia pudo venir dada por estar dedicada a un autor,
a un tema, a una ciudad o a un actor preciso. Y de una célula a otra se va
siguiendo el orden que uno mismo inventa, ya sea el de la asociación de ideas,
la proximidad o la mera comodidad deambularía. En total se presentan a la curiosidad del público 1576 documentos y en conjunto,
sin ser exhaustivo, sí trasmitía la sensación de proponer de todo lo mejor: Las
marionetas o las cabezas de madera de Sphie Taeuber, los delirios tipográficos
de Picabia, las frases y autorretratos de Tzara. Las obras de referencia de
Duchamp o Ernst, los collages de Haeartfield y Hausmann, los amarillos de Hannh
Höch la exposición en las galerías Dalmau, una máscara de Marcel Janco, los
combates de boxeo de Arthur Cravan, la pintura cósmica de Jean Crotti empeñada en romper “el hielo
que nos ata a la materia” los terribles dibujos y pinturas de Dix y Grosz y,
sobre todo, ese saber dejar al azar la posibilidad de reunir paraguas y mesas
de dirección.
No
pude hacer fotografías, compré el catálogo
cuyo contenido documental es magnífico, será difícil volver a ver otra muestra tan
completa y esplendida dedica a DADA. Los comisarios de la
exposición fueron: Laurent Le Bon. Centre Pompidou, París; Leah Dickerman.
National Gallery of Art, Washington; Anne Umland. The Musseum of Modern Art.
New York.
DADA
(1916-1925) Zürich
Dada
es un producto de la tensión dialéctica entre el ímpetu reductivo y un ímpetu
creativo de la creación artística. Nace de la oposición al expresionismo que
con su culto sentimental de la
subjetividad y su lenguaje formal de los sentimientos no rompe con la estética
tradicional como quieren los artistas del Dada. El movimiento Dada tuvo su
espectacular punto de partida en Zürich en 1916, donde se enfrentan a la
ideología académica-dogmática de la pequeña burguesía suiza emigrados
intelectuales de los más diversos orígenes, marcados por el destino de la
Primera Guerra Mundial. Estos se
expresan en la veladas dadaístas del Cabaret Voltaire, iniciadas el 1.2.1916
por el escritor Hugo Ball junto con su amiga Emmy Hennings, los pintores Arp,
Richter y Janco y los poetas Huelsenbeck y Tzara. El origen de la denominación
“Dada" suscita varias interpretaciones. Huelsenbeck informa que al buscar
con Ball en un diccionario alemán-francés un nombre artístico para la cantante
francesa Madame Le Roy, invitada al Cabaret Voltaire, casualmente encontró este
concepto: “Dada en rumano significa sí, sí; en francés, caballo de madera. Para
los alemanes expresa la ingenuidad boba y un íntimo apego al cochecito de
niño”. En su labor cabaretística los artistas intentan averiguar a partir de la
multiplicidad de sus intereses e ideas artísticas la diversidad de formación de
la realidad. Arp explica este deseo de la siguiente manera:
“Dada, como la
naturaleza, no tiene sentido. Dada está a favor de la naturaleza y en contra
del arte. Dada es directo como la naturaleza e intenta colocar a cada cosa en
su sitio. Dada es moralista como la naturaleza. Dada está a favor del sentido
ilimitado y de los medios limitados. La vida es para el dadaísta el sentido del
arte. El arte puede entender mal los medios y emplear medios infinitos en lugar
de medios limitados. Entonces sólo se aparenta vida y naturaleza, en lugar de
crear vida. La pintura académica describe y da ilusiones en lugar de vida y
naturaleza. La pintura académica finge la naturaleza y la vida”
A
pesar de todo los insultos lanzados por los dadaístas contra los movimientos
artísticos anteriores, su desarrollo pictórico
-en el caso de Arp la proximidad al expresionismo del “Blue Reiter”, en
el de Riechter y el de Picabia, que 1918 se adhiere al dadaísmo de Zürich, su
polémica con el cubismo- no hubiera podido darse sin la técnica de aquellas
corrientes estéticas. En las publicaciones de los dadaístas se elogia a Klee,
Macke y Feininger, puesto que sus abstracciones configurativas dejan entrever
la rítmica relación de tensión y armonía. Richter y el danés Viking Eggeling
intentan realizar juntos una combinación de pintura y música, transportando con
los medios de un juego de líneas cubistas-figurativo orquestalmente graduadas
el principio musical del contrapunto al cuadro.
El
dadaísmo de Zürich encuentra su punto culminante y a la vez su final en el
manifiesto del 9.4.1919 que se convierte en un extraordinario espectáculo total
del arte y con ello en la base del arte de acción. La declamación de las
poesías simultáneas de Tzara en un baile de máscaras al ritmo de música
dodecafónica termina con una provocación al público –que recuerda a Handke con
su “insulto al publico” 1966- mediante la que pretende que se manifieste la
agresividad del espectador, y que éste sea consciente de su postura agresiva.
Abandonando Zürich, los artistas del Cabaret Voltaire llevan el Dada a
metrópolis como Nueva York, París o Berlín, convirtiéndole así en un movimiento
antiartístico internacional que
encuentra su máxima expresión en la persona de Marcel Duchamp.
Así
avanza la historia.
Bibliografía:
DADA. Centre Pompidou, París. 5 du october 2005 au 9 janvier 2006. Catalogue.
© Mariví Otero 2016
Asistente:
Manuel Otero Rodríguez
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