Buda y Pest
A lo
largo del Rin y también a orillas del Volga, han sido edificadas muchas
ciudades, pero el Danubio es el único río de Europa cuyas ondas acarician el suelo
de ocho países y las piedras de tres capitales. De esas tres capitales, es
Budapest la que se halla en el centro. A ella llegan las aguas del Danubio
procedente de Viena, y siguen su curso hacia Belgrado que está en la ribera
derecha y también en esa ribera se estableció, hace muchos siglos, el cetro de
la vida de Viena. Pero ¿Dónde se estableció el de Budapest? Esta cuestión resulta ya un tanto complicada. Escuchemos
los latidos de la ciudad... Parece como si en la orilla izquierda esos latidos
fueran más fuertes. Pero no tanto como para que afirmemos categóricamente que
es ahí donde se halla el corazón de la ciudad. Las aguas del Danubio también
cortan en dos la ciudad de Viena. Pero eso es debido solamente a que la ciudad,
al extenderse, ha sobrepasado el límite del rio.
¿Y
en Budapest? Aquí en las dos
orillas, fueron desarrollándose dos ciudades, que compiten entre sí pero
que, no obstante, se hallan unidas por
miles de lazos.
En estos lugares, el
caudal del río es mayor que en Viena. Antaño era frecuente que, durante el
invierno, cesara todo el tráfico entre las dos orillas. A veces, sólo por unas
semanas; otras, por meses enteros. Lo que dio vida a Pest fue en primer lugar en la orilla del río se hallaba Buda. Y, a Buda, el que en la orilla de enfrente se encontrara Pest. Más exactamente, lo que dio vida
a ambas fue el hecho de que, desde tiempos inmemoriales, se halla entre ellas
el mejor lugar del curso medio del Danubio para atravesar el río […]
Ni
Buda, ni Pest
Lo
que no es Buda ni es Pest, es el Danubio. Y los puentes, y los barcos, y las
islas.
El
título del vals “El Danubio azul” engaña. El Danubio no es azul ni siquiera ya
en Viena.
Y,
en Budapest, mucho menos. Mas las cámaras fotográficas no dan crédito a
nuestros ojos y nos presentan en azul ese Danubio gris-verdoso.
Hecha la introducción a la bella ciudad de Budapest, recordando el viaje
que hace años hice y la visita a los dos grandes museos. Comienzo la visita a
la exposición presentada por el Museo
Thyssen-Bornemisza, Obras
maestras de Budapest. Del Renacimiento a las Vanguardias. Esta
exposición reúne por primera vez en España una destacada selección de 90 obras,
pinturas, dibujos y esculturas procedentes de las colecciones del Museo de Bellas Artes de Budapest y de
la Galería Nacional de Hungría,
obras de escuelas como la italiana, alemana, flamenca o española, desde el
siglo XV al XX, que incluyen grandes
nombres de la historia del arte como Leonardo da Vinci, Durero, Rubens,
Velázquez, Tiepolo, Goya o Manet, además de interesantes ejemplos de artistas
húngaros, una muestra representativa de las colecciones de estas instituciones.
Los trabajos de reforma del Museo de Bellas Artes de Budapest cerrado
hasta marzo de 2018, han posibilitado que el Thyssen pueda acoger obras que
normalmente no se prestan para otras exposiciones. Comisariada por Guillermo
Solana, director artístico del Museo Thyssen, y Mar Borobia, jefe del Área de
Pintura Antigua, está organizada en colaboración con el Museo de Bellas Artes
de Budapest y la Galería Nacional de Hungría. Esta es la primera cita del
programa expositivo con el que en 2017 se celebra el 25 aniversario de la
apertura al público del Museo Thyssen.
El recorrido por la muestra está articulado en torno a siete secciones: El Renacimiento
en el norte, que muestra la
pintura alemana y flamenca del siglo XVI con la presencia de artistas como
Alberto Durero, la figura más célebre del Renacimiento alemán, representado en
la sala por Retrato de un joven (hacia 1500-1510) y Lancero a caballo (1502),
en esta primera sección se reúne la obra de otros destacado artistas de los
países del norte de Europa, como Lucas Cranach el Viejo y su Salomé con la
cabeza de San Juan Bautista (hacia 1526-1530).
El Renacimiento en el Sur, con obras de Leonardo da Vinci, el dibujo
Estudios de patas de caballo (hacia 1490-1492) y la pequeña estatua ecuestre
Guerrero a caballo (1500-1550). De excelente factura son también la Madonna Esterházy
(hacia 1508) de Rafael, una obra emblemática de su etapa de madurez. La
Adoración de los pastores (hacia 1539-1540 de Bronzino, una obra maestra que
representa el manierismo en su punto más álgido, y La Magdalena penitente
(h.1576) del Greco, que registra la influencia italiana en el arte cretense.
El
Barroco en Flandes y Holanda, Un gran lienzo de Rubens, uno de los mayores representantes del
Barroco, abre el siguiente capítulo, dedicado a este movimiento artístico en
los países de Flandes y Holanda. Se trata del óleo Mucio Escévola ante Porsena
(hacia 1618-1620), en el que el pintor se vale de todos sus recursos para
reflejar la escena con gran intensidad, demostrando su magistral síntesis de la
escuela holandesa e italiana. Es muy probable que en esta obra colaborara su mejor discípulo Anton
Van Dyck, del que también se expone San Juan Evangelista (hacia 1620) lienzo
que formó parte de un apostolado. Hay otros pintores flamencos presentes en la
muestra.
El Barroco en Italia y España, los más importantes representantes de la pintura española del Siglo de
Oro están reunidos en este espacio. Destacan entre ellos Francisco de Zurbarán,
con la Inmaculada Concepción (1661) tardia, y Diego Velázquez con El almuerzo
(hacia 1618-1619), una obra de juventud en la que plasma de manera sencilla un
tema cotidiano. También están presentes
Alonso Cano, Bartolomé Murillo y Mateo Cerezo, con esplendidos lienzos de
temática religiosa. Junto a ellos excelentes ejemplos también de la pintura
italiana barroca, destaco una colorista Anunciación (hacia 1640) de Bernardo
Strozzi.
El Siglo XVIII, dentro de la magnífica colección de pintura italiana que posee el Museo
de Bellas Artes de Budapest, por su calidad y por el número de obras, destaca
especialmente la representación de la escuela veneciana, En este apartado, el
más amplio de la exposición, se muestra una selección de estos fondos que incluye el óleo Betsabé
en el baño (1724) de Sebastiano Ricci y la Virgen exhortuando a Santa Teresa a
que nombre a San José protector de la Orden Carmelita (1749-1750) de
Giambattista Tiepolo, así como varios paisajes urbanos de los afamados
vedutistas Canaletto, Guardi y Bellotto. Completan la sala tres lienzos de Francisco de Goya –un
retrato de la esposa de Ceán Bermúdez (1792-1793), La aguadora (1808-1812) y el
afilador (1808-1812). Un conjunto de obras del escultor alemán Franz Xaver
Messerschmidt, entre las que destaca la serie Cabezas de expresión, un catálogo
de muecas faciales extremas, (aleación de plomo y estaño), y una representación
de artistas húngaros, Jakab Bogdány, Ján Kupecký y Adán Mányoki.
La nueva imagen de la mujer, El
simbolismo fue uno de los movimientos artísticos vigentes durante el último
cuarto del siglo XIX, en el que las emociones, los estados anímicos, los sueños
y las fantasía cobraron un nuevo impulso a través de la figura femenina, A este
universo particular pertenecen el francés Pierre Puvis de Chavannes, el suizo Böcklin,
el alemán Franz von Stuck y el húngaro János Vaszary, cuya obra se reúne en
este apartado junto con varias pinturas de Oshar Kokoschka, llenas de fuerza y
expresión, y Dama con abanico (1862) de
Éduard Manet, vinculada al poeta precursor del simbolismo Baudelaire.
Del Impresionismo a las Vanguardias, en la última sala se presenta una selección de
obras de distintos movimientos artísticos desde las últimas décadas del siglo
XIX hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial. De la pincelada rápida y fresca
de Claude Monet en Ciruelos en flor en Vétheuil (1879) y la forma de captar los
efectos de la luz en El Pont Neuf (1902) de Camille Pisarro, a las nuevas
fórmulas propuestas por los colores puros de Paul Gauguin en cerdos negros (1891) o los volúmenes de Cézanne
en el aparador (1877-1879). En este apartado destaca igualmente la presencia de
grandes pintores húngaros, como Kárly Frerenczy, Adolf Fényes, Sándor Bortnyik.
El
Museo de Bellas Artes de Budapest y la Galería Nacional de Hungría
Los fondos del Museo de Bellas Artes de
Budapest con el resultado de la suma de varias colecciones antiguas,
principalmente la de la familia Esterházy, adquirida por el Estado húngaro en
1870, a la que se unieron poco después otras como las del abogado Miklós Jankov
o la del obispo János László Pyrker, así como obras procedentes de
adquisiciones o donaciones particulares, llegando a contar en la actualidad con
más de 100.000 piezas. Además de la colección de pinturas de maestros antiguos,
que es la más significativa, el museo alberga importantísimos ejemplos de obras
sobre papel, esculturas, antigüedades griegas, romanas egipcias y piezas
modernas.
El museo se construyó en 1896, coincidiendo con
la celebración del milenario de la fundación de Hungría, aunque no abrió sus puertas hasta diez años más tarde, en
1906. Hacia 1913, ya incluía entre sus fondos arte moderno húngaro como una
categoría propia, conjunto que se fue incrementando hasta que, en 1957, se
decidió separarlo del resto del arte europeo, creándose oficialmente la Galería
Nacional de Hungría. A partir de ese momento, el museo se concentró en las
obras europeas, desde la Antigüedad hasta nuestros días mientras que el arte
nacional quedó a cargo de esta nueva galería. En 1975, el museo le transfirió
también sus fondos de maestros antiguos húngaros, de la Edad Media al Barroco,
así como piezas de artistas nacionales de los siglos XVII y XVIII, y se creó
una sección contemporánea, con arte húngaro posterior a 1945.
Recientemente se ha
planteado una nueva estructura institucional que no separe las colecciones
según la nacionalidad de los artistas. Uno de los objetivos de la reunificación
es que las obras de maestros antiguos, tanto internacionales como húngaros, y
los retablos medievales se agrupen en el Museo de Bellas Artes, razón por la
cual su edificio está siendo reformado en la actualidad. Las colecciones
húngaras e internacionales de los siglos XIX y XX se ubicarán en una nueva sede
de la Galería Nacional de Hungría, cuya construcción está a punto de iniciarse.
Museo de Bellas Artes de Budapest
© Mariví Otero 2017
Asistente:
Manuel Otero Rodríguez
Bibliografía:
Domokos Varga. Budapest. Corvina,
Budapest, 1985. ISBN 963 13 2428 1. Budapest.
Museo
Thyssen-Bornemisza- Oficina de Prensa. Imágenes y nota de prensa. Exposición
del 18 de febrero al 28 de mayo de 2017. Madrid.
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