jueves, 16 de marzo de 2017

Ramon Casas. La modernidad anhelada.

RAMON CASAS CARBÓ
Ramon Casas y Pere Romeu en un tándem, 1897
Museu Nacional d’Art de Catalunya, Barcelona

CaixaForum Madrid presenta. Ramon Casas. La modernidad anhelada,  una muestra con la que se conmemora el 150 aniversario del nacimiento del pintor. La muestra incluye 145 obras, así como 45 fotografías de época que ayudan a enmarcar su obra dentro el contexto social y cultural del periodo en que vivió. Presenta trabajos de Casas precursor de la modernidad artística, rodeado por los pintores que influyeron en él y por los que se reflejaron en su obra, como Toulouse-Lautrec, John Singer Sargent, Santiago Rusiñol, Julio Romero de Torres, Joaquín Sorolla, Joaquín Torres García o Pablo Picasso entre otros.

HENRI DE TOULOUSE-LAUTREC
Retrato de François Gauzi, 1886
Musée des Augustins, Toulouse

La voluntad de los comisarios Ignasi Domènech, jefe de Colecciones de Museus de Sitges, y Francesc Quílez, coordinador de Colecciones Museu Nacional d’Art de Catalunya, es mostrar la obras de Ramon Casas en el contexto en el cual aparece, agrupada en cinco ámbitos temáticos. El recorrido se plantea como un juego de espejos, un camino de doble sentido que permite visualizar las influencias, analógicas e intereses comunes que existieron entre Casas y otros autores contemporáneos.

Joaquín Sorolla Bastida. María Clotilde, 1900. Óleo sobre tela. 110 x 80 cm. Colección particular

Entre las obras destaca un numeroso grupo procedente de colecciones privadas, así como préstamos de museos españoles y extranjeros como el Museo Picasso de París, Museo de los Agustinos de Toulouse, el Museo de Bellas Artes de Burdeos, la colección Abelló, la Galería de los Uffizi de Florencia, la Colección Carmen Thyssen, el Museo Nacional del Prado, el Museo Reina Sofía, el Museo Picasso de Barcelona, el Museo de Bellas Artes de Bilbao o el Museo de Bellas Artes de Córdoba.

Las realizaciones fotográficas de Federic Ballell y de Antoni y Josep Esplugas, entre otros, enriquecen el recorrido y permiten entender la existencia de intereses compartidos entre la pintura y la fotografía.

La visita comienza con La construcción de una identidad artística,  que se sitúa en los inicios de la carrera de Casas estuvieron muy marcados por su temprana decisión de viajar a París, donde fue a estudiar, ciudad que construyó una referencia permanente a los largo de toda su vida. En este contexto de la década de 1880, el contacto con el principal centro artístico europeo fue un incentivo estimulante, dado que le permitió  conocer un abanico muy rico de lenguajes y tendencias creativas. El pintor fue muy permeable a todas estas influencias, asimiladas durante una etapa formativa privilegiada, dado que en contra de lo que hubiera sido habitual no se reflejó en los modelos locales, sino que hizo un salto valiente y se fijó en la obra de artistas internacionales, alguno de ellos, como era el caso de Carolus Duran, con una reconocida trayectoria.

En este ambiente dinámico, es natural que el joven Casas quedara deslumbrado   y adoptara un registro poético muy ecléctico y muy indeterminado, sin que pudiera emerger aún a una propuesta original y diferente. Casas acabara siendo el espejo en el que se reflejará la obra de la generación artística catalana posterior.

Ramon Casas Carbó. Baile en el Moulin de la Galette, 1890-1891 Óleo sobre tela. 100,3 x 81,4 cm. Museu del Cau Ferrat, Sitges

La pulsión bohemia. En 1897 abre sus puertas en Barcelona la cervecería Els Quatre Gats, fue el centro irradiador de un modelo cultural alternativo dedicado a incentivar y estimular la libertad artística, siguiendo el modelo del famoso cabaret parisino Le Chat Noir, en el cual se reflejó. Durante seis años de funcionamiento, con todo tipo de actividades de carácter popular espectáculos de sombras chinas, marionetas, combates de boxeo y también artístico. Liderado por Casas, Romeu y Rusiñol. Más allá de las calificaciones de informal, irreverente incluso extravagante, durante este periodo el artista vivió un momento de una intensa productividad. Casas creó la marca publicitaria de la popular taberna. Este episodio de la historia cultural de Barcelona fue una de las aportaciones más originales de la modernidad artística catalana.

Ramon Casas Carbó. Ámbar y espuma, 1898. Lápiz conté, tinta china, pastel, acuarela y temple de cola sobre tela. 130 x 197 cm. Colección particular Codorniu

La paradoja moderna. Resulta paradójico que un pintor cosmopolita y receptivo a las corrientes pictóricas  internacionales se sienta atraído por el cultivo de la temática popular, con representación de escenas taurinas o tipologías  de majas y toreros, muy en sintonía  con la más tradicional veta española, deja patente la permeabilidad de Casas a la hora de incorporar un repertorio lleno de referencias locales, muy apreciado por una clientela muy identificada con estos elementos simbólicos.

Ramon Casas Carbó. A los toros, c. 1896. Óleo sobre tela.190 x 90 cm

La poética de la multitud. Con la realización de de Garrote vil en el año 1894, Casas inaugura una serie de composiciones dedicadas a la denominada pintura social. En realidad, la temática entronca con la tradición decimonónica  de la pintura de historia, en la cual se refleja, pero con voluntad de superar limitaciones y los convencionalismos característicos  del género. Casas incorpora en estas obras un actor histórico nuevo: la multitud anónima. El héroe virtuoso, valeroso y épico, el modelo clásico del exemplum virtutis. De la misma forma las composiciones ponen de manifiesto la influencia de la técnica fotográfica, un efecto especialmente perceptible en el uso de un tipo de encuadre fragmentario y un marco visual abierto que insinúa una acción continuada.

Ramon Casas Carbó. Garrote vil, 189. Óleo sobre tela. 127 x 166,2 cm. MNCARS. Museo Nacional Centro. de Arte Reina Sofía, Madrid

Por último, Identidades ambivalentes. Casas convirtió la imagen de la mujer en uno de los motivos artísticos más habituales de su trayectoria profesional. Las obras expuestas incluyen una diversidad tipológica suficientemente representativa de los diferentes modelos en los cuales fundamentó la búsqueda del ideal estético de belleza femenina, aunque predomina el perfil de la mujer sofisticada, refinada elegante y coqueta, mucho más próxima al decorativismo del estilo de 1900. De la misma manera, las series de desnudos realizados durante la década de 1890 devienen uno de los episodios pictóricos más libres y estimulantes de Casas.

Ramon Casas Carbó Júlia en granate, c. 1906. Óleo sobre tela

Ramon Casas Carbó. Flores deshojadas, 1894. Óleo sobre tabla. 80 x 100 cm.Colección Ruiz Gallardón Albéniz

Ramon Casas y Carbó (Barcelona, 1866-1932, Barcelona)
Condecorado con la Legión de Honor de Francia. Inicio su aprendizaje en el taller de Juan Vicens y en 1881 viajó por primera vez a París, donde acudió al taller de Carolus Duran (París, Lille, 1837-1917, París). En 1885 fue a Madrid para conocer directamente la obra de Velázquez y hacer copias en el Museo del Prado. En 1889 se inició su amistad con Santiago Rusiñol (Barcelona, 1861-1931 Aranjuez, Madrid) con quien viajó por Cataluña, Cerdeña y París. A partir de 1891 comenzó a concursar en las  Exposiciones de Bellas Artes de Barcelona, en el Salón de los Independientes en París y en Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, alternando su estancia entre las dos primeras ciudades.

Ramon Casas Carbó. Flores deshojadas, 1894. Óleo sobre tabla. 80 x 100 cm.Colección Ruiz Gallardón Albéniz

Activo impulsor del modernísimo catalán, apoyó numerosos proyectos culturales, Casas quien por sus medios económicos  mantuvo a Pere Romeu en su aventura de montar “Els 4 Gats”, a imitación del parisién “Chat Noir”, en cuya colaboración aunaron esfuerzos Miguel Utrillo (Barcelona, 1862-1934 , Sitges, Garraf) y Rusiñol, con aquel panel que hoy es divulgado como “poster” de moda, en el que Pere Romeu y Casas pedalean en un tándem vestidos de blanco y aquella inscripción muy de su tiempo que rezaba: “Per anar en bicicleta, no es pot dur l’esquena dreta”. Creó asimismo la revista “Pel & Ploma”, con profusión de dibujos de Casas y de sus amigos y textos agudísimos, como crítica , de Utrillo, aparecida en 1899, hasta 1903, continuándola con otra que titularon “Forma”, que perduró hasta 1908. Ambas revistas, de una calidad y de una expresividad admirable para comprender toda una época y su peculiar sentir y comportarse, tanto en esa calidad artística  de sus magníficas ilustraciones como de sus textos.

Ramon Casas Carbó. Cabecera de la revista Pèl & Ploma, 1899. Carboncillo, lápiz conté y tinta al pincel sobre papel. 25,7 x 47,8 cm MNAC. Museu Nacional d’Art. de Catalunya, Barcelona

Ramon Casas Carbó Después del baile o Joven decadente, 1899. Óleo sobre tela. 46,5 x 56 cm. Museu de Montserrat. Abadia de Montserrat. Donación J. Sala Ardiz

Casas fue invitado a realizar un viaje a Norteamérica por el industrial Charles Deerling, que descubrió al pintor en uno de los Salones de París, entusiasmado por la obra que presento al certamen. Deerling descubrió a su vez Sitges y allí construyó su residencia palacio, utilizando el antiguo edificio del Hospital, transformado bajo la dirección de Utrillo, y al que dieron el nombre de “Maricel”. Se embarcó en 1908 para Estados Unidos por invitación del propio Deerling y permanece allí medio año, donde pintó gran número de retratos.

Ramon Casas Carbó. Catalineta, 1898. Óleo sobre tela. 127 x 166 cm. Colección Masaveu


 © Mariví Otero 2020
Asistente: Manuel Otero Rodríguez

Bibliografía: Ramón Casas. La modernidad anhelada. Obra Social “La Caixa”, Consorci del Patrimoni de Sitges y Museu Nacional d’Art de Catalunya. Dossier de prensa. Exposición del 8 de marzo al 11 de junio 2017.

Garrut, J.M.: Dos Siglos de Pintura Catalana (XIX-XX). Ibérico Europea de Ediciones, S.A. IBSN. 84-256-0251-3. Madrid.1974.

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