El Museo Nacional Centro de Arte Reina
Sofía, con esta muestra Basta y sobra, repasa la producción
teatral y operística del creador sudafricano, galardonado con el Premio Princesa de Asturias de las Artes
2017.
William
Kentridge (Johannesburgo, 1955), licenciado en Ciencias Políticas,
Estudios Africanos en la Universidad de
Witwatersrand (Sudáfrica) y formado en Bellas Artes en Johannesburgo, y en
teatro y mimo en París.
Desde
1975, siendo todavía estudiante, Kentridge realizó sus primeras
intervenciones como actor, director y escenógrafo en la compañía universitaria
de teatro experimental Junction Avenue, abiertamente política y critica con el
Apartheid.
Tras
pasar un año en la Escuela Internacional de Teatro de Jacques Lecop de París, a
su regreso a Sudáfrica en 1982 continuó trabajando en teatro y en la industria
del cine y la televisión, pero es a principios de los años noventa cuando las artes plásticas le otorgan un
reconocimiento internacional tras su participación en la primera Bienal de
Johannesburgo (1995) y Documenta X (1997).
Las clases de mimo de
Jacques Lecop ya habían marcado para Kentridge un punto de inflexión en su información, un hecho determinante que
condicionó su carrera posterior como él mismo reconoció: “Estaba en una etapa de mi vida donde no sabía lo que quería hacer, y
donde tenía la elección entre tres cosas: continuar estudiando arte en una
escuela reconocida, como Slade School o Central School of Art en Londres; o
estudiar cine, en la Nueva York Film School; o seguir con el teatro, pero yo
quería en este caso una escuela que se interesase por la improvisación. Jacques
Lecop era pues una buena elección. Aquel año en París se reveló como la
enseñanza más productiva que jamás haya recibido”.
Este
dilema de Kentridge se plantea ya en su etapa de estudiante, parece
superarlo a lo largo de su carrera no tanto con la supuesta renuncia de alguna
de estas disciplinas artísticas sino, al contrario, logrando una fructífera
conciliación y convivencia entre ellas.
Así, se ha convertido en un artista multidisciplinar de referencia
que combina la práctica del dibujo, el collage, el grabado, la escultura, el
cine, la opera y el videoarte. Todas estas disciplinas, están incluidas en la
exposición.
Comisariada
por: Manuel Borja-Villel y Soledad Liaño.
La
exposición se articula entorno a siete piezas de teatro y ópera dirigidas por William Kentridge:
Obras de teatro: Woyzeck on the Highveld (1992). Faustus in Africa! (1995). Ubu and The Truth Commission (1997).
Óperas: Il ritmo d’Ulisse (1998).
The nose (2010). Lulu (2015). La más reciente, Wozzeck (2017), estrenada este verano
en el Festival de Salzburgo.
La
selección permite un recorrido transversal que evidencia ciertas constantes de
la trayectoria artística de William Kentridge. Todas ellas son
historias de un solo protagonista que sirven para entretejer diversas
situaciones y suscitar realidades más complejas.
Son dramas donde, con
frecuencia, lo absurdo se convierte en aliado para desnudar y desenmarañar
eficazmente circunstancias y contextos concretos. Los personajes de Woyzeck, Ubú, Lulú, Ulises, Fausto, e
incluso La nariz, son víctimas o verdugos de unas estructuras encorsetadas
que ponen de manifiesto, en el ámbito público y doméstico, las lacras de la
tiranía, al autoritarismo, la mezquindad y la corrupción.
Apoyado por un amplio equipo de colaboradores habituales (Handspring
Puppet Company, Jane Taylor, Philip Miller, Sabine Theunissen, entre otros)
Kentridge recurre a repertorios europeos existentes y los reinterpreta desde
una perspectiva personal. Extrapola con frecuencia las historias a Sudáfrica,
reescribiendo los guiones originales para hacerlos permeables a la realidad.
La importancia
otorgada al proceso creativo es otro de los aspectos claves de la producción de
Kentridge. Durante la concepción
de las piezas mencionadas, se intercalan dibujos, grabados y películas que
sirven de punto de partida, son resultado de las mismas o fueron producidas de
forma simultánea y complementaria. La exposición reúne una amplia selección de
materiales y medios que dan cuenta de estas sinergias entre la obra plástica y
escénica del artista, así como de los distintos enfoques y formalizaciones que
plantea para cada proyecto.
En la muestra se
encuentran los diferentes materiales surgidos tanto en el proceso de creación
como los que finalmente son empleados en las escenografías (dibujos, maquetas
de escenas, pósters, marionetas o vestuario), que se exhiben junto con las
grabaciones de sus óperas y obras de teatro, y de algunas de las películas que
las vertebran, como Right into her arms
(Directo entre sus brazos), el teatrillo en miniatura donde se proyectan
algunos dibujos utilizados en la ópera Lúlu;
Ubú cuenta la verdad , que completa Ubú y la Comisión para la Verdad; y Yo
no soy yo, el caballo no es mío, las ocho películas que ayudaron a definir
la gramática de la escenografía de La
nariz que se incorporan como proyecciones en los interludios musicales.
William Kentridge […] “Afortunadamente fracasé como pintor y quedé
reducido a hacer dibujos”.
La
propia evolución de la trayectoria intelectual y profesional de Kentridge,
artista poco frecuente en los museos de España, expuso en el MACBA de Barcelona
en 1999 (comisariada por Manuel Borja-Villel) y en el Centro de Arte
Contemporáneo de Málaga en 2012, testimonia perfectamente la simbiosis de ambos
“mundos”.
© Mariví Otero 2017
Asistente:
Manuel Otero Rodríguez
Fuentes: William
Kentridge “Basta y sobra”. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Del 1 de Noviembre de 2017 al 19 de Marzo de 2018. Gabinete de Prensa Museo
Reina Sofía. Madrid.
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