martes, 29 de abril de 2014

Josef Albers: Medios mínimos, efecto máximo.


Visito la Fundación Juan March, me asomo con cautela al encuentro de las obras de un artista que siempre me sorprende con medios mínimos, efecto máximo, título que describe perfectamente mis sentimientos hacia su obra.

Primera retrospectiva en España de la obra de este gran pintor abstracto, Josef Albers. Bottrop, Alemania 1888-1976 New Haver, EE.UU. Diseñador, fotógrafo, tipógrafo, incluso poeta y, sobre todo, pintor abstracto. Compuesta por un centenar de obras, mobiliario, objetos, fotografías y diverso material documental.

¡Espectacular! Con el catálogo de mano empecé desde un orden desordenado a darle sentido a esos medios mínimos, efecto máximo uno de los objetivos de Albers, que ya conocía. Todo es fácil cuando el artista está trasmitiendo un proyecto tan coherente.

Por qué prefiero el arte abstracto:
Abstraer es la función esencial del espíritu humano.
El arte abstracto es el más puro y se afana en lo espiritual intensamente.
El arte abstracto es arte en su génesis y es el arte del futuro

Josef Albers

Máximo efecto, mínimo de medios

Gran creador de logrados aforismos y agudas sentencias Josef Albers solía repetir que uno de los objetivos en el arte y en la vida era conseguir el “máximo efecto” a través del “mínimo de medios”. Amante desde su infancia del dominio de los oficios y del trabajo manual, el arte fue para él una ecuación proporcionadamente optimizada entre esfuerzo y efecto. Y aplicó reflexivamente esa especie de austero sentido de la práctica artística en sus ensayos teóricos y escritos pedagógicos, a su enseñanza, al diseño de mobiliario y objetos, a la tipografía, a la fotografía y por supuesto, a la pintura.

Salvo sus primeros pasos en el lenguaje expresionista típico de Alemania de principios del siglo XX, la obra de Josef Albers está absolutamente regida por una economía de medios que constituye el auténtico principio rector de su práctica artística. Uno  de los primeros textos publicado en 1928 bajo el título de “Werklicher Formunterricht”, empieza: “vivimos  en una época orientada a la economía”; y añade: “en épocas anteriores era más importante la visión del mundo”. Sin embargo, la noción de economía manejada por Josef Albers no es la del intercambio de bienes, no es la limitada economía del mercado. Es economía en un sentido más profundo, más universal, es la economía de las relaciones humanas entre sí y con los objetos del mundo.

Si la corriente central del arte moderno ha sido la abstracción, entonces su recurso maestro ha sido la sustracción, la destrucción, la limitación. La abstracción, el principal recurso del arte del siglo XX –mucho más poderosa y presente que la intermitencia de los realismos- no es otra cosa más que un recurso económico  de contención y reducción  de las partidas de “gastos” heredadas por el arte de su larga tradición: las de lo escolar, lo imitativo, lo manual, lo pictórico, lo figurativo, lo expresivo, lo histórico, lo narrativo, lo literario, lo significativo, lo expresivo, lo mimético, lo autoral, lo representacional, lo material, lo retiniano y – desde Duchamp- incluso lo “artístico”.

Ver por primera vez una de las pinturas de la serie Homenaje al cuadrado de Albers es, pues, una revelación. Las superficies de las pinturas de Albers son aterciopeladas y trasmiten una sensación de movimiento. Los trazos visibles y uniformes del cuchillo de paleta, y las variaciones en las densidades de los pigmentos, de color a color, de cuadrado a cuadrado, se combinan para crear una vaporosa transparencia de color. Lo que en su reproducción  podría  haber parecido una propuesta geométrica, de frialdad intelectual, se revela en la vida real como una incandescencia luminosa y característica de su autor.


[…] Josef Albers podría haberlas pintado con una brocha o un rodillo, podría haber diluido la pintura para que fuera más fácil de extender, podría haber utilizado cinta o una plantilla con un contorno recto para mantener los bordes limpios y definidos entre los colores.

En cambio, Albers utilizo la esmerada y laboriosa técnica del cuchillo de paleta, se sentaba junto al panel preparado, puesto sobre la mesa plana de su estudio, extendiendo con paciencia la pintura por toda la superficie, dejando a su paso la huella visible del filo del cuchillo y de su manipulación por la mano del artista.
[…] Como ya lo formulara Albers en una afirmación característicamente improvisada en apariencia y, sin embargo, profundamente filosófica: “La pintura te está mirando”
Josef Albers dejó un legado único para los investigadores que trabajan sobre los materiales y las técnicas de los artistas. Desde un estudio muy temprano de su carrera como pintor mantuvo un registro meticuloso de las bases, pinturas y barnices que empleó  para cada una de sus obras. Inscribía esta información  al dorso de sus cuadros y, en la mayoría de los casos, también registraba los materiales en sus cuadernos de notas de estudio, junto con los títulos, fechas y dimensiones. Da la impresión de que Albers podría haber continuando indefinidamente sus experimentos con el color y la percepción. Es un error pensar que sus investigaciones estaban  medidas y calculadas al milímetro. Es mucho más probable que, al colocar un color contra otro, no vislumbrase el resultado. Se quedaba tan sorprendido, tan atónito, como el resto de nosotros.

Esta exposición y su catálogo, exploran también el proceso del trabajo artístico y la labor pedagógica, teórica y práctica de Josef Albers. Pues Albers fue, también en este último campo, una figura muy especial: alumno y después maestro en la  Bauhaus de Weimar y Dessau, docente en Black Mountain College y finalmente, en la Universidad de Yale, su vida estuvo unida como la de apenas otro artista del siglo XX a los dos experimentos de enseñanza del arte más atrevidos del último siglo. La exposición intenta hacerse cargo de la fuerte vocación pedagógica de Josef Albers, incluyendo materiales y ejercicios de sus alumnos en la Bauhaus y en Yale.

La selección de pinturas es especialmente relevante y cubre las principales series en las que Albers trabajó: Variant/Adobe [Variante/Adobe], Structural Constellations [Constelaciones estructurales] y la célebre Homage to the Square [Homenaje al cuadrado], realizada en Estados Unidos durante las últimas décadas de su vida y que muestra la refinada gramática de un artista dedicado a experimentar la interacción de los innumerables matices del espectro del color.

La muestra ha sido concebida y desarrollada durante los últimos años en colaboración con The Josef and Anni Albers Foundation (Bethany, Connecticut) y la Fundación Juan March. Madrid. 

© Mariví Otero 2014

Bibliografía :
Josef Albers. Medios mínimos, efecto máximo. Gabinete de Prensa Fundación Juan March. 28 de Marzo al 6 de Julio 2014.
Redensek J.: Materiales y técnicas pistóricas. Expo. Josef Albers. Fundación Juan March. 2014.

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