Organizada por el Museo Nacional de Arte Reina Sofía con apoyo
de The Destina Foundation y Fundación Museo Reina Sofía, cuenta también con la
colaboración de la Comunidad de Madrid, esta exposición constituye la primera
retrospectiva que se realiza de la artista surrealista Dorothea Tanning (Galesburg
(Illinoes),1910-2012, Nueva York) y ofrece una nueva perspectiva de la
extraordinaria carrera y visión de Tanning tras varios años de
investigación de la comisaria Alyce
Mahon.
Como
figura central de la vanguardia internacional con una enorme influencia en el
arte y el diseño contemporáneo, Dorothe Tanning creía en el poder
del arte para crear espacios, sensaciones e ideas más allá de lo real. El
motivo de la puerta simboliza esta ambición y regresa repetidamente en su obra.
Es el concepto en torno al cual gira la exposición, cuyo título es una
adaptación de una entrevista que realizó Tanning con el crítico francés Alain Jouffroy, en 1974 y en la que
explicó que su primer arte exploraba “este lado” del espejo o de la puerta,
mientras que su arte posterior se dirigía al “otro”, ofreciendo un “vértigo
perpetuo” en el que la puerta, visible o invisible, conducía a “otra puerta”.
La puerta no es
simplemente un umbral en el arte de Tanning, sino una invitación a
aventurarse más allá de lo real y a entrar a un mundo de sueños y miedos.
Asistimos a una perspectiva interminable que no pretende alienar sino seducir
al espectador.
La muestra incluye más de 150 obras de
arte creadas entre 1930 y 1997 –muchas de ellas nunca antes vistas por el
público- procedentes de colecciones privadas y de instituciones como el Centro
Ponpidou de París, la Tate Modern de Londres o el Museo de Arte de Filadelfia.
Todo el conjunto permite documentar la gama de medios y expresiones utilizadas
por Tanning: pinturas, dibujos,
collages, esculturas e instalaciones.
La
exposición comienza con las primeras obras de Dorothea Tanning, quien
creció en la pequeña ciudad de Galesburg, Illinois, y luego viajó en los años a
Chicago y Nueva York para desarrollar su carrera como artista. Tanning
descubrió la “ilimitada extensión de posibilidades” del surrealismo al
ver la exposición Fantastic Art Dada
Surrealism de Alfred Barr en 1936 en el MoMA de Nueva York.
Pronto
comenzó a explorar este sentido de “espacio e imaginación ilimitados” en su
propio arte. En 1939 marchó a París con la esperanza de encontrar allí a los
surrealistas, pero con el estallido de la guerra regresó rápidamente a Nueva
York, donde colaboró como ilustradora independiente para diversos grandes
almacenes como Macy’s. Algunos de estos trabajos se muestran aquí.
Su
autorretrato Birthday –Cumpleaños- (1942) marcó una clara dirección
surrealista. Fue Max Ernts quien
tituló la pintura cuando la vio en el estudio de Tanning y la eligió para la
histórica exposición de Peggy Guggenheim
31 Women de 1943 en la Art of the Century Gallery de Nueva York. Birthey supuso un doble hito en su vida
al iniciar una relación sentimental con Ernst
y al convertirse en una artista surrealista.
Tanning utilizó el mismo nombre
para autobiografía de 1986 (ampliada en
2004 a una memoria titulada Between
Lives), en la que detalla la vida con Ernst
y “recuerdos anécdotas, conversaciones, vuelos, capturas, voces y opiniones
inútiles” en un estilo de escritura abierto e intuitivo. Y es que Tanning
escribió y publicó numerosos
cuentos, novelas y poemas, desarrollando ideas en diversas revistas. En cuento
Abyss (1947) acabó convirtiéndose en una novela que finalmente se publicaría en
2004 –cuando Tanning tenía ya noventa y cuatro años- con el título Chasm: Un fin de semana, que puede
verse aquí en una de las vitrinas. La
escritura no sólo le sirvió como otra forma de autorretrato, sino también como un medio más para explorar mundos
reales y alucinatorios.
Pasamos
a la siguiente sala que se centra en la relación de Tanning con Max Ernst, con quien se casó en 1946, en
una ceremonia de boda conjunta en Hollywood con Man Ray y Juliet Browner, y su
amplio círculo de amigos, incluyendo a Joseph Cornell, Leonor Fini y Konstanty
Jelenski, Marcel y teeney Duchamp, Julian Levy y Mueriel Streeter, Yves Tanguy
y Kay Sage.
En esta sala se reúnen
pinturas, colaboraciones cinematográficas y correspondencia relacionadas con el
ajedrez, juego descrito por Tanning como “algo voluptuoso, cerca
de los huesos” el ajedrez en un juego de habilidad y azar y Tanning y Ernst
compartieron su pasión por el.
Tanning y Ernst
colaboraron con Hans Richterm en la película 8 x 8: Chess Sonata in in 8
movimientos -8 x 8: Sonata de ajedrez en 8 movimientos- (1957), donde se ve a Ernst paseando por las calles de Nueva
York con un tablero del juego en la espalda, buscando a su Reina, Dorottea.
También aparecen en Dreams That Money Can Buy –Sueños que el dinero puede
comprar- (1947), que a paso al próximo apartado.
El
motivo central de la tercera sala es la femme-enfant, o niña-mujer, en las pinturas
y escritos de Tanning. Comparable a Alicia en el país de las maravillas, esta
niña vive en un “mundo de asombro perpetuo”.
La
niña preadolescente de Tanning, a punto de alcanzar la
conciencia de la sexualidad, aportó una nueva dimensión al surrealismo en un
momento en el que André Breton
aconsejaba que la sociedad desgarrada por la guerra, necesitaba buscar
inspiración en lo femenino. Es el potencial erótico de la crítica en los
interiores domésticos y las expectativas de la burguesía.
El elemento de terror
gótico continúa en Guest Room –Habitación de invitados- (1950-52) donde de nuevo
encontramos una niña desnuda frente a una puerta que sirve como portal al
oscuro mundo del sueño y el deseo. La puerta representa el umbral que separa la
infancia de la edad adulta, la inocencia del conocimiento.
La
novela familiar, aquí la exposición explora la subversión de la institución de
la familia en Tanning y los códigos morales que representa. En sus obras, el
mantel blanco adquiere un significado subversivo propio en las escenas
domésticas donde la imagen distorsiona y expande el género de la naturaleza
muerta.
Tanning
explicó en el año 2000: “(Creciendo en Galesburgm Illinois) Había una larga
mesa de comedor que el domingo, especialmente cuando el pastor vino a cenar, se
cubrió primero, con un hule y luego el gran mantel blanco y reluciente. Lo
sacudieron y lo colocaron, alisando los pliegues que formaban una rejilla suave
de extremo a extremo. Esta red seguramente demostró que el orden prevalecía en
esta casa”.
La figura materna
también se representa en términos no convencionales, como lo demuestra Maternity – Maternidad- (1946-47) donde
una madre, un niño y un perro se encuentran ante un paisaje apocalíptico en el
que una fantasía criatura blanca, sin cabeza pero con pechos y útero bulbosos,
es visible en el horizonte detrás de una puerta abierta.
Llegamos a Vida de tango, se exhiben los trajes y escenografías de Tanning
para los ballets del coreógrafo
ruso George Balanchine Night Shadow –La
sombra nocturna- (1946), The Witch –La bruja- (1950) y Bayou (1952) así
como pinturas al óleo en las que surge un nuevo sentido del movimiento.
Llegamos
a la sala Cuerpos y esculturas blandas.
A mediados de los años 60, Tanning recurre a su máquina de
coser para hacer “esculturas blandas”. Las formas eróticas son retorcidas en By What Love –De qué amor-(1969) y Étreinte (1969), mientras que en Emma (1970), la carne rosada y la falda
de encaje hacen referencia a la célebre protagonista femenina en Madame Bovary
(1856) de Gustave Flaubert, una mujer
que escapa del aburrimiento de la vida matrimonial a través de la literatura y
las aventuras clandestinas.
Tanning adelantó el objeto
surrealista para que adquiriera nuevas cualidades al sentido del tacto y cierta
condición fetichista.
Pasamos
a la séptima sala La arquitectura de lo
siniestro, es una instalación de Tanning, Hotel du Pavot, Chambre 202 (1970-73). Se trata de un espacio
arquitectónico misterioso en el que lo
banal se convierte en pesadilla y extraño. Aquí encontramos “materiales vivos
que se convierten en esculturas vivientes, su vida se parece a la nuestra”,
como explicó la artista en su día.
Tanning tuvo la idea de esculturas vivas cuando
escuchó los Himnen de Karlheinz Stockhausen –interpretados en la Maison de la
Radio de París en 1969-, inspirándole una instalación surrealista en la que
miembros femeninos carnosos atraviesan el papel pintado junto con muebles
antropomórficos.
Solo una puerta medio abierta con el número
-202- parece ofrecer alguna salida, pero esto también tiene un significado
macabro, ya que alude a una canción popular de 1919 titulada In Room 202, que
cuenta la historia de la esposa de un gánster, Kitty Kane, que se envenenó de
manera consciente en la habitación 202 de un hotel de Chicago.
El final de la exposición El deseo dionisiaco, reúne muchos temas tratados anteriormente: el autorretrato, la intimidad,
el movimiento, el juego con la escala y el espacio y el deseo. Tanning
se negó sistemáticamente a ser etiquetada como mujer artista, afirmando
en 1990: “Puedes ser mujer y puedes ser
artista; lo primero es un hecho y lo otro eres tú”.
Su último autorretrato, Woman Artist, Nude Standing (1985-87)
ejemplifica esta postura, ya que rechaza el tradicional desnudo alargado por
una figura que está casi blindada con su propia carne y coronada por una
mantilla con una flor roja de amapola en llamas.
Dorothea
Tanning. Detrás de la puerta, invisible, otra puerta
recupera la visión única y audaz de la artista estadounidense. Ella misma habló
en estos términos de su práctica artística: “Tú
sacas el cuadro de su jaula junto con la persona […] Tú eres simplemente el
visitante magníficamente invitado: Entra”
Esta exposición invita
al espectador a adentrarse también en su mundo de revelaciones ocultas.
© Mariví Otero 2018
Manuel
Otero Rodríguez
Fuente: Dorothea
Tanning. Detrás de la puerta, invisible, otra puerta. Museo Nacional
Centro de Arte Reina Sofía. 2 de octubre 2018 – 7 de enero de 2019. Gabinete de
Prensa Museo Reina Sofía.
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