jueves, 9 de abril de 2020

LOS IRASCIBLES: pintores contra el museo (Nueva York, 1950)

Hedda Sterne, NY, NY No. X, 1948. Óleo sobre lienzo. 83,5 x 118,5 cm. Tate, Londres. Donación de Clara Diament Sujo, 2012 (Inv.: T13861)
© Hedda Sterne, VEGAP, Madrid, 2019


La Fundación Juan March de Madrid, ha inaugurado la exposición Los irascibles: pintores contra el museo (Nueva York, 1950) parte de una fotografía tomada por Nina Leen y publicada por la revista Life al calor de esa protesta, y se traduce al espacio expositivo con dieciocho obras, una por cada artista, la mayoría de ellas realizadas en torno a 1950. Todo un viaje en el tiempo hasta lo que entonces era el presente, un presente que contenía futuros logros (como los de Jackson Pollock, Barnett Newman, Mark Rothko o Clyfford Still) y también otros, que pudieron ser y no fueron, aunque quizá lo sean algún día en mayor medida de lo que lo son hoy.

Jackson Pollock, Yellow Islands [Islas amarillas], 1952. Óleo sobre lienzo, 143,5 x 185, 4 cm. Tate, Londres. Obsequio de los Amigos de la Tate Gallery (adquirido con fondos aportados por el Sr. y la Sra. H. J. Heinz II y por H. J. Heinz Co. Ltd), 1961 (Inv.: T00436)
© 2019 The Pollock-Krasner Foundation, VEGAP, Madrid, 2019

A pesar de haber sido figuras relevantes de la escena artística estadounidense en los años cincuenta, algunos de los artistas representados en la exposición son poco conocidos fuera de sus fronteras y se presentan en España por primera vez.
Willem de Kooning, Zot, 1949. Óleo sobre papel adherido a tabla, 45,7 x 51,4 cm. The Metropolitan Museum of Art, Nueva York. De la colección de Thomas B. Hess, donación de los herederos, y adquisición, con ayuda de los fondos Rogers, Louis V. Bell y Harris Brisbane Dick, y del legado de Joseph Pulitzer (Inv.: 1984.611) © 2019 Copyright imagen, The Metropolitan Museum of Art/Art Resource/Scala, Florencia
© The Willem de Kooning Foundation, Nueva York, VEGAP, 2019

La protesta se articuló en el entorno de la academia del Village que Motherwell, Baziotes y Rothko habían puesto en marcha en 1948. Los artistas, descontentos con el jurado de selección de obras seleccionado por el Metropolitan, decidieron redactar una carta dirigida al presidente del museo, Roland L.Redmond, a la que se sumaron otros artistas, pintores y escultores, hasta completar 23. La carta fue publicada en la portada de The New York Times el 22 de mayo de 1950. La revista Life quiso reflejar la controversia y propuso a los dieciocho pintores firmantes que posaran para la fotografía. A la sesión asistieron quince de ellos: William Baziotes, James Brooks, Willen de Kooning, Jimmy Ernst, Adolph Gottlieb, Robert Motherwell, Bernett Newman, Jackson Pollock, Richard Pousette-Dart, Ad Reinhardt, Mark Rothko, Theodoros Stamos, Hedda Sterne, Clyfford Still, Bradley Walker Tomlin. Todos ellos, junto a Hans Hofmann, Weldon Kees y Fritz Bultman, que no pudieron acudir a aquella cita, suman los dieciocho pintores que protestaron aquel año. Al día siguiente, el Herald Tribune respondió a este artículo con un duro editorial en el que se hablaba de los disidentes como “los dieciocho irascibles”. Y desde entonces, la foto se ha convertido en un icono.

Mark Rothko, Sin título, 1952. Óleo sobre lienzo, 75,2 x 166,4 cm. National Gallery of Art, Washington, D. C. Donación de la Mark Rothko Foundation, Inc. (Inv.: 1986.43.161) © 1998 Kate Rothko Prizel y Christopher Rothko, VEGAP, Madrid, 2019

El hecho de que la mayor parte del arte moderno y contemporáneo sea el arte producido con la intención de que termine en el museo nos resulta tan natural que apenas podemos pensar en la relación entre museo y artista de otra manera que no sea como en una especie de simbiosis productiva. Asumimos que el artista crea y que los museos preservan lo creado, y no se nos ocurre considerar que la relación entre ambos puede establecerse en términos menos amables, pero más reales, como la agresión, el rechazo o el parasitismo mutuo.

El caso es que los museos modernos están llenos, sobre todo, del arte que los artistas han realizado contra el museo, porque la dialéctica entre el museo como institución y el artista como individuo pertenece a la lógica intrínseca del desarrollo del arte desde los inicios de la era moderna. Y es que si la obligación que los movimientos de vanguardia del siglo XX se impusieron a sí mismos fue la de crear algo nuevo, es obvio que debieron empezar (y así lo hicieron, con mayor o menor energía) por denunciar vigorosamente el pasado y reclamar la necesidad de desprenderse de él. Esa oposición al arte anterior como efecto primordial el enfrentamiento del artista, que venía del futuro, con el espacio institucional encargado de preservar el pasado, es decir, el museo. Y por eso la historia del arte puede contarse como la historia de los encuentros y desencuentros que se han producido entre los artistas y el museo, un juego ambiguo y complejo en el que los ganadores y los perdedores se han intercambiado los papeles continuamente.

Bradley Walker Tomlin, No. 4, 1952-53, 1952-1953. Óleo sobre lienzo. 152 x 121,9 cm. The Frances Lehman Loeb Art Center, Vassar College, Poughkeepsie, Nueva York. Donación de la Sra. de John D. Rockefeller 3º (Blanchette Hooker, promoción de 1931) (Inv.: 1955.6.8)
© Estate of Bradley Walker Tomlin

Setenta años después de aquella imagen realizada por la fotógrafa de origen ruso Nina Leen, esta exposición traduce esa fotografía al espacio expositivo y a nuestro presente, descomponiéndola en una selección de dieciocho obras -la mayoría de ellas realizadas en torno a 1950- Los prestamos proceden, en su mayor parte, de Estados Unidos, entre los que destacan -en una paradoja que es solo aparente- tres obras del mismo Matropolitan Museum of Art, objeto de la protesta. 

© Mariví Otero 2020
Manuel Otero Rodríguez

Fuente: Los irascibles: pintores contra el museo. Nueva York 1950. Equipo Curatorial: Manuel Fontan del Junco, Inés Vallejo, Bradford R. Collins, Beatriz Cordero.Fundación Juan March, Madrid. Del 6 de marzo al 7 de junio 2020. Gabinete de prensa: Victoria Senen.

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