viernes, 15 de enero de 2016

Danh Vō: Destierra a los sin rostro / Premia tu gracia.

Convierte la arrebatadora luz del Palacio de Cristal, la antigua Estufa, la maravilla arquitectónica de las máximas transparencias en el corpus constructivo nacional, en  una vitrina museística.


La obra de Danh Vō (Bà Ria, Vietnam, 1975) subvierte y juega con la apropiación característica de finales del siglo XX, así como la estrategia oportunista que tiene el arte occidental de abordar y presentar otras culturas. En sus instalaciones, esculturas, fotografías y obras en papel –sobre todo en sus primeros trabajos- suele recurrir a sus orígenes y vivencias que luego imbrica en un tejido de referencias culturales, sociales e históricas. Su práctica suscribe la célebre frase de Picasso “Yo no busco, encuentro”, en el sentido de que sintoniza con objetos, documentos, obras de arte, referencias y otros materiales que abarcan milenios y que encuentra gracias a los viajes y a la movilización de una red de distintos colaboradores entre los que se encuentran anticuarios o especialistas de diversos ámbitos. […]

Danh Vō aprovecha las tipologías expositivas del siglo XX para constatar y por subrayar la excepcional arquitectura del Palacio de Cristal, como si tratara la estructura a la manera de una vitrina que encapsulara la nostalgia de un museo de arqueología y paleontología del siglo XIX. Esta presentación museológica produce rupturas en el significado fracturas culturales con los modelos dominantes que condicionan las circunstancias del observador, de tal modo que deja espacio a la interpretación.


Este espectacular proyecto, lo ha concebido Danh Vō, específicamente para el Palacio de Cristal del Parque del Retiro, ha tomado el título, Banish the gaceless/ Reward your grace (Destierra a los sin rostro/ Premia tu gracia), de un verso de Afraid (1970), la canción de Nico que también ha sido versionada por Anthony and the Johnsons. Vō presenta una serie de objetos aparentemente inconexos, algunos de ellos adquiridos por el propio artista para la ocasión, entre los que figuran un gran número de fósiles de mamut, un Cristo de marfil del siglo XVII una estatua romana ensamblada a una talla gótica francesa de una Virgen con Niño y un embalaje de cartón pintado con pan de oro. Acompaña el conjunto una carta de un misionero francés del siglo XIX, escrita la víspera de su ejecución y transcrita por el padre del artista, Phung Vō, el cual no sabe francés, copia las letras como si fueran formas.

Vista de sala de la exposición Danh Vō. Destierra a los sin rostro / Premia tu gracia (Banish the Faceless / Reward your Grace), 2015

Con esta nueva instalación, Danh Vō explora la idea del museo y su función en el mundo contemporáneo, desafiando el statu quo del arte en torno a cuestiones tan espinosas como la migración y la identidad cultural.

Danh Vō con solo 4 años, huyó de su país, junto a su familia, en una embarcación que permaneció a la deriva hasta que fue rescatado por un carguero danés.

En la actualidad, el artista representa a Dinamarca en la 56ª Bienal de Venecia. Su obra ha concitado una importante atención a escala internacional, con exposiciones individuales en el Stedelijk Museum de Ámsterdam (2008), la Kunsthalle Basel (2009), el Art Institute de Chicago (2012), Museé d’art moderne de la ville de París (2013) y participaciones en bienales como las de Berlin (2012 y 2014), Gwangju (2010) y Singapur (2008). Danh Vō ha sido distinguido con el premio Hugo Boss (Fundación Guggenheim) en 2012 y con el Arken Art Prize (Dinamarca) 2015.
El comisario de la muestra es João Fernandes, subdirector del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, al que está adscrito el Palacio de Cristal.

Muy recomendable la visita al museo “real” y “virtual” creado por Vō, en el Palacio de Cristal. ¡Bello!.


Bibliografía: Danh Vō. Destierra a los sin rostro/ Premia tu Gracia. Instalación. Palacio de Cristal. Parque del Retiro de Madrid. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. 1 octubre de 2015- 28 marzo 2016. 

© Mariví Otero 2016
Asistente: Manuel Otero Rodríguez
Fotos: Mariví Otero 

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