El Museo Nacional
Thyssen-Bornemisza y el Museo Sorolla organizan esta exposición dedicada a la
presencia de la moda en la obra de Joaquín Sorolla (Valencia 1863-1923
Cercedilla, Madrid), de manera simultánea y complementaria en ambas
sedes. Comisariada por Eloy Martínez de
la Pera, la muestra reúne más de setenta obras procedentes de museos y
colecciones privadas nacionales e internacionales, junto a un destacado
conjunto de vestidos y complementos de época, valiosas piezas prestadas también
por importantes instituciones y colecciones particulares y muchas de ellas
inéditas.
En
el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza,
la exposición se desarrolla en cuatro secciones:
Sorolla íntimo
El primer capítulo,
dedicado al ámbito familiar del pintor, nos muestra los diferentes aspectos de
su vida cotidiana, como las cartas que envía a su mujer desde París, en las que
le comunica las novedades en la moda, y las compras de vestidos que allí
realiza para ella y sus hijas, así como las obras que dedica a su familia,
sobre todo a su mujer y musa. Clotilde
con traje negro (1906), del Metropolitan Museum of Art (Nueva York), junto a un
traja (hacia 1900) del Musée des Arts Décoratifs de París, o Clotilde vestida
de blanco (1902), de la Hispanic Society of America (Nueva York), y un vestido
de ceremonia (hacia 1907) de la colección Ana González-Moro.
El retrato de sociedad
Sorolla recibe numerosos
encargos para retratar a personajes de la alta sociedad de su época. Algunos de
los retratos y vestidos incluidos en esta sección se hacen eco de las últimas
tendencias en el vestir, hay otros más clásicos que reflejan una moda que
dirige su mirada al pasado. La Reina
Victoria Eugenia (1911), de la Hispanic Society or America y un vestido de
baile de Charles F. Worth (hacia 1896) de la colección Francisco Zambrana,
o el Retrato de María Lorente (1905), de
una colección privada, y un traje de novia (1907) de Antonia Montesinos del
Museo del Traje de Madrid.
El verano elegante
En
la segunda mitad del siglo XIX se descubren los efectos terapéuticos de los
baños de mar. Zarautz, Santander, San Sebastián, la Costa Brava o las playas de
levante empiezan a ser populares entre los primeros veraneantes españoles. La
moda está también presente en estos escenarios y Sorolla, testigo
destacado de ello, refleja magistralmente este aspecto en retratos realizados
junto al mar como Clotilde en la playa
(1904), del Museo Sorolla, expuesto junto a un vestido de día (1904-1908) del
Victoria and Albert Museum de Londres, o
Bajo el toldo, Zarauz (1910), del Saint Louis Art Museum, junto a una blusa
blanca y falda (hacia 1900) del Centre de Documentació i Museu Tèxtil de
Trarrasa.
París y la vida moderna
La
vida moderna surgida a mediados del siglo XIX impregna las nuevas costumbres de
ocio:
Los cafés, los paseos
urbanos, el teatro y la opera…, son lugares que llaman la atención de Sorolla
en sus frecuentes viajes a París. Allí conoce, de primera mano las novedades
que se producen en la alta costura, que le sirven de inspiración a la hora de
realizar sus retratos. Con una creación de Mariano
Fortuny y Madrazo la blusa de
tafetán, plisado en seda azul con la que aparece Clotilde en una miniatura en
Gouache de la pintora norteamericana Marha Susan Baker (1871-1911), ambas
piezas del Museo Sorolla y expuestas en este apartado. El mítico vestidos
Delphos, retrata a su hija Elena con
túnica amarilla (1909), de una colección privada.
En el Museo Sorolla, la
exposición se adapta a sus espacios, muy marcados por su condición de casa y
por haber conservado casi intacto su ambiente original y todo el mobiliario.
Aquí también la exposición está divida en cuatro secciones, planta principal y
primera planta de la casa:
Una casa a la moda
El museo guarda, entre
sus colecciones de pintura, numerosos retratos de la propia familia Sorolla,
que adquiere una presencia muy fuerte en el entorno de la casa, entre los
muebles y objetos que el mismo Sorolla escogió. Algunos vestidos
nos indican en las distintas salas de la planta principal que constituyen la
exposición permanente del museo, dándoles, junto a esos cuadros familiares, una
nueva vida.
En
las salas de la planta primera, dedicadas a las exposiciones temporales, se
desarrollan otras dos secciones de esta muestra.
El retrato de sociedad
Esta sección contiene
diversos tipos de retrato de encargo, desde los de mayor compromiso, como pueda
ser el de la reina María Cristina, al más desenfadado, como La bella Raquel (hacia 1912), que bajo el
aparatoso sombrero Belle époque viste una moderna blusa blanca. Los
retratos más tradicionales, en traje de fiesta o de noche, contrastan con los
más modernos y sobrios vestidos negros o el deslumbrante traje blanco, a la
griega, del Retrato de Amalia Romea, señora de La iglesia (1897), de una
colección privada. Vestido Centro documentación
Museu Tèxtil Tarrasa.
Una familia elegante
Tanto
la mujer de Sorolla, Clotilde como sus hijas María y Elena, tuvieron un don
natural para la elegancia y supieron llevar trajes y sombreros con gran estilo.
Sorolla disfrutaba rodeado de una familia a la moda, y nunca olvidó en sus
viajes llevarles como regalo, vestidos o complementos que hubieran llamado su
atención.
Especialmente le
gustaban los vestidos de verano, pues los blancos a la luz del sol fueron la
marca distintiva de su pintura, tampoco podía faltar en su casa la tradición
española de la mantilla sobre el traje negro para las bodas o la Semana Santa,
y así retrató Sorolla a Clotilde en Clotilde
con mantilla negra (hacia 1919-1920) expuesto junto a un vestido de Lucile
(hacia 1912) del Victoria and Albert Museum de Londres, con esta obra se cierra
la muestra en la primera planta.
Un Fortuny escondido
De nuevo en la planta
principal, se acaba en el comedor familiar. Elena, la pequeña de la familia,
fue la más aficionada a las novedades, a los vestidos bonitos y a las joyas, y
desde muy joven la vemos retratada por su padre con modelos “importantes”: el
vestido Delphos, patentado por el
pintor, escenógrafo y diseñador Mariano
Fortuny y Madrazo, hizo furor entre las más modernas y avanzadas mujeres de
la época; Elena, muy joven todavía, quedó inmortalizada con un Delphos dorado, asomando entre la
graciosa guirnalda de frutas con que Sorolla decoró el comedor de su
casa.
Ambas exposiciones se centran particularmente en los retratos femeninos
y familiares pintados entre 1890 y 1920,
que dialogan en las salas con vestidos y complementos de finales del siglo XIX
y comienzos del XX.
Mariví
Otero
Manuel
Otero Rodríguez
Fuente: Sorolla
y la moda. Museo Nacional
Thyssen-Bornemisza y el Museo Sorolla.
Gabinete de Prensa, Museo Thyssen-Bornemisza y Museo Sorolla: Gabinete de
Prensa Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Madrid. Del 13 de febrero al 27 de mayo de 2018.
No hay comentarios:
Publicar un comentario