La Galería Leandro Navarro acoge una espléndida exposición de la artista CARMEN LAFFÓN (Sevilla,1934), incluye 35 obras, entre pinturas al óleo, témpera y carbón sobre madera o papel, esculturas y bajorrelieves, todas ellas realizadas en 2020 y 2021, titulada: La sal. Las Salinas de Bonanza, Sanlúcar de Barrameda.
En 1961,
pasó a formar parte de los pintores de la Galería Juana Mordó donde tiene
contacto con algunos de los nombres más importantes de la pintura española de
la época, como Fernando Zóbel, con el que más tarde comparte estudio. A lo
largo de su carrera artística, Carmen Laffón ha obtenido importantes
distinciones como el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1982. En 1998 fue
nombrada Académica de Número de la Real Academia de Bellas Artes de San
Fernando de Madrid, en enero de 2000 pronunció su discurso de ingreso, titulado:
Visión de un paisaje que versó sobre su relación con Sanlúcar y el Coto.
En 1999 se le concede la Medalla de oro al Mérito en las Bellas Artes.
Volvemos
al año 69, a recuperar texto de José María Moreno Galván, sobre Carmen Laffón.
Los fantasmas
de la pura representación.
CARMEN
LAFFÓN es otra cosa. Es cierto que ella tiene mundos minuciosos que confiarnos.
Pero lo confía, los comunica. Y si es cierto que en su obra también aparecen
los fantasmas - ¿aparecen o simplemente lo adivinamos? -, hay que reconocer que
esos fantasmas son más comunicables, más humanos, por así decirlo. Acceden a
decir una canción. La prueba de que eso, es así, es que Carmen no aísla a una
vida de la vida. Últimamente, el protagonismo que el sol ejerce en su obra en
una prueba elocuente de ese deseo de incomunicación de todos los elementos que intervienen
en ella. El sol nace para todos y a todo lo unifica. Lo que ella hace, eso sí, es preservar la intimidad. Pero la intimidad es comunicable. Dígalo, sino
no, Marcel Proust, del cual Carmen es una lejana pariente.
Otra
dimensión más de esa obra es la de recoger y aprovechar todos los elementos
que el arte de nuestros días ha menospreciado y tirado, haciendo de todo ellos
primera materia de un arte muy de nuestros días. Esa predisposición, sí, la
ejerce Carmen casi con énfasis, casi polémicamente. Es lo suyo. Es -uno llega a
creer- lo que con más energía quisiera comunicarnos. Ella lo que hace en
realidad es demostrarnos que no hay materiales inservibles para el arte contemporáneo.
Proustiana
de Sevilla, su mundo, claro está, es más comunicable porque es más confesable.
Es el mundo de la maceta de albahaca y del ramo de jazmín: un mundo
paradisíaco, bajo la caliente sombra del sur.
Volvemos a la muestra actual La Sal. Las Salinas de Bonanza. Sanlúcar de Barrameda. El pasado año, el Museo Patio Herreriano de Valladolid acogió una cuidada selección de obras de la serie “La sal”, exposición vigente hasta el 28 de febrero en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo en Sevilla. Ahora en la Galería se puede disfrutar de la última producción de esta serie realizada, en parte, durante el periodo de confinamiento en 2020. Una propuesta expositiva que se desarrolla en paralelo con la muestra del Pabellón Villanueva del Real Jardín Botánico, que recoge el mismo recorrido por las obras previas que las exposiciones sevillanas, ofreciendo ambas en conjunto el acercamiento más completo hasta la fecha al proyecto de Laffón.
La
desembocadura del Guadalquivir, entre Cádiz y Huelva, y con el Coto de Doñana
como motivo y testigo privilegiado del hecho pictórico, es el lugar desde el
que la artista viene desplegando su pintura más suelta, libre y ambiciosa. En
apariencia, una paleta reducida, pero una mirada pausada permite comprobar una
riqueza cromática tan asombrosa como la trama de texturas (óleo, carbón,
témpera, collage) en que se enreda la pintura. Laffón lleva sin temer al
blanco. Es más, lo va buscando: quiere explorarlo, romperlo apenas con ese
toque gris o azulado que delimita las partes y las ordena.
El
espacio pictórico está gobernado por grandes montículos de sal, protagonista de
la serie, pero hay en estas pinturas una tensión entre imagen y materia que
provoca en ocasiones que aquella se pliegue a ésta.
Las
salinas luminosas de Carmen adquieren de pronto regusto a secreto, su secreto,
pues en ellas se resume el camino que ha seguido la artista a lo largo de años.
Desde
mediados de los años noventa Laffón explora con brillantez el mundo de la
escultura. En la exposición hay obras como “Caja de madera con sal I”, “Caja de
madera con sal” y “Montaña de sal I”, acompañadas por dibujos al carbón,
bocetos preparatorios para las grandes obras de La Sal.
“Carmen,
lo que hace en realidad es demostrarnos que no hay materiales inservibles para
el arte contemporáneo”.
Fuente: La sal. Las Salinas de Bonanza, Sanlúcar de Barrameda. Galería Leandro Navarro. Pabellón Villanueva del Real Jardín Botánico. Madrid. Del 17 de marzo al 21 de mayo 2021. Catálogo y texto de Estrella de Diego, documentación y fotografías: Galería Leandro Navarro. Moreno Galván J.M. “La última Vanguardia” Editorial Magius S.A.1969. Deposito Legal B.40.148-1968.
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