jueves, 8 de diciembre de 2022

GENEALOGÍAS DOCUMENTALES. Fotografía 1848-1917

Una exposición que, al mismo tiempo, es ejemplar: la que lleva el mismo título que encabeza estas líneas; una exposición que pretende, y creo que lo consigue informar a los visitantes, es para verla despacio hay auténticas joyas de la fotografía desde el siglo XIX, explora, a través de siete salas los antecedentes históricos de la fotografía documental entre las revoluciones comprendidas entre 1848 y 1917. Aunque el nacimiento del documental como género artístico propiamente dicho sea producto de la década de 1920, el comisario de la muestra Jorge Ribalta, indica que “representativamente, se puede afirmar que la función documental es tan antigua como la biografía misma”

La investigación desarrollada en esta exposición cierra un ciclo iniciado en el Museo Reina Sofía en 2010, con la muestra sobre el movimiento de la fotografía obrera del periodo de entreguerras Una luz dura, sin composición. El movimiento de la fotografía obrera, 1926-1939 y continuado en 2015 con Aún no. Sobre la reinvención del documental y la crítica de la modernidad, que abordó la reinvención del documental en los años setenta. Posteriormente, en 2018, la retrospectiva Marc Pataut. Primeras tentativas, sobre su trabajo realizado en la región parisina en la década de 1990 durante el surgimiento del movimiento altermundialista, fue un breve epílogo a este ciclo que, en su conjunto, ha buscado ofrecer un relato alternativo de la configuración y evolución del discurso documental en la historia de la fotografía, a partir del estudio de casos en momentos decisivos del siglo XX. 

En las diferentes secciones del recorrido se exhiben imágenes de individuos en actitudes corrientes sin la aspiración corrientes, sin aspiración conmemorativa del alta retratística burguesa. Son representaciones de tipos populares, de clases proletarias urbanas o de trabajadores en sus puestos: los personajes andaluces de Robert P. Napper, los callejeros de París de Charles Nègre, la serie de pescadores de Newhaven de Adanson y Hill, o las fotografías de minero de George Bretz y de la multitud de obreros de Canal de Isabel II, en vistas tomadas por Charles Clifford.

La exposición inicia su recorrido mostrando la vida cotidiana para atestiguar que ya desde la década de 1840 la fotografía documental era algo latente. Ejemplo de ello son el limpiabotas captado en una de las primeras placas de Luis Daguerre (1838, Boulevard du temple de París) o las fotografías tempranas de Henry Fox Talbot con escenas de trabajadores de la construcción de carpinteros.

También pueden verse aquí imágenes de la primera revolución que ha quedado registrada fotográficamente, la de 1848, cuando el proletariado adquirió conciencia de clase y comenzaron las luchas políticas obreras. Los materiales fotográficos que se conservan de los episodios revolucionarios de 1848 son extremadamente escasos, unos pocos daguerrotipos y calotipos de las barricadas de París, de eventos y retratos de significación política en Londres.

En este espacio, podemos contemplar, como ejemplo, los trabajos de Charles Clifford. Su seguimiento de los viajes de la reina Isabel II en España en forma de álbum y sus recorridos por la geografía monumental española, constituyen el primer repertorio organizado que articula un discurso fotográfico sobre el concepto de la nación. En contraposición a la idea burguesa de nación que alentaba estas campañas y álbumes sobre el patrimonio histórico y artístico aparecen, sin embargo, ciertas figuras de alteridad en la periferia de los monumentos: Los criados en los palacios, los gitanos en la Alhambra, los pequeños oficios y escenas de trabajo, mendigos y otros personajes.

Seguimos y nos encontramos El obrero industrial en esta sala se detiene la muestra en la publicidad fotográfica de la época. Las grandes exposiciones universales, que acompañaron la industrialización, como la de Londres de 1851 fue, en este sentido, un antes y un después. En España nuevamente Clifford documentó obras públicas, como la del Canal de Isabel II de Madrid, inaugurado en 1858.  Es en este contexto de la muestra donde aparecieron las primeras imágenes del trabajo en la fábrica y del obrero industrial. Los estudios de trabajadores con maquinaria en la fábrica metalúrgica Krupp de Essen, realizados en 1890, son posiblemente las primeras imágenes fotográficas de este tipo, y sientan las bases de la más influyente iconografía del trabajo industrial para el siglo XX. También da cuenta de que las grandes infraestructuras no sólo se sirvieron de obreros industriales, sino también de reclusos como los empleados en las construcciones ferroviales de Estados Unidos en la época de la Guerra Civil o en la colonia penitenciaria rusa en la isla de Sajalín. Las imágenes de las prospecciones mineras en Estados Unidos después de la Guerra Civil realizadas por Timothy O’Sullivan con tecnología de iluminación artificial innovador, y los trabajos de otros autores como George Bretz, testimonian también un mundo que en verdad no era tan “ideal”.

Llegamos a los ámbitos médico y judicial en las últimas décadas del siglo XIX la fotografía también se utilizó en estos ámbitos como se puede comprobar en esta área de la muestra. La Guerra Civil americana produjo un notable corpus de fotografía anatómica y diversos catálogos de heridos y amputados, así como fallecidos. En Europa, y aunque Nadar había realizado algunos ensayos fotográficos en el campo de la medicina relacionados con el hermafroditismo hacia 1860, el uso de la fotografía en la experimentación médica tiene en el neurólogo Jean-Martin Charcot a su gran pionero, con su atención a la supuesta historia femenina y otras patologías neuropsiquiátricas en el hospital parisino de la Salpêtrière, a partir de la década de 1870.

Llegamos al final del itinerario de la exposición que se cierra con la revolución de nuevo como protagonista, aunque en este caso con la Comuna de París de 1871 primer experimento de autogobierno popular y mítico en la cultura del movimiento obrero que generó un gran corpus fotográfico y que sería ejemplo iconográfico para las revoluciones rusas de 1905 y de 1917, en donde también aparecen por primera vez las masas movilizadas, o en la Semana Trágica barcelonesa de 1909. En el umbral del nacimiento de la fototipia con la postal impresa como vehículo privilegiado de circulación desde la década de 1890 -de la que se muestran numerosos ejemplos- y la prensa ilustrada fotográficamente en la época del cambio de siglo. Y a raíz de los estallidos revolucionarios y la organización del movimiento obrero a lo largo del siglo XIX, llegaron ciertos avances en derecho sociales y nuevas políticas públicas, que queda reflejada en el trabajo pionero de Lewis Hine y de su discípulo Paul Strand, de quienes se muestran diversas obras.


La exposición reúne más de 500 obras -entre fotos de todo tipo, álbumes, publicaciones y daguerrotipos- con temáticas relacionadas, entre otros aspectos, con las clases proletarias, las reformas urbanísticas de la época, las revueltas populares o los proyectos de denuncia social surgidos en el periodo que abarca la exposición. Muchas de ellas proceden de importantes museos e instituciones internacionales.

© Mariví Otero 2022
Manuel Otero Rodríguez

Fuente: Genealogías documentales, Fotografía 1848-1917. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Del 16 de noviembre 2022 al 27 de febrero 2023. Documentación y fotografías: Gabinete de Prensa Museo Reina Sofía.

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