Caja con cesta 1999. Bronce pintado 83 x 131 x 42 cm. Ejemplar único fundido en la Fundición Barberí, Ruidellots.
Visitamos
la Galería Leandro Navarro, al encuentro de la exposición homenaje a Antoni
Tàpies (Barcelona, 1923-2012), en el marco del centenario de su
nacimiento, uno de los artistas más relevantes del siglo XX.
Nos
paseamos por una selección de 17 obras que abarcan el período de 1955 al 2000,
pintura, escultura y un gran tapiz. Antoni Tàpies, la pureza de su forma
de componer desde una libertad medida, ante su obra, pienso ¡Tàpies es
velazqueño! Sigo la visita acompañada de Iñigo Navarro, gran conocedor de la
obra del maestro como lo es su padre Leandro Navarro (hoy jubilado). Le comento
que coinciden el Centenario de Antonio Tàpies, con el del crítico de arte José
María Moreno Galván (La Puebla de Cazalla, Sevilla 1923-1981, Madrid), ambos
eran grandes amigos. En el Museo de Arte Contemporáneo José María Moreno Galván
en La Puebla de Cazalla (Sevilla), se está celebrando su centenario, con una
gran muestra “Desde los afectos” con obras de la colección de su hija Carola
Moreno Torres y donde se pueden ver obras de Tàpies.
Moreno
Galván (1) escribe: “El arte de alusiones primigenias de Antoni
Tàpies incorpora a la modernidad por la operación del extrañamiento. Lo que nos
fascina de las expresiones primitivas es que ellas son el testimonio de la
dualidad entre el hombre y el mundo. Lo que nos fascina en el arte de Tàpies,
también. Sólo que en el arte de Tàpies, la palabra dualidad podría ser
sustituida correctamente por la palabra alineación. Para esa operación
ha necesitado desasimilarse de lo cotidiano, ver a lo cotidiano con los ojos de
la extrañeza. Así, unas sillas, una mujer reclinada o un sombrero invertido
adquieren un carácter fantasmal, como de mitos. Son efectivamente, porque el
mito no es otra cosa que la iluminación de la realidad: no la realidad figurada
sino de la realidad significada; en este caso, no de unas sillas, una mujer
reclinada o un sobrero invertido, sino de su extraña reencarnación: de la
alineación.
¿Rechaza
Tàpies a los valores de la civilización actual? Claro está que los rechaza,
pero en tanto que valores alienantes. En el mundo de hoy, él
es uno de los pocos artistas que está predicando la necesidad de la conversión
en “cosa” de todos los elementos mistificados de la civilización del
consumo, o bien, la necesidad de rescatar de su condición de “cosa” a
ese hombre que no es sujeto sino objeto de la historia.
La
obra de Tàpies es como una respuesta a la pregunta que necesariamente se
plantea el hombre de hoy a la vista de la aparente contradicción sensitiva de
nuestro tiempo, que consiste, de una parte, en sentirse identificado con todas
las características visibles de la modernidad más rigurosa y, de otra, en
sentirse sensitivamente ligado a todas las expresiones más bárbaras y genuinas
de la primitividad más extremada. Es que el argumento esencial de la pintura de
Tàpies podría ser enunciado de la siguiente manera: nuestro tiempo es la
prehistoria de un nuevo mundo”.
El catálogo de la exposición incluye textos de Toni Tàpies, hijo del artista, de Núria Homs -conservadora de la Fundación Tàpies- y entrevista realiza por Manuel J. Borja-Villel, A modo de introducción: Una conversación con Antonio Tàpies en 1995 en la que descubrir más sobre su proceso y filosofía de trabajo.
Toni Tàpies escribe (2) “En la exposición de la Galería Leandro Navarro podemos sin duda contemplar muchos de estos registros tapianos. Entre las diferentes obras que se exponen, me parece de singular importancia, y esto es un criterio muy personal, la pintura titulada A la pintura. Tàpies fu siempre un gran defensor de la pintura, aunque algunos piensan erróneamente que su obra la destruye. En este cuadro, la referencia a la pintura queda patente, no solo en el título sino bien claramente en la propia obra”.
Núria
Homs escribe (3) “Hay una doble vertiente en toda la obra de
Tàpies. Por un lado, una actitud de rebeldía que empuja y anima a la lucha: al
dar valor a lo más simple -la paja, el polvo, la caja de madera, las partes del
cuerpo menos atractivas-, Tàpies denuncia el funcionalismo excesivo y la
primacía de la producción excesiva y la acumulación de bienes, típicos del
capitalismo, que se manifiesta en su interés en esas sustancias, objetos o
hábitos rechazados por la sociedad”.
Espléndida
exposición, el recorrido por Tàpies. Centenario subraya la capacidad del
artista para la pervivencia de sus propias fórmulas.
Fuente: (1) Moreno
Galván. J.M. La última vanguardia. 1969 By MAGIUS, S.A. Deposito Legal
B40.148-1968. pp.56-60.
(2) Toni
Tàpies, A la Pintura. Tapies. Centenario. Madrid: Galería Leandro Navarro,
2024. p. 8
(3) Núria
Homs, Tàpies, espigador y prestidigitador. Tàpies. Centenario. Madrid: Galería
Leandro Navarro. 2024. pp. 14-15.
Documentación y fotografías, prensa Galería: Esther Rodríguez Cámara y Lourdes Varela.
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