La Fundación Juan March celebra el
centenario del nacimiento de Fernando Zóbel (Manila, 1924- Roma, 1984), con
la exposición “El pequeño museo más bello del mundo”. Exposición sobre la
creación del Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, creado por Fernando Zóbel
en 1966. Situado en las Casas Colgadas de Cuenca, fue el primer museo de arte
contemporáneo de España, creado con total independencia al margen de la
política cultural oficial del régimen franquista.
Alfred H. Barr Jr., fundador y primer
director del MoMA de Nueva York, lo describió al visitarlo en 1967 “el pequeño
museo más bello del mundo”, cita que da nombre a esta exposición.
Caminamos por la muestra, entre obras de
algunos de los principales exponentes de la Abstracción española entre los años
50 y 80 como Eduardo Chillida, Antoni Tàpies, Jorge Oteiza, Palazuelo,
Antonio Saura, José Guerrero, Fernando Zóbel, Gustavo Torner, Eusebio Sempere,
Salvador Victoria, Elena Asins, Eva Lootz, Soledad Sevilla o Moguel Ángel
Campano. Todas las obras fueron coleccionadas por Fernando Zóbel.
Además de una amplia selección de
pintura, escultura, dibujo, gráfica y libros de artistas de la colección de
Fernando Zóbel, la exposición cuenta con material fotográfico y documental
sobre la historia del Museo de Arte Abstracto Español.
Un museo de artistas
“El pequeño museo más bello del mundo”
nos recuerda un momento complejo y fascinante de la historia cultural de
nuestro país: La creación del Museo de Arte Abstracto Español en las Casas
Colgadas del siglo XV en Cuenca.
La fe pionera de Fernando Zóbel en los
artistas abstractos se materializó en un espacio insólito, que pronto tuvo un
enorme eco nacional e internacional. El joven museo, nacido de la iniciativa
personal de un artista, creó un espacio de libertad independiente del régimen
político.
El proyecto de Zóbel reafirmó a toda una
generación de pintores y escultores, preparó a las siguientes y produjo todo un
público nuevo. España no contaría con museos de arte contemporáneo hasta
después de su transición democrática, más de veinte años después de aquella
aventura única y original.
Durante las décadas de los años 50 y 60, Eduardo Chillida, Jorge Oteiza, Manolo Millares o Antonio Tàpies cosechan elogios en las Bienales de Sao Paulo (1957) o Venecia (1958). Esos éxitos y los esfuerzos de la diplomacia cultural del régimen culminaron en exposiciones sobre arte español celebradas en Londres (en la Tate Gallery) y en Nueva York (en el MoMA y el Guggenheim Museum).
Ante el aislamiento cultural de la
España franquista y la ausencia de infraestructuras para el arte contemporáneo,
Fernando Zóbel comenzó a coleccionar la obra de los artistas abstractos de su
generación. Así, acabó creando “un museo de artistas en un país de artistas
sin museos”, como señala Fontán del Junco en el catálogo que acompaña la
muestra.
En una visita a Cuenca, ciudad natal del pintor Gustavo Torner, Zóbel conoció las Casas colgadas, vacías y aún sin destino claro. Logró que el Ayuntamiento de la ciudad se las cediera a cambio de un alquiler simbólico, para crear en ellas un museo con su colección.
En 1966, el museo se inauguró con una
museografía austera e innovadora. Algunos elementos arquitectónicos originales
se conservaron, como todavía hoy se conservan: artesonados, las yeserías y las
pinturas murales góticas, que cohabitan con la abstracción gestual y geométrica
del siglo XX.
Mi primera visita al “El pequeño museo
más bello del mundo”, fue en el año 1973, tengo ese primer catálogo publicado
el 30 de junio de 1966, edición bilingüe.
En la introducción escribe Fernando Zóbel, como director: (…) Esta colección, aunque modesta en comparación a la de cualquier museo con historia, sobrepasa con mucho las posibilidades de exhibición en las Casas Colgadas de Cuenca. Por eso, desde el primer momento, hemos preferido enseñar pocas cosas y enseñarlas bien, rodeando a cada una de la iluminación adecuada y del espacio necesario para que pueda ser vista y disfrutada sin distracción. La fórmula del museo será, pues, la de rotación lenta de obra (…). Ya había comenzado mis años de formación y trabajo. Lo visite con frecuencia, tenía coche, con amigos que alquilaron casas en Cuenca, siempre había un lugar para visitarlo en fin de semana. Qué grandes recuerdos.
El Equipo curatorial de esta exposición está formado por los comisarios Manuel Fontán del Junco, director de Museos y Exposiciones de la Fundación, Celina Quintas, responsable del Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca y la historiadora del arte norteamericana Anna Wieck.
En 1981, Fernando Zóbel -cuyo centenario
de su nacimiento se celebra este año- donó el museo, su colección de arte, su
biblioteca y sus archivos a la Fundación Juan March. Desde entonces la
Fundación es la titular del Museo de Arte Abstracto Español, de su colección y
de sus programas de actividades.
© Mariví Otero 2024
Manuel Otero Rodríguez
Fuente: “El pequeño museo más bello del mundo”. Fundación Juan March. Del 26 de abril al 30 de junio 2024. Documentación y fotografías: Ana Ramírez García-Mina/ Comunicación y Experiencia/ Fundación Juan March.
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