La Galería Rafel Ortiz de Sevilla, ha inaugurado la segunda exposición individual de la artista portuguesa DALILA GONÇALVES (Castelo de Paiva, 1982).
No ouvido há labirintos e cristais /En el oído hay laberintos y cristales, las obras expuestas son el resultado de investigación interdisciplinar, a través de la utilización de herramientas como la instalación, la fotografía o la cerámica.
Numerosas
corrientes filosóficas han atribuido a los sentidos una naturaleza falaz,
engañosa. Estas reflexiones ontológicas ayudan a comprender los trabajos de Gonçalves,
ya que la artista juega con la forma en la que se revelan sus piezas, con una
apariencia evocadora que se enfrenta al origen del que emergen: materiales que
acumulan experiencia, materiales impregnados de su memoria. El objeto sigue
acumulando experiencia en tanto que se le otorga, mediante una nueva e
impetuosa apariencia, la capacidad de ser percibido desde un nuevo primas.
La muestra avanza hacía un ámbito en el que se exponen:
Un cono de tablas se alza como un gran gramófono, proyectando hacia su interior un halo de luz que descubre los nudos caídos (anhelos de ramas que nunca lo fueron). A pesar de su apariencia, no emite sonido alguno. En la misma sala, un “Atrapa sonido” pende desde el techo, haciendo rozar una bola de cristal sobre un recipiente de cobre cubierto de agua. Del mismo modo un presagio de sonido sobrevuela la articulación de la obra sin llegar a consumarse (al menos en este lugar).
Para dilucidar el origen del sonido habría que subir a otro espacio como si del mito de la caverna de Platón se tratase, donde se encuentra la videocreación “Concierto”, El sonido de la rotación de unas lijas usadas es acompañado por la improvisación de un contrabajo. Una euritmia no sólo musical, sino estética, ya que se da una armonía formal y material entre elementos que interactúan en ella.
En el
último espacio, entre otros elementos, aparecen unas piezas cerámicas que
recuerdan a formas pétreas, más se aprecia su vacío. A pesar de la robustez que
se percibe por sus formas, muestran una fragilidad quebradiza a través de la
luz que llega a penetrar en su interior, mostrando una oquedad donde acaso, se
aloje el sonido. O el silencio.
En la exposición, se circundan las relaciones perceptivas entre las diferentes obras o dispositivos que la componen, predomina la presencia de instalación, siendo el espectador, inevitable y necesariamente, el vínculo principal entre estas. Dalila Gonçalves invita al espectador a ser sujeto.
Fuente:
DALILA GONÇALVES. No ouvido há labirintos e cristais/ En el oído hay
laberintos y cristales. Comisario/ texto/nota de prensa: Guillermo Amaya
Brenes. Galería Rafael Ortiz de Sevilla. Del 13 de enero al 13 de marzo 2021.
Documentación y fotografías: Rosalía Ortiz.
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