viernes, 26 de julio de 2013

La Belleza Encerrada: De Fra Angélico a Fortuny



Después de ver la exposición de Estampas japonesas. Pregunto a mis jóvenes acompañantes ¿Estáis cansados?...me contestan ¡no!... ¡seguimos en el Prado!,… bien, vamos a ver,  La belleza encerrada, de Fra Angélico a Fortuny ¿Queréis audio-guía? ¡Sí!, ¡pero primero coméntanos tú!… les describí lo que iban a ver y el divertido  montaje de la exposición.


Las obras expuestas se ordenan a lo largo de diecisiete salas, en las que se da prioridad a la cronología, a través de un intenso recorrido que comienza a finales del siglo XIV y principios del siglo XV en Italia, Francia y los Países Bajos y finaliza a finales del siglo XIX en España.

La exposición reúne 281 obras de las colecciones del Museo del Prado que tienen como denominador común su pequeña dimensión y unas características especiales de riqueza de técnica, preciosismo, refinamiento del color y detalles escondidos que invitan a la observación cercana de estas obras de gabinete, bocetos preparatorios, pequeños retratos, esculturas y relieves. La mitad de las obras expuestas no se han visto con regularidad en el Prado en los últimos años. Conservadas en los almacenes o depositadas en otras instituciones, han cedido el paso con humildad a otras más conocidas y populares que han brillado sin perder nunca su luz en la colección permanente. La singularidad del Museo reside en la elevada calidad de sus colecciones, en el sorprendente buen estado de conservación de sus obras y en la variedad de lo acumulado a lo largo de los siglos por los sucesivos monarcas y por las adquisiciones conseguidas por quienes tomaron el relevo del enriquecimiento artístico de la institución desde el siglo XIX.

El concentrado paseo por las 17 salas,  sin escapatoria nos aviva a los espectadores la conciencia del paso del tiempo, que une el pasado con el presente y descubre, además, la singularidad y riqueza del Museo del Prado actual.

La pintura de devoción da paso a los asuntos mitológicos, el paisaje aparece en el siglo XVI con personalidad propia, el  retrato está presente desde los inicios y, junto a la melancolía, una de las facetas propias del arte y de todo artista, aparece la sátira y la reflexión irónica sobre el ser humano […]

Los artistas demuestran en estas obras su imaginación creadora, también su dominio de la técnica (una de mis debilidades, que he disfrutado con esta muestra) y, como siempre, su capacidad de innovación, que les lleva a introducir materiales nuevos para lograr efectos distintos. A la madera inicial le sigue el lienzo, el cobre, la pizarra, la hojalata o las piedras artificiales. Como sucede con el mármol, el alabastro, la madera policromada, la arcilla y el bronce, que configuran el mensaje de la escultura.

Hay una guía de mano dedicada a la exposición, que te va introduciendo en cada una de las 17 salas y, explica someramente cada obra, muy didáctica con su número correlativo que sencillamente buscas.

Palas Atenea (Sala I) nos recibe en una reducción de mármol blanco del siglo II d.C. de la famosa estatua de Fidias, de 12 metros de altura, que presidía Atenas desde el interior del Partenón como diosa guerrera y patrona de la ciudad […]

Entre escondrijos, recovecos y zonas oscuras te puedes encontrar: Muchacha durmiendo, de Luis Paret, un óleo de solo 19 x 15 centímetros, adquirido el pasado año por el museo y nunca expuesto hasta ahora.  Están: Fra Angelico Patinir, Tiziano, Giorgione, Velázquez, El Greco (dos esculturas Epimeteo y Pandora de madera policromada, bellísimas) Durero, Murillo, Goya, El Bosco (La mesa de los pecados capitales)… La exposición está llena de pequeños detalles para descubrir, es  lúdica y didáctica.




Mis jóvenes acompañantes disfrutaron, se divirtieron y aprendieron un poco más, a ver el arte antiguo, de una forma más sencilla.

Está  hasta el 10 Noviembre de 2013. Museo Nacional del Prado. Madrid.

© Mariví Otero 2020

Bibliografía. Textos de: M. Mena y V. Albarrán “La Belleza encerrada: De Fra Angélico a Fortuny” 21 de Mayo - 10 Noviembre 2013. Guía de mano. Museo Nacional del Prado. Madrid. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario