A CaixaForum,
Madrid, la invaden un total de 279 obras de arte y objetos conviven y dialogan
en la exposición Objetos de deseo, Surrealismo y diseño, 1924-2020, que explora
la relación entre ambas disciplinas desde hace un siglo.
La
exposición, de carácter multidisciplinar y dividida en cuatro ámbitos
temáticos, se propone iluminar ese diálogo creativo fascinante y continuado.
Incluye pinturas, esculturas, objetos, carteles, revistas, libros y
fotografías, así como películas históricas (Un perro andaluz, de Luis Buñuel y
Salvador Dalí) y videos. Entre los artistas y diseñadores expuestos están Marcel
Duchamp, René Magritte, Shiro Kuramata, Ray Eames, Carlo Mollino, Gae Aulenti,
Claude Cahun, Achille Castiglioni, Man Ray, Giorgio de Chirico, Joan Miró, Le
Corbusier, Salvador Dalí, Roberto Matta, Isamu Noguchi, Meret Oppenhein.
Un
recorrido por la exposición. Primer ámbito: Sueño de modernidad.
Se centra en explorar el surrealismo desde la década de los años veinte hasta la década de los cincuenta. En un principio André Breton y sus compañeros aplicaron los principios surrealistas a la pintura, pero estos después estos se extendieron a los objetos en una tendencia que, manera general, se fue ampliando a los muebles y los interiores, hasta alcanzar la moda y el cine. Muchos diseñadores, críticos con el racionalismo, encontraron en el surrealismo la inspiración para incorporar las emociones humanas, las formas orgánicas y el mundo irracional a los objetos de uso cotidiano.
Los ready-mades
de Marcel Duchamp constituyeron una de las principales fuentes de
inspiración para artistas como Meret Oppenheim o Salvador Dalí, que
establecieron un tipo de escultura totalmente nuevo creando objetos absurdos a
partir de materiales y objetos encontrados. Las formas orgánicas creadas por Antonio
Gaudí en arquitectura y mobiliario, como su silla de la Casa Calvet,
también anticiparon estas prácticas.
La directora del Área de Exposiciones de la Fundación ”la
Caixa”, Isabel Salgado, y la directora de CaixaForum Madrid, Isabel P. Fuentes,
durante la presentación en CaixaForum Madrid de la exposición Objetos de deseo.
Surrealismo y diseño, 1924-2020.
El arquitecto Le Corbusier diseño el apartamento del coleccionista Carlos de Beistegui. La líneas rectas y puras proyectadas por el arquitecto funcionalista contrastaron con la decoración interior propuesta por el coleccionista, quien creó una atmosfera de collage surrealista con muebles exuberantes, tapizados brillantes y un conducto de ventilación en forma de periscopio. Dalí también incorpora elementos parecidos en su casa de Portlligat y, en los treinta diseña interiores aún más atrevidos, con objetos como el sofá con la forma de los labios de Mae West o el teléfono langosta. La importancia de los objetos en el universo surrealista se hizo evidente en las exposiciones de arte surrealista de los años treinta, muy bien documentadas fotográficamente en esta muestra. Son formas que también aparecen en los óleos surrealistas de Dalí.
Como
muchos de los surrealistas se ven obligados a emigrar a los Estados Unidos a
causa del nazismo y de la guerra, el estilo surrealista empieza a inspirar a
diseñadores del otro lado del Atlántico Art of this Century, de la mecenas
Peggy Guggenheim.
Llegamos
al segundo ámbito: Imagen y arquetipo
En
este ámbito, la exposición explora la manera en que los surrealistas analizan
los arquetipos de los objetos cotidianos y minan la importancia del significado
establecido de las cosas con la intención de instaurar el absurdo, la confusión
el azar. René Magritte, por ejemplo, encierra en una quesera de vidrio
un pequeño óleo con la representación de un trozo de queso. Muchos diseñadores
se sirven de estrategias similares, como Achille Castiglioni que realiza
diseños basados en ideas del arte parecidas a los ready-mades de Duchamp:
taburete con sillín de bicicleta o un sombrero que recuerda un molde para
tartas. La arquitecta Gae Aulenti hace referencia a la famosa Rueda de
bicicleta de 1913 de Duchamp cuando diseña una mesa que se puede
desplazar porque esta montada sobre ruedas de bicicleta.
Desde
los años sesenta, la producción de numerosos tipos de plásticos permitió
diseñar muebles con cualquier forma imaginable. El movimiento de diseño radical
italiano tiene proporciones absurdas formas fantasiosas, inspiradas directamente
en la obra de los surrealistas. Los artistas surrealistas no abandonan el
diseño, como Roberto Matta con la silla MAgriTTA (1970), un homenaje a
Magritte, o Man Ray con El testimonio (1971), presidido por un gran ojo
que hace referencia al papel del mueble como observador mudo de la vida
doméstica. Y diseños más contemporáneos han aportado también por la
descontextualización y alineación de lo aparentemente ordinario, como la
lámpara con forma de caballo, de 2006, de las diseñadoras Front.
Front, Horse Lamp [Lámpara caballo], 2006 © Vitra Design
Museum, foto: Andreas Sütterlin.
Tercer ámbito: Surrealismo y erotismo
Los
artistas y los diseñadores inspirados en este movimiento aportaron una alta
carga erótica a obras de arte y a diseños de interiores y de mobiliario. El collage
de Salvador Dalí La cara de Mae West (1934-1935), que se puede
usar como un apartamento surrealista, crea un interiorismo donde las partes
individuales reproducen la cara de la actriz.
Es en este tercer ámbito donde se dedica un apartado a las mujeres, que a diferencia de sus compañeros hombres, toman los motivos considerados propios del erotismo femenino -boca, pechos, cabellos y zapatos de tacón- para hacer una crítica a la opresión de la mujer y a los estereotipos de género. Lo hacen, por ejemplo, las subversivas fotografías de Lee Miller y de Dora Maar y los autorretratos andróginos de Claude Cahun En el diseño contemporáneo también encontramos ejemplos de esta denuncia, como el Cepillo de pelo (1999) de BLESS, en el cual el pelo hace inservible el objeto.
Studio65, Bocca, 1970 © Gufram/Studio65, foto: Jürgen HANS © Vitra Design Museum. La
moda no ha sido inmune al surrealismo. Artistas como Man Ray o Lee Miller fueron
fotógrafos de moda. Dalí y la diseñadora de moda Elsa Schiaparelli
colaboraron en diseños como Vestido esqueleto (1938) y el Vestido
langosta (1937), así como en su conocido Sombrero zapato (1937-1938). La
influencia del surrealismo en la moda no ha decaído y se hace evidente en las
piezas que Rei Kawakubo diseñó para la colección de otoño/invierno de
2007/2008 de la marca Comme des Garçons. Objetos de deseo. Surrealismo y diseño, 1924-2020, en
CaixaForum Madrid, explora la fructífera relación entre el surrealismo y el
diseño a lo largo de los últimos cien años. Contrapuesta a la fuerza erótica, la pulsión de muerte y violencia que tanto intereso a los surrealistas. La diseñadora Wieki Somers diseña una tetera de forma de cráneo de cerdo, un gesto que altera el confort de los objetos domésticos, como ya había hecho la artista Maret Oppenheim. Studio Wieki Somers, High Tea Pot [Tetera], 2003 © Vitra
Design Museum, foto: Andreas Sütterlin. Cuarto
ámbito: El pensamiento salvaje La
última parte de la exposición vemos que esta dedicada a lo que el etnólogo
Claude Lévi-Strauss denominaba “pensamiento salvaje” es decir, el interés por
lo arcaico, lo fortuito y lo irracional A este respecto, los surrealistas se
inspiraron a menudo en los objetos etnográficos del arte africano, de Oceanía y
de los nativos americanos, e incorporaron técnicas que pretendían abrir las
puertas del inconsciente y del azar, como hace Max Ernst con sus frottages
como las prácticas de escritura automática
y de asociaciones libres. Man Ray fotografía la cabeza de una
modelo junto a una máscara africana en una de sus imágenes más emblemáticas, Blanco
y negro (1926). En este apartado se ha incluido la pintura El león (1925),
de Joan Miró, que pertenece a la Colección “la Caixa”.
La
obra Diseños para un planeta superpoblado: los recolectores (2009), de Dunne
& Raby, reúne una serie de objetos inteligentes del siglo XXI para
un futuro distópico que incluyen un elemento irracional. Por otro lado, el
lenguaje visual típico del surrealismo se introduce directamente en disciplinas
como el videoclip. La cantante irlandesa Björkm incorpora motivos
pictóricos surrealistas en muchos de sus vídeos, como Hidden Place (2010), que
muestra una lagrima que recorre el rostro de la cantante como referencia directa
a la fotografía de Man Ray Lágrimas (1932). Es una prueba de
hasta qué punto ha penetrado en la conciencia colectiva el lenguaje visual del
surrealismo. © Mariví Otero. 2020 Manuel Otero Rodríguez Fuente:
Objetos de deseo. Surrealismo y diseño, 1924-2020. En CaixaForum Madrid. Del 12
de noviembre de 2020 al 21 de marzo de 2021. Producción y organización:
Fundación “la Caixa y Vitra Design Museum. Comisariado: Mateo Kries, director
del Vitra Design Museum, y Tanja Cunz, asistente del comisario. Patrocinada por
BOSS. Con apoyo de Art Mentor Fundation Lucerne. Dosier de Prensa de
CaixaForum Madrid. |
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