viernes, 4 de noviembre de 2022

FRANCESC TOSQUELLES. Como una máquina de coser en un campo de trigo.

Vista de la exposición. Frascesc Tosquelles. Como una máquina de coser en un campo de trigo.

En el Museo Reina Sofía nos hemos paseado por esta importante exposición que se centra en la figura de este revolucionario psiquiatra e intelectual catalán Francesc Tosquelles (Reus, 1912- 1994, Granjas-sur-Lot, Francia) promotor de la psicoterapia institucional y uno de los introductores del psicoanálisis en España. El legado de Tosquelles, que recibió gran reconocimiento en Francia -donde vivió y desarrollo su obra intelectual y terapéutica desde 1939 hasta su muerte en 1994- es prácticamente desconocido en España.  Este Museo es su lugar como doctor y sus relaciones con el arte.

Tras sus experiencias durante la República española y la Guerra Civil, se exilió en Francia, donde llegó a dirigir un centro experimental de cuidados en el Hospital Psiquiátrico de Saint-Alban, que se convirtió en lugar de acogida y refugio de resistentes y escritores franceses como Paul Eluard -perseguido por el nazismo- o Tristan Tzara, Entre 1952 y 1953, figuras tan relevantes como Frantz Fanon concluyeron su formación en psiquiatría junto a Tosquelles.

La exposición que el Museo Reina Sofía dedica a Tosquelles ocupa 11 salas de la tercera planta del edificio Sabatini y permite contemplar al visitante una amplia variedad de obras de arte de surrealistas como Dalí o Man Ray o de artistas como Joan Miró o Antonin Artaud; de impulsores del art Brut como Jean Dubuffet, Karel Appel. Henri Michaux, Léon Schwarz-Abrys o José García Tella; creaciones de pacientes como Marguerite Sirvins o Auguste Forestier; films y videos de Mario Ruspoli o Angela Melitopoulos; fotografías de Agustí Centelles, Alec Wainman o Jacques Matarasso, así como abundante material documental inédito procedente de instituciones psiquiátricas que puede verse por primera vez en un museo. Además, en diversas salas se proyectan breves extractos de una entrevista a Tosquelles realizada en 1986 conducida por Jean. Claude Polack y Danielle Sivadon y filmada por Fraçois Pain en la que se revela el carácter heterodoxo del psiquiatra catalán.

La exposición inicia el recorrido cronológico con una sala que nos sitúa a principio de los años 30 del siglo XX, Psicoanálisis y arte. La República acaba de instaurarse en España y muchos psiquiatras y psicoanalistas de la Europa que huían del antisemitismo se asentaron en una Barcelona convertida en una “pequeña Viena”. En ese contexto, del que dan testimonio unas fotografías de Agustí Centelles y Alec Wainman y los carteles políticos inéditos del Bloc Obrer i Camperol (BLOC) en el que militaba, Francesc Tosquelles recurrió al psicoanálisis y al marxismo para transformar los manicomios heredados del siglo XIX y curar unas instituciones que consideraba enfermas. Así, en 1932, Tosquelles hizo uso pionero de la tesis del psicoanalista Jacques Lacan en el Institut Pere Mata, un manicomio privado de la alta burguesía en Reus.

Si eran tiempos de vanguardia en los campos de lo político y de la psiquiatría, en el ámbito cultural surgían vanguardias como el surrealismo, deudor de la tesis de Lacan, que despatologizaba la paranoia y la convertía en mecanismo de construcción de toda personalidad y que fue retomada por artistas como Salvador Dalí. De él se muestra Homenaje a Lautreamont (1945), obra dedicada al poeta que inspiró también a otros surrealistas como Man Ray para defender el azar de la belleza y autor de una sentencia que Tosquelles parafraseó para resumir su propia experiencia y que sirve para dar título a la exposición “Bello como el encuentro fortuito de una máquina de coser con un paraguas sobre una mesa de dirección”.

Sin salir de esta sala podemos contemplar diverso material relacionado con el trabajo desarrollado por Tosquelles durante la Guerra Civil sentó las bases de la psicoterapia infantil y juvenil y cuando, en 1937, ejerció como director de la clínica de Almodóvar del Campo, en Ciudad Real, donde experimentó con un servició de urgencia cerca de la línea del frente a fin de no separar a los heridos de guerra de los lugares donde habían vivido el trauma.

En la siguiente sala se ubican otras obras de los artistas José Roa y Josep Ponti, republicanos que compartieron con Tosquelles el campo de refugiados de Septfonds, en su exilio a Francia en 1939 tras la Guerra Civil. Allí, el psiquiatra catalán organizó una unidad de psiquiatría con la ayuda de un único enfermero, un guitarrista y un pintor.

El núcleo central de la exposición ilustra la labor del psiquiatra catalán en el Hospital de Saint-Alban, donde Tosquelles trabajó entre 1940 y 1962 y cuya transformación ha servido de modelo para la psicoterapia institucional.

A través de una serie de fotografías de Jacques Tatarasso, se da cuenta de la estancia en el Hospital de artistas como Paul Eluard, quien en 1946 publicó Souvenirs de la maison des fous (Recuerdo de la casa de locos) una recopilación de poemas inspirados por su estancia en el asilo. El libro presenta los poemas junto a ilustraciones de Gérard Vulliamy. Asimismo, en 1945, el poeta y teórico dadaísta Tristan Tzara pasó dos meses en Saint-Alban. Durante su estancia, Tzara escribió el poema Parler seul (Hablar solo) que el editor Maeght publicó en 1950 acompañado de setenta y dos litografías de Joan Miró. Los versos se dirigen a mujeres enfermas, figuras femeninas estigmatizadas por alienación mental.


Pasamos a la sala siguiente Influencia del arte psicopatológico, se muestran obras emblemáticas del art brut realizadas por Auguste Forestier (1887-1958), uno de los pacientes del hospital cuyo arte llamó la atención de Jean Dubuffet. Éste acudió a la institución en 1945 con el fin de adquirir sus primeras obras de art brut siguiendo las indicaciones de sus colegas en París. Para él, Forestier sería una de las figuras centrales en su definición de este tipo de arte. Mientras que Dubuffet oponía el art brut al “arte cultural de los museos, las galerías, los salones”, y lo definía como un arte anticultural, Tosquelles, hizo de las prácticas culturales una herramienta para despertar el vínculo social de los enfermos.

Seguimos por esta sala y nos encontramos trabajos de Antonin Artaud; los dibujos de Benjamin Arneval poblados de bestias y monstruos, vacas caballos y serpientes, con los que el artista creaba inventarios visuales; o las creaciones de Marguerite Sirvins, que vivió en el hospital desde 1932 a 1957, y de quien Dubuffet coleccionó sus bordados y acuarelas. 

Otros artistas presentes en la exposición y considerados como representantes destacados del art brut son españoles Joaquín Vicens Gironella, Miguel Hernández Sánchez y José García Tella. No eran pacientes psiquiátricos, pero por su condición de exiliados republicanos en Francia se les asoció a cierta marginalidad: La de los derrotados políticos.

En el último espacio El delirio del fin del mundo. Este espacio se ocupa de artistas que expresaron los horrores y ansiedades de este periodo de entreguerras. En el caso de Gérard Vulliamy. El tono brueghelesco de su pintura titulada Le Cheval de Troie (1936-1937) mantiene su fuerza como una de las pinturas más importantes del surrealismo tardío. Los dibujos preparatorios y las obras de dimensiones más reducidas en torno al mismo tema describen un mundo apocalíptico, muy cercano en forma y textura a los cuadros que pintó Salvador Dalí en 1935, de quien se puede ver su estudio premonitorio de la Guerra Civil Española, Este conflicto y la Segunda Guerra Mundial confirmarían los peores presagios.

Tras la proyección de Déconnage (Desbarrar), un nuevo montaje realizado en 2012 por la videoartista Angela Melitopoulos de la entrevista -originalmente filmada por François Pain- en la que Tosquelles rememora su biografía, la exposición finaliza con una sala dedicada al trabajo que desarrolló Tosquelles durante los últimos años de la dictadura y el primer posfranquismo en su retorno a Cataluña.

En ella se muestra la colección de casetes que el personal del Institut Pere Mata y Francesc Tosquelles grabaron a lo largo de los últimos 30 años de su vida, así como los mapas conceptuales o cuadros de pared de Tosquelles conservados en la biblioteca del Hospital Universitario Pere Mata.

Tosquelles murió en 1994, su muerte coincidió con la desaparición de la psiquiatría como disciplina independiente y su asimilación como rama de la medicina.

Una muestra que todos deberíamos visitar aprendiendo lo que es la psiquiatría a través del arte y que desconocemos.

© Mariví Otero 2022
Manuel Otero Rodríguez

Fuente: “Francesc Tosquelles. Como una máquina de coser en un campo de trigo”. Museo Reina Sofía (Madrid) Edificio Sabatini, 3ª planta. Comisarios: Joana Masó y Carles Guerra. 28 de septiembre de 2022 al 27 de marzo de 2023. Documentación y fotografías: Gabinete de prensa del Museo.

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