Nuestra
segunda visita al Museo Reina Sofía al encuentro de esta exposición la hacemos
con los Amigos del Reina guiados por Esther Perruca.
Esperpento.
Arte popular y revolución estética. Un recorrido que explora sus
principales estrategias a través de una amplia selección de documentos, objetos
y obras artísticas de diversa índole. Concebido y desarrollado por Ramón
María del Valle-Inclán (Vilanova de Arousa, 1866- Santiago de Compostela, 1936)
en la década de 1920, el esperpento, más allá de ser un género literario.
Constituye un núcleo de pensamiento estético que propone una nueva perspectiva
para entender la realidad mediante la combinación de distanciamiento crítico y
deformación grotesca.
En la
muestra se puede ver un variado repertorio de documentos de archivo y objetos,
que incluyen procedimientos y formatos tradicionales que influyeron en la
creación formal del esperpento: el romance de ciego y las aleluyas, la prensa
satírica. El teatro de revista y la zarzuela, o los primeros dispositivos
precinematográficos.
Obras
de artistas españoles como Eugenio Lucas Velázquez, José Gutiérrez Solana,
María Blanchard, Antonio Fillol Granell, Alfonso Rodríguez Castelao, Laxeiro
(José Otero Abeledo), Miguel Prieto, Rosario de Velasco, e internacionales,
como Umberto Boccioni, José Clemente Orozco, André Masson o Casper Neher.
Caminamos
por la muestra a través de ocho secciones, con títulos que refieren a obras
clave de Valle-Inclán, que examinan los principales temas y estrategias del
esperpento y ofrecen un recorrido que atraviesa el universo cultural de la
España del primer tercio de siglo XX, desde la Galicia natal del autor a la
relación con los movimientos estéticos y políticos trasnacionales, poniendo de
relieve que el esperpento constituye una propuesta estética que ha sobrevivido
al tiempo y pensamiento de su creador.
Comienza
con tres secciones que articulan una genealogía del esperpento a través de la
transformación de las relaciones entre tecnología, visión y corporalidad
durante el cambio del siglo XIX al siglo XX. La primera, denominada Antes
del esperpento, parte de la tradición de lo goyesco y de las formas
populares de cultura visual en la época decimonónica.
La
segunda sección Visión de media noche, analiza las nuevas formas de
percepción de la realidad a principio del siglo XX.
En la
sociedad de la época también era común, en esta búsqueda de la realidad desde
otros puntos de vista no convencionales, el consumo de sustancias psicotrópicas
para alterar la percepción. El propio Valle-Inclán plasmaría esta distorsión,
propia del esperpento, en La pipa de Kif (1919), obra que ofrece una
perspectiva [cubista-futurista-estridente] próxima a la que las vanguardias
artísticas estaban ensayando desde poco antes.
En
esta sección se ha incluido entre las obras artísticas expuestas el tríptico
Estados mentales futurista de Umberto Boccioni. Un préstamo del MoMA de
Nueva York, que incluye tres pinturas realizadas en 1911: I. Los odioses,
II. Los que se van, y III. Los que se quedan.
Cierra
esta genealogía del esperpento la tercera sección Tablado de marionetas, donde
los materiales de escena de la época conectan la farsa valleinclanescas
recogidas en la obra Tablado de marionetas para educación de príncipes
(1926) con el fenómeno de la -retreatalizacion del teatro-, término
utilizado por el escritor Ramón Pérez de Ayala, y que define una tendencia en
la que se le da más importancia a la escenografía, a una interpretación en la
que se incorpora la gestualidad y a la introducción de elementos de vestuario
para modificar la figura humana.
Nos
encontramos con una reconstrucción hecha a escala real para esta exposición del
Teatro del Piccoli de Vittorio Podrecca, y donde se podrán ver marionetas
originales de década de 1940. Este espectáculo generaría interés al propio
Valle-Inclán, quien declaró en 1921:” Estoy haciendo algo nuevo, distinto a mis
obras anteriores. Ahora escribo para muñecos. Es algo que he creado y que yo título
“Esperpentos”. Este teatro no es representable para actores, sino para muñecos,
a la manera del Teatro del Piccoli en Italia”.
El
honor de don Friolera y Martes de Carnaval cuarta sección,
encontramos aquí fotografías de la guerra del Rif tomadas por Alfonso Sánchez García
y su hijo, Alfonso Sánchez Portela, junto a obras de corte caricaturesco como
las de Feliu Elías o Juan Gris, testimonio de la violencia política colonial de
España.
En
Los cuernos de don Friolera (1921), Valle Inclán enfocará la historia a
través del Romance del ciego y el bululú. En esta sección la figura de José Gutiérrez Solana es indispensable
para la formulación visual de lo popular y lo vanguardista, lo macabro y lo
jocoso.
Luces de bohemia, la quinta sección, toma nombre de la obra teatral
homónima de 1920. En la escena XII. Max Estrella, el protagonista, explica que
“los Héroes clásicos reflejados en espejos cóncavos dan el Esperpento. El
sentido trágico de la vida española solo puede darse con una estética
sistemáticamente deformada”.
En la noche de Madrid se cruzan dos mundos que se
contraponen: el de la bohemia, que representa el individualismo, y el
anarquismo, ideología que impulsó y un importante movimiento colectivista de
primeros de siglo XX en España. María Blanchard, Ricardo Baroja Nessi, José
Gutiérrez Solana o Joan María Codina fueron algunos de los artistas que
representaron la bohemia en imágenes. Mientras, las pinturas de Antonio Fillol
plasmaron el fenómeno anarquista.
Retablos: una narrativa profanadora. Estamos en la sexta sección, los retablos de
Valle-Inclán ponen el foco en la degradación de valores y vínculos que
permearon todos los estratos de la sociedad. Instintos, pecados y pasiones se
entrelazan en relatos polifónicos imbuidos de una mezcla de religiosidad y tradición
popular que subvierte la lógica del mundo ordinario.
Llegamos al final de la exposición. Tirano Banderas y Ruedo Ibérico: un prólogo
al “teatro de la violencia”.
Tirano Banderas, toma el nombre de la novela homónima escrita en
1926, después de su segundo viaje a Méjico, y en la que, a través de la
historia de un tirano, elabora una crítica tanto al imperialismo como a la
pervivencia de los regímenes despóticos, y que se representa en la pintura de
José Clemente Orozco, El
Tirano.
El Ruedo Ibérico, este es el final de la exposición, reflexiona
sobre el proyecto narrativo inconcluso de Valle-Inclán y resume una
interpretación trágica de la historia de España inmediatamente posterior a la
muerte del escritor: guerra civil, posguerra y dictadura. El ruedo ibérico es una alegoría taurina de la historia nacional.
El régimen franquista recuperó la tauromaquia como
fiesta nacional, celebrándose el 25 de junio de 1939, año de la victoria, una
corrida en la plaza de toros de Badajoz donde dos años antes se había
perpetrado una masacre, representada por Joaquín Martí-Bas en Fusilamientos en la plaza de toros de
Badajoz.
Comisarios de la muestra: Pablo Allepuz, Rafael
García, Germán Labrador, Beatriz Martínez-Hijazo, José A. Sánchez y Teresa
Velázquez.
Un siglo después de su concepción, el esperpento
sigue más vigente que nunca.
Mariví Otero
Manuel Otero Rodríguez
Fuente: Esperpento. Arte popular y revolución estética. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. 9 de octubre de 2024- 10 de marzo de 2025. Documentación y fotografía: Departamento de Prensa del Museo Nacional Reina Sofía.