martes, 29 de octubre de 2024

SOLEDAD SEVILLA. Ritmos, tramas, variables

 

En Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, nos paseamos por la gran exposición retrospectiva de la artista SOLEDAD SEVILLA (Valencia, 1944), reúne más de un centenar de obras que recorren toda la trayectoria de la artista. Abarca desde sus comienzos a finales de los años 60, ligados al Centro de Cálculo de Universidad Complutense de Madrid, hasta la actualidad con una serie de trabajos muy recientes, algunos de ellos realizados específicamente para esta muestra, relacionados con sus orígenes y su admiración por su referente Eusebio Sempere.

A lo largo de sus 60 años de carrera desarrolla un lenguaje basado en la pureza de la línea y el color y en la construcción de formas a partir de módulos geométricos. La trama, la línea, los ritmos y las variaciones son elementos constantes en todas sus etapas, conforman el cuadro que, según ella misma dice, siempre está pintando: “Es una teoría que compartimos muchos artistas, que estamos pintando siempre el mismo cuadro, y aunque podría parecer que son diferentes etapas unas y otras, es una unidad que se repite” Junto con el gran formato, que desarrolla a partir de los años 70, la expresión de las emociones a través de la luz y la oscuridad son también señas de identidad del trabajo de esta artista PREMIO VELÁZQUE en 2020.

El recorrido por la exposición es cronológico y circular, a través de 10 salas del edificio Nouvel, comenzando con sus primeras obras geométricas de finales de los años 60 y terminando con sus últimas creaciones de 2023 y 2024 en las que retorna a sus orígenes. Según la comisaria de la muestra, Isabel Tejada, la exposición se aborda como un relato circular: “He intentado generar un relato que atravesara todas las piezas, conectando las últimas con la primera, el módulo, la línea, geometría de Soledad Sevilla que yo considero no fría sino emocional, Porque se trata de una artista que busca crear un vínculo emocional con la obra como el propio Sempere, Yturralde, Agnes Martin o Rothko”.

La primera etapa es Mondrian (1973), donde juega con la geometría del color para conseguir una imagen tridimensional una ilusión especial. Sobre esta base desarrolla una nueva concepción basada en el color y en la búsqueda de la profundidad, una pintura que vibra y que plasma en grandes telas sin título, con superposición de módulos pentagonales o hexagonales que podemos ver en la segunda sala. También una serie de obras blancas y ligeras de 1978 y 79.

El carácter instalativo de estas dos series, que podemos ver en las salas tres y cuatro, se aprecia la disposición de las obras de Las Meninas se exponen en ocho pinturas muy juntas que dialogan entre sí, envuelven al espectador y le hacen participe de la atmósfera que crea a través de la línea. Las doce obras de la Alhambra están montadas en pareja, ambas con una misma imagen, una con luz nocturna y otra diurna, con títulos poéticos sacados de los poemas nazaríes inscrito en las yeserías de la Alhambra.



 Conectando la tercera y cuarta sala, en la sala quinta, se documenta algunas de las intervenciones históricas de Soledad Sevilla: Lecha y sangre (1986), un montaje de claveles rojos en hileras paralelas que recorren el espacio y que construye el origen de sus instalaciones de hilo. Y la instalación Mayo 1904-1992 (1992), que se realizó en el castillo de Vélez Blanco (Almería) recreando su claustro renacentista, actualmente en le Metropolitan Museum de Nueva York, mediante una proyección de luces que se encendían al atardecer y se desvanecían al alba.

En la sesta sala la serie Insomnios (2002-2003), cuatro obras de gran formato, de hasta 8 metros, que destacan por su longitudinalidad y semejanza con las tapias cubiertas de vegetación, donde conjuga el blanco y el negro con matices rojos y negros.

En contraste con la oscuridad de Insomnios, pasamos a la sala siete donde nos encontramos un conjunto de pinturas luminosas de los años 90 que exploran también el motivo de las vegetaciones colgantes sobre muros, donde aplica Soledad Sevilla otra nueva pincelada, como una hoja diminuta. La luz del día se refleja en la naturaleza cobrando protagonismo en obras como Díptico de Valencia (1996).


Pasamos a la sala ocho, continuamos con este acercamiento a la naturaleza y llegamos a la primera instalación física que podemos ver en la exposición. Es El tiempo vuela (1998). Consiste en 1.500 mariposas azules de papel, posadas en las paredes de la sala y montadas sobre un mecanismo de reloj que hacen que giren segundo a segundo, genera un ambiente sonoro de movimiento que evoca el pasado del tiempo. La instalación debe su título a un poema de Antonio Machado evocando el fragmento: “Y es hoy aquel mañana de ayer”.

Fotografía de la exposición: SOLEDAD SEVILLA. "El tiempo vuela" (1998)

En la sala nueve Secaderos de tabaco de la Vega de Granada. En esta serie de pinturas, rescata de su memoria los secaderos de tabaco, o los plásticos de los invernaderos cuyos movimientos, velando la realidad, reproduce. A través del color y la luz filtrándose, trabaja en estas obras la trama del plástico, lo efímero y las huellas del transcurso del tiempo.

También encontramos en esta sala, saliendo de la pared, una de las pocas incursiones que hace en el mundo de la escultura, una reproducción de los secaderos de tabaco en neopreno, papel y metal.

Fotografía de la exposición: SOLEDAD SEVILLA. "Secaderos de tabaco de la Vega de Granada" 

Llegamos a la sala diez donde está la Soledad Sevilla más actual, sus series más recientes, de 2022 a 2024: doce bocetos de Horizontes, dos Horizontes Blancos, y las ocho obras de Esperando a Sempere, que la artista ha creado para esta retrospectiva, y que suponen un reencuentro con sus orígenes y algunos de sus primeros referentes. Como Eusebio Sempere, del que se puede ver un pequeño gouache propiedad de la artista que fue la inspiración y el génesis de estos últimos trabajos.

Fotografía de la exposición: SOLEDAD SEVILLA. "Serie esperando a Sempere" 

Finalizamos la espléndida retrospectiva con la instalación “Donde estaba la línea” creada por Soledad Sevilla, entre los edificios de Sabatini y Nouvel. A través de 160 hilos paralelos de algodón, crea una trama traslúcida donde juega con la luz que entra por las ventanas y la arquitectura de la sala, haciendo surgir un nuevo espacio.

Mariví Otero

Manuel Otero Rodríguez

Fuente: Soledad Sevilla. Ritmos, tramas, variables. Comisaria: Isabel Tejeda. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. 25 de septiembre 2024- 10 de marzo de 2025. Documentación y fotografías: Gabinete de prensa Museo Reina Sofía.

TABITA REZAIRE. Nebulosa de la calabaza

Tabita Rezaire x Yussef Agbo-Ola. OMI: Yemoja Temple, 2024. Vista de la instalación, exposición “Libaciones Omi” en Schering Stiftung, Berlín. Foto: Jens Ziehe

El Museo Thyssen-Bornemisza y la Fundación TBA21 Thyssen-Bornemisza Art Contemporarary han presentado la exposición que hemos visitado Nebulosas de la calabaza, la primera exposición individual de la artista TABITA REZAIRE(París,1989), en España. Se trata de una muestra inmersiva, comisariada por Chus Martínez. Que reúne tres instalaciones realizadas en 2024: Omo Elu, Ses/ astres y OMI: Yemoja Temple, la primera, por encargo de la Bienal de lagos (Nigeria) y las siguientes, coproducidas por TBA21 junto a la Fondation Louis Vuitton (París) y Secherling Stiftung (Berlín). Dos de ellas, además, están dedicadas a la orisha Yemoja, el espíritu principal de la religión africana yoruba, que es considerada madre de los ríos y océanos, símbolo del origen y perpetuidad de la vida. 

Vista de la exposición: Nebulosa de la calabaza.

Tabita Rezaire, es una artista afrociberfeminista y multidisciplinar, una activista que explora las intersecciones entre tecnología, arte, espiritualidad, descolonización y sanación. De origen francés y residente en la Guayana Francesa, utiliza el vídeo, la construcción de espacios inmersivos y la performance para desafiar narrativas y promover un entendimiento holístico del mundo, en el que las realidades están interconectadas. Su trabajo recupera conocimientos y prácticas ancestrales y fusiona saberes indígenas, africanos y no occidentales con tecnologías digitales para explorar cómo las practicas espirituales y de sanación sirven como herramientas para la resistencia, la emancipación y la reconstrucción de identidades y comunidades. “Soy una buscadora de lo divino tanto dentro de mí como a mi alrededor, e intento encontrar un sentido al gran misterio de la vida; exprimir la experiencia para encontrar la conexión entre mi canción interior y la canción de la creación”, explica Tabita Rezaire.

Tabita Rezaire. Retrato, 2023. Foto: Yussef-Agbo (Olaniyi Studio)

Nebulosa de la calabaza

La primera pieza e la instalación circular OMO ELU, encargada por la Bienal de Lagos (2024) Nigeria, y presentada por cortesía de Tabita Rezaire y Goodman Gallery. Se compone de seis textiles que muestran las diferentes encarnaciones de la orisha Yemoja: como madre, agua creadora, sanadora, gobernante y bailarina. Las telas están teñidas con índigo, mostrando el compromiso de la artista con los métodos tradicionales de tintados empleados en Nigeria. Este pigmento tiene un profundo significado, ya que no solo sirve para teñir tejidos y decorar objetos, sino también para realizar adornos corporales o prácticas curativas rituales. Con esta pieza. Rezaire tiende un puente entre el patrimonio cultural y la práctica artística contemporánea, reinterpretando lo sagrado desde una óptica moderna.

Vista de la exposición: Nebulosa de la calabaza.

La obra central de la exposición, y que se exhibe por primera vez, es DES/astres, un encargo de TBA21 y Fondation Louis Vuitton, que ha contado con el apoyo del Ministerio francés de Cultura, Juventud y Deporte. La sorprendente arquitectura de la instalación, de madera circular y techo de hoja de palma, evoca un carbet, el espacio tradicional de reunión, celebración e intercambio de la Guayana Francesa. En su techo, a modo de cielo digital, se proyecta un video circular que crea una experiencia inmersiva similar a la de un planetario y que los visitantes pueden ver tumbados en hamacas tradicionales amerindias, cosidas a mano en algodón. Dividida en cuatro secciones (bosque, agua, piedra y cielo).

Se trata de una instalación que entrelaza la investigación científica con las tradiciones sagradas y suscita un examen contemplativo de las percepciones históricas y contemporáneas del cosmos.

Vista de la exposición: Nebulosa de la calabaza.


Tabita Rezaire. Des/astres, 2024. Fotograma de la videoinstalación. Cortesía de Tabita Rezaire y Goodman Gallery.

La muestra finaliza con OME: Yemoja Temple, una instalación sensorial dedicada a la orisha Yemoja, coproducida por TBA21 y Schering Stiftung, Berlín, donde la obra se presentó en el marco de la exposición Omi Libations (de abril a julio de 2024). Rezaire explora la relación entre biología y espiritualidad con el agua como motivo principal, invitando a los visitantes a conectar con un entrono habitado por seres físicos y espirituales. La pieza es el resultado de un viaje de investigación a Tanzania realizado por la artista junto al arquitecto Yussef Agbo-Ola y los biólogos Alex Jordan y Anja Wagner, del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal, con el objeto de estudiar la flora y fauna de los arrecifes de coral y el ecosistema del lago Tanganica. Esta convergencia de biología, ecología, espiritualidad y arquitectura les ha permitido plantear nuevas perspectivas sobre las dimensiones adecuadas y el origen de la vida.

Tabita Rezaire x Yussef Agbo-Ola. OMI: Yemoja Temple, 2024. Vista de la instalación, exposición “Libaciones Omi” en Schering Stiftung, Berlín. Foto: Jens Ziehe

“Mi trabajo en general, y esta obra en particular, gira en torno al ciclo infinito y circular de la vida” explica la artista.

Vista de la exposición: Nebulosa de la calabaza.

Mariví Otero

Manuel Otero Rodríguez

Fuente: Tabita Rezaire. Nebulosa de la Calabaza. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y la Fundación TBA21 Thyssen-Bornemisza Art Contemporary. Del 8 de octubre 2024 al 12 de enero 2025. Documentación y fotografías: Prensa Museo.

HENRI CARTIER-BRESSON. Watch! Watch! Watch!


Sevilla, España, 1933. Copia de plata en gelatina. © Fondation Henri Cartier-Bresson / Magnum Photos 

En KBr Fundación MAPFRE, Barcelona, visitamos la exposición: "Henri Cartier-Bresson. Watch! Watch! Watch!” Comisario: Ulrich Pohlmann.

El fotógrafo Henri Cartier-Bresson (Chanteliup- en Brie, 1908- 2004, Motjustin), testigo clave de la historia del siglo XX, fue conocido como "ojo del siglo". Observador paciente y silencioso, pero al mismo tiempo ágil y expeditivo, el artista captaba escenas de personas y de acontecimientos con su cámara Leica compacta de 35 mm. Con obra diversa y variada, la exposición que visitamos en la Fundación MAPFRE recorre toda su trayectoria; desde sus inicios, influido por el surrealismo y la Nueva Visión, pasado por el fotorreportaje, donde destacan algunos de sus trabajos menos conocidos de la década 1960 hasta su estilo intimista de sus últimos años. De esta manera, se desgrana el trabajo de Cartier-Bresson mucho más allá del concepto de "instante decisivo" que le hizo famoso.

Henri Matisse en su casa, Vence, Francia,. 1944. Copia de plata en gelatina. © Fondation Henri Cartier-Bresson / Magnum Photos 

Cartier-Bresson y España: Viajero infatigable, Cartier-Bresson cruzó en dos ocasiones la frontera con España en 1933. La primera vez en primavera, y la segunda en otoño, enviado por la revista parisina Vu para fotografiar las elecciones del País. En noviembre y diciembre de este mismo año, el Ateneo de Madrid celebró su primera exposición individual en España. En aquel período e influido por el surrealismo y la Nueva Visión, el artista realiza algunas de sus fotografías más célebres, tanto en Sevilla como en Valencia, por citar solo algunos ejemplos. En 1936 Cartier-Bresson también se involucró en la Guerra Civil española, en 1938 rodó en Madrid y sus alrededores la película "Victoria de la vida", que documentaba la atención médica que los soldados republicanos recibían en los hospitales. La película sirvió de apoyó en la Segunda República española en la guerra contra las tropas franquistas en 1938 y fue alabada por los medios franceses de izquierdas. Esta es una de las diez secciones del recorrido de la exposición.

Valencia, España, 1933. Copia de plata en gelatina. © Fondation Henri Cartier-Bresson / Magnum Photos 

La muestra está producida por la Fundación MAPFRE y el Bucerius Kunstforum de Hamburgo, con la colaboración de la Fondation Henri Cartier-Bresson de París.

Valencia, España, 1933. Copia de plata en gelatina. © Fondation Henri Cartier-Bresson / Magnum Photos 

Se puede visitar hasta el 26 de enero de 2025. Documentación y fotografías: Comunicación Fundación MAPFRE.

© Mariví Otero 2024

Manuel Otero Rodríguez

PETER HALLEY en España

 

Peter Halley   303, 1991 Acrílico, acrílico fluorescente y Roll‐a‐Tex sobre lienzo, 225 × 233 cm. Colección particular. Cortesía López de la Serna CAC‐Centro de Arte Contemporáneo, Madrid

PETER HALLEY EN ESPAÑA, visitamos esta muestra en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza dentro de su programa de exposiciones en torno a la colección de Blanca y Borja Thyssen-Bornemisza. Comisariada por: Guillermo Solana.

Peter Halley (Nueva York, 1953), sus composiciones recuerdan circuitos integrados y diagramas de flujo, Peter Halley anticipada la sociedad de la era digital, marcada al mismo tiempo por el aislamiento sistemático y la interconexión total. Además, con su recurso a una paleta de colores fluorescentes (Day-glo) que evoca la energía de las pantallas electrónicas, Halley se ha distinguido como uno de los coloristas más audaces y experimentales de nuestro tiempo. Peter Halley comenzó como un artista independiente radical y ha trabajado hasta hoy sin el soporte de una megagalería, colaborando en cada país con galeristas con los que tiene una larga relación de confianza.

Peter Halley El giro, 2008 (The Turning) Acrílico, acrílicos fluorescente y nacarado y Roll‐a‐Tex sobre lienzo, 305 × 406 cm. Colección particular. Cortesía López de la Serna CAC‐Centro de Arte Contemporáneo, Madrid

La exposición destaca la excepcional acogida que su obra ha disfrutado en España desde hace casi cuarenta años, donde expuso por primera vez en 1986, participando en "El arte y su doble: una perspectiva de Nueva York", una colectiva que mostró el panorama de la escena neoyorquina de entonces en la Fundación Caja de Pensiones de Madrid. En 1992, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía presentó una retrospectiva que había podido verse en otros museos europeos de Burdeos (APCMusée d'Art Contemporain), Pully/Lausana (FAE Musée d'Art Contemporain), y, posteriormente, en Ámsterdam (Stedelijk Museum). Fue entonces cuando empezó a exponer también en galerías españolas, como Galería Senda en Barcelona y, unos años más tarde, con Javier López en Madrid.

La muestra por la que transitamos nos presenta veinte obras de gran formato que abarcan toda su trayectoria, desde 1985 hasta 2024, podemos observar su evolución a lo largo del tiempo. "Cárcel" (1985) o "Comercio de pieles" (1994) presentan composiciones sencillas que tienden a lo monocromo, cercanas al minimalismo.

Peter Halley Cárcel, 1985 (Prison) Acrílico fluorescente, Flashe y Roll‐a‐Tex sobre lienzo, 163 × 163 cm. Colección particular. Cortesía López de la Serna CAC‐Centro de Arte Contemporáneo, Madrid

Más adelante, Halley continúa profundizando en las ideas que estaban detrás de sus primeros trabajos geométricos, aunque con colores más luminosos, más claros, o multiplicando las formas, como en "Mágico a medias" (2018), "Clemencia" (2019) o "La nota alta" (2020), donde presenta tres celdas en lugar de una sola.

Peter Halley   Mágico a medias, 2018 (Half Magic) Acrílico, acrílico fluorescente y Roll‐a‐Tex sobre lienzo, 204 × 178 cm. Colección Angelo y María Fernanda Mazzarella

La selección de las veinte pinturas, pertenecientes a colecciones españolas, tanto privadas como públicas, ha sido realizada por el propio artista, que también ha diseñado el plan de instalación

Peter Halley   Condición, 2001 (Condition) Acrílico, acrílicos metalizado y nacarado y Roll‐a‐Tex sobre lienzo, 185 x 183 cm. Colección privada, Santiago de Compostela

Se puede visitar hasta el 19 de enero 2025. Documentación y fotografías: Oficina de Prensa del Museo.

© Mariví Otero 2024

Manuel Otero Rodríguez

JUAN LECUONA. Obra reciente

 

Sin título, óleo sobre papel morouflé sobre tela, 130 x 100 cm, 2024

En la Galería Jorge Mara- La Ruche, Buenos Aires. Hoy se ha inaugurado la exposición del artista JUAN LECUONA (Buenos Aires, 1956), obra reciente.

Seguimos la exposición guiados por Pablo Gianera comisario de la misma:

La rigurosa geometría de las pinturas de Juan Lecuona depara una firmeza aparente: estas formas -bloques de presuntas edificaciones urbanas- son como las formas al despertar: se está seguro, pero la propia intensidad de lo soñado vuelve neblinoso el recorte nítido de la figura. De dos maneras logra el artista la ensoñación morfológica, que ya habíamos visto en trabajos anteriores, pero que ahora alcanza con estos la ponderación imposible de materia e ingravidez.


Sin título, óleo sobre papel morouflé sobre tela, 130 x 100 cm, 2024

La contemplación secuenciada de una serie (la de los azules, por ejemplo) organiza otra acción dramática, pero esa acción no recusa la acción propia de cada pintura, que es un drama cerrado como una mónada. Entonces despunta aquí la segunda de sus maneras. Las mónadas no tienen según Leibniz ventanas; Los cuadros de Lecuona -cada uno una mónada- tampoco: nada exterior llega a ellos. Habló Lecuona alguna vez de la "Luz peculiar" que parece venir desde adentro de sus pinturas. Los paisajes de Lecuona - inciertos como lo entrevisto, obsesivos como lo que se escapa de quien quiere verlo- tienen una luz enteramente suya, una irradiación que el artista parece organizar ocultándonos que es él mismo el responsable de lo irradiado.

Sin título, óleo sobre papel morouflé sobre tela, 130 x 100 cm, 2024

También Lecuona tiene sus ventanas, en San Pablo, en Buenos Aires. El artista no pinta ventanas, no pinta tampoco lo visto a través de una ventana: Hace de la pintura ventana en la que vemos y en la que tal vez nos vean. De ahí proviene esa veladura incansable de sus cuadros, la veladura de la luz.


Sin título, óleo sobre papel morouflé sobre tela, 130 x 100 cm, 2024

Se puede visitar has el 29 de noviembre 2024. Documentación y fotografía, prensa de la Galería Jorge Mara.

© Mariví Otero 2024

Manuel Otero Rodríguez

viernes, 18 de octubre de 2024

Before. von Elbe & Baez

 

R.O. Proyectos. Before. von Elbe & Baez.

En R.O. PROYECTOS (Madrid) “Before. von Elbe & Baez” espléndida exposición de dos artistas hermanados por la destreza técnica, la evocación romana y el vínculo matrimonial de ambos artistas, se complementa con varias esculturas, realizadas en bronce por Dorothea von Elbe, y sobre madera por José María Baez. Procedencias dispares pero coincidentes en su aspiración de despertar nuestras emociones.

R.O. Proyectos. Before. von Elbe & Baez.

Nuestro recorrido lo comenzamos de la mano de Dorothea von Elbe, ante unos veinticinco pequeños dibujos, piensas son ¡pequeños grabados! y Dorothea nos aclara que son sí dibujos, que utilizó guache sobre cartulina Strathmore. La textura de la cartulina permite la absorción del guache al ser aplicado con pincel, y ofrecer un acabado final de gran refinamiento todos copiados del natural. Estos delicados dibujos tienen su historia, son un encargo de su tío Joachim von Elbe, publicó el libro Roman Germany (Verlag Philipp von Zaberin, Mainz) en 1975 y le encargó estas ilustraciones. Estos dibujos fueron reproducidos en las diversas ediciones que tuvo el libro, los originales quedaron guardados en el estudio de la artista hasta hora, es la primera vez que se exponen. Esperamos que encuentren un lugar para ser visitados.

R.O. Proyectos. Dorothea von Elbe

Continuamos la muestra con José María Baez, frente a sus obras nos comenta que dejó en 2012 de utilizar el alfabeto de connotación romana (aunque tamizado por el ojo renacentista de Cresci), pero aquí recuperamos algunos ejemplos de sus trabajos finales con textos, en los que el óleo alcanzaba un diferente sesgo tras la aplicación de una densa capa de barniz industrial, ¡se lo preguntamos! Hay otra obra expuesta, además, el óleo reposa encima de una lámina de pan de plata.

R.O. Proyectos. José María Baez

Un conjunto variopinto de Dorothea von Elbe y José María Baez, unidos por sus creaciones.

Margarita de Lucas, Dorothea von Elbe, José María Baez y Mariví Otero.

Fuente: Before. Von Elbe & Baez. R.O. Proyectos. C/ Huertas, 61, bajo izq. Madrid. info@galeriarafaelortiz.com Documentación y fotografías: prensa galería Rosalía Ortiz.

© Mariví Otero 2024

Manuel Otero Rodríguez

Paul Durand-Ruel y los últimos destellos del impresionismo

 

Pierre-Auguste Renoir. Paul Durand-Ruel, 1910. Óleo sobre lienzo. 65 x 54 cm. Colección particular. Photo Archives Durand-Ruel © Durand-Ruel & Cie.

En la Fundación MAPFRE (Madrid) pasamos a visitar esta muestra, comisariada por: Claire Durand-Ruel Snollaerts.

Paul Durand-Ruel (París, 1831-1922), galerista, coleccionista y uno de los marchantes más relevantes de la escena cultural francesa, conocido por defender, desde sus inicios, a sus protagonistas, apostó decididamente durante los últimos años de su vida por cinco jóvenes pintores postimpresionistas: Henry Moret, Maxime Maufra, Gustave Loiseau, Georges d’Espagnat y Albert André.  

Paul Durand-Ruel y los últimos destellos del impresionismo

Visionario y audaz, Durand-Ruel creó métodos de trabajo muy innovadores en su momento. El marchante obtenía la exclusiva sobre el trabajo de los artistas, compraba en bloque su producción, mensualizaba sus ingresos, y les brindaba su apoyo en las subastas mediante la organización de exposiciones individuales y colectivas en sus galerías de París y Nueva York, y en otras sedes europeas y norteamericanas.

Albert André. La Tonnelle [El cenador], c. 1926. Óleo sobre lienzo. 110 x 160 cm. Musée d’Orsay, París. Donación del conde Jean d’Alayer, 1954. Photo © GrandPalaisRmn (musée d'Orsay) / Franck Raux. © Albert André, VEGAP, Madrid, 2024

Durand-Ruel tardó muy poco en entender los mecanismos del mercado y la importancia de las relaciones personales con los artistas, que alimentaba con visitas a sus estudios. En su trato con la generación de los postimpresionistas, el marchante siguió los mismos métodos que había establecido con las dos anteriores, basados siempre en la confianza mutua. Así no mediaba contrato escrito entre ambas partes. Durand-Ruel facilitaba la vida cotidiana de los creadores a través de una cuenta corriente que les permitía pagar las facturas varias: Compras de material, pago de alquileres y desplazamientos y cargos de todo tipo. Tras su fallecimiento en 1922, las siguientes generaciones de la familia mantuvieron este compromiso hasta el cierre de la última de sus galerías, la de París en 1974.

Paul Durand-Ruel y los últimos destellos del impresionismo

En este apartado de la muestra, además de presentar la relación profesional del marchante con los cinco artistas, se evocan sus relaciones personales a través de la creación de la atmósfera de un salón de finales del siglo XIX presidido por el retrato que Renoir hizo de Durand-Ruel y las puertas que Georges d’Espagnat decoró el salón de su hijo Joseph.

Georges d’Espagnat. Paneles de las puertas del salón de Joseph Durand-Ruel, 1900. Óleo sobre lienzo
[A/1] 43 x 144,50 cm
[B/1] 25 x 48 cm ¿c/u? // 60 x 47 cm
[C/1] 155 x 49 cm ¿c/u?
[D/1] XXXXXXXXXXXXX
Photo Archives Durand-Ruel © Durand-Ruel & Cie.. © Georges D' Espagnat, VEGAP, Madrid, 2024

Herederos del impresionismo. Estos artistas trabajaron en un contexto efervescente en el que distintas tendencias innovadoras se abrían paso, convivían y dialogaban entre sí. La riqueza de este clima artístico tuvo sin duda un afecto liberador en todos ellos. Algunos fueron muy afines al impresionismo y al estilo del círculo del Pont-Aven, como es el caso de los paisajistas y marinistas Moret, Maufra y Loiseau; mientras que D’Espagnat y André privilegiaron las escenas de género, los retratos y la pintura decorativa cercana a los nabis.

Maxime Maufra. Le Bateau à la côte, Morgat [El barco en la costa, Morgat], 1902. Óleo sobre lienzo, 81,5 x 100 cm. Musée d’Art Moderne André Malraux-MuMa, Le Havre. © MuMa Le Havre / Florian Kleinefenn

El término -postimpresionismo- fue acuñado por el artista y crítico de británico Roger Fry en 1910 para referirse a las reacciones contrarias al impresionismo que surgieron a partir de la década de 1880 y perduraron hasta la eclosión de las vanguardias. Si bien el término no definía a un grupo como tal, pues reunía a artistas muy heterogéneos, todos ellos practicaban una pintura pura, sincera y expresiva que buscaba la reacción emotiva del espectador y en la que no es infrecuente la influencia de la mística, la filosofía y la religión, Así en el postimpresionismo tuvieron cabida desde las experimentaciones de Seurat y Signac, el brillante colorido de Vincent van Gogh, el deseo de Cézanne de convertirse “en un pintor de museos”, la búsqueda de la pureza de Paul Gauguin en Pont-Aven y las posteriores investigaciones sintetistas de éste, Émile Bernard y Paul Sérusier, que desembarcaron en la creación del grupo nabi -profetas de arte nuevo-, hasta el simbolismo de Puvis de Chavannes, entre otros. Las investigaciones de Henry Moret, Maxime Maufra, Gustave Loiseau, Georges d’Espagnet y Albert André también se vinculan al postimpresionismo.

Gustave Loiseau. Tréboul, baie de Douarnenez [Tréboul, bahía de Douarnenez], 1913. Óleo sobre lienzo. 54 x 65 cm. Colección particular. Photo Archives Durand-Ruel © Durand-Ruel & Cie.

Nos hemos paseado entre más de sesenta piezas que recorren la obra de cada uno de los artistas presentes en la muestra, cuenta con la sección que introduce a la figura de Paul Durand-Ruel y arroja luz sobre sus relaciones profesionales y personales con los cinco artistas protagonistas.

Henry Moret. Pêcheurs de crevettes, Larmor-Plage [Pescadores de gambas, Larmor-Plage], 1889. Óleo sobre lienzo. 61 x 103 cm. Colección particular. Photo Archives Durand-Ruel © Durand-Ruel & Cie.

Mariví Otero

Manuel Otero Rodríguez

Fuente: “Paul Durand-Ruel y los últimos destellos del impresionismo”. Fundación MAPFRE (Madrid). Del 19 de septiembre 2024 al 5 de enero 2025. Documentación y fotografías: Comunicación Fundación Mapfre, Cristina Bisbal Delgado.

WEEGEE. Autopsia del espectáculo

 

Gentío en Coney Island por la tarde, 21 de julio de 1940. Copia a las sales de plata en gelatina. © International Center of Photography. Courtesy Galerie Berinson, Berlin.

En la Fundación MAPFRE Cultura visitamos la exposición de "WEEGEE. Autopsia del espectáculo". Figura imprescindible en la fotografía estadounidense de la primera mitad del siglo XX, Arthur H. Felllig, conocido bajo el seudónimo de Weegee (Zólochiv (hoy, en el oeste de Ucrania), 1899- Nueva York, 1966), fue un artista muy popular por las fotografías de sucesos que realizó en el Nueva York de las décadas de 1930 y 1940. A través de esta exposición hemos podido conocer una parte de su trayectoria menos conocida, la que desarrolló entre los años 1948 y 1951 en Hollywood, donde se centró en la sociedad del espectáculo.

Autorretrato con una cámara Speed Graphic, 13 de octubre de 1950. Copia a las sales de plata en gelatina. © International Center of Photography. Collection Friedsam

La exposición, comisariada por Clément Chéroux, director de la Fondation Henri Cartier-Bresson, cuenta con más de cien fotografías y con variado material documental. El recorrido nos ofrece una nueva perspectiva sobre el trabajo de Weegee, se desarrolla a lo largo de tres secciones y ofrece un amplio panorama de su obra.

Accidente un día festivo en el Bronx, 30 de agosto de 1941. Copia a las sales de plata en gelatina. © International Center of Photography. 

Weegee durante sus primeros años realizó fotografías de sucesos escabroso y violentos, en muchos casos lo hizo con una gran ironía y mostrando cuánto de -espectáculo- tenían esos eventos. Sus imágenes se producían en los periódicos y con frecuencia Weegee introducía espectadores u otros fotógrafos tanto en primer plano como al fondo de sus composiciones. Individuos que se quedaban mirando un atropello o un asesinato.

Anthony Esposito, fichado como sospechoso de haber asesinado a un policía, Nueva York, 16 de enero de 1941. Copia a las sales de plata en gelatina. © International Center of Photography. Louis Stettner Archives, Paris 

De forma coherente, en la segunda parte de su carrera el artista se burló de lo espectacular hollywoodense. De la fama efímera, de las multitudes que adulaban a los famosos y de su entorno banal y mundano. Este tipo de imágenes, de carácter irónico y satírico eran manipuladas por el propio Weegee en el laboratorio, adelantando las teorías de la Internacional Situacionista y la crítica a la sociedad del espectáculo y su mercantilización, siempre en consonancia con las ideas políticas del propio artista.

La crítica, Nueva York, 22 de noviembre de 1943. Copia a las sales de plata en gelatina. © International Center of Photography. Collection Friedsam 

Divertido paseo por el siglo pasado, un gran fotógrafo. Hasta el 5 de enero de 2025.

Documentación y fotografías: Comunicación Fundación MAPFRE.

© Mariví Otero 2024

Manuel Otero