En la
Sala Alcalá 31 visitamos El espacio entre los dedos, exposición que
reúne algunas obras creadas en los últimos veinte años por el artista Jacobo
Castellano (Jaén, 1976) y otras de nueva producción para profundizar en su
propia experiencia artística.
Comisariada por Tania Pardo, directora del Museo Centro de Arte Dos de Mayo de Móstoles (CA2M) la muestra está planteada como un recorrido por obras escultóricas y pictóricas.
Caminamos por la exposición atravesando dos puertas que recrean a mayor escala las diseñadas por Secundino Zuazo, arquitecto que construyó en Madrid en 1931 La Casa de las Flores, (donde vivieron Pablo Neruda y Grande Covián) residencia actual del artista. De esta manera genera un guiño a su autobiografía, ya que no es la primera vez que Jacobo Castellano utiliza la memoria familiar y el recuerdo para la producción de algunas de sus obras, tal y como explica al hablar del pueblo en el que pasó sus veranos de infancia: “ Villargordo fue para mí un espacio catártico que me permitió descubrir mucho de mi historia y de lo que sería la temática principal de mi producción: la memoria familiar, la infancia y la historia de los objetos” confirma Jacobo Castellano.
Como
parte del proceso de creación de esta muestra, El espacio entre los dedos, el
artista ha acudido semanalmente al Museo Nacional del Prado para recorrer sus
salas, analizando parte de sus fondos y visitando la sala de restauración y la
de rayos X para descubrir alteraciones de algunos cuadros. En estas visitas por
el museo revisó formas y a artistas del pasado, para entender lo que sucede hoy
en día en el arte y poder trasladarnos, con su trabajo, a un imaginario de
formas y conceptos. Además, su vínculo con los maestros barrocos andaluces y su
infinita curiosidad por el culto a las imágenes han ido cobrando peso en su
producción.
Reutiliza
y contextualiza, busca y encuentra viejos materiales, como unas antiguas vigas
de madera, que suele rescatar de anticuarios o de casas que van desmantelando.
“Siento devoción por los anticuarios y rebuscar objetos que me interesa”
dice Castellano, y se refiere a estos objetos como “detectados y comprados”.
Cuando
examinamos en detalle sus obras nos damos cuenta que no utiliza apenas
herramientas mecánicas para crearlas, tratando la madera con suma delicadeza.
No suele hacer bocetos a la hora de crear una obra “Suelo atacar
directamente la madera con la sierra. A veces se producen correcciones, pero me
gusta que formen parte de la obra. Quiero que las dudas se vayan quedando en
ella” Esas marcas van quedando evidenciadas en la madera como si se
trataran de heridas “En su obra hay una evidente fisicalidad que, a su vez,
se contrapone al gesto sensible del resultado”, observa Tania Pardo,
comisaria de la exposición, como en Monumento precario. Trébede (2021),
donde observamos un triangulo de hierro con tres pies, que servía para
poner vasijas al fuego, y que ahora sustentan trozos de madera. Herramientas y
útiles que han perdido su función, pero él las rescata del olvido, uniendo y
creando nuevas históricas.
Aunque
la escultura es un formato preferido, a través de la cual da rienda suelta a su
imaginación y creatividad, esta exposición permite apreciar el amplio y
original corpus artístico de Jacobo Castellano. Al observar el conjunto de su
obra, surgen numerosas preguntas y nos obliga a enfrentar una multitud de
interrogantes que se sitúan justo debajo de la superficie de nuestros
pensamientos. “No intento provocar nada en el público, sino abrir ventanas
que en la cabeza ajena han estado siempre cerradas”, dice él.
Finalizamos
nuestro paseo entre esculturas, instalaciones, fotografías y pinturas.
Jacobo
Castellano insiste en que su arte no es político, ni intelectual, pero su obra
está impregnada de inquietudes medioambientales, cuestiones de valor y
reflexiones personales. Esas narrativas personales y los significados
simbólicos en sus obras, que se encuentran entre la brutalidad y la ligereza,
lo primigenio y lo emergente, crean un sentido de intimidad y conexión
emocional, logrando vincular su pasado con la memoria de quien observa la obra,
mientras el aroma a madera impregna la Sala Alcalá 31.
Mariví Otero 2024
Manuel Otero Rodríguez
Fuente:
El espacio entre dedos. Jacobo Castellano. Sala de exposiciones Alcalá 31. Del
12 de septiembre de 2024 al 12 de enero de 2025. Documentación y fotografía: museoexposiciones@madrid.org
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